Remar Mar Adentro
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
viernes, 7 de noviembre de 2025
Evangelio del 8 de noviembre 2025 Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Con el dinero, tan
lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en
el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes;
y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si
ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias,
¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no
es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes? No hay criado que
pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al
primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y
al dinero”. Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero,
se burlaron de Jesús. Pero él les dijo: "Ustedes pretenden pasar por
justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy
estimable para los hombres, es detestable para Dios".
Reflexión
El núcleo de este pasaje es la correcta administración de los recursos
materiales. Jesús no aprueba la deshonestidad del administrador, sino que alaba
su astucia y su cumplimiento para asegurar un futuro. La lección para los
discípulos es ser igualmente sagaces y previsores, pero para un propósito
eterno:
Se anima a los discípulos a usar el dinero y las posesiones de este
mundo temporal y fácilmente corrompible para "ganarse amigos" que los
reciban en las "moradas eternas". Esto se interpreta comúnmente como
usar los bienes materiales en actos de caridad y generosidad que acumulen
tesoros en el cielo y aseguren la vida eterna
Jesús advierte: "Ningún servidor puede servir a dos señores,
porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al
otro. No pueden servir a Dios y al Dinero.
Esta frase exige una elección radical y exclusiva de lealtad. El dinero
no es solo un objeto, sino que se personifica como un falso "señor"
que exige una devoción que compite directamente con la de Dios. El servicio a
uno implica el desprecio del otro.
jueves, 6 de noviembre de 2025
Evangelio del 7 de noviembre 2025 Lucas 16, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Había una vez un
hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle
malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho
de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás
administrador". Entonces el administrador se puso a pensar: "¿Qué voy
a hacer ahora que me quiten el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la
tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a
alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan”. Entonces fue llamando
uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: "¿Cuánto le
debes a mi amo?" El hombre respondió: Cien barriles de aceite". El
administrador le dijo: "Toma tu recibo, date prisa y haz otro por
cincuenta". Luego preguntó al siguiente: "Y tú, ¿Cuánto debes?"
Este respondió: "Cien sacos de trigo". El administrador le dijo:
"Toma tu recibo y haz otro por ochenta”. El amo tuvo que reconocer que su
mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este
mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz".
Comentario
En la parábola del administrador infiel (o astuto) Jesús primera vista,
parece alabar una conducta deshonesta, pero el mensaje central no es la
alabanza a la injusticia, sino un llamado a la sagacidad y previsión en la vida
espiritual.
Jesús anima a sus seguidores, que son los "hijos de la luz", a aplicar una diligencia, seriedad, y previsión similar (o incluso mayor) a la que usan "los hijos de este mundo" para asegurar bienes materiales o favores temporales. Si los mundanos son tan listos para asegurar un futuro terrenal, ¡Cuánto más deben ser los creyentes para asegurar su destino eterno!
La parábola es un llamado a la acción inmediata: usa lo que tienes
(dinero, tiempo, talentos, oportunidades) con la misma resolución e ingenio que
el administrador infiel, pero con el objetivo de construir tu futuro en el
Reino de Dios, es decir, a través de la caridad y la justicia.
miércoles, 5 de noviembre de 2025
Evangelio del 6 de noviembre 2025 Lucas 15, 1-10
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a
escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
"Este recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo
entonces esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le
pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se
le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus
hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y
les dice: "Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había
perdido". Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un
pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan
arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde
una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta
encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice:
"Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había
perdido". Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios
por un solo pecador que se arrepiente".
Comentario
El pasaje de Lucas 15, 1-10 contiene dos parábolas de Jesús: la de la
oveja perdida y la de la moneda perdida. Ambas revelan un mensaje profundo
sobre la misericordia y el amor de Dios.
Jesús habla a un público que incluye fariseos y escribas, quienes
critican que Él se acerque a los pecadores. Con estas parábolas, muestra que
Dios no excluye a nadie, sino que busca activamente a quien se ha alejado. Así
como el pastor deja las noventa y nueve ovejas para encontrar la que se perdió,
o la mujer enciende la lámpara para hallar la moneda extraviada, Dios se alegra
inmensamente cuando uno solo de sus hijos se arrepiente y regresa a Él.
El mensaje central es la alegría divina del perdón: no se trata de
juicio ni de condena, sino de celebración. Lucas subraya que la conversión no
es solo un acto humano, sino una experiencia de encuentro con la ternura de
Dios, que ama, busca y se regocija por cada persona recuperada.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251116
Quienes utilizan la violencia y el poder económico para obtener
cuantiosas ganancias se alejan del camino del Señor. El creyente que no secunda
ni se subordina ante los delincuentes padece hostigamiento y violencia. Tales
dinámicas no solamente ocurrían en los tiempos bíblicos, sino que todavía
perduran en nuestro país. La esperanza cristiana que nos comunica el Señor
Jesús nos garantiza el auxilio y la asistencia del Espíritu en la hora de la
prueba: "todos los odiarán por causa mía". La fidelidad a Jesucristo
nunca ha resultado cómoda. Tampoco es producto de nuestro protagonismo heroico.
Algo nos corresponde hacer para perseverar en el camino cristiano; sin embargo,
conviene recordar siempre que será la presencia del Señor Jesús la que nos
mantendrá de pie. La vocación profética y sacerdotal que recibimos en el
bautismo se tendrá que traducir en actitudes congruentes. No podemos ser
cristianos y participar en las dinámicas de la corrupción y la violencia
imperantes.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20251116
«Esto quiero decirles, hermanos: el tiempo se ha acortado. En adelante,
los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como
si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que
compran, como si no hubieran adquirido nada; y los que gozan la vida presente,
como si no la gozaran. Piensen que todo lo actual está pasando. Yo quisiera
verlos libres de preocupaciones. Por lo tanto, ¿qué debe hacer el cristiano?
Servirse de este mundo, no servirlo a él. ¿Qué quiere decir esto? Que los que
tienen han de vivir como si no tuvieran, según las palabras del Apóstol:
"Esto quiero decirles, hermanos: el tiempo se ha acortado. En adelante,
los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como
si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que
compran, como si no hubieran adquirido nada; y los que gozan la vida presente,
como si no la gozaran. Piensen que todo lo actual está pasando. Yo quisiera
verlos libres de preocupaciones! El que se ve libre de preocupaciones espera
seguro la venida de su Señor. En efecto, ¿qué clase de amor a Cristo es el de
aquel que teme su venida? ¿No nos da vergüenza, hermanos? Lo amamos y, sin
embargo, tememos su venida. ¿De verdad lo amamos? ¿No será más bien que amamos
nuestros pecados? Odiemos el pecado, y amemos al que ha de venir a castigar el
pecado. El vendrá, lo queramos o no; el hecho de que no venga ahora no
significa que no haya de venir más tarde. Vendrá, y no sabemos cuándo; pero, si
nos halla preparados, en nada nos perjudica esta ignorancia. Aclamen los
árboles del bosque. Vino la primera vez, y vendrá de nuevo a juzgar a la
tierra; hallará aclamándolo con gozo, porque ya llega, a los que creyeron en su
primera venida» (San Agustín [354-430]. Comentario al Salmo 95, 14.15).




