LA VOCACIÓN
Jer 1,4-5.17-19; Sal 70; Cor 12,31-13,13; Lc 4, 21-30
Nuestra primera lectura narra la vocación de Jeremías. Se trata de un
relato que desarrolla un estilo literario comparado con Éx 3; l Sam 3; l Re 19;
Is 6; Ez 2 Y Lc 1. En todos podemos identificar un esquema literario similar:
Dios irrumpe en la conciencia de la persona, el elegido se asombra, el Señor le
confía una misión, pero el elegido se resiste. El Señor pronuncia siempre una
última palabra de ánimo y de respaldo "no temas, yo estoy contigo".
Conviene destacar que el "espacio" en el que irrumpe la llamada de
Dios es, frecuentemente, el espacio más inesperado; en el caso de Moisés, por
ejemplo, Dios lo llama mientras pastorea el rebaño de su suegro; y a la Virgen
María, cuando está en su casa ocupándose de sus actividades cotidianas. ¡Dios
nos otorga nuestras vocaciones cómo y dónde quiere!
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para
que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y amar a
todos los hombres con afecto espiritual.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te consagré profeta para las naciones.
Del libro del profeta Jeremías: 1,4-5.17-19
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras: "Desde
antes de formarte en el seno materno, te conozco; desde antes de que nacieras,
te consagré como profeta para las naciones. Cíñete y prepárate; ponte en pie y
diles lo que yo te mando. No temas, no titubees delante de ellos, para que yo
no te quebrante.
Mira: hoy te hago ciudad fortificada, columna de hierro y muralla de
bronce, frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judá, como de
sus jefes, de sus sacerdotes o de la gente del campo. Te harán la guerra, pero
no podrán contigo, porque yo estoy a tu lado para salvarte". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab.15ab y 17.
R/. Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que
eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. R/.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves. Y pues eres
mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los malvados. R/.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío. Desde que
estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti y tú me sostenías. R/.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu misericordia. Me
enseñaste a alabarte desde niño y seguir alabándote es mi orgullo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Entre estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor, el amor es la
mayor de las tres.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12, 31-13,
13
Hermanos: Aspiren a los dones de Dios más excelentes. Voy a mostrarles
el camino mejor de todos. Aunque yo hablara las lenguas de los hombres y de los
ángeles, si no tengo amor, no soy más que una campana que resuena o unos
platillos que aturden. Aunque yo tuviera el don de profecía y penetrara todos
los misterios, aunque yo poseyera en grado sublime el don de ciencia y mi fe
fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor,
nada soy. Aunque yo repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara
que mar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el
amor no es presumido ni se envanece; no es grosero ni egoísta; no se irrita ni
guarda rencor; no se alegra con la injusticia, sino que goza con la verdad. El
amor disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin
límites.
El amor dura por siempre; en cambio, el don de profecía se acabará; el
don de lenguas desaparecerá y el don de ciencia dejará de existir, porque
nuestros dones de ciencia y de profecía son imperfectos. Pero cuando llegue la
consumación, todo lo imperfecto desaparecerá.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño y pensaba como
niño; pero cuando llegué a ser hombre, hice a un lado las cosas de niño. Ahora
vemos como en un espejo y oscuramente, pero después será cara a cara. Ahora
sólo conozco de una manera imperfecta, pero entonces conoceré a Dios como él me
conoce a mí. Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor;
pero el amor es la mayor de las tres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 4, 18 5
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y
anunciar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
Jesús, como Elías y Eliseo, no fue enviado tan sólo a los judíos.
Del santo Evangelio según san Lucas: 4,21-30
En aquel tiempo, después de que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del
libro de Isaías, dijo: "Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la
Escritura que acaban de oír". Todos le daban su aprobación y admiraban la
sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: "¿No
es éste el hijo de José?".
Jesús les dijo: "Seguramente me dirán aquel refrán: 'Médico,
cúrate a ti mismo' y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que
hemos oído que has hecho en Cafarnaúm". y añadió: "Yo les aseguro que
nadie es profeta en su tierra.
Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías,
cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en
todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una
viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel,
en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino
Naamán, que era de Siria".
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y
levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la
montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él,
pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios
Padre, fuente y origen de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida
por todo el mundo, roguemos al Señor.
Por nuestra ciudad (nuestro pueblo) de N., por su prosperidad y por
todos los que en ella (él) moran, roguemos al Señor.
Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los
pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de
luz y felicidad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en el profeta recibido por los extranjeros y
rechazado en su tierra natal, manifestaste el drama de la humanidad que recibe
o rechaza la salvación, escucha nuestras oraciones y haz que nunca falten en la
Iglesia misioneros que, llenos de audacia, proclamen con valentía el Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu altar en
señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de nuestra
redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz,
nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 30,17-18
Vuelve, Señor tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti,
Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra redención,
este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos tenemos una vocación por parte de Dios. No se trata
únicamente de la llamada a una vida cristiana, a lo que el Concilio Vaticano II
denomina "la vocación universal a la santidad en la Iglesia (Lumen
gentium, capítulo 5)". A pesar de la importancia inmensa de tal vocación
universal, es cierto que cada uno de nosotros tiene también una vocación
particular. Algunos son llamados al sacerdocio, a la vida religiosa, o al
matrimonio. Otros son llamados a ser maestros, doctores, albañiles o amas de
casa. Hay una gama ilimitada de vocaciones que Dios, en la riqueza de su
bondad, regala a cada uno. Lo difícil es el discernimiento de nuestras
vocaciones. Tal discernimiento es un proceso complejo e incluye muchos
elementos, pero un elemento válido para todos es la necesidad de ser atentos a
nuestro Dios sorprendente e inesperado.