lunes, 2 de diciembre de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20241208

 


 


«Él, que posee en todo la plenitud, se anonada a sí mismo, ya que, por un tiempo, se priva de su gloria, para que yo pueda ser partícipe de su plenitud. ¿Qué son estas riquezas de su bondad? ¿Qué es este misterio en favor mío? Yo recibí la imagen divina, mas no supe conservarla. Ahora él asume mi condición humana, para salvar aquella imagen y dar la inmortalidad a esta condición mía; establece con nosotros un segundo consorcio mucho más admirable que el primero. Convenía que la naturaleza humana fuera santificada mediante la asunción de esta humanidad por Dios; así, superado el tirano por una fuerza superior, el mismo Dios nos concedería de nuevo la liberación y nos llamaría a sí por mediación del Hijo. Todo ello para gloria del Padre, a la cual vemos que subordina siempre el Hijo toda su actuación. El buen Pastor que dio su vida por las ovejas salió en busca de la oveja descarriada, por los montes y collados donde sacrificábamos a los ídolos; halló a la oveja descarriada y, una vez hallada, la tomó sobre sus hombros, los mismos que cargaron con la cruz, y la condujo asía la vida celestial. A aquella primera lámpara, que fue el Precursor, sigue esta luz clarísima; a la voz, sigue la Palabra; al amigo del esposo, el esposo mismo, que prepara para el Señor un pueblo bien dispuesto, predisponiéndolo para el Espíritu con la previa purificación del agua. Fue necesario que Dios se hiciera hombre y muriera, para que nosotros tuviéramos vida. Hemos muerto con él, para ser purificados; hemos resucitado con él, porque con él hemos muerto; hemos sido glorificados con él, porque con él hemos resucitado» (San Gregorio de Nacianzo [329-3891. Sermón 45).
 

DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 8 de diciembre 2024

 


DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C
Domingo 8 de diciembre 2024
 
 
EL FUTURO EMPIEZA A CONCRETARSE Y CRECER
 
Bar 5,1-9; Sal 125; Flp 1,4-6.8-11; Lc 3, 1-6
 
El futuro mesiánico, anunciado en la semana anterior, empieza a cobrar realidad y crecer en nuestras lecturas. En la primera, recibimos un anuncio específico del futuro: Jerusalén se convertirá en el lugar del culto del verdadero Dios, sacerdote, colocando sobre su cabeza la mitra del sumo sacerdote (v. 2), adquiriendo la paz y la gloria asociadas al culto (v. 4) y atrayendo hacia sí una procesión de fieles (vv. 5-9). Este futuro va a desarrollarse, como Pablo ora para que el conocimiento de Dios "crezca cada vez más" (v. 9), entre los filipenses en la SEGUNDA LECTURA. El primer brote concreto de tal futuro creciente es Juan Bautista, que aparece en el EVANGELIO como un profeta, se dice que, a él, como a los profetas antiguos, "la palabra de Dios fue dirigida" (v. 2) y anuncia su cercanía.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 15 30, 19. 30
 
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
 
 
NO SE DICE GLORIA.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial nos lleve a gozar de su presencia. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Dios mostrará su grandeza.
 
Del libro del profeta Baruc 5, 1-9:
 
Jerusalén, despójate de tus vestidos de luto y aflicción, y vístete para siempre con el esplendor de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y adorna tu cabeza con la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: "Paz en la justicia y gloria en la piedad".
 
Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla a tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del espíritu, gozosos porque Dios se acordó de ellos. Salieron a pie, llevados por los enemigos; pero Dios te los devuelve llenos de gloria, como príncipes reales.
 
Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen todos los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. Los bosques y los árboles fragantes le darán sombra por orden de Dios. Porque el Señor guiará a Israel en medio de la alegría y a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su justicia.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.
 
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
 
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
 
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!" Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.
 
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.
 
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Manténganse limpios e irreprochables para el día de Cristo.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 4-6. 8-11
 
Hermanos: Siempre que pido por ustedes, lo hago con gran alegría, porque han colaborado conmigo en la causa del evangelio, desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de que aquel que comenzó en ustedes esta obra, la irá perfeccionando siempre hasta el día de la venida de Cristo Jesús.
 
Dios es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el amor entrañable con que los ama Cristo Jesús. Y ésta es mi oración por ustedes: Que su amor siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la justicia, que nos viene de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.
 
Ya conocen, en efecto, las instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 3, 4. 6
 
R/. Aleluya, aleluya.
 
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán la salvación de Dios. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Todos verán la salvación de Dios.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 1-6
 
En el año décimo quinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanias, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.
 
Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías:
 
Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
 
Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor. R/.
 
Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor. R/.
 
Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor. R/.
 
Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor. R/.
 
Señor Dios, grande en el amor, que llamas a los humildes al esplendor de tu reino, escucha nuestra oración y endereza nuestro camino hacia ti; abaja los montes elevados de nuestra soberbia, para que celebremos con fe ardiente la venida de Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
La doble espera de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan el Bautista anunció su próxima venida y lo señaló después ya presente. Él mismo es quien nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así cuando llegue, velando en oración y cantando gozosos su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
 
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO


Puede ser que nuestra época alienta la impaciencia. El ritmo de la vida es tan acelerado, nuestras capacidades de comunicación son tan rápidas y nuestros encuentros con los demás son tan fugaces, que estamos aprendiendo a ser impacientes ante cualquier espera. Pero la fe cristiana necesita el tiempo, la calma y la constancia. Si la humanidad esperó por siglos y siglos por el advenimiento de su Dios y salvador, como estamos celebrando durante esta temporada litúrgica, nosotros no podemos abandonar la virtud de la paciencia. Efectivamente, la paciencia se necesita en la formación de los cristianos, en la comprensión de nuestra fe, en el crecimiento de nuestras comunidades locales y en muchos otros aspectos de la existencia cristiana. No es por nada que, en ciertos puntos de nuestras liturgias no hay movimiento o palabras sino momentos de silencio paciente.


viernes, 29 de noviembre de 2024

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20241201

 

La exhortación apostólica Evangelii gaudium, promulgada el 24 de noviembre de 2013, es uno de los primeros y más importantes escritos del Papa Francisco. En una sección filosófica sobre la afirmación de que "el tiempo es más importante que el espacio", el Papa medita sobre dos aspectos del tiempo. El primero, que es el presente, es obviamente importante. Es la dimensión en que vivimos. Pero hay otro aspecto crucial, a saber, el futuro. Como explica el Papa Francisco, el futuro es "la causa final que [nos] atrae... provoca la voluntad de poseerlo todo... [y nos] ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas" (nn. 222-223). En palabras menos filosóficas, el Papa quiere decir que el futuro es necesario para motivarnos a seguir caminando hacia el Reino de Dios y para darnos una perspectiva sabia acerca del presente.


miércoles, 27 de noviembre de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20241201

 




«La esperanza nos sostiene. Es saludable el aviso del Señor, nuestro maestro, que el que persevere hasta el final se salvará. Y también este otro: si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Hemos de tener paciencia, y perseverar, hermanos queridos, para que, después de haber sido admitidos a la esperanza de la verdad y de la libertad, podamos alcanzar la verdad y la libertad mismas. Porque el que seamos cristianos es por la fe y la esperanza; pero es necesaria la paciencia, para que esta fe y esta esperanza lleguen a dar su fruto. Pues no vamos en pos de una gloria presente; buscamos la futura, conforme a la advertencia del apóstol Pablo cuando dice: en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que se ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia. Así pues, la esperanza y la paciencia nos son necesarias para completar en nosotros lo que hemos empezado a ser, y para conseguir, por concesión de Dios, lo que creemos y esperamos. En otra ocasión, el mismo Apóstol recomienda a los justos que obran el bien y guardan sus tesoros en el cielo, para obtener el ciento por uno, que tengan paciencia, diciendo: mientras tenemos ocasión, trabajemos por el bien de todos, especialmente por el de la familia de la fe. No nos cansemos de hacer el bien, que, si no desmayamos, a su tiempo cosecharemos. Estas palabras exhortan a que nadie, por impaciencia, decaiga en el bien obrar o, solicitado y vencido por la tentación, renuncie en medio de su brillante carrera, echando así a perder el fruto de lo ganado, por dejar sin terminar lo que empezó» (San Cipriano [c 200-258]. Tratado sobre los bienes de la Paciencia 13-15).
 

DOMINGO 1 DE ADVIENTO Ciclo C




DOMINGO 1 DE ADVIENTO Ciclo C
 
Domingo 1 de diciembre 2024
 
 
“Estad despiertos en todo tiempo”
 
Comenzamos con este Domingo el tiempo del Adviento, el tiempo litúrgico con el que los cristianos comenzamos el nuevo Año Litúrgico. Tiempo de espera y de preparación, de camino y de horizonte, tiempo anterior a la Navidad, tiempo que nos prepara para la venida de Cristo. ¿Pero qué venida es esa? Jesús de Nazaret, el Verbo hecho carne, el Hijo de Dios vivo, ya vino hace dos mil y pico de años. ¿Cómo decir entonces que esperamos el nacimiento de Cristo? ¿Cómo decir que esperamos su venida? La Iglesia espera la venida de Cristo desde tres prismas. Tres dimensiones hay en esta espera, en este anuncio de la Venida de Cristo, que tienen que ver tanto con las virtudes teologales de la Fe, el Amor y la Esperanza, como con las Tres Personas Divinas de la Trinidad. Tres venidas que son la histórica en la que ya llegó Cristo, la diaria en la que viene el Espíritu a nuestra vida, y la que vendrá, en el final de los tiempos, el mismo Padre para llevar a la creación a su plenitud.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA
 
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no quedan defraudados. (Cfr. Sal 24, 1-3)
 
 
NO SE DICE GLORIA
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas obras, colocados un día a tu derecha, merezcamos poseer el reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo…
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Lectura del profeta Jeremías 33, 14-16
 
Ya llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “El Señor es nuestra justicia”.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Salmo 24
 
R. A ti, Señor, levanto mi alma
 
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.
 
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que lo temen, y les da a conocer su alianza. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3, 12 4, 2
 
Hermanos: Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Por lo demás, hermanos os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguid adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Sal 84,8)
 
Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
R. Aleluya, Aleluya.
 
 
EVANGELIO
 
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 21, 25-28. 34-36
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Sacerdote: Hermanos, oremos a nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén, para que, por su luz y por su amor en los brazos de María, nos conceda lo que hoy le pedimos al Padre en su nombre, por ello con fe digamos:
TODOS: Divino Señor, escúchanos.
1.         Por los presbíteros, para que inspirados en la unidad de la Sagrada Familia en el portal de Belén, procuren siempre la unidad de la Iglesia, y que nosotros permanezcamos unidos. Roguemos al Señor.
2.         Por los que por odio persiguen a Cristo en su Iglesia, para que reciban la gracia de la conversión, y que como Iglesia, seamos lámparas encendidas en medio de la oscuridad. Roguemos al Señor.
3.         Por los enfermos, para que Dios Padre les dé sanidad acorde a su voluntad, y que como Iglesia sepamos ayudarlos, viendo el rostro de Cristo en ellos. Roguemos al Señor.
4.         Por los presos, para que Dios esté siempre con ellos y puedan sentir siempre su presencia y su misericordia, y que como Iglesia los tengamos siempre en nuestras oraciones. Roguemos al Señor.
Intenciones de la Iglesia local.
Sacerdote: Atiende Padre bueno, las oraciones y súplicas que como hijos confiadamente te dirigimos, y transforma nuestros corazones y nuestras vidas en ofrenda permanente para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. TODOS: Amén.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO I DE ADVIENTO
 
Las dos venidas de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Quien, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación eterna, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
 
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto (Sal 84, 13).
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro corazón en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

lunes, 18 de noviembre de 2024

SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO Ciclo B Domingo 24 de Noviembre 2024

 



 

"MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO"
 
Dan 7, 13-14; Sal 92; Apoc 1,5-8; Jn 18,33-37
 
Daniel utiliza varias imágenes apocalípticas, entre las cuales se destaca la de un hombre que "venía entre las nubes del cielo" (v. 13). Indica que el rey ideal no viene de "abajo", de una u otra nación en la Tierra, y no es opresor como los demás reyes. Esta es la misma imagen empleada en la segunda lectura, que exhorta: "¡Miren! ¡Viene entre las nubes"! (v. 7). Añade que Cristo Rey es la víctima de los poderes de este mundo, quienes "lo traspasaron" (v. 7). En el Evangelio Cristo se enfrenta con uno de dichos poderes: Poncio Pilato. Esta vez, Cristo mismo afirma lo esencial de la imagen usada por las demás lecturas: no es un rey como los de este mundo. Es un Rey que va a establecer un nuevo mundo de justicia y de paz.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 5, 12; 1, 6
 
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
 
 
GLORIA


Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe eternamente.  Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Su poder es eterno.
 
Del libro del profeta Daniel: 7,13-14
 
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 92
 
R/. Señor, tú eres nuestro rey.
 
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y majestad. R/.
 
Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R/.
 
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor, la santidad adorna tu templo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
El soberano de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre.
 
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 5-8
 
Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Miren: El viene entre las nubes, y todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. Todos los pueblos de la tierra harán duelo por su causa. "Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso".
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 11, 9. 10
 
R/. Aleluya, aleluya.
 
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
 
 
EVANGELIO
 
Tú lo has dicho. Soy rey.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 18, 33-37
 
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Jesús le contestó: "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?" Pilato le respondió: "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?" Jesús le contestó: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
 
Pilato le dijo: "¿Conque tú eres rey?" Jesús le contestó: "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".
 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de la gloria, escúchanos.)
 
1.     Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo para reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
 
2.     Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al Señor.
 
3.     Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus penas, roguemos al Señor.
 
4.     Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, principio y origen de toda paternidad, que has enviado a tu Hijo al mundo para convertirnos en un reino y hacernos tus sacerdotes, escucha nuestras oraciones e ilumina nuestro espíritu, para que comprendamos que servirte es reinar y, al dar nuestra vida a los demás, proclamemos con obras nuestra fidelidad a Cristo, el primogénito de entre los muertos y príncipe de los reyes de la tierra. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
PREFACIO


Cristo, Rey del universo.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11
 
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20241124

 



«Pues bien, a la interrogación primera del gobernador, donde le dijo: ¿Tú eres el rey de los judíos?, el Señor podía responder lo que asevera: Mi reino no es de este mundo, etc. Pero, al interrogarle a su vez si decía esto por su cuenta o lo había oído a otros, quiso mostrar, al responder aquél, que de esto le habían acusado ante él los judíos como hecho criminal; así nos descubre las ideas de los hombres, acerca de las que sabía que son vanas, y tras la respuesta de Pilato les responde ya tan oportuna y apropiadamente a judíos y gentiles: Mi reino no es de este mundo. Si hubiese respondido esto a Pilato inmediatamente tras interrogarle, parecería que lo había respondido no también a los judíos, sino a solos los gentiles, que opinaban de él esto. Pero, porque Pilato respondió: ¿Tal vez soy yo judío? Tu gente y los pontífices te entregaron a mí, en realidad retiró de sí la sospecha con que podría suponerse que por su cuenta había dicho que Jesús es el rey de los judíos, pues demuestra haberlo oído a los judíos. Después, diciendo ¿Qué hiciste? -como si dijera: Si niegas ser rey, ¿qué hiciste para que hayas sido entregado a mí? -, muestra suficientemente que de eso se le ha acusado como hecho criminal. Por así decirlo: no sería asombroso que fuese entregado al juez para ser castigado quien decía ser rey; si, en cambio, no decía esto, habría que preguntarle qué otra cosa había hecho quizá, por la que fuese digno de ser entregado al juez» (San Agustín [354-430]. Evangelio de Juan. Tratado 1 15).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

  

La solemnidad de Cristo Rey puede interpretarse como la afirmación de que Dios tiene poder absoluto sobre toda la Tierra y, en el futuro, va a manifestarlo claramente. Tal afirmación es verdadera, pero también es incompleta. No toma en cuenta que dicho reino no es "de este mundo". El Reino de Dios no se caracteriza por la desigualdad, la opresión y el autoritarismo de esos reinos que este mundo ha conocido. Es un nuevo orden de la realidad en que la igualdad, la justicia y la diversidad se honran porque están regidas por el amor. Se trata de la utopía de la cual han soñado muchos oprimidos y víctimas, pero no es meramente un sueño. Es el destino que Dios, en su amor magnífico y deleitable, prepara para su creación, que no abandona, sino que intenta transformar.


sábado, 16 de noviembre de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20241117

 


«Entonces veremos al Hijo del hombre... venir con gran poder» (Mc 13, 26). Queda todavía mucha tierra por conquistar (Jos 13, 1) . . . Considera el primer advenimiento de nuestro Señor y Salvador, cuando vino para sembrar su palabra sobre la tierra. Se adueñó de toda la tierra por la sola fuerza de esta siembra: hizo huira las fuerzas adversas ya los ángeles rebeldes que dominaban los espíritus de las naciones, y al mismo tiempo sembró su palabra y difundió sus iglesias. Tal fue su primera posesión de toda la tierra. Sin embargo, a través de la Escritura, yo te mostraré lo que es la segunda conquista de una tierra de la que se le dice a Josué (Jesús) que todavía queda mucha por conquistar. Escucha las palabras de Pablo: Hace falta que reine hasta que haga de todos sus enemigos estrado de sus pies (1 Co 15, 25; Sal 109, 1). He aquí la tierra sobre la que se dice, que ha sido dejada hasta que todos estén completamente sometidos a sus pies y que así herede todos los pueblos. . . En cuanto a nuestro tiempo, vemos muchas cosas que quedan y todavía no están sometidas a los pies de Jesús; por tanto, hace falta que lo posea todo. Porque no podrá llegar el fin del mundo hasta que todo se le haya sometido. El profeta dice en efecto: Que domine de mara mar, del gran río al confín de la tierra (Sal 72 LXX), y desde las orillas de los ríos de Cus, mis adoradores, los deportados traerán mi ofrenda (Sofonías 3, 10). Resulta de ahí, que en su segundo advenimiento Jesús dominará esta tierra de la que queda mucho por conquistar» (Orígenes [c. 184-c. 253]. Homilía sobre el libro de Josué 16, 3).


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20241117

 



En la temporada actual del año, cuando la luz solar mengua cada día y el otoño empieza a ceder su puesto al invierno, quizá añoramos un poco de estabilidad. Tal vez nos preguntamos: ¿es que todo lo que existe está destinado a cambiar? ¿Es que no hay nada que podamos agarrar y jamás perder? ¿Es que nunca vamos a conocer una vida sin cambios incesantes? Si no tuviéramos la fe cristiana, no podríamos contestar semejantes preguntas a ciencia cierta. El mundo no nos muestra ni siquiera una pequeña realidad permanente. Pero se nos ha regalado la fe y por eso podemos creer que sí hay algo permanente. De hecho, Dios nos asegura que tendremos no sólo algo permanente sino la vida eterna junto con el Señor si caminamos hacia ella con fe, a lo largo de los cambios del tiempo.

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 17 de noviembre 2024

 



 

CAMBIOS, FINES Y LA ETERNIDAD
 
Dn 12,1-3; Sal l5; Heb 10,11-14.18; Mc 13, 24-32
 
Las lecturas bíblicas de hoy nos hablan principalmente de cambios y de cambios grandes. La primera lectura, por ejemplo, anuncia el fin de la persecución que los judíos experimentaban por maniobras de los reyes sirios Seléucida en 173-163 a. C. Utilizando imágenes tomadas de la literatura apocalíptica, el autor presenta los cambios que conducen al fin de tal persecución, incluyendo un cambio totalmente nuevo para la mentalidad judía, es decir, la resurrección de los muertos. El Evangelio de hoy presenta cambios históricos, como la destrucción del Templo en Jerusalén (a la cual refieren las palabras "estas cosas" en v. 29), y cambios cósmicos, como la desaparición del Cielo y de la Tierra (v. 30). Sólo las palabras de Dios en el Evangelio (v. 30) y la liturgia eterna de Jesús en la segunda lectura, no cambian, sino que permanecen para siempre.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Jer 29, 11. 12. 14
 
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se encuentren.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Entonces se salvará tu pueblo.
 
Del libro del profeta Daniel: 12, 1-3
 
En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo. Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 15,5.8.8-19.11.
 
R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
 
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con Él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
 
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción.  R/.
 
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Con una sola ofrenda Cristo hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
 
De la carta a los hebreos: 10, 11-14. 18
 
Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 21, 36
 
R/. Aleluya, aleluya.
 
Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Congregará a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales.
 
Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 24-32
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y Él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo.
 
Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre".
 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
1.     Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
 
2.     Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
 
3.     Para que Dios que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
 
4.     Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que no dejas de velar por tu pueblo, escucha nuestras oraciones y haz que crezca en nosotros la convicción de que los que duermen en el polvo despertarán; infunde en nosotros tu Espíritu, para que, actuando con amor, esperemos sin desfallecer la manifestación gloriosa de tu Hijo, que vendrá para elegir a sus elegidos en su reino. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
La salvación por la obediencia de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso, que no sólo nos enviaste como Redentor a tu propio Hijo, sino que lo quisiste en todo semejante a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que en él amabas. Y con su obediencia nos devolviste aquellos dones que por la desobediencia del pecado habíamos perdido. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
 
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
 

martes, 5 de noviembre de 2024

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20241110

 

En la iglesia primitiva, como es bien sabido, existía una orden o grupo oficial de viudas que cumplían numerosas tareas imprescindibles en la comunidad (por ejemplo, véase 1 Tim 5,3-16). Por razones no completamente claras, esta orden desapareció. Tal vez hoy sea el momento justo de revivirla o, por lo mínimo, descubrir una manera permanente, pública y clara de habilitar y reconocer la contribución que las viudas y todos los ancianos hacen en favor de la Iglesia. Es lo que el Papa Francisco pide cuando llama a los ancianos los "mensajeros de la ternura" y "el cimiento firme del futuro", como ha dicho en varios de sus mensajes para el Día Mundial de los Abuelos y Ancianos, el domingo más cercano de la fiesta de los abuelos de Jesús, los santos Joaquín y Ana (el 26 de julio).

EN COMUNIÓN CON LA FE VIVA DE LA IGLESIA 20241110

 


«Recordemos también a aquella viuda, que olvidándose de sí misma y preocupada únicamente por los pobres, pensando sólo en el futuro, dio todo lo que tenía para vivir, como lo atestigua el mismo juez. Los demás -dice- han echado de lo que les sobra; pero ésta, más pobre tal vez que muchos pobres -ya que toda su fortuna se reducía a dos moneditas-, pero en su corazón más espléndida que todos los ricos, puesta su esperanza en solas las riquezas de la eterna recompensa y ambicionando para sí sólo los tesoros celestiales, renunció a todos los bienes que proceden de la tierra y a la tierra retornan. Echó lo que tenía, con tal de poseer los bienes invisibles. Echó lo corruptible, para adquirir lo inmortal. No minusvaloró aquella pobrecilla los medios previstos y establecidos por Dios en orden a la consecución del premio futuro; por eso tampoco el legislador se olvidó de ella y el árbitro del mundo anticipó su sentencia: en el evangelio hace el elogio de la que coronará en el juicio. Negociemos, pues, al Señor con los mismos dones del Señor; nada poseemos que de él no hayamos recibido, sin cuya voluntad ni siquiera existiríamos. Y, sobre todo, ¿cómo podremos considerar algo nuestro, nosotros que, en virtud de una hipoteca importante y peculiar, no nos pertenecemos, y no ya tan sólo porque hemos sido creados por Dios, sino por haber sido por él redimidos? (...) Restituyamos, pues, sus dones al Señor; démosle a él, que recibe en la persona de cada pobre; demos, insisto, con alegría, para recibir de él la plenitud del gozo, como él mismo ha dicho (San Paulino de Nola [355-431]. Carta 34).

DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 10 de noviembre 2024


 


LAS VIUDAS TIENEN FE AUTÉNTICA
 
1 Re 17, 10-16; Sal 145; Heb 9,24-28. Mc 12,38-44
 
En nuestras lecturas, son las viudas quienes tienen fe auténtica. En la primera lectura, encontramos a la viuda de Sarepta, un lugar extranjero que pertenece a Baal, el dios filisteo que supuestamente controlaba las lluvias. Pero es ésta quien derrama generosidad sobre el profeta (v. 12), escucha la palabra divina (vv. 14 y 16), jura por el Dios verdadero (v. 12), y recibe comida durante una sequía (v. 15), la cual Baal es incapaz de provocar porque no existe. En el Evangelio, Jesús presenta un contraste entre una pobre viuda que ofrece a Dios todo lo que tiene, manifestando una generosidad casi precipitada, y los escribas, que roban todo lo que tienen las viudas (v.40) y manifiestan así su ignorancia de la Ley -de la cual se llaman maestros- y de su preferencia por las viudas (Éx 22, 22).
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr.  Sal 18, 3
 
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios omnipotente y misericordioso. aparta de nosotros todos los males, para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de espíritu cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Con el puñado de harina la viuda hizo un panecillo y se lo llevó a Elías.
 
Del primer libro de los Reyes: 17, 10-16
 
En aquel tiempo, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: "Tráeme, por favor, un poco de agua para beber". Cuando ella se alejaba, el profeta le gritó: "Por favor, tráeme también un poco de pan". Ella le respondió: "Te juro por el Señor, tu Dios, que no me queda ni un pedazo de pan; tan sólo me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo unos cuantos leños. Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego moriremos".
 
Elías le dijo: "No temas. Anda y prepáralo como has dicho; pero primero haz un panecillo para mí y tráemelo. Después lo harás para ti y para tu hijo, porque así dice el Señor Dios de Israel: 'La tinaja de harina no se vaciará, la vasija de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra' ". Entonces ella se fue, hizo lo que el profeta le había dicho y comieron él, ella y el niño. Y tal como había dicho el Señor por medio de Elías, a partir de ese momento, ni la tinaja de harina se vació, ni la vasija de aceite se agotó.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10.
 
R/. El Señor siempre es fiel a su palabra.
 
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
 
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
 
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos.
 
De la carta a los hebreos: 9, 24-28
 
Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.
 
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, Él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
 
Así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para salvación de aquellos que lo aguardan y en El tienen puesta su esperanza.
 
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
 
R/. Aleluya, aleluya.
 
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.
 
Del santo Evangelio según san Marcos:  12, 38-44
 
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Éstos recibirán un castigo muy riguroso".
 
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo que tenía para vivir".
 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad y digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
1.     Para que la Iglesia viva en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos al Señor.
 
2.     Para que el Señor conceda a los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan a sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus súbditos, roguemos al Señor.
 
3.     Para que Dios Padre libere al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
 
4.     Para que todos nosotros realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
 
Señor Dios, que sustentas al huérfano y a la viuda, haces justicia a los oprimidos y das pan a los hambrientos, escucha las súplicas de tu pueblo, que confía en tu amor, no permitas que a nadie le falte nunca ni la libertad ni el pan, y haz que todos aprendamos a ayudar a los necesitados, a ejemplo de tu Hijo, que se entregó libremente para salvarlos a todos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
PREFACIO
 
La salvación por la obediencia de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso, que no sólo nos enviaste como Redentor a tu propio Hijo, sino que lo quisiste en todo semejante a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que en él amabas. Y con su obediencia nos devolviste aquellos dones que por la desobediencia del pecado habíamos perdido. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
 
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Alimentados con estos sagrados dones, te damos gracias, Señor, e imploramos tu misericordia, para que, por la efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos, nos concedas perseverar en la gracia de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.