La parábola evangélica de los dos hijos (Mt 21, 28-32) exhibe la falsa
espiritualidad de quienes gustan de vivir en el mundo de las apariencias. Quien
no sabe decir no y pronuncia un "sí" de los dientes para afuera,
podrá engañar una vez, pero no más. Más temprano que tarde quedan patentes
nuestras excusas y mentiras. En la relación con Dios no funcionan las
declaraciones diplomáticas ni la falsa obediencia. Por un cierto tiempo podemos
engañar a los demás, pero es imposible engañarnos a nosotros mismos y mucho
menos engañar a Dios. El Señor Jesús no soportaba la hipocresía ni la doble
moral que practicaban muchos escribas y fariseos en Israel. Quienes nos
declaramos creyentes dispuestos a obedecer a Dios en el ámbito de las
celebraciones sacramentales, sin hacer el debido esfuerzo para cumplir lo que
prometemos, pecamos de ingenuidad. Dios nos conoce y no se entusiasma por
nuestras promesas vanas.
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
viernes, 29 de septiembre de 2017
DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2017
DOMINGO
XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo
1 de octubre 2017
UN
PLAZO SALUDABLE
Ez
18, 25-28; Flp 2, 1-11; Mt 21, 28-32
El
profeta Ezequiel entendió antes que otros profetas, la importancia de la
responsabilidad personal. Ninguna persona debe cargar con los méritos o errores
de sus antepasados. Más aún, comprendió que Dios no anda a la caza de los
pecadores, sino que es justo y misericordioso a la vez y se complace en
perdonar. La generación que padeció las consecuencias del destierro cuestionaba
la paciencia excesiva de Dios hacia sus antepasados y la inflexibilidad que
había mostrado hacia los desterrados. Para el profeta Ezequiel algo está más que
claro, Dios quiere la vida y no la muerte para sus fieles; por eso mismo,
espera pacientemente que sus hijos recapaciten. En la parábola evangélica, el
Señor Jesús nos comparte su valoración sobre el ministerio de su maestro Juan
Bautista: los dirigentes de Israel y cuantos se creían expertos en las cosas de
Dios, se resistieron a creer, mientras que los que cargaban con estigmas
sociales se dieron una oportunidad para rehacer su vida.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
Todo
lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos
pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre
y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
GLORIA
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te
damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo
único, Jesucristo.
Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando
perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para
que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los
bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Cuando
el pecador se arrepiente, salva su vida.
Del
libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
Esto
dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder del Señor',
escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el
proceder de ustedes el injusto?
Cuando
el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la
maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica
la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de
los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá".
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/.
Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos,
Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios
y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate,
Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura,
acuérdate de nosotros. R/.
Porque
el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la
senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
SEGUNDA
LECTURA
Tengan
los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
De
la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
Hermanos:
Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve
una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me
profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma
manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma.
Nada
hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada
uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio
interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo
Jesús.
Cristo,
siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su
condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la
condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de
ellos, se humilló así mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una
muerte de cruz.
Por
eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo,
en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/.
Aleluya, aleluya.
Mis
ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
El
segundo hijo se arrepintió y fue. - Los publicanos y las prostitutas se les han
adelantado en el Reino de Dios.
Del
santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
"¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y
le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy,
señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le
respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la
voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo".
Entonces
Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se
les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan,
predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y
las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se
han arrepentido ni han creído en él".
Palabra
del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo
en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo
lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos,
hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que a nadie
falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te
rogamos, Señor.)
Para
que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que
iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para
que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los
responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana,
roguemos al Señor.
Para
que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y,
habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para
que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y
nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
Dios
nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores que se
convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las
oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que,
teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el
perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede
abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PREFACIO
Nuestra
Humanidad salvada por la humanidad de Cristo
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios poderoso y eterno. Porque reconocemos
como la obra de tu poder admirable no sólo haber socorrido nuestra débil
naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino también el haber previsto el
remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y así con lo que fue la causa de
nuestra ruina, con eso mismo nos diste la salvación, por Cristo, Señor nuestro.
Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza
Santo,
Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna
en el cielo.
Bendito
el que viene en nombre del Señor
Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
Recuerda,
Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde esperanza y
consuelo en mi dolor.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que
este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para
que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, la
hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La parábola evangélica de los dos hijos exhibe
la falsa espiritualidad de quienes gustan de vivir en el mundo de las
apariencias. Quien no sabe decir no y pronuncia un "sí" de los
dientes para afuera, podrá engañar una vez, pero no más. Más temprano que tarde
quedan patentes nuestras excusas y mentiras. En la relación con Dios no
funcionan las declaraciones diplomáticas ni la falsa obediencia. Por un cierto
tiempo podemos engañar a los demás, pero es imposible engañarnos a nosotros
mismos y mucho menos engañar a Dios. El Señor Jesús no soportaba la hipocresía
ni la doble moral que practicaban muchos escribas y fariseos en Israel. Quienes
nos declaramos creyentes dispuestos a obedecer a Dios en el ámbito de las
celebraciones sacramentales, sin hacer el debido esfuerzo para cumplir lo que
prometemos, pecamos de ingenuidad. Dios nos conoce y no se entusiasma por
nuestras promesas vanas.
martes, 26 de septiembre de 2017
Yo me voy de misiones
Entrevistas a miembros de La Familia Misionera de Acapulco, durante
la semana de misiones del 8 al 16 de abril 2017, en las comunidades de La Joya
y Ex campo de tiro de Acapulco Gro. Méx.
sábado, 23 de septiembre de 2017
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20170924.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
20170924.- Las experiencias de fe
no son un asunto comparable a la administración de negocios. Ni Dios es
contador, ni los creyentes somos empleados. La parábola de −El Propietario de
la viña− es apenas un lenguaje simbólico para ayudarnos a entender algo más
profundo. El amor de Dios se despliega de manera misteriosa. No conseguimos
entender por qué razón algunas personas reciben tantos beneficios
aparentemente, mientras que otras, parecen olvidadas de la mano de Dios. El
bienestar económico, la calidad educativa, la protección social y la seguridad
jurídica que disfruta una parte de la humanidad, se le regatea sin compasión a
la otra. El papa Francisco no comprende que se rescaten los bancos con sumas
cuantiosas, mientras que no se realizan los esfuerzos suficientes para rescatar
a miles de migrantes que sufren y mueren no sólo en el Mediterráneo, sino
también en nuestro país. El cuidado por los últimos no es sólo asunto de Dios,
sino que debiera serlo también de aquellos que lo confesamos como Señor. No se
puede voltear la cara al dolor de los migrantes y recitar el Padre Nuestro al
día siguiente.
DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 24 de septiembre 2017
DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 24 de septiembre 2017
LOS MEZQUINOS NO ENTIENDEN
Así sucede en el pasaje evangélico donde el
propietario de la viña que es benévolo y generoso con los últimos; les parece
un despropósito que no utilice el reloj checador para tasar el salario. La
secuencia de la parábola no descuida ningún detalle. El propietario acordó el
salario con los jornaleros de la primera hora, por eso mismo pudo argumentar su
proceder justo al momento de la paga. Jesús nos está tratando de enseñar que la
justicia y la generosidad de Dios no están reñidas. Dios no se desentiende
jamás de los primeros, es decir, de todas aquellas personas que se han afanado
a lo largo de su vida por vivir conforme a la voluntad del Padre. El profeta
Isaías lo había intuido muy claramente muchos siglos atrás, señalando que los
caminos humanos no se asemejan a los caminos de Dios. Los humanos concebimos la
justicia en base con los méritos, las sumas y los cálculos. Dios en cambio, se
desborda en generosidad, socorriendo gustosamente a cada persona, en la medida
de su necesidad y no de sus méritos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor.
Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su
Dios.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los
hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los
hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo
tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Mis pensamientos no son los pensamientos de
ustedes.
Del libro del profeta Isaías: 55, 6-9
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar,
invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el
criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios,
que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de
ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice el Señor. Porque así como
aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y
mis pensamientos a sus pensamientos".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 2-3. 8-9. 17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi
boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza
incalculable. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para
enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor
se extiende a todas sus creaturas. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están
llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy
cerca está el Señor, de quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una
ganancia.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses:
1, 20- 24. 27
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte,
Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte,
una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar
todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el
deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor;
y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien
de ustedes. Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de
Cristo.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos
las palabras de tu Hijo. R/.
EVANGELIO
¿Vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 1-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta
parábola: "El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al
amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con
ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media
mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también
ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y
a media tarde e hizo lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y
encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: ¿Por qué han
estado aquí todo el día sin trabajar?'. Ellos le respondieron: 'Porque nadie
nos ha contratado'. Él les dijo: `Vayan también ustedes a mi viña'.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su
administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por
los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que
habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron
que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al
recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que
llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo
que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.
Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te
hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma,
pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti.
¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque
yo soy bueno?'. De igual manera, los últimos serán los primeros, y los
primeros, los últimos".
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas
sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor y
digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro
obispo N., y por todos los demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para
que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Por los jefes de Estado y por los demás
gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus
manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la
paz y la libertad, roguemos al Señor.
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por
los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o
viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo
y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, y
el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la
salvación eterna de nuestras almas, roguemos al Señor.
Padre justo y lleno de bondad, que das a los primeros
lo mismo que a los últimos, escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos
que, como el cielo aventaja la tierra, así tus caminos aventajan a los nuestros
y que es un gran honor haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en tu
viña. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo,
para que recibamos, por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor
de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de
Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no
sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad,
sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y
así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la
salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo
eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con
exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu
voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos,
confórtanos con tu incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el
fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
Las experiencias de fe no son un asunto comparable
a la administración de negocios. Ni Dios es contador, ni los creyentes somos
empleados. La parábola es apenas un lenguaje simbólico para ayudarnos a
entender algo más profundo. El amor de Dios se despliega de manera misteriosa.
No conseguimos entender por qué razón algunas personas reciben tantos
beneficios aparentemente, mientras que otras, parecen olvidadas de la mano de
Dios. El bienestar económico, la calidad educativa, la protección social y la
seguridad jurídica que disfruta una parte de la humanidad, se le regatea sin
compasión a la otra. El papa Francisco no comprende que se rescaten los bancos
con sumas cuantiosas, mientras que no se realizan los esfuerzos suficientes
para rescatar a miles de migrantes que sufren y mueren no sólo en el
Mediterráneo, sino también en nuestro país. El cuidado por los últimos no es
sólo asunto de Dios, sino que debiera serlo también de aquellos que lo
confesamos como Señor. No se puede voltear la cara al dolor de los migrantes y
recitar el Padre Nuestro al día siguiente.
sábado, 16 de septiembre de 2017
DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 17 de septiembre 2017
DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 17 de septiembre 2017
NO TE ENOJES CON TU PRÓJIMO
Con una parábola original exhibe el Señor Jesús la ingratitud de
quienes hemos sido perdonados innumerables ocasiones por Dios, sin corresponder
con la misma generosidad hacia quienes nos ofendieron. La disparidad entre la
deuda perdonada al deudor reacio y la insignificante suma que le debía su compañero,
exhibe el tamaño de nuestra mezquindad. El comentario final resulta
innecesario. Cualquier lector sabría apropiarse de esa enseñanza. De hecho, el
libro del Sirácide así lo planteaba desde tiempo atrás: el corazón del hombre
rencoroso no puede acercarse a Dios para pedirle perdón. La misma secuencia que
apreciamos en la oración del Padre Nuestro, está presente en estas sabias
enseñanzas: quien se adelante a perdonar a su prójimo, recibirá el perdón de
sus pecados.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Si 36, 18
Concede, Señor, la paz a los que esperan en ti, y cumple así las
palabras de tus profetas; escucha las plegarias de tu siervo, y de tu pueblo
Israel.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el
Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros
tus ojos y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los
efectos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Perdona la ofensa a tu prójimo para obtener tú el perdón.
Del libro del Eclesiástico (Sirácide): 27, 33-28, 9
Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se
aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de
sus pecados.
Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón, se te
perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor a otro, ¿le puede acaso
pedir la salud al Señor?
El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus
pecados? Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de sus pecados,
¿hallará quien interceda por él?
Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro
y guarda los mandamientos.
Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo.
Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo. No
nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien
lo ama. R/.
SEGUNDA LECTURA
En la vida y en la muerte somos del Señor.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 14, 7-9
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí
mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.
Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi
hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete
veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta
veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un
rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron
le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo
vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la
deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor,
lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus
compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi
lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se
le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el
otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le
pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron
a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado.
Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también
haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'. Y el
señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta
que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no
perdona de corazón a su hermano". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche
las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él y digámosle: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para los obispos, los presbíteros y los diáconos pidamos al Señor una
vida santa, tal como corresponde a su ministerio y el premio abundante de su
trabajo, roguemos al Señor.
Para los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino
de los pueblos pidamos el donde la prudencia y el espíritu de justicia,
roguemos al Señor.
Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria a
fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la
esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor.
Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores
pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta
generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor.
Señor Dios, compasivo y misericordioso, que siempre perdonas a los que
perdonan a sus hermanos, escucha nuestras oraciones y crea en nosotros un
corazón nuevo, que, como reflejo de Cristo, olvide las ofensas recibidas y
recuerde a los demás hasta qué punto tú nos amas. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Sé propicio, Señor, a nuestras plegarias y acepta benignamente estas
ofrendas de tus siervos, para que aquello que cada uno ofrece en honor de tu
nombre aproveche a todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz,
nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 35, 8
Señor Dios, qué preciosa es tu misericordia. Por eso los hombres se
acogen a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el efecto de este don celestial, Señor, transforme nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que siempre
inspire nuestras acciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
La violencia produce violencia, afirman los expertos que analizan el
incremento de las ejecuciones y asesinatos en nuestro país. También lo había
dicho, sin necesidad de análisis o de estudios, el Señor Jesús: "el que a
hierro mata a hierro muere". Nuestra incapacidad de perdonar se acrecienta
cuando hacemos que crezca en nosotros el enojo y el resentimiento. Es necesario
desarraigarlos de nuestro interior lo antes posible, para que no fructifiquen
en acciones y palabras violentas. De un corazón exento de pensamientos de
venganza, va brotando la reconciliación y el perdón. Nadie da lo que no tiene.
Para perdonar hay que vivir primero una espiritualidad del perdón. Como todas
las actitudes significativas de nuestra vida, la capacidad de perdonar no se
improvisa. Es un proceso que aprendemos en la familia y consolidamos en todas
nuestras relaciones sociales. Necesitamos organizar verdaderas escuelas para el
perdón y la reconciliación.
viernes, 8 de septiembre de 2017
DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 10 de septiembre 2017
DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 10 de septiembre 2017
EL PROFETA COMO VIGILANTE
Dentro de las estrategias de sobrevivencia que
mantenían las poblaciones de Israel estaban las torres de vigilancia,
emplazadas en las murallas. Los vigilantes debían avisar oportunamente de
cualquier movimiento de soldados que pusiera en riesgo a los habitantes. Un
aviso oportuno, una voz de alarma, salvaba muchas vidas. Los profetas, como
afirma Jeremías, se asemejaban a los vigilantes que resguardan las murallas.
Los profetas no miraban solamente los peligros externos, sino especialmente las
amenazas internas que pondrían en riesgo la paz y la justicia. Sus anuncios y
denuncias nacían de un interés genuino por proteger y mejorar la vida de todo
Israel. No podían callarse la boca ni voltearse para otro lado. El Evangelio
nos invita a practicar el diálogo y la corrección fraterna con la intención de
auxiliar a los hermanos que extraviaron la ruta. La corrección fraterna se ha
de vivir con honestidad y trasparencia
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos;
muéstrate bondadoso con tu siervo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los
hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, de quien nos viene la redención y a
quien debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto
amas, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad
y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Si no amonestas al malvado, te pediré cuentas de su
vida.
Del libro del profeta Ezequiel: 33, 7-9
Esto dice el Señor: "A ti, hijo de hombre, te
he constituido centinela para la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de
mi boca, tú se la comunicarás de mi parte.
Si yo pronuncio sentencia de muerte contra un
hombre, porque es malvado, y tú no lo amonestas para que se aparte del mal
camino, el malvado morirá por su culpa, pero yo te pediré a ti cuentas de su
vida.
En cambio, si tú lo amonestas para que deje su mal
camino y él no lo deja, morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu
vida".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios
que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y
bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros su
pueblo, él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No
endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus
padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
SEGUNDA LECTURA
Cumplir perfectamente la ley consiste en amar.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos:
13, 8-10
Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del
amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En
efecto, los mandamientos que ordenan:
"No cometerás adulterio, no robarás, no
matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás" y todos los otros, se
resumen en éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", pues quien
ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, cumplir perfectamente la
ley consiste en amar. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19
R/. Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de
Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación. R/.
EVANGELIO
Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha,
habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos
personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos.
Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le
hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra
quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado
en el cielo.
Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se
ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo
concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio
de ellos".
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras
plegarias y atienda a nuestras peticiones. Digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te
rogamos, Señor.)
Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le
conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus
hijos, roguemos al Señor.
Por la paz del mundo, para que cesen las
rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y
arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al señor.
Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al
mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra
las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria,
roguemos al Señor.
Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe
hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admite en el reino de
la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, que has prometido que el Padre
del cielo escucharía la plegaria de los que se reúnen en tu nombre, danos un
espíritu y un corazón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros,
cumplamos de verdad tu ley. Tú, que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la
paz, concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al
participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien,
compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María;
muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida
eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3
Como la cierva busca el agua de las fuentes, así,
sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y
vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera
tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su
vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO
El proceso de diálogo y reconciliación entre
ofensor y ofendido está lleno de dificultades. La emotividad, el resentimiento
y hasta el deseo de venganza alteran la capacidad de abordar un asunto de
manera serena. Ni siquiera entre padres e hijos resulta posible corregir,
sancionar y ejercer una labor de reorientación. El Evangelio nos invita a
corresponsabilizarnos con el proceso de diálogo y reconciliación fraterna. No
tiene sentido habituarnos a la indiferencia, ni mucho menos, volvernos
cómplices de los abusos de las personas que están bajo nuestra responsabilidad.
Alguna estudiosa de la violencia, recomienda que las madres de familia, en
particular, tengan el valor para marcar un alto y expresar su desacuerdo con el
hijo, esposo o pariente que esté involucrado en cualquier conducta violenta o
criminal. Una manera eficaz de aminorar la violencia es documentando los abusos
de los nuestros, en la comunidad en donde son conocidos. Por ahí van también
las recomendaciones del Señor Jesús en este Evangelio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)