martes, 5 de marzo de 2024

DOMINGO IV DE CUARESMA Ciclo B Domingo 10 de marzo 2024


 


LA LUZ ES INFINITAMENTE MÁS FUERTE QUE LAS TINIEBLAS
2 Crón 36,14-16.19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10; Jn 3,14-21
 
Nuestras lecturas están llenas de tinieblas. En el segundo libro de las Crónicas, el pueblo de Dios está dominado por sus abominaciones y recibe como castigo el fuego, la espada, y el exilio. En el Evangelio, Juan mira el mundo en que vive y lamenta que "los seres humanos prefirieron las tinieblas... porque sus obras eran malas" (v. 19). No obstante, en medio de esas tinieblas brilla la luz. Crónicas, por ejemplo, concluye con la luz del decreto del rey Ciro. Juan, por su parte, enfatiza que el triunfo no será de las tinieblas sino de Dios, quien "envió a su Hijo... para que el mundo se salve" (v. 17). Es que, como enfatiza san Pablo en la segunda lectura, Dios, quien es la luz misma, es "rico en misericordia" (v. 5).
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66,10-11
 
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La ira del Señor desterró a su pueblo; su misericordia lo liberó.
 
Del segundo libro de las Crónicas: 36, 14-16. 19-23
 
En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.
Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: "Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 136, 1-2. 4-5. 6.
R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
 
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
 
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos". R/.
 
Pero ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R/.
 
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados por la gracia.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 4-10
 
Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.
 
En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 14-21
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. El que cree en Él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
 
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
 
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
 
Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los que se extravían para que se conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado sobre la cruz, nos curas de las heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones y concédenos tu gracia, para que, renovados en el espíritu, podamos corresponder a los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Los frutos del ayuno
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y a alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo Señor nuestro. Por El, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 121, 3-4
 
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
  

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240310

 


«Dios no mandó a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. Muchos de los más deshonestos, abusando de ¡a bondad de Dios para con el género humano, a fin de cometer más pecados y sumergirse cada vez más en la pereza, hacen razonamientos como el que sigue: el infierno no existe, no hay castigos. Dios nos perdona todos los pecados. Mirad cómo los hace callar un sabio: No digáis: su misericordia es inmensa y perdonará la muchedumbre de mis pecados. Tiene piedad e ira, pero hada los pecadores sólo siente desdén. Y luego: Grande es su misericordia y grandes también sus castigos. Pero -me preguntaréis- ¿dónde queda su bondad hacia los hombres, si recibimos el castigo que por nuestros pecados merecemos? Por lo que hace a que recibiremos lo que hayamos merecido, escuchadlo que dicen el profeta y san Pablo: Das a cada uno según sus obras. Y: dará a cada uno según su obrar. A pesar de lo cual es evidente que la misericordia de Dios hacia los hombres es grande, por lo que sigue: al dividir nuestra existencia en dos épocas, la presente y la futura, una de ellas reservada a las luchas y pruebas y la otra a la recompensa, demostró Dios una inmensa bondad para con nosotros. ¿Cómo es ello? Porque después de haber cometido muchos y graves pecados y de haber manchado nuestra alma con multitud de delitos desde nuestra juventud hasta el final de la vida, nos ha concedido el perdón mediante el baño de la regeneración, otorgándonos a la par con él la justicia y la santidad. Y preguntaréis: ¿Qué pasa con quien, habiendo tenido la gracia de participar en los misterios desde su primera juventud, recae luego en el pecado? Le está reservado un castigo aún más grave»

(San Juan Crisóstomo [c.347-407]. Homilía 28,1. Evangelio de san Juan).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240310

 

De acuerdo con el filósofo Michel Foucault (1926-1984), en su obra maestra Las palabras y las cosas (1966), los seres humanos modernos hemos estado intentando dirigir nuestra mirada completamente sobre nosotros mismos. Disciplinas como la psiquiatría, de acuerdo con el pensador francés, originaron el anhelo vehemente de mirar todas las esquinas de nuestra interioridad, también las más recónditas y sucias. Para Foucault, sin embargo, no podemos ver toda nuestra interioridad, como no podemos mirar todo nuestro cuerpo en un solo espejo. Siempre habrá facetas interiores que quedarán en las tinieblas. Pero el filósofo Foucault se olvidó de las prácticas de la Cuaresma. Gracias a la plegaría, el ayuno, la limosna, el servicio, los Sacramentos y todos los medios que nos ofrece este tiempo litúrgico, tenemos la esperanza real de ver y eliminar las tinieblas del pecado en nuestras vidas.

jueves, 29 de febrero de 2024

DOMINGO III DE CUARESMA Ciclo B Domingo 3 de marzo 2024

 




SIGNOS DE LA RESURRECCIÓN

 
Éx 20, 1-17; Sal18; 1 Cor 1,22-25; Jn 2, 13-25
 
En los Evangelios sinópticos, Jesús ofrece a sus discípulos unas anticipaciones o signos de su resurrección en el momento de su Transfiguración en el monte (véase Mc 9,2-8; Mt 17,1-8; y Lc 9,28-36). Juan desconoce este acontecimiento y utiliza, como los signos de la resurrección, el acto y las palabras proféticas que Jesús hace en Jerusalén durante una pascua judía. Primero, en línea con los grandes profetas, Jesús realiza un acto en el que comunica un mensaje divino. Luego, cuando es desafiado por algunos que entendieron su acto, pero lo rechazaron a él, explica que está destruyendo (no solo "purificando") el Templo porque él es la verdadera morada de Dios en la Tierra. La resurrección representa la "construcción" de tal morada y también la condición necesaria para entender, de manera plena, su acto y sus palabras.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24,15-16
 
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa. Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, fuente de misericordia y de toda bondad, que enseñaste que el remedio contra el pecado está en el ayuno, la oración y la limosna, mira con agrado nuestra humilde confesión, para que a quienes agobia la propia conciencia nos reconforte siempre tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
 
PRIMERA LECTURA
 
La ley fue dada por Dios a Moisés.
 
Del libro del Éxodo: 20, 1-17
 
En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí, diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 18, 8. 9. 10. 11
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
 
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
 
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
 
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
 
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de Dios para los llamados.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1, 22-25
 
Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-25
 
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en Él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque Él sabía lo que hay en el hombre. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Si se celebra la Misa de los escrutinios, debe leerse el Evangelio con el pasaje de la Samaritana: Lecc. I, p. 62.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
 
Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
 
Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.
 
Señor, Dios nuestro, abre nuestros corazones a tus mandatos y haz que penetremos en la sabiduría de la cruz, para que, liberados del egoísmo que nos aprisiona, alcancemos los dones del Espíritu Santo y lleguemos a ser templo vivo en el que tú deseas recibir nuestra adoración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Por estas ofrendas, Señor, concédenos benigno el perdón de nuestras ofensas, y ayúdanos a perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Los frutos de la penitencia
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 83, 4-5
 
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Alimentados en la tierra con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que lleves a su plenitud en nuestra vida la gracia recibida en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Dirige, Señor, los corazones de tus fieles y da en tu bondad a tus siervos una gracia tan grande que, cumpliendo en plenitud tus mandamientos, nos haga permanecer en tu amor y en el de nuestro prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240303

 

De acuerdo con el teólogo y exégeta suizo, Oscar Cullmann (1902-1999), un presupuesto tácito yace detrás de todo lo que el Nuevo Testamento enseña: los cristianos viven en un periodo de tensión dialéctica entre lo "ya" y lo "todavía no". Por un lado, Cristo ha resucitado y nos ha redimido (p. ej. Ef 2, 6); por el otro, no hemos todavía resucitado definitivamente (p. ej. 1 Cor 15, 52). Si no comprendemos esta tensión, tergiversamos el mensaje del Nuevo Testamento y viviremos de un modo poco cristiano. Si Cullmann tenía razón, quiere decir que hay signos de la resurrección ya presentes entre nosotros, ofreciéndonos la esperanza en medio de los problemas de la vida. Busquemos tales signos, como por ejemplo la reconciliación entre dos amigos distanciados, actos de amor generosos y la vida que se niega a morir.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240303

 


 



«Porque por el celo de la casa de Dios echó del templo a ésos el Señor, los discípulos recordaron que está escrito: el celo de tu casa me devora. Hermanos, el celo de la casa de Dios devore a cada cristiano de entre los miembros de Cristo. ¿A quién devora el celo de la casa de Dios? A quien procura que se corrija y desea que se enmiende todo lo defectuoso que quizá viere allí; no descansa; si no puede enmendado, lo tolera, gime. El grano no se expulsa de la era, soporta a la paja para entrar en el granero cuando la paja sea separada. Antes que se abra el granero, tú, si eres grano, no quieras ser expulsado de la era, no sea que las aves te recojan antes de ser congregado en el granero. En efecto, las aves del cielo, las potestades aéreas, aguardan a arrebatar de la era algo, y no arrebatan sino ¡o que haya sido expulsado de allí. Te devore, pues, el celo de la casa de Dios; devore a cada cristiano el celo de la casa de Dios, casa de Dios en que es miembro. (...) A tu casa entras por el descanso temporal; a la casa de Dios entras por el descanso sempiterno. Si, pues, procuras que en tu casa no suceda algún desorden, en la casa de Dios, donde están servidos salvación y descanso sin fin, si vieses algún desorden, ¿debes soportarlo, en cuanto esté de tu parte? Por ejemplo ves a un hermano acudir al teatro? Oponte, amonéstalo, contrístate, si el celo de la casa de Dios te devora, ¿Ves a otros correr y querer emborracharse y querer en los lugares santos esto que en ningún sitio

está bien? Oponte a los que puedas, oponte a los que puedas, aterroriza a los que puedas, halaga a los que puedas; pero no descanses. ¿Es un amigo? Amonestadlo suavemente... Haz lo que puedas, según la función que desempeñas, y realizarás lo del celo de tu casa me devora»

(San Agustín [354-430]. Tratado 10. Evangelio de Juan 9).

viernes, 23 de febrero de 2024

DOMINGO II DE CUARESMA Ciclo B Domingo 25 de febrero 2024

 


 




HAY QUE SEGUIR CAMINANDO, CREYENDO Y ESPERANDO


Gén 22, 1-2. 9-13-15-16; Sal 117; Rom 8, 31-34; Mc 9,2-10
 
Leído desde la historia de las religiones, nuestro capítulo del Génesis registraría el descubrimiento de que Dios no quiere sacrificios humanos, sino que exige la sumisión y acepta su expresión en el sacrificio de animales. Pero el autor define la historia como una "prueba". Por tanto, Abrahán está expuesto a una prueba importante porque tiene que sacrificar a un hijo que ama, agarrarse de las promesas de Dios y seguir caminando, creyendo, y esperando. Es precisamente la necesidad de seguir creyendo y esperando lo que Jesús intentar imbuir en sus discípulos predilectos por medio de su transfiguración en el Evangelio de hoy. Este episodio se orienta a que los discípulos recobren fuerzas ante las duras palabras de Jesús sobre el camino doloroso del Mesías, camino que ha de ser compartido por sus seguidores iluminados por la verdadera identidad de Jesús y su destino último.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
 
Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentamos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
 
Del libro del Génesis: 22, 1-2. 9-13. 15-18
 
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". El respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único".
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 115, 10. 15, 16-17, 18-19.
R/. Siempre confiaré en el Señor.
 
Aun abrumado de desgracias, siempre confié en Dios. A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. R/.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Dios nos entregó a su propio Hijo.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 31-34
 
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusara a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene?
¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. Mt 17, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
 
 
EVANGELIO
 
Éste es mi Hijo amado.
 
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 2-10
 
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo amado; escúchenlo". En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de "resucitar de entre los muertos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón. Roguemos al Señor.
 
Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
 
Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
 
Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo. Roguemos al Señor.
 
Señor, Padre santo, que no perdonaste a tu Hijo, sino que lo entregaste por nosotros, pecadores, escucha nuestras súplicas y fortalécenos en la obediencia a la fe, para que, siguiendo en todas las huellas de Jesucristo, seamos transfigurados con él en la luz de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las fiestas pascua1es. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
La transfiguración del Señor.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar; Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo ...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17. 5
 
Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente desear y alcanzar la gloria que él manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.