DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 28 de enero 2018
EL GESTO PROFÉTICO DE JESÚS
Si nos dejamos orientar por los criterios que ofrece Moisés en el
Deuteronomio, podemos señalar que la palabra eficaz con que Jesús sana a los
posesos, lo revela como un verdadero profeta. Moisés conocía los riesgos de
hablar y actuar en nombre de Dios. Una comunidad segura de que Dios se
comunicaba con su pueblo tenía en alto valor la misión de los profetas. Eran
guías e intérpretes confiables de la voluntad de Dios. El conflicto surgía
cuando dos profetas comunicaban mensajes opuestos acerca del mismo problema.
Mientras uno animaba al pueblo a resistir al invasor, otro más aconsejaba
rendirse. No era fácil tomar una decisión en el momento oportuno. Al paso del
tiempo, cuando se cumplió la destrucción de Jerusalén, se pudo distinguir que
era Jeremías y no Ananías quien hablaba en nombre del Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para
que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y amar a
todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Les daré un profeta y pondré mis palabras en su boca.
Del libro del Deuteronomio: 18,15-20
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "El Señor Dios
hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un profeta como yo. A él
lo escucharán. Eso es lo que pidieron al Señor, su Dios, cuando estaban
reunidos en el monte Horeb: 'No queremos volver a oír la voz del Señor nuestro
Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos morir'.
El Señor me respondió: 'Está bien lo que han dicho. Yo haré surgir en
medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su boca y él
dirá lo que le mande yo. A quien no escuche las palabras que él pronuncie en mi
nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a decir en mi
nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros dioses, será
reo de muerte' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 94,1-2, 7-8, 9-10
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva.
Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos
hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y
nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón,
como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras". R/
SEGUNDA LECTURA
La mujer soltera se preocupa de las cosas del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 7, 32-35
Hermanos: Yo quisiera que ustedes vivieran sin preocupaciones. El
hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle; en
cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo
agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En la misma forma,
la mujer que ya no tiene marido y la soltera se preocupa de las cosas del Señor
y se pueden dedicar a él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se
preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para ponerles
una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en
presencia del Señor, tal como conviene. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 16
R/. Aleluya, aleluya.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que
vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
EVANGELIO
No enseñaba como los escribas, sino como quien tiene autoridad
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 21-28
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la
sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras,
pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se
puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has
venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús
le ordenó: "¡Cállate y sal de él!". El espíritu inmundo, sacudiendo
al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron
estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta?
Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen".
Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea. Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo
único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios
Padre, fuente y origen de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida
por todo el mundo, roguemos al Señor.
Por nuestra ciudad (nuestro pueblo) de N., por su prosperidad y por
todos los que en ella (él) moran, roguemos al Señor.
Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los
pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de
luz y felicidad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado el único maestro de
sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal, escucha nuestras
oraciones y haz que seamos fuertes en la confesión de la fe, para que
proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos testimonio de cómo
son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu altar en
señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de nuestra
redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz,
nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 30,17-18
Vuelve, Señor tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti,
Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra redención,
este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por
Jesucristo nuestro Señor.