Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
martes, 30 de mayo de 2017
jueves, 25 de mayo de 2017
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 280517
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La Iglesia
latinoamericana vive con la conciencia de haber sido llamada a vivir el camino
del discipulado. En continuidad con los 11 discípulos que fueron a Galilea,
nosotros reconocemos que Jesús sigue llamándonos gratuitamente, no por nuestros
diplomas o nombramientos, sino por pura generosidad. Para responder a ese
llamado, tenemos que vivir una espiritualidad de la escucha, tanto de la
Palabra de Dios, como de las necesidades y demandas de la comunidad a quien
servimos. Para vivir la espiritualidad del discipulado es necesario ponernos en
camino, como se pusieron los discípulos camino de Galilea. Con el auxilio del
Espíritu seremos capaces de ir haciendo el discernimiento necesario para
presentar de manera adecuada las enseñanzas de Jesús a los discípulos que viven
su fe en las circunstancias cambiantes del mundo moderno. Es necesario
conservar el vino nuevo en odres nuevos.
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR Ciclo A Domingo 28 de mayo 2017
LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR Ciclo A
Domingo 28 de mayo 2017
HACIENDO DISCÍPULOS
La misión del Señor Jesús en la
tierra, alcanzó su cometido al pasar de la muerte a la vida. Jesús proclamó su
mensaje, realizó señales, conformó un grupo de discípulos y realizó el supremo
testimonio de entregar su vida al Padre. Ahora se inaugura el tiempo de la
Iglesia. Los que nos reconocemos miembros de la Iglesia, sabemos que nuestra
misión es vivir como discípulos de Jesús. La mejor manera de responder a esta
vocación es animando a otras personas a vivir esa vocación. Es una misión
demandante que no se cumple con el puro esfuerzo humano, sino que requiere de
la asistencia de Jesús glorificado. No es posible evadir esa misión, el
verdadero discípulo no puede desentenderse de su misión evangelizadora. Por
eso, Jesús sacude el marasmo de los discípulos: ¿qué hacen ahí plantados
mirando al cielo?
MISA DEL DÍA
ANTÍFONA DE ENTRADA Hch 1, 11
Hombres de Galilea, ¿qué hacen
allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al
cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso,
rebosar de santa alegría y, gozosos, elevar a ti fervorosas gracias ya que la
ascensión de Cristo, tu Hijo, es también nuestra victoria, pues a donde llegó
él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros, que somos su
cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se fue elevando a la vista de sus
apóstoles.
Del libro de los Hechos de los
Apóstoles: 1, 1-11
En mi primer libro, querido
Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que
ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu
Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la
pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se
dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la
mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla
la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua;
dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".
Los ahí reunidos le preguntaban:
"Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?" Jesús
les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el
Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda
sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en
toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".
Dicho esto, se fue elevando a la
vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban
fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos
de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al
cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo
han visto alejarse". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9
R/. Entre voces de júbilo, Dios
asciende a su trono. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos; aclamen
al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la
tierra, rey supremo. R/.
Entre voces de júbilo y
trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de
nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.
Porque Dios es el rey del
universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las
naciones desde su trono santo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Lo hizo sentar a su derecha en el
cielo.
De la carta del apóstol san Pablo
a los efesios: 1, 17-23
Hermanos: Pido al Dios de nuestro
Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, que les conceda espíritu de sabiduría
y de revelación para conocerlo.
Le pido que les ilumine la mente
para que comprendan cuál es la esperanza que les da su llamamiento, cuán
gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la
extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él,
por la eficacia de su fuerza poderosa.
Con esta fuerza resucitó a Cristo
de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima de
todos los ángeles, principados, potestades, virtudes y dominaciones, y por
encima de cualquier persona, no sólo del mundo actual sino también del futuro.
Todo lo puso bajo sus pies y a él
mismo lo constituyó cabeza suprema de la Iglesia, que es su cuerpo, y la
plenitud del que lo consuma todo en todo.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt
28, 19. 20
R/. Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las
naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo. R/.
EVANGELIO
Me ha sido dado todo poder en el
cielo y en la tierra.
Del santo Evangelio según san
Mateo: 28, 16-20
En aquel tiempo, los once
discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había
citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos
y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan,
pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo cuanto yo
les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin
del mundo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pongamos, hermanos, nuestra
mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para
interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres
diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Cristo, desde el trono
de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las
dificultades del mundo, y no permia que sus fieles se dejen cautivar por los
bienes de la tierra, roguemos al Señor.
Para que Jesús, el Señor, que
prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele
su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que con su
triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios Padre, llene de
esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el
espíritu, roguemos al Señor.
Para que el Señor, elevado al
cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de
arriba a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.
Dios, Padre todopoderoso, que has
resucitado a Cristo, tu Hijo, y los has hecho Señor del universo, reconoce la
voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, te hemos
pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, este
sacrificio en la gloriosa festividad de la ascensión, concédenos que por este
santo intercambio, nos elevemos también nosotros a las cosas del cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO I DE LA ASCENSIÓN DEL
SEÑOR
El misterio de la Ascensión
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Jesús, el Señor, el rey de la
gloria, vencedor del pecado y de la muerte, ha ascendido [hoy] ante el asombro
de los ángeles a lo más alto del cielo, como mediador entre Dios y los hombres,
como juez de vivos y muertos. No se ha ido para desentenderse de este mundo,
sino que ha querido precedernos como cabeza nuestra para que nosotros, miembros
de su Cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino. Por
eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo… Prefacio I o
II de la Ascensión, pp. 505-505 (505-506).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los
días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que
nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que
nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra
naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- La Iglesia latinoamericana vive con la conciencia de haber sido
llamada a vivir el camino del discipulado. En continuidad con los 11 discípulos
que fueron a Galilea, nosotros reconocemos que Jesús sigue llamándonos
gratuitamente, no por nuestros diplomas o nombramientos, sino por pura
generosidad. Para responder a ese llamado, tenemos que vivir una espiritualidad
de la escucha, tanto de la Palabra de Dios, como de las necesidades y demandas
de la comunidad a quien servimos. Para vivir la espiritualidad del discipulado
es necesario ponernos en camino, como se pusieron los discípulos camino de
Galilea. Con el auxilio del Espíritu seremos capaces de ir haciendo el
discernimiento necesario para presentar de manera adecuada las enseñanzas de
Jesús a los discípulos que viven su fe en las circunstancias cambiantes del mundo
moderno. Es necesario conservar el vino nuevo en odres nuevos.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA PRÓLOGO
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
PRÓLOGO
"PADRE, esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo" (Jn
17,3). "Dios, nuestro Salvador... quiere que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1Tm 2,3-4). "No hay bajo
el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos
salvarnos" (Hch 4,12), sino el nombre de Jesús.
I. La vida del hombre: conocer y amar a Dios
1 Dios,
infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura
bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida
bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del
hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus
fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su
familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a
su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en
el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida
bienaventurada.
2 Para que
esta llamada resonara en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había
escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio: "Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y
sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt
28,19-20). Fortalecidos con esta misión, los apóstoles "salieron a predicar
por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con
las señales que la acompañaban" (Mc 16,20).
3 Quienes
con la ayuda de Dios, han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido
libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a
anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva. Este tesoro recibido de
los Apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de
Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la
fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la
oración (cf. Hch 2,42).
II. Transmitir la fe: la catequesis
4 Muy pronto
se llamó catequesis al conjunto de los esfuerzos realizados en la Iglesia para
hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de
Dios a fin de que, creyendo ésto, tengan la vida en su nombre, y para educarlos
e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo (cf. Juan Pablo
II, Catechesi tradendae [CT] 1).
5 "La
catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos,
que comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada
generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la
plenitud de la vida cristiana" (CT 18).
6 Sin
confundirse con ellos, la catequesis se articula dentro de un cierto número de
elementos de la misión pastoral de la Iglesia, que tienen un aspecto
catequético, que preparan para la catequesis o que derivan de ella, como son:
primer anuncio del Evangelio o predicación misionera para suscitar la fe;
búsqueda de razones para creer; experiencia de vida cristiana: celebración de
los sacramentos; integración en la comunidad eclesial; testimonio apostólico y
misionero (cf. CT 18).
7 "La catequesis
está unida íntimamente a toda la vida de la Iglesia. No sólo la extensión
geográfica y el aumento numérico de la Iglesia, sino también y, más aún, su
crecimiento interior, su correspondencia con el designio de Dios dependen
esencialmente de ella" (CT 13).
8 Los
períodos de renovación de la Iglesia son también tiempos en los que a la
catequesis le corresponde un mayor empeño. Así, en la gran época de los Padres
de la Iglesia, vemos a santos obispos consagrar una parte importante de su
ministerio a la catequesis. Es la época de san Cirilo de Jerusalén y de san
Juan Crisóstomo, de san Ambrosio y de san Agustín, y de muchos otros Padres
cuyas obras catequéticas siguen siendo modelos.
9 El
ministerio de la catequesis saca energías siempre nuevas de los concilios. El
Concilio de Trento constituye a este respecto un ejemplo digno de ser
destacado: dio a la catequesis una prioridad en sus constituciones y sus
decretos; de él nació el Catecismo Romano que lleva también su nombre y que
constituye una obra de primer orden como resumen de la doctrina cristiana; este
Concilio suscitó en la Iglesia una organización notable de la catequesis;
promovió, gracias a santos obispos y teólogos como san Pedro Canisio, san
Carlos Borromeo, san Toribio de Mogrovejo, san Roberto Belarmino, la
publicación de numerosos catecismos.
10 No es
extraño, por ello, que, en el dinamismo del Concilio Vaticano II (que el Papa
Pablo VI consideraba como el gran catecismo de los tiempos modernos), la
catequesis de la Iglesia haya atraído de nuevo la atención. El Directorio
general de la catequesis de 1971, las sesiones del Sínodo de los Obispos
consagradas a la evangelización (1974) y a la catequesis (1977), las
exhortaciones apostólicas correspondientes, Evangelii nuntiandi (1975) y
Catechesi tradendae (1979), dan testimonio de ello. La sesión extraordinaria
del Sínodo de los Obispos de 1985 pidió "que sea redactado un catecismo o
compendio de toda la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la
moral" (Relación final II, B, a, 4). El Santo Padre, Juan Pablo II, hizo
suyo este deseo emitido por el Sínodo de los Obispos reconociendo que
"responde totalmente a una verdadera necesidad de la Iglesia universal y
de las Iglesias particulares" (Discurso de clausura del Sínodo, asamblea
extraordinaria, 7 de diciembre de 1985). El Papa dispuso todo lo necesario para
que se realizara la petición de los padres sinodales.
III. Fin y destinatarios de este Catecismo
11 Este catecismo tiene por fin presentar una
exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de
la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del
Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes
principales son la sagrada Escritura, los santos Padres, la Liturgia y el
Magisterio de la Iglesia. Está destinado a servir "como un punto de
referencia para los catecismos o compendios que sean compuestos en los diversos
países" (Sínodo de los Obispos 1985, Relación final II, B, a, 4).
12 El presente catecismo está destinado
principalmente a los responsables de la catequesis: en primer lugar a los
Obispos, en cuanto doctores de la fe y pastores de la Iglesia. Les es ofrecido
como instrumento para la realización de su tarea de enseñar al Pueblo de Dios.
A través de los Obispos, se dirige a los redactores de catecismos, a los
sacerdotes y a los catequistas. Será también de útil lectura para todos los
demás fieles cristianos.
IV. La estructura del "Catecismo de la Iglesia
Católica"
13 El plan de este catecismo se inspira en la gran
tradición de los catecismos, los cuales articulan la catequesis en torno a
cuatro "pilares": la profesión de la fe bautismal (el Símbolo), los
sacramentos de la fe, la vida de fe (los Mandamientos), la oración del creyente
(el Padre Nuestro).
Primera parte: la profesión de la fe
14 Los que por la fe y el Bautismo pertenecen a
Cristo deben confesar su fe bautismal delante de los hombres (cf. Mt 10,32; Rom
10,9). Para esto, el catecismo expone en primer lugar en qué consiste la
Revelación por la que Dios se dirige y se da al hombre, y la fe, por la cual el
hombre responde a Dios (primera sección). El Símbolo de la fe resume los dones
que Dios hace al hombre como Autor de todo bien, como Redentor, como
Santificador y los articula en torno a los "tres capítulos" de
nuestro Bautismo —la fe en un solo Dios: el Padre Todopoderoso, el Creador; y
Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor y Salvador; y el Espíritu Santo, en la Santa
Iglesia (segunda sección).
Segunda parte: Los sacramentos de la fe
15 La segunda parte del catecismo expone cómo la
salvación de Dios, realizada una vez por todas por Cristo Jesús y por el
Espíritu Santo, se hace presente en las acciones sagradas de la liturgia de la
Iglesia (primera sección), particularmente en los siete sacramentos (segunda
sección).
Tercera parte: La vida de fe
16 La tercera parte del catecismo presenta el fin
último del hombre, creado a imagen de Dios: la bienaventuranza, y los caminos
para llegar a ella: mediante un obrar recto y libre, con la ayuda de la ley y
de la gracia de Dios (primera sección); mediante un obrar que realiza el doble
mandamiento de la caridad, desarrollado en los diez mandamientos de Dios
(segunda sección).
Cuarta parte: La oración en la vida de la fe
17 La última parte del catecismo trata del sentido
y la importancia de la oración en la vida de los creyentes (primera sección).
Se cierra con un breve comentario de las siete peticiones de la oración del
Señor (segunda sección). En ellas, en efecto, encontramos la suma de los bienes
que debemos esperar y que nuestro Padre celestial quiere concedernos.
V. Indicaciones prácticas para el uso de este
Catecismo
18 Este catecismo está concebido como una
exposición orgánica de toda la fe católica. Es preciso, por tanto, leerlo como
una unidad. Por ello, en los márgenes del texto se remite al lector
frecuentemente a otros lugares (señalados por números más pequeños y que se
refieren a su vez a otros párrafos que tratan del mismo tema) y, con ayuda del
índice analítico al final del volumen, se permite ver cada tema en su
vinculación con el conjunto de la fe.
19 Con frecuencia, los textos de la sagrada
Escritura no son citados literalmente, sino indicando sólo la referencia
(mediante cf.). Para una inteligencia más profunda de esos pasajes, es preciso
recurrir a los textos mismos. Estas referencias bíblicas son un instrumento de
trabajo para la catequesis.
20 Cuando, en ciertos pasajes, se emplea letra
pequeña, con ello se indica que se trata de puntualizaciones de tipo histórico,
apologético o de exposiciones doctrinales complementarias.
21 Las citas, en letra pequeña, de fuentes
patrísticas, litúrgicas, magisteriales o hagiográficas tienen como fin
enriquecer la exposición doctrinal. Con frecuencia estos textos han sido
escogidos con miras a un uso directamente catequético.
22 Al final de cada unidad temática, una serie de
textos breves resumen en fórmulas condensadas lo esencial de la enseñanza.
Estos "resúmenes" tienen como finalidad ofrecer sugerencias para
fórmulas sintéticas y memorizables en la catequesis de cada lugar.
VI. Las necesarias adaptaciones
23 El acento de este catecismo se pone en la
exposición doctrinal. Quiere, en efecto, ayudar a profundizar el conocimiento
de la fe. Por lo mismo está orientado a la maduración de esta fe, su
enraizamiento en la vida y su irradiación en el testimonio (cf. CT 20-22; 25).
24 Por su misma finalidad, este catecismo no se
propone dar una respuesta adaptada, tanto en el contenido cuanto en el método a
las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de edades, de la vida
espiritual, de situaciones sociales y eclesiales de aquellos a quienes se
dirige la catequesis. Estas indispensables adaptaciones corresponden a
catecismos propios de cada lugar, y más aún a aquellos que toman a su cargo
instruir a los fieles:
"El que enseña debe hacerse todo a todos, para
ganarlos a todos para Jesucristo [...]¡Sobre todo que no se imagine que le ha
sido confiada una sola clase de almas, y que, por consiguiente, le es lícito
enseñar y formar igualmente a todos los fieles en la verdadera piedad, con un
único método y siempre el mismo! Que sepa bien que unos son, en Jesucristo, como
niños recién nacidos, otros como adolescentes, otros finalmente como poseedores
ya de todas sus fuerzas [...] es necesario tener en cuenta cuidadosamente
quiénes pueden necesitar leche y quiénes otro alimento más sólido [...]. El
Apóstol [...] señaló que había que considerar que los que son llamados al
ministerio de la predicación deben, al transmitir la enseñanza del misterio de
la fe y de las reglas de las costumbres, acomodar sus palabras al espíritu y a
la inteligencia de sus oyentes" (Catecismo Romano, Prefacio, 11).
Por encima de todo, la Caridad.
25 Para concluir esta presentación es oportuno
recordar el principio pastoral que enuncia el Catecismo Romano:
"El camino mejor es que el Apóstol [...]
mostró: Toda la finalidad de la doctrina y de la enseñanza debe ser puesta en
el amor que no acaba. Porque se puede muy bien exponer lo que es preciso creer,
esperar o hacer; pero sobre todo debe resaltarse que el amor de Nuestro Señor
siempre prevalece, a fin de que cada uno comprenda que todo acto de virtud
perfectamente cristiano no tiene otro origen que el amor, ni otro término que
el amor (Catecismo Romano, Prefacio, 10).
lunes, 22 de mayo de 2017
Video “Dios está muerto”
"Poca ciencia te aleja de Dios, mucha Ciencia te acerca"
El tema del video es la pugna de la Filosofía Materialista contra la creencia (existencia) en Dios, el debate es genial y lleva a la conclusión de creer en Dios por Convicción no por conveniencia.
sábado, 20 de mayo de 2017
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.210517
UNA REFLEXIÓN PARA
NUESTRO TIEMPO.- La época actual está marcada por cambios bruscos y acelerados
que han modificado nuestras relaciones de manera drástica. Unos creen que hemos
tomado un rumbo equivocado, porque no tenemos unos principios orientadores
claros, mientras que otras personas, consideran que basta con que cada uno siga
su propia conciencia y encuentre sentido a lo que hace. Quienes nos reconocemos
como discípulos de Jesús, no podemos afirmar nuestras posturas personales, por
encima de las opciones fundamentales que vivió y asumió el Señor Jesucristo.
Nuestra sociedad es muy distinta a la suya y, no obstante, los problemas
decisivos que enfrentamos, se asemejan a los que había durante el primer siglo
en Galilea. Para aprender a ser fieles al mensaje y la propuesta del Señor
Jesús, contamos con la fuerza del Espíritu que nos ayuda reconocer las opciones
y las iniciativas que llevan la marca de Jesús y a desechar aquellas que son
contrarias a su voluntad.
miércoles, 17 de mayo de 2017
VI DOMINGO DE PASCUA Ciclo A Domingo 21 de mayo 2017
VI DOMINGO DE PASCUA Ciclo A
Domingo 21 de mayo 2017
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
El breve relato sobre la misión
cristiana en Samaria nos documenta el tránsito de la sumisión y la ignorancia a
la verdad y la libertad. Los samaritanos vivían sometidos a la manipulación de
un mago llamado Simón, que era respetado como si fuera una persona revestida de
poderes divinos. Este mago comerciaba con lo religioso y obtenía grandes
beneficios económicos. Los recién bautizados se liberaron de sus engaños y
aprendieron a discernir su vida con el auxilio del Espíritu Santo. En el
Evangelio, Jesús se está despidiendo de sus discípulos. No los deja en el
desamparo, puesto que les promete el envío del Espíritu de verdad. Los
discípulos que han seguido a Jesús lo saben reconocer porque conocen cuáles son
las preferencias de Jesús. Quien se precie de estar lleno del Espíritu sabrá
vivir en cada circunstancia conforme a la manera como el Señor Jesús vivió y
enseñó.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48,
20
Con voz de júbilo, anúncienlo;
que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado
a su pueblo. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos
continuar celebrando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor
del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se
manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Les impusieron las manos y
recibieron el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los
Apóstoles: 8, 5-8. 14-17
En aquellos días, Felipe bajó a
la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. La multitud escuchaba con
atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los milagros que
hacía y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos,
lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados quedaban curados.
Esto despertó gran alegría en
aquella ciudad. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de
que Samaria había recibido la Palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan.
Éstos, al llegar, oraron por los que se habían convertido, para que recibieran
el Espíritu Santo, porque aún no lo habían recibido y solamente habían sido
bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces Pedro y Juan impusieron las
manos sobre ellos, y ellos recibieron el Espíritu Santo. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16
y 20.
R/. Las obras del Señor son
admirables. Aleluya.
Que aclame al Señor toda la
tierra. Celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de alabanza, digamos
al Señor: "Tu obra es admirable". R/.
Que se postre ante ti la tierra
entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras del Señor, los prodigios
que ha hecho por los hombres. R/.
Él transformó el Mar Rojo en
tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto. Llenémonos por eso de
gozo y gratitud: el Señor es eterno y poderoso. R/.
Cuantos temen a Dios, vengan y
escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios, que no rechazó
mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Murió en su cuerpo y resucitó
glorificado.
De la primera carta del apóstol
san Pedro: 3, 15-18
Hermanos: Veneren en sus
corazones a Cristo, el Señor, dispuestos siempre a dar, al que las pidiere, las
razones de la esperanza de ustedes. Pero háganlo con sencillez y respeto y
estando en paz con su conciencia. Así quedarán avergonzados los que denigran la
conducta cristiana de ustedes, pues mejor es padecer haciendo el bien, si tal
es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo
murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres; él, el
justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y
resucitó glorificado.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn
14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi
palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.
EVANGELIO
Yo le rogaré al Padre y él les
dará otro Paráclito.
Del santo Evangelio según san
Juan: 14, 15-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre
y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de
la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; ustedes,
en cambio, sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré desamparados, sino
que volveré a ustedes. Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí
me verán, porque yo permanezco vivo y ustedes también vivirán. En aquel día
entenderán que yo estoy en mi Padre, ustedes en mí y yo en ustedes. El que
acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará
mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Unidos a Cristo, que intercede
siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo:
Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el que estaba muerto y
ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y
valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.
Para que el resucitado, que dio a
los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los
pueblos, roguemos al Señor.
Para que el vencedor de la
muestre transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de
todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar,
roguemos al Señor.
Para que el que tiene las llaves
de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los
ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que no has redimido
en Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado, para nuestra
justificación, escucha nuestra oración e infúndenos tu Espíritu de la verdad,
para que, llenos de su sabiduría, sepamos siempre dar razón de nuestra
esperanza. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Suba hasta ti, Señor, nuestra
oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad,
nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca
(en esta noche) (en este día) (en este tiempo),
en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero
Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y
resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el
mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los
ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14,
15-16
Si me aman, cumplirán mis
mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado,
que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que,
por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna,
multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en
nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- La época actual está marcada por cambios bruscos y acelerados que han
modificado nuestras relaciones de manera drástica. Unos creen que hemos tomado
un rumbo equivocado, porque no tenemos unos principios orientadores claros,
mientras que otras personas, consideran que basta con que cada uno siga su
propia conciencia y encuentre sentido a lo que hace. Quienes nos reconocemos
como discípulos de Jesús, no podemos afirmar nuestras posturas personales, por
encima de las opciones fundamentales que vivió y asumió el Señor Jesucristo.
Nuestra sociedad es muy distinta a la suya y, no obstante, los problemas
decisivos que enfrentamos, se asemejan a los que había durante el primer siglo
en Galilea. Para aprender a ser fieles al mensaje y la propuesta del Señor
Jesús, contamos con la fuerza del Espíritu que nos ayuda reconocer las opciones
y las iniciativas que llevan la marca de Jesús y a desechar aquellas que son
contrarias a su voluntad.
martes, 16 de mayo de 2017
“EL ROSARIO” Armando Fuentes Aguirre: CATON.
“EL ROSARIO”
(Armando Fuentes Aguirre: CATON.
Periodista y editorialista mexicano)
"La víspera de la Navidad le mandé 50 rosas a una
dama".
Luego, cuando la tuve cerca, la llené de piropos. Le dije
que era amable y admirable, la llamé "Reina", la comparé a una torre,
a un trono, a un espejo…
Estoy diciendo que recé mi Rosario en Nochebuena. Dije 50
avemarías, otras tantas rosas para esa hermosa dama que es la Virgen. Y recité
la letanía, engarcé de piropos, morosa lección de las bellezas de la más bella
entre todas las mujeres.
Tanto me gusta el Rosario que ni siquiera me siento
hipócrita al rezarlo. Hay algo de medieval en él; un antiguo sabor de yoglería.
Es como una serenata ante el balcón de una Princesa, sólo
que esa Princesa tiene por balcón al cielo, y en la tierra un escabel para
apoyar el pie.
Yo soy su enamorado. Digo su nombre al despertar y otra vez
lo pronuncio por la noche en el umbral del sueño. En mis moradas tengo su
retrato, su varia imagen tan infinitamente femenina. Guadalupe, Socorro,
Carmen, Luz, Esperanza, Concepción, Lourdes, Paloma, Nieves, Altagracia,
Soledad...
La más grande oración, nadie lo duda, es la del Padre
Nuestro. El propio Jesús nos la enseñó. ¿Puede haber plegaria más alta? Más
alta no, pero más bella sí.
Por eso los músicos le siguen poniendo música a la preciosa
letra que pronunció el arcángel: Ave María, gratia plena...
Y
Otros poemas ha inspirado ese amor; la Salve, tan cara a
Ramón López Velarde, y aquella de mil quinientos años: "Bajo tu amparo nos
acogemos..." Sub consilium tuum...
Y la leyenda... Aquellos "Milagros de Nuestra
Señora" que cantó Berceo, uno tras otro ingenuos cuentos como las cuentas
del rosario. Y la antañona historia venida de la Francia, la del juglar acusado
de haber robado un escarpín de plata de la Virgen.
-Ella me lo regaló.
-¡Ladrón! ¡Sacrílego! ¡A la horca!
Y pide el pobre artista que antes de darle muerte lo dejen
bailar frente a la imagen de la Señora, no sabe otra oración más que su danza.
Y baila, y la Virgen sonríe y delicadamente mueve el pie para dejar caer el
otro escarpín, premio de la adorada a su amador.
En toda mujer hay una Virgen que dura para siempre, y hay
una madre, aunque no tenga hijos. Yo amo a la Virgen porque es mujer, y amo a
las mujeres porque todas son un reflejo de la Virgen, sin excluir a las
vírgenes de medianoche a las que con inspirado acento cantó don Daniel Santos.
Bajo su amparo - bajo el amparo de alguna mujer - vamos
siempre los hombres por la vida.
Como la Virgen, también a ellas les pedimos que nos cubran
con su manto. Perdidos somos sin esa protección al mismo tiempo terrena y
celestial.
Ya se pueden reír mis amigos. A sus risas contestaré
entonando el recio himno "¡Mexicanos, volad presurosos., del perdón de la
Virgen en pos!".
Mariano soy por parte de padre y madre. Es de lo poco bueno
que hay en mí. Quiero ir atado por la suave cadena de un rosario y pasar por el
mundo entre un cortejo de advocaciones presidido por Nuestra Señora del Carmen
y por mi señora María de la Luz.
Y el día que esta vida se me acabe y me empiece otra, quiero
irme de la mano de una mujer que ha sido para mí como una Virgen y llegar de la
mano de una Virgen que me ha cuidado siempre con suaves ternuras de mujer.
Así sea.
sábado, 13 de mayo de 2017
V DOMINGO DE PASCUA Ciclo A Domingo 14 de mayo 2017
V DOMINGO DE PASCUA Ciclo A
Domingo 14 de mayo 2017
EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
El diálogo que sostienen los
apóstoles Tomás y Felipe con el Señor Jesús, enmarca una de las declaraciones
más conocidas del Evangelio. Jesucristo es el camino certificado hacia el Padre
porque todo el que se disponga a vivir como él vivió, alcanzará el
reconocimiento definitivo del Señor. Jesucristo fue resucitado de la muerte.
Por la forma cómo vivió, él se mantuvo en sintonía con su Padre, acató su
voluntad y fue glorificado. La plenitud de la vida está en Dios, y de esa
plenitud nos hace partícipes a cuantos nos dispongamos a reconocer la verdad
que Jesús nos comunica. La verdad sobre Dios y sobre el ser humano que Jesús
nos revela, no queda reducida a enunciados lógicos, antes bien, es un estilo de
vida, es un conocimiento por familiaridad y no un conjunto de datos teológicos.
Felipe, Pablo y Bernabé pueden presentar como válido el camino cristiano,
porque a ellos les permitió experimentar la plenitud de la vida divina en su
persona.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 97, 1-2
Canten al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas y todos los pueblos han presenciado su victoria. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, lleva
a su plenitud en nosotros el sacramento pascual, para que, a quienes te
dignaste renovar por el santo bautismo, les hagas posible, con el auxilio de tu
protección, abundar en frutos buenos, y alcanzar los gozos de la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Eligieron siete hombres llenos
del Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los
Apóstoles: 6, 1-7
En aquellos días, como aumentaba
mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos
contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de
caridad de todos los días.
Los Doce convocaron entonces a la
multitud de los discípulos y les dijeron: "No es justo que, dejando el
ministerio de la Palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes.
Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu
Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos
dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra".
Todos estuvieron de acuerdo y
eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe,
Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los
presentaron a los apóstoles y éstos, después de haber orado, les impusieron las
manos.
Mientras tanto, la Palabra de
Dios iba cundiendo. En Jerusalén se multiplicaba grandemente el número de los
discípulos. Incluso un grupo numeroso de sacerdotes había aceptado la fe.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32, 1-2. 4-5. 18-19
R/. El Señor cuida de aquellos
que lo temen. Aleluya.
Que los justos aclamen al Señor;
es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la
lira acompañe nuestros cantos. R/.
Sincera es la Palabra del Señor y
todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena
está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo
temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les
da vida. R/.
SEGUNDA LECTURA
Ustedes son estirpe elegida,
sacerdocio real.
De la primera carta del apóstol
san Pedro: 2, 4-9
Hermanos: Acérquense al Señor
Jesús, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y preciosa a
los ojos de Dios; porque ustedes también son piedras vivas, que van entrando en
la edificación del templo espiritual, para formar un sacerdocio santo,
destinado a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de
Jesucristo. Tengan presente que está escrito: He aquí que pongo en Sión una
piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.
Dichosos, pues, ustedes, los que
han creído. En cambio, para aquellos que se negaron a creer, vale lo que dice
la Escritura: La piedra que rechazaron los constructores ha llegado a ser la
piedra angular, y también tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los
que no creen en la palabra, y en esto se cumple un designio de Dios. Ustedes,
por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada a
Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras maravillosas de
aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn
14, 6
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la
vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Yo soy el camino, la verdad y la
vida.
Del santo Evangelio según san
Juan: 14, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: "No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En
la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría
dicho a ustedes, porque ahora voy a prepararles un lugar. Cuando me haya ido y
les haya preparado un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo
esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde
voy".
Entonces Tomás le dijo: "Señor,
no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" Jesús le
respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no
es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde
ahora lo conocen y lo han visto".
Le dijo Felipe: "Señor,
muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le replicó: "Felipe,
tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ve
a mí, ve al Padre. ¿Entonces por qué dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿O no crees
que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les
digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien
hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me
dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las
obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos a Cristo, camino
verdad y vida y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo
el mundo diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Cristo, esposo de la
Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la
extensión de su reino, roguemos al Señor.
Para que Cristo, piedra angular
del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún
desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.
Para que Cristo, estrella
luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje del dolor
las penas de los que sufren, roguemos al Señor.
Para que Cristo, testigo
fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz
para los hombres que desconocen la victoria dela resurrección, roguemos al
Señor.
Señor Dios, Padre todopoderoso,
que te has revelado en Cristo como maestro y redentor, escucha las oraciones de
tu Iglesia y haz que, acercándonos a él, la piedra angular desechada por los
hombres, pero escogida y preciosa ante ti, seamos edificados, también nosotros,
como templo del Espíritu y sacerdocio sagrado. Por Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo
valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida
divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera
vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO I DE PASCUA
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca
(en esta noche) (en este día) (en este tiempo),
en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero
Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y
resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el
mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los
ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1.
5
Yo soy la vid verdadera y ustedes
los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto
abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu
pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo
pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- No deja de sorprenderme la credulidad de tantas personas que terminan
engrosando las filas de "las nuevas formas religiosas", que tienen
toda la apariencia de empresas económicas que lucran con el sufrimiento de los
pobres. Quienes ofrecen terminar con el sufrimiento y la enfermedad a condición
de entregar una donación económica importante están abusando de la ingenuidad y
la desesperación de las personas. El verdadero camino cristiano no se reduce a
una oferta indiscriminada de prodigios y milagros de sanación. Es una opción
creyente que nos permite humanizarnos, encontrando formas de vida llenas de
sentido. Los verdaderos apóstoles cristianos pueden someterse al "detector
de mentiras" a los esquemas de transparencia y rendición de cuentas, para
hacer manifiesta su autenticidad. Una de las formas de certificar un mensaje es
observando cómo vive cotidianamente el mensajero.
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