DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C
Domingo 2 de octubre 2016
HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER
Este pasaje perfila con claridad la cuestión de la relación
del creyente con su Dios. La espiritualidad cristiana confiesa la importancia
de realizar una misión que dé sentido a la propia vida. Un discípulo realiza su
vocación y cumple con su misión sin la expectativa de recibir reconocimientos
de parte de un tercero; en su propia conciencia sabe qué acciones debe cumplir
para que su vida encuentre sentido. Cuando esto ocurre, recibe la mejor de las
recompensas: la conciencia tranquila de haber realizado lo que debía. En el
libro del profeta Habacuc se escucha la queja y la angustia de quien no ve
llegar el final de la injusticia. El profeta experimenta cierto cansancio ante
el triunfo de los violentos. Por toda respuesta, Dios anuncia que el justo se
salvará en la medida que mantenga su confianza en el Dios fiel y compasivo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay
quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo
que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu
amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama
sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda
inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El justo vivirá por su fe.
Del libro del profeta Habacuc: 1, 2-3; 2, 2-4
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y
denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme? ¿Por qué
me dejas ver la injusticia y te quedas mirando la opresión? Ante mí no hay más
que asaltos y violencias, y surgen rebeliones y desórdenes.
El Señor me respondió y me dijo: "Escribe la visión que
te he manifestado, ponla clara en tablillas para que se pueda leer de corrido.
Es todavía una visión de algo lejano, pero que viene corriendo y no fallará; si
se tarda, espéralo, pues llegará sin falta. El malvado sucumbirá sin remedio;
el justo, en cambio, vivirá por su fe".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94, 1-2. 6-7. 8-9
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos
salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al
Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es
nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
SEGUNDA LECTURA
No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 6-8.
13-14
Querido hermano: Te recomiendo que reavives el don de Dios
que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un
espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación.
No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor,
ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte
conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la
fuerza de Dios. Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de
mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda
este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
1 P 1, 25
R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la
palabra que se les ha anunciado. R/.
EVANGELIO
¡Si ustedes tuvieran fe...!
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 5-10
En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor:
"Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe,
aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese
árbol frondoso: Arráncale de raíz y plántate en el mar', y los obedecería.
¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o
pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: 'Entra en seguida
y ponte a comer'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame de comer y disponte a
servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú'? ¿Tendrá acaso
que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: 'No
somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer' ".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella
confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y
digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el
celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los
pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se
logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad
religiosa, roguemos al Señor.
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean
alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las
lágrimas, roguemos al Señor.
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin
de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado,
roguemos al Señor.
Señor, Dios todopoderoso, dispuesto siempre a escuchar las
oraciones de los que tienen fe como un grano de mostaza, danos un corazón
humilde, de tal forma que, después de haber contribuido con nuestro esfuerzo al
crecimiento de tu reino, reconozcamos que sólo hemos hecho lo que teníamos que
hacer y proclamemos con humildad las maravillas de tu amor. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste
ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de
nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que
proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de
salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas
a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los
ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Lm 3, 25
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos
que lo buscan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida
celestiales, concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en
este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los problemas sociales y
los desafíos personales no son sencillos de resolver; tampoco es fácil crear
esfuerzos colectivos para transformar las situaciones graves que nos agobian.
Lo que no podemos aceptar es vivir en la apatía y la indiferencia ante los
retos importantes. Aunque no logremos cambios totales es necesario realizar el
esfuerzo suficiente para lograr el cambio personal que requerimos. Como bien
dicen, si no podemos cambiar nuestro mundo, debemos por lo menos realizar un
cambio suficiente a nivel personal. Esto nos permitirá vivir con la conciencia
tranquila. Para mantener el ánimo positivo, necesitamos vivir confiadamente y
con esperanza, sabiendo que no estamos solos ante los problemas, sino que
contamos con el cuidado y la asistencia de Dios para realizar los proyectos que
dan sentido a nuestra vida.