Remar Mar Adentro
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
sábado, 10 de agosto de 2024
sábado, 27 de julio de 2024
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240728
Cuando leemos relatos bíblicos, como la multiplicación de los panes, naturalmente pensamos en la Eucaristía. Como se lee en dichos relatos, la Eucaristía es un alimento que satisface nuestra hambre de manera milagrosa y maravillosa y es un signo de la abundancia de la vida que Dios nos otorga generosamente. No obstante, cuando leemos tales relatos, no podemos dejar de pensar sólo en la Eucaristía, aunque es un don de valor infinito. Si pensáramos así, seríamos como las multitudes que siguieron a Jesús única y egoístamente porque satisfizo sus necesidades. Tenemos que leer estos relatos intentando entender a Cristo mismo, que nos da el Sacramento Eucarístico y también otros dones, pero Él es el mejor don de Dios. Como dice San Agustín, un día desaparecerán las Escrituras y los sacramentos, pero nunca desaparecerá Cristo.
sábado, 29 de junio de 2024
San Pedro y San Pablo
¿Quiénes fueron San Pedro y
San Pablo?
San Pedro y San Pablo fueron
dos de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Ambos son los fundadores de la
Iglesia de Roma. San Pedro, uno de los discípulos más cercanos a Jesús, es
considerado el primer papa de la Iglesia Católica. Por su parte, San Pablo fue
un importante apóstol que llevó el mensaje de Cristo a diferentes regiones del
mundo antiguo. La conmemoración de su martirio en Roma se celebra el 29 de
junio y es una de las mayores festividades religiosas para los cristianos
católicos y ortodoxos.
¿Quiénes eran antes de su
conversión?
Antes de convertirse en
discípulos de Jesús, tanto San Pedro como San Pablo tenían ocupaciones y
antecedentes distintos:
San Pedro (Simón Pedro) era
un pescador en el Mar de Galilea. Su nombre original era Simón, pero Jesús lo
llamó Pedro (que significa “roca” en arameo) y le dijo que sería la piedra
angular de su Iglesia. San Pedro se convirtió en uno de los discípulos más
cercanos a Jesús y desempeñó un papel fundamental en la propagación del
cristianismo.
San Pablo (Saulo de Tarso) Saulo
era un fariseo y un perseguidor de los cristianos. Participó en la persecución
de la Iglesia primitiva. Sin embargo, en el camino a Damasco, tuvo una
experiencia transformadora en la que Jesús se le apareció y le llamó a ser su
apóstol. Después de su conversión, Saulo cambió su nombre a Pablo y se
convirtió en un apóstol apasionado, viajando extensamente para predicar el
mensaje de Cristo.
En resumen, ambos apóstoles
tenían diferentes trasfondos y experiencias antes de seguir a Jesús, pero sus
vidas cambiaron radicalmente después de encontrarse con él.
¿Dónde llevaron a cabo su
trabajo pastoral?
San Pedro:
Jerusalén: Después de la
ascensión de Jesús, se estableció en Jerusalén y desempeñó un papel importante
en la comunidad cristiana allí.
Antioquía: También visitó
Antioquía, donde predicó y enseñó a los creyentes.
Roma: Finalmente, San Pedro
llegó a Roma, donde se convirtió en el primer obispo y mártir. Su tumba se
encuentra en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano.
San Pablo:
Viajes misioneros: San Pablo
realizó tres viajes misioneros extensos, llevando el evangelio a ciudades como
Éfeso, Corinto, Filipos y Tesalónica.
Roma: Al igual que San
Pedro, San Pablo también llegó a Roma, donde fue arrestado y finalmente
martirizado. Su tumba está en la Basílica de San Pablo Extramuros.
En resumen, ambos apóstoles
trabajaron en diferentes lugares, pero su influencia se extendió ampliamente a
través de sus enseñanzas y ministerio.
¿Cuál fue su legado?
El legado de San Pedro y San
Pablo es significativo en la historia del cristianismo:
San Pedro:
Primer Papa: San Pedro es
considerado el primer papa de la Iglesia Católica. Su liderazgo en la comunidad
cristiana primitiva sentó las bases para la estructura eclesiástica.
Martirio en Roma: Fue
martirizado en Roma durante la persecución de los cristianos bajo el emperador
Nerón.
Confesión de fe: Su
confesión de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente es fundamental
en la tradición cristiana.
San Pablo:
Apóstol de los gentiles: San
Pablo llevó el evangelio a las comunidades no judías (gentiles) en todo el
mundo antiguo. Sus cartas (epístolas) forman una parte importante del Nuevo
Testamento.
Teología y doctrina: San
Pablo desarrolló la teología cristiana en áreas como la justificación por la
fe, la gracia y la libertad en Cristo.
Viajes misioneros: Sus
viajes misioneros establecieron comunidades cristianas en muchas ciudades y
regiones.
Martirio en Roma: Al igual
que San Pedro, fue martirizado en Roma
En conjunto, su legado
abarca la expansión del cristianismo, la enseñanza doctrinal y la inspiración
para generaciones de creyentes.
¿Cómo influyeron en la
teología cristiana?
San Pedro y San Pablo
tuvieron un impacto significativo en la teología cristiana a través de sus
enseñanzas y escritos:
San Pedro:
Primado de Pedro: San Pedro
es considerado el primer papa de la Iglesia Católica. Su liderazgo en la
comunidad primitiva sentó las bases para la estructura eclesiástica.
Confesión de fe: Su
confesión de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Mateo 16:16) es
fundamental en la tradición cristiana.
Énfasis en la unidad: Pedro
enfatizó la unidad dentro de la Iglesia y la importancia de la caridad y el
perdón.
San Pablo:
Teología y doctrina: San
Pablo desarrolló la teología cristiana en áreas como la justificación por la
fe, la gracia y la libertad en Cristo.
Epístolas: Sus cartas
(epístolas) forman una parte importante del Nuevo Testamento. En ellas, abordó
temas como la salvación, la resurrección y la vida en el Espíritu.
Apóstol de los gentiles:
Pablo llevó el evangelio a las comunidades no judías, estableciendo comunidades
cristianas en muchas ciudades y regiones.
¿Qué enseñanzas específicas
dejaron San Pedro y San Pablo?
San Pedro y San Pablo
dejaron enseñanzas fundamentales en la historia del cristianismo:
San Pedro:
Liderazgo y unidad: Como uno
de los discípulos más cercanos a Jesús, Pedro se convirtió en líder de la
Iglesia primitiva en Jerusalén. Enseñó la importancia de la unidad en la fe
cristiana.
Martirio: Pedro fue
crucificado boca abajo en Roma por su fe.
Confesión de fe: Reconoció a
Jesús como el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
San Pablo:
Justificación por la fe:
Pablo enseñó que la salvación no se obtiene por obras, sino por la fe en Jesús
y su obra redentora en la cruz.
Amor de Dios: Habló sobre el
amor de Dios y cómo debemos amar a los demás.
Viajes misioneros: Fundó
comunidades cristianas en diferentes ciudades del Imperio Romano.
En resumen, su legado
teológico sigue influyendo en la fe cristiana hasta hoy.
viernes, 28 de junio de 2024
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 30 de junio 2024
CRISTO ES EL DUEÑO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Sab 1, 13-16; 2,23-24: Sal 29; 2 Cor 8, 7-9. 13-15; Mc 5, 21-43
Hasta la liturgia de hoy, hemos visto en el Evangelio de Marcos que
Jesús cura a los enfermos y expulsa a los demonios de personas afligidas por
ellos. En el párrafo de hoy, da un paso adelante. No sólo cura a una persona
sino que restaura a una muerta a la vida. A decir verdad, porque Jesús comenta
que ella "está dormida" (v. 39), no está completamente claro si la
hija del jefe de la sinagoga está muerta o gravemente enferma. Pero los otros
sinópticos (Mt 9, 18 y Lc 8, 42) indican que ya ha muerto. En todo caso, Jesús
triunfa sobre la muerte. Es que, como comenta nuestra primera lectura,
"Dios no hizo la muerte" (Sab 1, 14) y por lo tanto quiere eliminada
de su creación. Jesús se revela como dueño de la vida y de la muerte.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que
fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las
tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor
de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo.
Del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24
Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los
vivientes. Todo lo creó para que subsistiera.
Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal.
Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza
de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la
experimentan quienes le pertenecen. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29,2.4. 5-6.11-12a.13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi
duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que la abundancia de ustedes remedie la necesidad de sus hermanos
pobres.
De la carta del apóstol san Pablo a los corintios 8, 7. 9. 13-15
Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en
sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse
también ahora por su generosidad.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo
rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su
pobreza.
No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están
sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida
justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de
ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades.
En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que
recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. 2 Tm 1, 1
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho
resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
¡Óyeme, niña, levántate!
Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del
lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó
uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus
pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a
imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha
gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía
doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso
toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús,
vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que,
con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de
su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de Él, se
volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?"
Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y
todavía preguntas: `¿Quién me ha tocado?' " Pero Él seguía mirando
alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer,
asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies
y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha
curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del
jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué
sigues molestando al Maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le
dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No
permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de
Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de
la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo:
"¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está
dormida". Y se reían de Él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus
acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo:
"¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!"
La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar.
Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a
nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que
podamos alegrarnos al recibir su ayuda:
Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y
por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza
limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que
con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o
de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor
misericordioso.
Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en
sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y
poseemos.
Dios nuestro, que en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has
querido enriquecemos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas
que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos
acobardemos ante la pobreza o la cruz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos,
concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1
Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir,
nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que
permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240630
«Mi niña está agonizando. Que es como si dijera: aún conserva el calor de la vida, aún se notan síntomas de animación, todavía respira, todavía el señor de la casa tiene una hija, todavía no ha descendido a la región de los muertos; por lo tanto, date prisa, no dejes que se le vaya el alma. En su ignorancia, creyó que Cristo no podía resucitar a la muerta sino tomándola de la mano. Ésta es la razón por la cual Cristo, cuando, al llegar a la casa, vio que a la niña se la lloraba como perdida, para moverá la fe a los ánimos infieles, dijo que la niña no estaba muerta, sino dormida, a fin de infundirles esperanza, pensando que era más fácil despertar del sueño que de ¡a muerte. La niña, dice, no está muerta, está dormida. Y realmente, para Dios la muerte es un sueño, pues Dios devuelve más rápidamente a la vida que despierta un hombre del sueño a un dormido; y tarda menos Dios en infundir el calor vivificante a unos miembros fríos con el frío de la muerte de lo que puede tardar un hombre en infundir el vigora los cuerpos sepultados en el sueño. Escucha al Apóstol: En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, los muertos despertarán. El bienaventurado Apóstol, al no hallar palabras capaces de expresar la velocidad de la resurrección, acudió a los ejemplos Porque, ¿cómo hubiera podido imprimir celeridad al discurso allí donde la potencia divina se adelanta incluso a esa misma celeridad? ¿O en qué sentido podía expresarse en categorías de tiempo, allí donde se nos otorga una realidad eterna no sometida al tiempo? Así como el tiempo dio paso a la temporalidad, así excluyó el tiempo la eternidad^) (San Pedro Crisólogo [c.380-450]. Sermón 34,1.5).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240630
¿De dónde viene la muerte? ¿Cuál
es su origen? Frecuentemente la respuesta es que la muerte es el precio que la
raza humana tiene que pagar por el pecado. Sin embargo, el relato bíblico que,
de acuerdo con la tradición, narra los castigos que la humanidad sufre por el
pecado (Gén 3, 13-24) no menciona la muerte como uno de ellos. Sólo leemos que
Dios dice al hombre que "eres polvo y al polvo volverás" (v. 19), una
alusión a la muerte biológica como algo inevitable. Para algunos pensadores, el
castigo mencionado por Génesis y otros libros bíblicos, como nuestra primera
lectura de hoy, es la muerte espiritual, a saber, la separación del ser humano
de Dios. Es esta muerte espiritual que nos hace tener miedo de la muerte biológica
y de nuestro encuentro después de esta existencia con Dios.
viernes, 21 de junio de 2024
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240623
Desde el siglo XVIII los
cristianos han definido un milagro como una transgresión de las leyes de la
naturaleza. Es una ocasión en que Dios entra en nuestra realidad desde el cielo
para suspender dichas leyes: por ejemplo, la curación de un enfermo que no
puede ser explicada por los médicos. Pero ¿por qué quisiera Dios violar las
leyes sabias que El mismo ha perfectamente instituido? Además, tenemos que
reconocer que Dios no entra en nuestra realidad desde fuera, sino que está
siempre aquí con nosotros. Por eso, varios teólogos, junto con algunos físicos
creyentes, han intentado pensar más profundamente la realidad de los milagros,
evitando la tentación racionalista de reducirlos a fenómenos naturales y
buscando respetar la acción divina entre nosotros.