miércoles, 27 de septiembre de 2023

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 8 de octubre 2023

 





 

UNA PARÁBOLA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Is 5, 1-7; Sal 79; Flp 4,6-9: Mt 21, 33-43
 
Con su parábola del Evangelio de hoy, Jesús ofrece una visión panorámica de la historia de la salvación. Utiliza el símbolo de la viña, bien conocido por un pueblo adiestrado en la vinicultura y también por su significado religioso exhibido en nuestra primera lectura, para retratar dicha historia como un proyecto guiado por un propietario atento y como resultado la producción de mucho fruto, dañado por personas egoístas, pero destinado a triunfar. Se trata de una visión que es más que una concepción iluminadora o una creación literaria hermosa. Es una visión que involucra a los oyentes de Jesús de manera fuerte y punzante y los llama a la conversión. Así son las parábolas de Jesús. A primera vista, parecen cuentos divertidos, pero concluyen como herramientas proféticas que llaman a la conversión al auditorio de Jesús y también a nosotros.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
 
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que en la abundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir.
Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La viña del Señor es la casa de Israel.
 
Del libro del profeta Isaías: 5, 1-7
 
Voy a cantar, en nombre de mi amado, una canción a su viña. Mi amado tenía una viña en una ladera fértil. Removió la tierra, quitó las piedras y plantó en ella vides selectas; edificó en medio una torre y excavó un lagar. Él esperaba que su viña diera buenas uvas, pero la viña dio uvas agrias.
Ahora bien, habitantes de Jerusalén y gente de Judá, yo les ruego, sean jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más pude hacer por mi viña, que yo no lo hiciera? ¿Por qué cuando yo esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias?
Ahora voy a darles a conocer lo que haré con mi viña; le quitaré su cerca y será destrozada. Derribaré su tapia y será pisoteada. La convertiré en un erial, nadie la podará ni le quitará los cardos, crecerán en ella los abrojos y las espinas, mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.
Pues bien, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación preferida. El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio, cometieron iniquidades; él esperaba justicia y sólo se oyen reclamaciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 79, 9 y 12.13-14.15-16.19-20.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
 
Señor, tú trajiste de Egipto una vid, arrojaste de aquí a los paganos y la plantaste; ella extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban hasta el río. R/.
 
Señor, ¿por qué has derribado su cerca, de modo que puedan saquear tu viña los que pasan, pisoteada los animales salvajes, y las bestias del campo, destrozarla? R/.
 
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.
 
Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. Restablécenos, Señor, Dios de los ejércitos, míranos con bondad y estaremos a salvo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Obren bien y el Dios de la paz estará con ustedes.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 6-9
 
Hermanos: No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuánto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
 
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Arrendará el viñedo a otros viñadores.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 33-43
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?". Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.
 
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.
 
Protege, Señor, con amor constante a tu Iglesia y no abandones la viña que tú mismo has plantado; cultívala con misericordia, enriquécela incesantemente con sarmientos vigorosos y haz que, injertados en Cristo, la verdadera cepa, todos demos frutos abundantes de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lam 3, 25
 
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que lo buscan.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231008

 

«El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: Mi amigo tenía una viña en un fértil collado (Is 5,1). Jesús llama su viña a las almas humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege (Sal 33, 8). Seguidamente plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros (1 Co 12, 28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así manteniendo constantemente nuestro deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que trepan hasta las más altas cimas. Nos pide también que consintamos en ser escardados. Ahora bien, un alma está escardada cuando aleja de ella las preocupaciones del mundo que no son más que una carga para nuestros corazones. As~ el que aleja de sí mismo el amor carnal y está atado a las riquezas o que tiene por detestable y menospreciable la pasión por esta miserable y falsa gloria ha sido, por decido así, escardado, y respira de nuevo, liberado ya de la carga inútil de las preocupaciones de este mundo. Pero, para mantenemos en la misma línea de la parábola, es preciso que no produzcamos únicamente madera, es decir, que vivamos con ostentación, ni que busquemos ansiosamente la alabanza de los de fuera. Es necesario que demos fruto reservando nuestras obras para ser mostradas tan sólo al verdadero propietario de la viña» (San Basilio Magno [329·379]. Homilía 5 sobre el Hexaemeron, 6).

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231008

 

Para algunos filósofos, como Hegel (1770-1831), la historia es una marcha imparable hacia una meta inevitable. Para varias religiones, como el hinduismo y el budismo, la historia es una gran confusión sin sentido de la que debemos huir. Para los antiguos herejes, conocidos como los gnósticos, la historia es un horrible error, causado por los pecados de unos espíritus en un cielo lejano y puro. Quizá para algunos contemporáneos nuestros, la historia es una serie de instantes discretos que no están interconectados de ninguna manera o quizá una película divertida. Sin embargo, para la fe cristiana, la historia es algo tan importante que Dios mismo se hace presente en ella en la persona de Cristo. Es un proyecto de vida que Dios crea para unirse con nosotros en su manera típica, es decir, pidiendo nuestra participación bajo su guía bondadosa y amorosa.

domingo, 24 de septiembre de 2023

El temor del Señor y la sabiduría.

 



La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10). El temor del Señor no significa tener miedo de Dios, sino tener un respeto profundo y una reverencia por su santidad, su poder y su amor. El temor del Señor nos lleva a obedecer sus mandamientos, a confiar en su gracia y a buscar su voluntad. El temor del Señor es el principio de la sabiduría porque nos hace reconocer nuestra necesidad de Dios y nos abre a recibir su revelación y su instrucción. La sabiduría es la capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto. La sabiduría nos ayuda a vivir de acuerdo con el propósito de Dios para nuestras vidas y a glorificarlo con nuestros pensamientos, palabras y acciones. La sabiduría no se basa en el conocimiento humano, sino en el conocimiento divino. Por eso, el principio de la sabiduría es el temor del Señor.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231001


 




«Un hombre tenía dos hijos ... Son los dos hijos descritos en la parábola del Evangelio de san Lucas (15,11-32), uno sobrio y el otro disoluto. Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural: Ve y trabaja en mi viña, es decir: no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. Él respondió con soberbia: No quiero, sin embargo, después de la venida del Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y reparó con su esfuerzo la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el pueblo judío que respondió a Moisés: Haremos todo lo que ha dicho el Señor, pero no fue a la viña porque después de haber muerto el hijo del padre de familia se consideró el heredero. Otros no creen que la parábola se refiera a los paganos ya los judíos sino simplemente a los pecadores ya los justos. El mismo Señor explica a continuación sus palabras: Les aseguro que los publicanos y las prostitutas os precederán en el Reino de Dios; aquellos que por su mala conducta se habían negado a servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia; mientras que los fariseos que hacían profesión de justicia y se jactaban de cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron los preceptos de Dios. Por eso dice: Juan vino a vosotros por el camino de la justicia y no creísteis en él; en cambio los publícanos y las prostitutas creyeron en él. En cuanto a lo que sigue: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Y ellos dijeron: el último, sepamos que los ejemplares auténticos no traen "el último" sino "el primero" de modo que ellos se condenan a sí mismos por su propio juicio. Si quisiéramos leer "el último" la interpretación es clara: digamos que los judíos comprenden bien la verdad, pero la tergiversan y no dicen lo que piensan, como cuando sabiendo que el bautismo de Juan venía del cielo, no lo quisieron confesar» (San Jerónimo [342-420]. Evangelio de san Mateo. Libro 111. 21,28-32).

  




DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2023

 



LA SOBERBIA, El PRINCIPIO DE LA NECEDAD
 
Ez 18, 25-28; Sal 24; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32
 
La parábola de los dos hijos en nuestro Evangelio de hoy, que tal vez sea una versión de la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), parece concebida por Mateo como un comentario sobre el encuentro de Jesús con los sumos sacerdotes y ancianos en los versículos 23 a 27. Tiene un significado similar, pero todavía más largo si es leído junto con la primera lectura sobre el arrepentimiento y la práctica de la justicia, y también con la segunda lectura acerca de la kénosis o el anonadamiento de Cristo. Todos enfatizan cuan peligrosa es la soberbia y cuan necesaria es la humildad. Los oponentes de Jesús en el Evangelio, los desterrados de Israel en Babilonia que el profeta Ezequiel critica, y ciertos miembros de la comunidad cristiana de Filipos urgentemente tienen que estar despiertos de las trampas de la soberbia.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
 
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.
 
Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
 
Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
 
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
 
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
 
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
 
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma.
Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
 
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
 
 
EVANGELIO
 
El segundo hijo se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
 
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, roguemos al Señor.
 
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores que se convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que, teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Restauración universal en Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
 
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, la hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231001

 

La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10), refiriéndose, por supuesto, no al terror de Dios sino a una actitud de humildad. Así mismo, considera muchas veces que el vicio opuesto de la humildad, que es la soberbia, es el principio de la necedad, es decir, del pecado (véase, por ejemplo, Prov 19,23; Rom 12, 16; y 2 Cor 10, 17-18). Claro que la soberbia no quiere decir no a una autoestima saludable, sino a una estima inflada de uno mismo. Entendido así, este exceso aleja a una persona de una percepción justa de la realidad, la ciega a sus faltas y a los logros de los demás, con hambre de cumplidos y alabanzas, y la hace creerse auto suficiente. En la vida de la fe, la soberbia es fatal porque nos cierra a Dios.