jueves, 25 de junio de 2015

XIII Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B Domingo 28 de junio 2015



XIII Domingo del Tiempo Ordinario  Ciclo B
Domingo 28 de junio 2015


LA NIÑA SE LEVANTÓ INMEDIATAMENTE

El último libro del Antiguo Testamento cierra la pinza temática con el libro del Génesis afirmando que "Dios creó al hombre para la inmortalidad". Por su parte el primer libro bíblico presenta la realidad que afligirá a los hijos de Adán, la angustia al saber que salieron del polvo y volverán al polvo. Como criaturas finitas y frágiles experimentamos la caducidad; sin duda la muerte es el término de una existencia terrestre, pero no es la aniquilación de nuestra existencia individual. El relato de la reanimación de la hija de Jairo es el anticipo todavía modesto de la verdadera victoria que sostiene nuestra esperanza: el Padre resucitó a su hijo Jesús, reivindicando de esa manera, las opciones y elecciones del que vivió en obediente fidelidad y generosa entrega a sus hermanos. La vida en plenitud no es un anhelo frustrado, sino una realidad germinal que Jesús nos ha ganado.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2

Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


Se dice Gloria.


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA

Monición.- El libro de la sabiduría, en la primera lectura, nos explica que la causa de la muerte es el pecado. El texto bíblico siempre nos presenta, por un lado, el pecado del hombre y sus consecuencias; y por otro, el amor y la misericordia de Dios.

Del libro de la Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera.
Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 29, 2.4. 5-6. 11-12a. 13b

R/. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.

Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R/.

Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- Pedro encomendó a Pablo preocuparse de las necesidades de la Iglesia madre de Jerusalén. San Pablo invita a los Corintios a ser generosos como lo fue Cristo, quien siendo rico de hizo pobre por nuestra causa.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 8, 7. 9. 13-15

Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.
No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades. En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Tm 1, 10)

R/. Aleluya, aleluya.

Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.


EVANGELIO

Monición.- San Marcos presenta a Jesús como Señor de la vida. De Él brota una fuerza capaz de curar. Los dos milagros que narra el evangelista, nacen de la fe, suscitan la fe o por lo menos “todos quedan asombrados”.

Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de Él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?" Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: "¿Quién me ha tocado?" Pero Él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de Él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!" La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda, respondiendo: Escúchanos, Señor.

(R/. Escúchanos, Señor.)

Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.

Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría gobierna al mundo.

Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.

Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.

Dios nuestro, que en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecernos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 102, 19)

Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La obra literaria más antigua de la humanidad, es decir, la epopeya de Gilgamesh, datada hace más de cuatro milenios, recoge la preocupación fundamental de todo ser humano, cómo traspasar la barrera de la muerte, cómo alcanzar la inmortalidad. Cuestión antiquísima y permanente, la sed de infinito, el ansía de eternidad. Aunque los creyentes estamos inmersos en una cultura que le resulta cada vez difícil abrirse al trascendente, anhelamos anclar nuestra esperanza en el Señor de la Vida. El relato evangélico refiere la muerte prematura de una niña, hija de Jairo; la enfermedad había arrancado de tajo todas sus esperanzas. Jesús sabe que la vida divina el bien máximo que Dios nos ha regalado, y por eso devuelve la vida humana a la pequeña, como señal que de que su Padre está decidido a mantener su oferta de amistad y asociarnos con su Hijo en la plenitud de la vida.

viernes, 19 de junio de 2015

XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 21 de junio 2015



XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 21 de junio 2015


HASTA AQUÍ LLEGARÁS...


Job 38,1.8-11; 2 Co 5,14-17; Mc 4,35-41

El relato de la tempestad calmada no deja de ser provocador y sorprendente. Los discípulos están lidiando como pueden con una fuerte tormenta, sus fuerzas están al límite y Jesús se recuesta a dormir en la pequeña popa de la barca. Aparente insensibilidad de su parte, podría pensarse. El Señor se desconecta de la realidad para conocer la capacidad de respuesta de sus discípulos ante una situación imprevista y de difícil manejo. Jesús despierta, se impone con serena autoridad a la naturaleza desbocada y alecciona a los suyos sobre la calidad de su fe. El comentario final gira en torno de una pregunta, que prácticamente lleva implícita la respuesta: quien consigue doblegar la fuerza del viento y el oleaje, ha de estar muy cercano a Dios, que es el soberano que fija límites y dicta ordenes al mar, como lo explica el libro de Job.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9

El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.


ORACIÓN COLECTA

Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA

Monición.- Job le exigía a Dios respuestas para su sufrimiento. En la primera lectura de hoy, Dios le explica que Él no puede ser puesto a prueba porque es el Creador y dueño de todo.

Del libro de Job 38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tormenta y le dijo: "Yo le puse límites al mar, cuando salía impetuoso del seno materno; yo hice de la niebla sus mantillas y de las nubes sus pañales; yo le impuse límites con puertas y cerrojos y le dije: 'Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá la arrogancia de tus olas'".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31

R/. Demos gracias al Señor por sus bondades.

Los que la mar surcaban con sus naves, por las aguas inmensas negociando, el poder del Señor y sus prodigios en medio del abismo contemplaron. R/.

Habló el Señor y un viento huracanado las olas encrespó; al cielo y al abismo eran lanzados, sobrecogidos de terror. R/.

Clamaron al Señor en tal apuro y Él los libró de sus congojas. Cambió la tempestad en suave brisa y apaciguó las olas. R/.

Se alegraron al ver la mar tranquila y el Señor los llevó al puerto anhelado. Den gracias al Señor por los prodigios que su amor por el hombre ha realizado. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- San Pablo, en la segunda lectura, afirma que quien muere y resucita con Cristo deja el hombre viejo para ser una nueva creatura en la verdad, en la libertad y en el amor.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 14-17

Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16

R/. Aleluya, aleluya.

Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.


EVANGELIO

El evangelio de hoy nos narra un prodigio de Jesús, no para buscar la admiración, sino para que sus discípulos fueran descubriendo los signos del misterio que se esconde en Jesús.

Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: "Vamos a la otra orilla del lago". Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua.
Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?" Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: "¡Cállate, enmudece!" Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: "¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?" Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: "¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen? “Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su ayuda salvífica respondiendo:

Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)

Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor.

Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.

Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor.

Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y fortalece la fe del pueblo cristiano, para que nunca se enorgullezca ante la prosperidad ni se desanime ante la adversidad, sino que en todo momento sepa reconocer y experimentar que tú estás cerca de nosotros y nos acompañas en el camino de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15

Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su tiempo.


O bien: Jn 10, 11.15

Yo soy el buen pastor, y doy la vida por mis ovejas, dice el Señor.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Este temporal de huracanes y tormentas ha sido tan intenso que sus efectos se han dejado sentir tan ostentosamente que no se pueden ignorar. De un lado vemos lagunas y represas repletas, campos reverdecidos; pero por otra parte, atestiguamos inundaciones, deslaves y destrucción de carreteras y viviendas. Es la fuerza embravecida del mar a quien no podemos —y por desgracia ni queremos— poner un alto como confiesa el libro de Job; y al cual Dios sí se le puede imponer: "hasta aquí llegarás y no pasarás". Nuestra condición de criaturas frágiles queda exhibida ante la intensidad de esta estación llena de ventiscas y tormentas incesantes. Una relación amigable con la naturaleza, regalo que Dios entregó en nuestras manos, es más que urgente. Es la única forma inteligente en que podemos intentar ponerle un límite al poderío del océano.


sábado, 13 de junio de 2015

XI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 14 de junio 2015





XI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO  Ciclo B

Domingo 14 de junio 2015



LLEGARÁ A SER UN CEDRO MAGNÍFICO

Ez 17, 22-24; 2 Co 5,6-10; Mc 4.26-34

Las imágenes del crecimiento vegetal son bastante idóneas para comprender el proceso de maduración en la fe. Semillas que crecen sin que el agricultor consiga descifrar el proceso de la siembra, la germinación y la fructificación, pero que indudablemente es un dinamismo asombroso que ahora comprendemos y nos sigue admirando. La vida que no cesa de crecer. Ese es el núcleo mismo de la vida cristiana: el progreso en la identificación con Cristo. No hay prisa ni urgencia de conseguir cambios espectaculares y vistosos. La pequeña semilla de mostaza, pasa por todas las fases desde el ocultamiento en la tierra hasta el desarrollo de una fronda tupida que anida a las aves del cielo. La maduración del cristiano se va consolidando despacio, no sin altibajos. El proceso no se ha de interrumpir: Cristo murió por nosotros, para que ya no vivamos para nosotros mismos.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 7. 9

Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan, acude bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA

Monición.- En la primera lectura, Dios confirma que Él es el Señor de la vida y de la historia y que es a través de los acontecimientos humildes y sencillos, que él realiza maravillas.

Del libro del profeta Ezequiel 17, 22-24

Esto dice el Señor Dios: "Yo tomaré un renuevo de la copa de un gran cedro, de su más alta rama cortaré un retoño. Lo plantaré en la cima de un monte excelso y sublime. Lo plantaré en la montaña más alta de Israel. Echará ramas, dará fruto y se convertirá en un cedro magnífico. En él anidarán toda clase de pájaros y descansarán al abrigo de sus ramas.
Así, todos los árboles del campo sabrán que yo, el Señor, humillo los árboles altos y elevo los árboles pequeños; que seco los árboles lozanos y hago florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 91, 2-3. 13-14. 15-16

R/. ¡Qué bueno es darte gracias, Señor!

¡Qué bueno es darte gracias, Dios altísimo, y celebrar tu nombre, pregonando tu amor cada mañana y tu fidelidad, todas las noches! R/.

Los justos crecerán como las palmas, como los cedros en los altos montes; plantados en la casa del Señor, en medio de sus atrios darán flores. R/.

Seguirán dando fruto en su vejez, frondosos y lozanos como jóvenes, para anunciar que en Dios, mi protector, ni maldad ni injusticia se conocen. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- En la segunda lectura, le pide al hombre que camine guiado por la fe y que sea agradable al Señor en espera de comparecer delante de Cristo para recibir el premio o el castigo de nuestros actos.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 6-10

Hermanos: Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues, llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.
Por eso procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, aleluya.

La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.


EVANGELIO

Monición.- En el evangelio de hoy, Jesús nos instruye cómo crece el Reino de Dios en nuestro interior. Lo hace utilizando la imagen de la semilla y la mostaza para facilitar la comprensión.

Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha".
Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra".
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Señor que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres, diciendo:

Señor Jesús, escúchanos. (R/. Señor Jesús, escúchanos.)

Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo, roguemos al Señor.

Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.

Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias y la realización plena de los proyectos de su viaje.

Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside, para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siembre agradables, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que siembras a manos llenas en nuestros corazones la semilla de la verdad y de la gracia, escucha nuestras oraciones, concédenos acoger, con humilde esperanza, y cultivar, con paciencia evangélica, el grano que tú has sembrado en nosotros, convencidos de que, cuanto más profundamente arraigue tu palabra en nuestras vidas, más amor y más justicia habrá en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 26, 4

Una sola cosa he pedido y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-

El centro del mensaje cristiano es paradójico. Ya no vivimos para nosotros mismos, sino para Cristo que murió por nosotros. La frase adquiere sentido si entendemos lo que es vivir con el yo descentrado sobre su propio eje. No se trata de vivir mirándose al ombligo, sino de estar pendientes de las situaciones que atraviesan quienes viven a nuestro lado. Porque es en su vida que Jesús se manifiesta. Los hermanos más débiles son el lugar donde Jesús se nos revela. No obstante, cabe admitir que no resulta sencillo lograrlo; pero eso nos lanza a la segunda paradoja. La que formuló san Pablo afirmando: "ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí". Para vivir orientados, sirviendo y amando a los demás, es necesario dejar que la fuerza vivificante del Espíritu de Jesús, nos convierta en organismos genéticamente modificados y nos potencie en sintonía con su genética compasiva y amorosa.

viernes, 5 de junio de 2015

X DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 7 de junio 2015



X DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 7 de junio 2015


UN VERDADERO ENFRENTAMIENTO

Una lectura tipológica puede apreciarse entre el relato del libro del Génesis y el Evangelio de san Marcos. La hostilidad entre la mujer y la serpiente, entre el linaje de ambos, puede leerse de diversas maneras: como un enfrentamiento que acontece en el interior del corazón humano entre el yo genuino moldeado a imagen y semejanza de Dios y el instinto, simbolizado por la dimensión animal. También puede considerarse el enfrentamiento entre la humanidad y los poderes mundanos, que se oponen al proyecto de Dios. En el Evangelio el enfrentamiento ocurre entre quienes defienden el viejo orden contrario al Reinado de Dios y llegan al cinismo de identificar a Jesús con un aliado de Satanás, sin darse cuenta que ellos mismos lo están siendo, al aliarse con los defensores del orden imperial que victimizaba a las personas.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.


ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, de quien todo bien procede, escucha nuestras súplicas y concédenos que comprendiendo, por inspiración tuya, lo que es recto, eso mismo, bajo tu guía lo hagamos realidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA


Primera lectura

Monición.- El Génesis narra la aparición del primer pecado en la humanidad, pero sobresale la promesa de salvación, porque aunque el hombre se aleje de Dios. Él nunca lo abandonará.

Del libro del Génesis 3, 9-15

Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde estás?" Éste le respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?"
Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?" Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Salmo responsorial

Del salmo 129, 12-13. 15.16hc. 17-18

R/. Perdónanos, Señor, y viviremos

Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. R/.

Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos. R/.

Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela. R/.

Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades. R/.


Segunda lectura

Monición.- San Pablo, en la segunda lectura, nos describe la fuerza de la fe como el sostén de la vida y está convencido de que Aquel que resucitó a Jesús también nos resucitará.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 4, 13-5, 1

Hermanos: Como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.
Por esta razón no nos acobardamos; pues aunque nuestro cuerpo se va desgastando, nuestro espíritu se renueva de día en día. Nuestros sufrimientos momentáneos y ligeros nos producen una riqueza eterna, una gloria que los sobrepasa con exceso.
Nosotros no ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno. Sabemos que, aunque se desmorone esta morada terrena, que nos sirve de habitación, Dios nos tiene preparada en el cielo una morada eterna, no construida por manos humanas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Jn 12, 31-32

R/. Aleluya, aleluya.
Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor. R/.


Evangelio

Monición.- Los adversarios de Jesús, ante el bien que realiza, concluyen que está poseído por Satanás. Jesús les explica que si fuera Satanás por qué no lo expulsaría.

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 20-35

En aquel tiempo, Jesús entró en una casa con sus discípulos y acudió tanta gente, que no los dejaban ni comer. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco.
Los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: "Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera".
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos, no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno". Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.
Llegaron entonces su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".
Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Dirijamos, hermanos, nuestra oración a Dios Padre misericordioso, con aquella confianza filial que el Espíritu de Cristo ha infundido en nuestros corazones, diciendo: Padre, escúchanos. (R/. Padre, escúchanos.)

Por el santo Padre, el Papa Francisco, para que Dios, que lo eligió como obispo de toda la Iglesia, le conceda una vida larga y feliz y lo asista en la misión de gobernar el pueblo santo de Dios, roguemos al Señor.

Por nuestra patria y por sus gobernantes, por todas las naciones y sus responsables: para que Dios les inspire pensamientos y decisiones encaminados a una paz verdadera, roguemos al Señor.

Por los que están en camino de conversión, por los que se preparan a recibir el bautismo o preparan el bautismo de sus hijos: para que Dios, nuestro Señor, les abra en sus sacramentos las puertas de su misericordia e introduzca a los nuevos hijos de la Iglesia en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.

Por nuestros familiares y amigos enfermos, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus súplicas, realice sus deseos y haga que, en su tribulación, experimenten el gozo de la misericordia divina, roguemos al Señor.

Padre santo, que has enviado a tu Hijo para librarnos de la esclavitud de Satanás, escucha nuestras oraciones y sosténnos con la armadura de la fe, para que en la lucha cotidiana contra el Maligno participemos de la victoria pascual de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Mira, Señor, con bondad nuestro servicio para que esta ofrenda se convierta para ti en don aceptable y para nosotros, en aumento de nuestra caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 17, 3

Señor, tú eres mi fortaleza, mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que la virtud medicinal de este sacramento nos cure por tu bondad de nuestras maldades y nos haga avanzar por el camino recto. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-El Señor Jesús no era indudablemente una persona violenta o conflictiva, pero tampoco era una persona cándida o ingenua, sabía llamar a las cosas por su nombre, y decía sí o no, según correspondiera a cada situación. No podía apoyar la inflexibilidad de los dirigentes de Israel que aparecían como celosos guardianes de la ley, mientras que trataban con indiferencia a las víctimas de la enfermedad; justificando todo un sistema de marginación religiosa. Jesús se oponía con hechos y palabras a tal despropósito y por tal motivo, lo juzgaban aliado de Satanás. Desde esa actitud ejemplar podemos extraer orientaciones para los dilemas y situaciones de perplejidad moral que afrontamos. Si las personas son más valiosas que las instituciones y los ordenamientos sociales, no es conveniente promover el cumplimiento de un determinado valor moral si tal defensa implica denigrar, menospreciar o injuriar a quienes no quieren cumplir con ese ordenamiento religioso que a nosotros parece tan natural.