LAS MASAS COMO PROTAGONISTAS
Éx 16,2-4.12-15; Sal 77; Ef 4,17. 20-24; Jn 6, 24-35
En las lecturas encontramos tres
masas de gente, cada una con su carácter particular, su relación con Dios y un
protagonismo distinto. En Éxodo, la masa es quejosa, escéptica, exagerada y
difícil. Empieza la lectura, cuando murmuran contra Moisés y Aarón y anhelan
unas extrañas "ollas de carne" en Egipto; concluye, aparentemente
desdeñando el maná, que un Dios paciente y generoso les manda. En el Evangelio,
la masa parece más razonable. Inicialmente materialista, se interesa no en
Jesús, sino en el pan que le provee. Sin embargo, su discusión con el Señor
parece llevarla a abrirse por lo menos un poco a su mensaje. En la Carta a los
efesios, la masa de cristianos a quien se dirige las palabras del autor, se ha
abierto más profundamente al Señor y está lista para revestirse de la verdad y
la santidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6
Dios mío, ven en mi ayuda; Señor,
date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Voy a hacer que llueva pan del
cielo.
Del libro del Éxodo: 16,2-4.12-15
En aquellos días, toda la
comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto,
diciendo: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos
sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciamos. Ustedes
nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud".
Entonces dijo el Señor a Moisés:
"Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada
día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las
murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: 'Por la tarde comerán
carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor,
su Dios"'.
Aquella misma tarde, una bandada
de codornices cubrió el campamento. A la mañana siguiente había en torno a él
una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de
polvo blanco semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron
unos a otros: "¿Manhú?" (es decir: "¿Qué, es esto?), pues no
sabían lo que era. Moisés les dijo: "Este es el pan que el Señor les da
por alimento".
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 77, 3. 4bc. 23-24. 25. 54.
R/. El Señor les dio pan del
cielo.
Cuanto hemos escuchado y
conocemos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han narrado nuestros
padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. R/.
A las nubes mandó desde lo alto
que abrieran las compuertas de los cielos; hizo llover maná sobre su pueblo,
trigo celeste envió como alimento. R/.
Así el hombre comió pan de los
ángeles; Dios le dio de comer en abundancia y luego los condujo hasta la tierra
y el monte que su diestra conquistara. R/.
SEGUNDA LECTURA
Revístanse del nuevo yo, creado a
imagen de Dios.
De la carta del apóstol san Pablo
a los efesios: 4, 17. 20-24
Hermanos: Declaro y doy
testimonio en el Señor, de que no deben ustedes vivir como los paganos, que
proceden conforme a lo vano de sus criterios. Esto no es lo que ustedes han
aprendido de Cristo; han oído hablar de él y en él han sido adoctrinados,
conforme a la verdad de Jesús. Él les ha enseñado a abandonar su antiguo modo
de vivir, ese viejo yo, corrompido por deseos de placer.
Dejen que el Espíritu renueve su
mente y revístanse del nuevo yo, creado a imagen de Dios, en la justicia y en
la santidad de la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt
4, 4
R/. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre, sino
también de toda palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
El que viene a mí no tendrá
hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed.
Del santo Evangelio según san
Juan: 6, 24-35
En aquel tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla
del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?". Jesús les
contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto
signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por
ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y
que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con
su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué
necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?". Respondió Jesús:
"La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha
enviado". Entonces la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué signo vas a
realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a
comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les
aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el
verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da
la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor,
danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la
vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá
sed". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, a Dios
Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga
en auxilio de nuestras necesidades, digamos confiadamente: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)
Oremos por el Papa N., por
nuestro obispo N., por todos los obispos y sacerdotes, para que el Señor los
haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con
rectitud la verdadera palabra. Roguemos al Señor.
Oremos por los que están lejos de
sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, para que
el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal. Roguemos
al Señor.
Oremos por los hombres de todos
los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y
dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena. Roguemos al Señor.
Oremos por nuestros hermanos que
han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a
él y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has confiado al
hombre las riquezas inmensas de la creación, escucha las oraciones de tu
Iglesia y no permitas que falte a ninguno de tus hijos el pan de cada día, y
suscita en nosotros el deseo de tu palabra, para que podamos saciar aquella
hambre de verdad que tú mismo infundes en nuestros corazones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, por tu piedad,
estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos
para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La historia de la salvación
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque
naciendo, restauró nuestra naturaleza caída; con su muerte destruyó nuestros
pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos
abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a los coros
angélicos, te aclamamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sb 16, 20
Nos has enviado, Señor, pan del
cielo, que encierra en sí toda delicia, y satisface todos los gustos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, con tu
permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a quienes no
dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.