viernes, 24 de mayo de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240526


 


«Siempre resultará provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como la predicaron los Apóstoles y la conservaron los santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre. Existe, pues, una Trinidad, santa y perfecta, de la cual se afirma que es Dios en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que no tiene mezclado ningún elemento extraño o externo, que no se compone de uno que crea y de otro que es creado, sino que toda ella es creadora, es consistente por naturaleza y su actividad es única. El Padre hace todas las cosas a través del que es su Palabra, en el Espíritu Santo. De esta manera queda a salvo la unidad de la santa Trinidad. Así, en la Iglesia se predica un solo Dios, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Lo trasciende todo, en cuanto Padre, principio y fuente; lo penetra todo, por su Palabra; lo invade todo, en el Espíritu Santo. San Pablo, hablando a los corintios acerca de los dones del Espíritu, lo reduce todo al único Dios Padre, como al origen de todo, con estas palabras: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu (1 Co 12). El Padre esquíen da, por mediación aquel que es su Palabra, lo que el Espíritu distribuye a cada uno. Porque todo lo que es del Padre es también del Hijo; por esto, todo lo que da el Hijo en el Espíritu es realmente don del Padre» (San Atanasio de Alejandría [c.295-373]. Carta 1 a Serapión, 28-30).


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240526

 

La relación entre la Trinidad y la liturgia es ampliamente atestiguada en la historia de la Iglesia. Por ejemplo, San Basilio de Cesarea (c. 330-379) nos informa que su gran obra trinitaria, Sobre el Espíritu Santo, empezó como una respuesta a una controversia respecto al uso de la doxología, la oración trinitaria que concluye muchas plegarias litúrgicas. El gran teórico de la Trinidad en la historia, Joaquín de Flores (1132-1202), revela que ha concebido su teología trinitaria durante la celebración litúrgica de la Pascua. Se trata de una relación altamente significativa. Sugiere que, aunque ha sido definida dogmáticamente, la fe en la trinidad es tan profunda que no se puede aceptar simplemente por medio.

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Domingo 26 de mayo 2024

 


 

LA LITURGIA Y LA TRINIDAD

 

Deut 4,32-34.39-40; Sal 32; Rom 8, 14-17; Mt 28,16-20

 


El marco original de nuestras lecturas bíblicas sobre la trinidad es importante y revelador. La primera lectura se presenta dentro de una proclamación litúrgica de Moisés (empieza con el grito shema en 4, 1). Es gracias a ese marco que la lectura reflexiona sobre la multifacética acción de Dios en la historia de Israel. En la segunda lectura, Pablo ofrece una exclamación litúrgica -"llamamos a Dios, ¡Abba, Padre!" (v. 15)- que encuadra sus reflexiones sobre la acción del Espíritu, Hijo, y del Padre en la existencia cristiana. El Evangelio claramente reflexiona sobre las personas de la Trinidad en conexión con el rito litúrgico de bautismo. En pocas palabras, el marco original de nuestras lecturas es la liturgia. Todo esto sugiere que la fe trinitaria empezó a clarificarse dentro de la atmósfera litúrgica de la comunidad cristiana primitiva.

 


 ANTÍFONA DE ENTRADA

 

Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros.

 


GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo ...

 

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

PRIMERA LECTURA

 

El Señor es el Dios del cielo y de la tierra, y no hay otro.

 

Del libro del Deuteronomio: 4, 32-34. 39-40

 

En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: "Pregunta a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, una cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído, sin perecer, que Dios le hable desde el fuego, como tú lo has oído? ¿Hubo algún dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de pruebas, de milagros y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo acaso hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por ustedes en Egipto el Señor su Dios?

Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro. Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Del salmo 32,4-5.6.9.18-19.20.22.

R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.

 

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.

La palabra del Señor hizo los cielos y su aliento, los astros; pues el Señor habló y fue hecho todo; lo mandó con su voz y surgió el orbe. R/.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

Ustedes han recibido un espíritu de hijos en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.

 

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8,14-17

 

Hermanos: Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.

El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.

 

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ap 1, 8

R/. Aleluya, aleluya.

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. R/.

 

 

EVANGELIO

 

Bauticen a las naciones en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 16-20

 

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

PROFESIÓN DE FE

 

Credo de los Apóstoles

 

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

 

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)

 

Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.

 

Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.

 

Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.

 

Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.

 

Dios altísimo, que has querido que en las aguas del bautismo llegáramos a ser hijos en tu Hijo único, escucha al Espíritu que nos hace clamar «Padre», y haz que, obedientes al mandato de tu Hijo, seamos anunciadores de la salvación que ofreces a todos los pueblos.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

PREFACIO

 

El misterio de la Santísima Trinidad:

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas

distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo ...

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gál 4, 6

 

Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.

 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

miércoles, 22 de mayo de 2024

FIESTA DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE Jueves 23 de mayo 2024

 


 


 

Jesucristo ejerce su sacerdocio durante toda su vida terrena y, sobre todo, en su pasión, muerte y resurrección. El sacrificio perfecto es el que ofreció en la cruz en ofrenda total como respuesta amorosa al amor del Padre y por nuestra salvación, y es el mismo Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote de la Nueva Alianza, quien, por el ministerio de los sacerdotes, ofrece el sacrificio eucarístico, que es el mismo de la cruz.
 


SIEMPRE NECESITAMOS LA INTERCESIÓN DE JESÚS

Heb 10,12-23; Sal 39; Lc 22,14-20
 
La primera lectura, en los versículos 12 al 18, resume la doctrina que hebreos ha elaborado en los capítulos anteriores acerca de Jesús como sumo sacerdote: en contraste con los sacerdotes judíos, que ofrecieron múltiples sacrificios ineficaces para perdonar los pecados, Jesús ofreció un único sacrificio eternamente eficaz. Luego, en los versos 19-23, que empiezan una sección exhortativa, nos anima a acercarnos a Jesús con nuestras oraciones y a mantenernos firmes en la fe en medio de la persecución y otros desafíos. Puede ser que la imagen de un sumo sacerdote no estimula nuestras imaginaciones, ya que no conocemos tales personajes en nuestra cultura, y que la referencia a la persecución no parezca tener mucho que ver con nuestras sociedades, que reconocen la libertad religiosa; sin embargo la verdad de que Jesús es nuestro intercesor, en quien podemos confiar sin reserva, es siempre actual.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Heb 7, 24
 
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres constituiste sumo y eterno sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes él ha elegido ministros suyos y administradores de los sacramentos y del Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
 
De la carta a los hebreos: 10, 12-23
 
Hermanos: Cristo, ofreció un solo sacrificio por los pecadores y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
Lo mismo atestigua el Espíritu Santo, que dice en un pasaje de la Escritura: La alianza que yo estableceré con ellos, cuando lleguen esos días, palabra del Señor, es ésta: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Y prosigue después: Yo les perdonaré sus culpas y olvidaré para siempre sus pecados. Ahora bien y cuando los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 


SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 39, 7-8a.8b-9.10-11ab.17.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
 
Cuántas maravillas has hecho, Señor y Dios mío, cuántos planes en favor nuestro. Nadie se te puede comparar. R/.
 
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
 
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
 
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 42, 1
R/. Aleluya, aleluya.
 
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Hagan esto en memoria mía.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 22, 14-20
 
En aquel tiempo, llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios". Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.



PROFESIÓN DE 


FE Credo de los apóstoles


Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor, nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más unidos a él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Ya que, por la unción del Espíritu Santo, constituiste a tu Unigénito Pontífice de la alianza nueva y eterna, y en tu designio salvífico has querido que su sacerdocio único se perpetuara en la Iglesia. En efecto, Cristo no sólo confiere la dignidad del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino que, con especial predilección, elige a algunos de entre los hermanos, y mediante la imposición de las manos, los hace partícipes de su ministerio de salvación, a fin de que renueven, en su nombre, el sacrificio redentor, preparen para tus hijos el banquete pascual, fomenten la caridad en tu pueblo santo, lo alimenten con la palabra, lo fortifiquen con los sacramentos y, consagrando su vida a ti y a la salvación de sus hermanos, se esfuercen por reproducir en sí mismos la imagen de Cristo y te den un constante testimonio de fidelidad y de amor. Por eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando llenos de alegría: Santo, Santo, Santo ...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
 
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 

EL ESPÍRITU SANTO Última parte

 


LLAMA DE AMOR



Ramiro Arteaga Alarcón
Paz y Alegría.

!Oh Dios Espíritu Santo! Llama de amor, que inundas suavemente mi alma, sedienta de amor.
Tu amor que tiernamente fecunda, !Ven a reinar en mi pobre corazón! Que te espera ansiosamente.
Abrazame !Oh Espíritu Santo!
Rompe lo que nos separa,dulce encuentro de vida, que calcina con tu fuego de amor.
!Oh llama de amor! Con tus rayos de luz; Ilumina mis tinieblas de pecado y disipa toda oscuridad de mi alma.
Necesito tu luz, para caminar con Jesús y en Jesús.
Necesito tu calor de vida, para que todo arda en mi y pueda irradiar ese fuego de paz y amor, y llevar las almas a Dios.
Hoy te recibo manso y amoroso dentro de mi ser, ya estás en lo más profundo de mi corazón.
Que tú presencia suavemente me enamora.
Quédate siempre conmigo, hasta le eternidad. Amen


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viernes, 17 de mayo de 2024

EL ESPÍRITU SANTO Segunda parte

Ramiro Arteaga Alarcón.
Paz y Alegría.


El Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, es el soplo de vida y de amor que procede del Padre y del Hijo, para nuestra santificación.
El, como proclamamos en la profesión de fe, es "Señor de la vida", la tarea que tiene el Espíritu Santo es de animar, vivificar, renovar la Iglesia, de difundir esperanza, suscitando nuevas iniciativas para guiar a los fieles hacia Jesús. Jesus mismo, después de su ascensión al cielo, envía al Espíritu Santo para sostener a los discípulos hasta el fin del mundo.
1091. El catecismo de la Iglesia Católica, nos dice:
"En la liturgia, el Espíritu Santo es el pedagogo de la fé del pueblo de Dios, el artífice de las "Obras maestras de Dios" que son los sacramentos de la nueva alianza. El deseo y la obra del Espíritu Santo en el corazón de la Iglesia es que vivamos de la vida de Cristo resucitado. Cuando encuentra en nosotros la respuesta de fe que el ha suscitado, entonces se realiza una verdadera cooperación. Por ella, la liturgia viene a ser la obra común del Espíritu Santo y de la Iglesia".
Por eso en la Iglesia Católica en los tiempos de Adviento, Cuaresma y sobre todo en la noche de Pascua, reele y revive todos estos acontecimientos de la historia de la salvación en el hoy de su liturgia. Así la Iglesia nos enseña como debemos abrir la inteligencia espiritual para aprovechar al máximos los bienes espirituales que la Iglesia nos enseña a través de la catequesis.
(Continuará ...)



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EL ESPÍRITU SANTO Primera parte

 

Ramiro Arteaga Alarcón.
Paz y Alegría.


Será un estudio muy intenso y profundo de manera suave a la vez, para ir asimilando está divina presencia, sin tratar de ser un estudio teológico, sino más bien doctrinal, apto para todo público.
Por mucho tiempo hemos ignorado al Espíritu Santo por sus pocas manifestaciones sensibles y, por lo mismo, muy poco perceptibles para la inmensa mayoría de los hombres.
Se conoce bastante bien al Padre, se le ama, se le adora. Por sus obras son palpables y están siempre presentes a nuestros ojos. La creación y orden del universo, el cielo, la riqueza de la tierra, etc . Dios Padre, Creador y Conservador de todo cuanto existe.
Conocemos a adoramos y amamos inmensamente también al Hijo de Dios, sus predicaciones, sus milagros o hechos milagrosos, el Cristo histórico: su nacimiento, vida, pasión y muerte; la cruz, los templos, las imágenes, el cotidiano sacrificio del altar o sea la Misa, la eucaristía (Comunión) que es la real y divina presencia, aunque invisible, en esta tierra, hace converger hacia El el culto de toda la Iglesia católica.
Pero con el Espíritu Santo ocurre muy diversamente las cosas, como dice San Basilio: "Todo cuanto las criaturas del cielo y de la tierra poseen en el orden de la naturaleza y en el de la gracia, proviene de El del modo más íntimo y espiritual". La santificación que actúa en nuestras almas y la vida sobrenatural que difunde por todas partes aunque no se vean es obra del Espíritu Santo. (Continuara)

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SOLEMNIDAD DOMINGO DE PENTECOSTÉS Domingo 19 de mayo 2024

 


  



Misa del día
 
EL ESPÍRITU RELACIONAL
Hech 2, 1-11; Sal 103; 1 Cor 12,3-7.12-13; secuencia; Jn 20,19-23
 
El Nuevo Testamento raramente describe al Espíritu Santo de manera aislada. No lo presenta como un dios solitario que obra por sí mismo. En cambio, lo retrata más frecuentemente en relación con Jesús y su Padre. Es decir, el Espíritu, así como el Padre y el Hijo, es relacional. Esto es precisamente lo que escuchamos en la Palabra de Dios que nos es proclamada hoy. El Espíritu que obra maravillas en nuestra primera lectura es prometido en el capítulo anterior (1, 6-8), por Jesús y proviene del Padre. Pablo, en la segunda lectura, insiste en que el Espíritu motiva a los discípulos a hablar correctamente de Jesús; el lenguaje sobre Jesús, tan importante para un evangelizador, se origina en el Espíritu. En el Evangelio, Jesús envía al Espíritu a los discípulos, como el que es, en turno, enviado por el Padre.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 1, 7
 
El Espíritu del Señor llena toda la tierra; él da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice.
Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios nuestro, que por el misterio de la festividad que hoy celebramos santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa obrando en el corazón de tus fieles las maravillas que te dignaste realizar en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
 
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 1-11
 
El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en
Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 103, 1ab. 24ac. 29bc-30. 31. 34.
R/. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
 
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra llena está de tus creaturas. R/.
 
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo; pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.
 
Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA••
 
Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12,3-7.12-13
 
Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
SECUENCIA
 
Ven, Dios Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminamos.
 
Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.
 
Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.
 
Eres pausa en el trabajo,
brisa, en un clima de fuego,
consuelo, en medio del llanto.
 
Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.
 
Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.
 
Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.
 
Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.
 
Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.
 
Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
 
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo: Reciban el Espíritu Santo.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-23
 
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo".
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
  
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, e invoquemos a Cristo, que, entronizado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre la Iglesia y sobre todo el mundo diciendo:
 
Oremos a Cristo, el buen pastor de la Iglesia, que nos mereció la efusión del Espíritu Santo, y pidámosle que sean iluminados por este mismo Espíritu el Papa N., nuestro obispo N., y todos los demás pastores de la Iglesia, a fin de que conduzcan a su rebaño por las sendas de la salvación.
 
Pidamos también al Señor resucitado, que envió su Espíritu en forma de lenguas para destruir la división de Babel, que congregue en la unidad y conceda la paz a todos los pueblos y naciones del mundo.
 
Supliquemos al vencedor de la muerte que envíe el Paráclito a los que sufren, para que encuentren fuerza y consuelo en la contemplación del misterio pascual, y les dé la firme esperanza de que están llamados a la resurrección y a la felicidad de su reino.
 
Pidamos al Hijo de Dios, que desde el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo, que este mismo Espíritu nos recuerde constantemente sus palabras y nos dé la fuerza que necesitamos para dar testimonio de él hasta los confines del mundo.
 
Terminemos nuestra oración pidiendo al mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos, que permanezca en nosotros y nos disponga así para ser piedras vivas del templo eterno de Dios.
 
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y haz que quienes nos disponemos a clausurar, con la solemnidad de hoy, las fiestas pascuales, renovados y fortalecidos por tu Espíritu, vivamos continuamente la novedad pascual y lleguemos también a las fiestas de la Pascua eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Señor, que, conforme a la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos haga comprender con más plenitud el misterio de este sacrificio y haz que nos descubra toda su verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El misterio de Pentecostés.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, dio a conocer a todos los pueblos el misterio del Dios verdadero y unió la diversidad de las lenguas en la confusión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo ...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hech 2, 4. 11
 
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios nuestro, tú que concedes a tu Iglesia dones celestiales, consérvale la gracia que le has dado, para que permanezca siempre vivo en ella el don del Espíritu Santo que le infundiste; y que este alimento espiritual nos sirva para alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240519

 

La vida humana puede parecer, a veces, fría, difícil, y dura. Lo que es más, el universo mismo puede parecer en ocasiones como un espacio vasto que es indiferente y hostil a nuestra existencia. De hecho, algunos pensadores han presentado la realidad de acuerdo con esta perspectiva y nos han desafiado a exhibir lo que llaman el valor de enfrentar dicha verdad tan fría. Por su parte, las ciencias naturales, como la física y la biología, tienen que tomar esta perspectiva, porque la exige su metodología que ha producido mucho fruto en los siglos recientes. Si somos tentados a tomar una tal perspectiva acerca de toda nuestra existencia humana, sería un grave error. La realidad más fundamental es Dios, quien no es frío, duro, indiferente, u hostil. Al contrario, es relacional. Sobre todo, Dios está en una relación de amor con todo y con todos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240518

 

Uno de los rasgos básicos de la fe cristiana, junto con la judía y la musulmana, es la afirmación de que Dios es personal. Aunque no es siempre claro lo que quiere decir "persona", y los pensadores han gastado mucho tiempo intentando formular una definición de ella, estas religiones afirman que Dios no es una fuerza física, como la gravedad o la electricidad, ni siquiera una cosa, como una flama o un viento, sino una persona con una autoconciencia, inteligencia, y voluntad. Porque él es personal, podemos hablar con él (no se habla con una cosa) y podemos tener una relación íntima con él (no se tiene relaciones íntimas con fuerzas físicas). Sin embargo, todavía se exhibe el peligro, entre algunos, de hablar de Dios, especialmente el Espíritu, como un "poder superior" o algo parecido. ¡Cuidado con nuestro Dios!

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240519

 


«Escuchemos las palabras del Señor en persona, que nos describe cuál es la acción específica del Espíritu en nosotros; dice, en efecto: Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora. Os conviene, por lo tanto, que yo me vaya, porque, si me voy, os enviaré al Defensor. Y también: Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. Él os guiará hasta la verdad plena. Esta pluralidad de afirmaciones tiene por objeto darnos una mayor comprensión, ya que en ellas se nos explica cuál sea la voluntad del que nos otorga su Don, y cuál la naturaleza de este mismo Don: pues, ya que la debilidad de nuestra razón nos hace incapaces de conocer al Padre y al Hijo y nos dificulta el creer en la encarnación de Dios, el Don que es el Espíritu Santo, con su luz, nos ayuda a penetrar en estas verdades. Al recibirlo, pues, se nos da un conocimiento más profundo. Porque, del mismo modo que nuestro cuerpo natural, cuando se ve privado de los estímulos adecuados, permanece inactivo (por ejemplo, los ojos, privados de luz, los oídos, cuando falta el sonido, y el olfato, cuando no hay ningún olor, no ejercen su fundón propia, no porque dejen de existir por la falta de estímulo, sino porque necesitan este estímulo para aduar), así también nuestra alma, si no recibe por la fe el Don que es el Espíritu, tendrá ciertamente una naturaleza capaz de entenderá Dios, pero le faltará la luz para llegar a ese conocimiento. El Don de Cristo está todo entero a nuestra disposición y se halla en todas partes, pero se da a proporción del deseo y de los méritos de cada uno. Este Don está con nosotros hasta el fin del mundo; él es nuestro solaz en este tiempo de expectación» (San Hilario de Poitiers [c 310-368]. Tratado sobre la Trinidad. Libro 2, 1,33.35).

viernes, 10 de mayo de 2024

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, SOLEMNIDAD Domingo 12 de mayo 2024

 

 

"ÉL FUE ELEVADO Y UNA NUBE LO OCULTÓ"
 
Hech 1,1-11; Sal 46; Ef 4, 1-13; Mc 16,15-20
 
Lucas es el único de los evangelistas originales que describe la ascensión del Señor. Es cierto que nuestro Evangelio de hoy también narra una ascensión, pero esta sección de Marcos es un apéndice inspirado en Lucas y añadido más tarde a su obra. Parece que, para muchos en la iglesia primitiva, la resurrección de Jesús fue lo mismo que su ascensión y exaltación a la diestra del Padre. Pero Lucas, pensando quizá en ciertos episodios en el Antiguo Testamento (p. ej. 2 Re 2, 1-12 y Gén 5, 24), incluye una ascensión separada de la resurrección en su Evangelio (Lc 24,50-53) y también en nuestra primera lectura de Hechos. Pero el lector astuto se dará cuenta de una diferencia: en el Evangelio, la ascensión es el culmen de la vida de Cristo; en Hechos, es el inicio de la Iglesia.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Hech 1. 11
 
Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Concédenos, Dios todopoderoso, rebosar de santa alegría y, gozosos, elevar a ti fervorosas gracias ya que la ascensión de Cristo, tu Hijo, es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 1, 1-11
 
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".
Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?" Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 46, 2-3.6-7.8-9.
R/. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
 
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.
 
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.
 
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Hasta que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4, 1-13
 
Hermanos: yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que ha recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. Por eso dice la Escritura: Subiendo a las alturas, llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres.
¿Y qué quiere decir “subió”? Que primero bajó a lo profundo de la tierra. Y el que bajó es el mismo que subió a lo más alto de los cielos, para llenarlo todo.
Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros ser evangelizadores; a otros ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, y lleguemos hacer hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19. 20
R/. Aleluya, aleluya.
 
Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, dice el Señor, y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
 
Del santo Evangelio según san Marcos: 16,15-20
 
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañaran a los que hayan creído; arrojan demonios en mi nombre, hablan lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben el veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y estos quedaran sano”.
El Señor Jesús, después de hablarles subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.
Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.
 
Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.
 
Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu Hijo, y los has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Al ofrecerte, Señor, este sacrificio en la gloriosa festividad de la ascensión, concédenos que por este santo intercambio, nos elevemos también nosotros a las cosas del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO


EL MISTERIO DE LA ASCENSIÓN
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, después de su resurrección, se apareció visiblemente a todos sus discípulos y, ante sus ojos, fue elevado al cielo para hacernos participes de su divinidad. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, él mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan el himno de tu gloria diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.