Remar Mar Adentro
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
miércoles, 27 de septiembre de 2023
DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 8 de octubre 2023
UNA PARÁBOLA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231008
«El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: Mi amigo
tenía una viña en un fértil collado (Is 5,1). Jesús llama su viña a las almas
humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan
sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque el ángel
del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege (Sal 33, 8). Seguidamente
plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia en el
primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los
maestros (1 Co 12, 28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros
tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde
serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una
vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así manteniendo
constantemente nuestro deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que
trepan hasta las más altas cimas. Nos pide también que consintamos en ser
escardados. Ahora bien, un alma está escardada cuando aleja de ella las
preocupaciones del mundo que no son más que una carga para nuestros corazones. As~
el que aleja de sí mismo el amor carnal y está atado a las riquezas o que tiene
por detestable y menospreciable la pasión por esta miserable y falsa gloria ha
sido, por decido así, escardado, y respira de nuevo, liberado ya de la carga
inútil de las preocupaciones de este mundo. Pero, para mantenemos en la misma
línea de la parábola, es preciso que no produzcamos únicamente madera, es
decir, que vivamos con ostentación, ni que busquemos ansiosamente la alabanza
de los de fuera. Es necesario que demos fruto reservando nuestras obras para
ser mostradas tan sólo al verdadero propietario de la viña» (San Basilio Magno
[329·379]. Homilía 5 sobre el Hexaemeron, 6).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231008
Para algunos filósofos, como Hegel (1770-1831), la historia es una marcha imparable hacia una meta inevitable. Para varias religiones, como el hinduismo y el budismo, la historia es una gran confusión sin sentido de la que debemos huir. Para los antiguos herejes, conocidos como los gnósticos, la historia es un horrible error, causado por los pecados de unos espíritus en un cielo lejano y puro. Quizá para algunos contemporáneos nuestros, la historia es una serie de instantes discretos que no están interconectados de ninguna manera o quizá una película divertida. Sin embargo, para la fe cristiana, la historia es algo tan importante que Dios mismo se hace presente en ella en la persona de Cristo. Es un proyecto de vida que Dios crea para unirse con nosotros en su manera típica, es decir, pidiendo nuestra participación bajo su guía bondadosa y amorosa.
domingo, 24 de septiembre de 2023
El temor del Señor y la sabiduría.
La Biblia frecuentemente proclama
que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10).
El temor del Señor no significa tener miedo de Dios, sino tener un respeto
profundo y una reverencia por su santidad, su poder y su amor. El temor del
Señor nos lleva a obedecer sus mandamientos, a confiar en su gracia y a buscar
su voluntad. El temor del Señor es el principio de la sabiduría porque nos hace
reconocer nuestra necesidad de Dios y nos abre a recibir su revelación y su
instrucción. La sabiduría es la capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo
verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto. La sabiduría nos ayuda a vivir
de acuerdo con el propósito de Dios para nuestras vidas y a glorificarlo con
nuestros pensamientos, palabras y acciones. La sabiduría no se basa en el
conocimiento humano, sino en el conocimiento divino. Por eso, el principio de
la sabiduría es el temor del Señor.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231001
«Un hombre tenía dos hijos ... Son los dos hijos descritos en la
parábola del Evangelio de san Lucas (15,11-32), uno sobrio y el otro disoluto.
Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural: Ve y
trabaja en mi viña, es decir: no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a
ti. Él respondió con soberbia: No quiero, sin embargo, después de la venida del
Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y reparó con su esfuerzo
la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el pueblo judío que
respondió a Moisés: Haremos todo lo que ha dicho el Señor, pero no fue a la
viña porque después de haber muerto el hijo del padre de familia se consideró
el heredero. Otros no creen que la parábola se refiera a los paganos ya los
judíos sino simplemente a los pecadores ya los justos. El mismo Señor explica a
continuación sus palabras: Les aseguro que los publicanos y las prostitutas os
precederán en el Reino de Dios; aquellos que por su mala conducta se habían
negado a servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia;
mientras que los fariseos que hacían profesión de justicia y se jactaban de
cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron los
preceptos de Dios. Por eso dice: Juan vino a vosotros por el camino de la
justicia y no creísteis en él; en cambio los publícanos y las prostitutas
creyeron en él. En cuanto a lo que sigue: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del
padre? Y ellos dijeron: el último, sepamos que los ejemplares auténticos no
traen "el último" sino "el primero" de modo que ellos se
condenan a sí mismos por su propio juicio. Si quisiéramos leer "el último"
la interpretación es clara: digamos que los judíos comprenden bien la verdad,
pero la tergiversan y no dicen lo que piensan, como cuando sabiendo que el
bautismo de Juan venía del cielo, no lo quisieron confesar» (San Jerónimo
[342-420]. Evangelio de san Mateo. Libro 111. 21,28-32).
DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2023
LA SOBERBIA, El PRINCIPIO DE LA NECEDAD
Ez 18, 25-28; Sal 24; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32
La parábola de los dos hijos en nuestro Evangelio de hoy, que tal vez
sea una versión de la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), parece
concebida por Mateo como un comentario sobre el encuentro de Jesús con los
sumos sacerdotes y ancianos en los versículos 23 a 27. Tiene un significado
similar, pero todavía más largo si es leído junto con la primera lectura sobre
el arrepentimiento y la práctica de la justicia, y también con la segunda
lectura acerca de la kénosis o el anonadamiento de Cristo. Todos enfatizan cuan
peligrosa es la soberbia y cuan necesaria es la humildad. Los oponentes de
Jesús en el Evangelio, los desterrados de Israel en Babilonia que el profeta
Ezequiel critica, y ciertos miembros de la comunidad cristiana de Filipos
urgentemente tienen que estar despiertos de las trampas de la soberbia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo,
porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor
a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo
cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros,
para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los
bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.
Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder
del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más
bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere;
muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que
hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si
recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no
morirá". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor
y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo,
si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu
y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo
todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una
sola alma.
Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por
humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque
su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo
Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las
prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a
sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso
la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que
está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
EVANGELIO
El segundo hijo se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas
se les han adelantado en el Reino de Dios.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al
primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya
voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo.
Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos
hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El
segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las
prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a
ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los
publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de
haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades,
para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos
ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e
infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la
familia humana, roguemos al Señor.
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que
desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en
el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
Dios nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores
que se convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las
oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que,
teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el
perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y
que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya
plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a
sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y
así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos
creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde
esperanza y consuelo en mi dolor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al
anunciarla, la hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231001
La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el
principio de la sabiduría" (Prov 9, 10), refiriéndose, por supuesto, no al
terror de Dios sino a una actitud de humildad. Así mismo, considera muchas
veces que el vicio opuesto de la humildad, que es la soberbia, es el principio
de la necedad, es decir, del pecado (véase, por ejemplo, Prov 19,23; Rom 12,
16; y 2 Cor 10, 17-18). Claro que la soberbia no quiere decir no a una
autoestima saludable, sino a una estima inflada de uno mismo. Entendido así,
este exceso aleja a una persona de una percepción justa de la realidad, la
ciega a sus faltas y a los logros de los demás, con hambre de cumplidos y
alabanzas, y la hace creerse auto suficiente. En la vida de la fe, la soberbia
es fatal porque nos cierra a Dios.