jueves, 25 de enero de 2024

Conversión de san Pablo

 



La conversión de san Pablo fue el encuentro personal con Jesús que transformó su vida y su misión. Pablo era un judío fariseo que perseguía a los cristianos, pero en el camino a Damasco, una luz lo derribó y una voz le preguntó: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?'. Pablo quedó ciego y fue llevado a Damasco, donde recuperó la vista y fue bautizado. Desde entonces, se dedicó a evangelizar a los gentiles y a fundar comunidades cristianas.

 

Aquí la confesión de san Pablo.

 

DIOS ME REVELÓ A SU HIJO PARA QUE LO ANUNCIARA

 

Os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es cosa humana; y no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.

 

Habéis oído hablar de cómo me portaba yo en otro tiempo en el judaísmo: cómo perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios y la devastaba; cómo, en el celo por el judaísmo, iba más allá que muchos compatriotas de mi edad y me mostraba celoso partidario de las tradiciones paternas.

 

Pero, cuando aquel que me eligió desde el seno de mi madre me llamó por su gracia y tuvo a bien revelarme a su Hijo para que lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin pedir consejo a hombre alguno y sin subir a Jerusalén para hablar con los que eran apóstoles antes que yo, partí hacia Arabia, de donde luego volví a Damasco. Tres años más tarde, subí a Jerusalén a visitar a Cefas, y estuve con él quince días. No vi a ninguno otro de los apóstoles, fuera de Santiago, el hermano del Señor. Por el Dios que me está viendo, que no miento en lo que os escribo.

 

Después vine a las regiones de Siria y de Cilicia, pero las Iglesias de Judea, que están en Cristo, no me conocían personalmente. Sólo oían decir: «El que antaño nos perseguía ahora va anunciando la Buena Nueva de la fe, que en otro tiempo quería destruir.» Y glorificaban a Dios, reconociendo su obra en mí.

 

Cfr. Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 11.24


martes, 23 de enero de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240128

 



«Se hallaba en la sinagoga un hombre poseído... ¿Quién es el que dice: qué hay entre ti y nosotros? Es uno solo y habla en nombre de muchos. Por ser él vencido, comprendió que habían sido vencidos también sus compañeros: y comenzó a gritar. Comenzó a gritar como quien está inmerso en el dolor, como quien no puede soportar la flagelación. Y comenzó a gritar, diciendo: ¿qué hay entre ti y nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Inmerso en los tormentos y manifestando con sus gritos la magnitud de los mismos, no pone, sin embargo, fin a sus mentiras. Se ve obligado a decir la verdad, le obligan los tormentos, pero se lo impide la malicia. Qué hay entre ti y nosotros... ¿Por qué no confiesas que es el Hijo de Dios? ¿Te atormenta el Nazareno y no el Hijo de Dios? ¿Sientes sus castigos y no confiesas su nombre? Esto respecto a Jesús Nazareno. ¿Has venido a perdernos? Es cierto esto que dices: Has venido a perdernos. Sé quién eres. Veamos lo que añades: el Santo de Dios. ¿No fue Moisés el santo de Dios? ¿No lo fue Isaías? ¿No lo fue Jeremías? Antes, dice el Señor, de que nacieras, en el seno materno te santifiqué. Esto se le dice a Jeremías y ¿no fue el santo de Dios? Luego ni siquiera quienes fueron santos lo fueron. Pero ¿por qué no les dices a cada uno de ellos: sé quién eres, el Santo de Dios? ¡0h, qué mente tan perversa: inmerso en la tortura y los tormentos, a pesar de conocer la verdad, no quiere confesarla! Sé quién eres, el Santo de Dios. No digas el Santo de Dios, sino el Dios santo. Finges saber quién es, pero no lo sabes. Porque una de dos: o lo sabes e hipócritamente te lo callas, o simplemente no lo sabes. Pues él no es el Santo de Dios, sino el Dios santo» (San Jerónimo [342-420]. Evangelio de san Marcos 1,21-28).

DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 28 de enero 2024

 



¿LO VAN A RECONOCER COMO EL MESÍAS?
 
Deut 18,15-20; Sal 94; 1 Cor 7, 32-35; Mc 1,21-28
 
La tradición judía consideró a Moisés como el primero de los profetas. Sin embargo, este gran hombre, como todos los seres humanos, tuvo que morir. Para mostrar que en tal momento Dios no iba a abandonar a su pueblo sin la luz de la palabra divina, Moisés promete que Dios "suscitará para ti un profeta como yo" (Deut 18, 15). No está claro si habla de un solo profeta o de una serie de ellos, pero los judíos, como los cristianos, vieron en este texto el anuncio de un profeta excepcional que llegaron a identificar con el Mesías. Por tanto, cuando el Evangelio de hoy presenta a Jesús enseñando con autoridad (v. 22) y mandando a demonios (v. 26) sugiere que Él es el Mesías. Pero ¿Lo reconocería como tal la gente o no? Marcos nos deja en suspenso.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
 
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Les daré un profeta y pondré mis palabras en su boca.
 
Del libro del Deuteronomio: 18, 15-20
 
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "El Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharán.
Eso es lo que pidieron al Señor, su Dios, cuando estaban reunidos en el monte Horeb: 'No queremos volver a oír la voz del Señor nuestro Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos morir'.
El Señor me respondió: 'Está bien lo que han dicho. Yo haré surgir en medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su boca y él dirá lo que le mande yo. A quien no escuche las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros dioses, será reo de muerte' ". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 94,1-2, 7-8,9-10.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
 
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
 
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
 
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
La mujer soltera se preocupa de las cosas del Señor.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 7,32-35
 
Hermanos: Yo quisiera que ustedes vivieran sin preocupaciones. El hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle; en cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En la misma forma, la mujer que ya no tiene marido y la soltera se preocupan de las cosas del Señor y se pueden dedicar a él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en presencia del Señor, tal como conviene. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 16
R/. Aleluya, aleluya.
 
El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
 
 
EVANGELIO
 
No enseñaba como los escribas, sino como quien tiene autoridad.
 
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 21-28
 
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús le ordenó: "¡Cállate y sal de él!". El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen". Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
Por nuestra ciudad (nuestro pueblo) de N., por su prosperidad y por todos los que en ella (él) moran, roguemos al Señor.
 
Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
 
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado el único maestro de sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal, escucha nuestras oraciones y haz que seamos fuertes en la confesión de la fe, para que proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos testimonio de cómo son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu altar en señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 30,17-18
 
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti, Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240128

 

Dios no nos golpea en el rostro con su presencia. Nos otorga la tarea de discernir cuándo y dónde está presente entre nosotros. No es de extrañar que haga esto, ya que nos ha creado con ojos para ver, oídos para escuchar y la razón para pensar. Respeta nuestras capacidades y quiere que las utilicemos. Por eso el Concilio Vaticano II habló del deber de «leer los signos del tiempo (Gaudium et spes n. 4; véase también Mt 16, 3). Estos signos no son meramente las tendencias del mundo actual. Como el Concilio entendió estos signos, en la línea del Papa Juan XXIII, que hablaba frecuentemente de ellos, son los índices de la presencia de Dios. El Espíritu de Dios está siempre moviéndose en el mundo, aun fuera de la Iglesia, y los signos nos revelan su presencia. Entonces, ¡discernámoslos!

jueves, 18 de enero de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240121

 


«De la penitencia hablaron, inspirados por el Espíritu Santo, los que fueron ministros de la gracia de Dios. Y el mismo Señor de todas las cosas habló también, con juramento, de la penitencia diciendo: Por mi vida -oráculo del Señor-, juro que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta; y añade aquella hermosa sentencia: dejad de obrar mal, casa de Israel. Di a los hijos de mi pueblo: Aunque vuestros pecados lleguen hasta el cielo, aunque sean como púrpura y rojos como escarlata, si os convertís a mí de todo corazón y decís; "Padre", os escucharé como a mi pueblo santo. Queriendo, pues, el Señor que todos los que él ama tengan parte en la penitencia, lo confirmó así con su omnipotente voluntad. Obedezcamos, por lo tanto, a su magnífico y glorioso designio, e, implorando con súplicas su misericordia y benignidad, recurramos a su benevolencia y convirtámonos, dejadas a un lado las vanas obras, las contiendas y la envidia, que conduce a la muerte. Seamos, pues, humildes, hermanos, y deponiendo toda jactancia, ostentación e insensatez, y los arrebatos de la ira, cumplamos lo que está escrito, pues lo dice el Espíritu Santo: No se gloríe el sabio de su sabiduría, no se gloríe el fuerte de su fortaleza, no se gloríe el rico de su riqueza; el que se gloríe, que se gloríe en el Señor, para buscarle a él y practicar el derecho y la justicia; especialmente si tenemos presentes las palabras del Señor Jesús, aquellas que pronunció para enseñarnos la benignidad y la longanimidad» (San Clemente I [c.30-c.100]. Tercer Sucesor de san Pedro. Carta a los Corintios 7).

DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 21 de enero 2024

 



LA PREDICACIÓN NECESARIA


Jan 3,1-5.10; Sal 25; 1 Cor 7, 29-31; Mc 1,14-20
 
La predicación es necesaria para la plenitud de la fe cristiana. ¿Cómo se puede creer sin haber escuchado, de una u otra manera, la predicación de la palabra de Dios? Por lo tanto, los ninivitas, en la primera lectura de hoy no creyeron en nada y, de hecho, su comportamiento fue tan malo que merecieron la destrucción (v. 4) precisamente porque nunca oyeron nada acerca del único Dios verdadero. Cuando escuchan la predicación del profeta Jonás, aunque éste era reacio a predicar a tales pecadores, se convierten de manera casi milagrosa. Es igualmente milagroso lo que efectúa la predicación de Cristo al inicio de su ministerio, como vemos en el Evangelio de hoy. Varias personas la escuchan, como Simón, Andrés, Santiago y Juan; y no sólo la aceptan, sino que siguen a Jesús por el resto de sus vidas.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6
 
Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia, y en su templo, belleza y majestad.
 


GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 


ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 


LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.
 
Del libro del profeta Jonás: 3, 1-5.10
 
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar".
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 


SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
 
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
 
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
 
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Este mundo que vemos es pasajero.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 7, 29-31
 
Hermanos: Les quiero decir una cosa: el tiempo apremia. Por lo tanto, conviene que los casados vivan como si no lo estuvieran; los que sufren, como si no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no compraran; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran de él; porque este mundo que vemos es pasajero. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Me 1, 15
R/. Aleluya, aleluya.
 
El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor; conviértanse y crean en el Evangelio. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
 
Del santo Evangelio según san Marcos: 1,14-20
 
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:
 
Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
 
Por los que gobiernan las naciones para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar de sus pueblos, a fin de que reine entre ellos la justicia y la paz, roguemos al Señor.
 
Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.
 
Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que en Cristo, el Verbo eterno, nos has dado la plenitud de tu palabra, escucha la oración de la Iglesia y haz que sintamos la urgencia de convertirnos a ti y de adherirnos con toda el alma al Evangelio, para que toda nuestra vida anuncie a los que dudan y viven alejados al único Salvador de los hombres, Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
 


PREFACIO
 
El Misterio de la salvación
  
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33,6
 
Acudan al Señor; quedarán radiantes y sus rostros no se avergonzarán.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Concédenos, Dios todopoderoso, que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240121

 

En el medievo, cuando la Iglesia católica estaba discerniendo sobre el número de los sacramentos cristianos, algunos teólogos propusieron que la predicación fuera reconocida como un sacramento igual al bautismo y la eucaristía. Resultó que la predicación no se numeró entre los sacramentos, pero la propuesta de dichos teólogos evidenció el lugar eminente que la predicación tenía en esos siglos. Todavía hoy es importante y todavía hoy, como es verdad en el caso de los sacramentos, la gracia de Dios es necesaria para que la predicación sea efectiva. El predicador debe cooperar con la gracia, esforzándose seriamente para estudiar las Escrituras y explicarlas a su pueblo creativamente. Así mismo, el pueblo debe cooperar con la gracia, esforzándose seriamente para acoger el mensaje del predicador con corazones y mentes abiertos. ¿Quién sabe? ¡Puede ser que la predicación logre hacer milagros en nuestros días!

martes, 9 de enero de 2024

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA 20240114

 


«Juan era tan amigo del Novio, no buscaba su propia gloria, sino que daba testimonio a favor de la verdad. ¿Acaso quiso que sus discípulos se quedasen con él en lugar de seguir al Señor? No, él mismo muestra a sus discípulos a quién deben de seguir De hecho, lo tenían por el Cordero; pero él dice: He ahí el Cordero de Dios. ¿K qué nos aprovecha el Cordero de Dios? Afirma, el que quita el pecado del mundo. Le siguieron, oído esto, los dos que estaban con Juan. Veamos lo que sigue. Jesús, al volverse y ver que lo seguían, les dice: ¿Qué buscáis? Ellos dijeron: Rabí... ¿dónde habitas? no lo seguían como si ya le estuvieran adheridos, porque es manifiesto cuando se le adhirieron porque los llamó de la barca. Entre estos dos, en efecto, estaba Andrés, como habéis oído hace un momento. Ahora bien, Andrés era hermano de Pedro y por el evangelio sabemos que de la barca llamó el Señor a Pedro y Andrés, diciendo: Venid tras de mí, y os haré pescadores de hombres. Y desde entonces se le adhirieron ya, para no retroceder. Respecto a que estos dos, pues, le siguen al instante, no le siguen como para no retroceder, sino que quieren ver dónde vive y hacer lo que está escrito: Tu pie desgaste el umbral de sus puertas; levántate para venir a él asiduamente y sé instruido por sus preceptos. Él les mostró dónde permanecía; vinieron y estuvieron con él. ¡Qué feliz día pasaron, qué feliz noche! ¿Quién hay que nos diga lo que ellos oyeron al Señor? También nosotros edifiquemos y hagamos una casa en nuestro corazón, para que venga él y nos enseñe; dialogue con nosotros» (San Agustín [354-430]. Evangelio de Juan 7,8-9).

DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 14 de enero 2024

 



LA PALABRA Y EL CUERPO

 
1 Sam 3, 3-10.19; Sal 39; 1 Cor 6, 13-15.17-20; Jn 1,35-42
 
Aunque la primera lectura de hoy cuenta la vocación profética de Samuel, su protagonista verdadero es la Palabra de Dios. Samuel será el mediador corporal que necesita esta Palabra para llegar a los seres humanos, ya que ellos son esencialmente corporales. En el Evangelio, en cambio, la Palabra no tiene que buscar a un mediador corporal porque, como hemos celebrado hace algunos días en Navidad, se ha encarnado ella misma como un ser humano con un cuerpo como el nuestro. Los discípulos llamados por esta Palabra encarnada tienen que vivir su nueva vocación interiormente, meditando sobre ella y también de manera corporal. San Pablo nos recuerda que también nosotros tenemos que vivir nuestras vocaciones, sea aquella general y cristiana, sea aquella particular de cada uno, de una manera corporal: "¡glorifiquen a Dios con su cuerpo!" (v. 20).
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 4
 
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Habla, Señor, tu siervo escucha.
 
Del primer libro de Samuel: 3, 3-10. 19
 
En aquellos días, el joven Samuel servía en el templo a las órdenes del sacerdote Elí. Una noche, estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: "Aquí estoy". Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?". Respondió Elí: "Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte". Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?". Respondió Elí: "No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte". Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: ''Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?".
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: "Ve a acostarte y si te llama alguien responde: 'Habla, Señor; tu siervo te escucha' ". Y Samuel se fue a acostar.
De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: "Samuel, Samuel". Este respondió: "Habla, Señor; tu siervo te escucha". Samuel creció y el Señor estaba con él. y todo lo que el Señor le decía, se cumplía.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 39,2 y 4ab. 7-8a. 8b-9. 10.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
 
Esperé en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. Él me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R/.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy". R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Los cuerpos de ustedes son miembros de Cristo.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 6,13-15.17-20
 
Hermanos: El cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para santificar el cuerpo. Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros con su poder. ¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de Cristo? Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él. Huyan, por lo tanto, de la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa una persona, queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.
¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que han recibido de Dios y habita en ustedes? No son ustedes sus propios dueños, porque Dios los ha comprado a un precio muy caro. Glorifiquen, pues, a Dios con el cuerpo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 41. 17
R/. Aleluya, aleluya.
 
Hemos encontrado a Cristo, el Mesías. La gracia y la verdad nos han llegado por él. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Vieron dónde vivía y se quedaron con él.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 35-42
 
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?". Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?". (Rabí significa "maestro"). Él les dijo: "Vengan a ver". Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir "el Ungido"). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca'). Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:
Por la santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.
 
Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios, nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor.
 
Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de la misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.
 
Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que muestras los signos de tu presencia en la Iglesia, en nuestra asamblea y en todos los hermanos, escucha las oraciones de esta familia tuya y no permitas que nunca dejemos de estar atentos a ninguno de los signos que nos ofreces para manifestar tu plan de salvación, a fin de que nos convirtamos en apóstoles y profetas de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 22, 5
 
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado mi copa hasta los bordes.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240114

 

La relación entre la fe cristiana y el cuerpo humano no ha sido siempre muy feliz o tranquila. Ya al inicio de la historia cristiana, surgieron algunos cristianos, llamados gnósticos, que rechazaban el cuerpo humano y lo entendían como algo pecaminoso; y predicaron que la salvación es precisamente la huida de ese cuerpo humano a partir de un ánimo puramente espiritual. Sus posiciones teológicas han sido rechazadas por la comunidad cristiana, pero su actitud anti-corporal ha podido sobrevivir e infectar a otros a lo largo de la historia de la Iglesia en movimientos medievales, como los albigensianos e, incluso, en la actualidad en algunas sectas fundamentalistas. A decir verdad, se puede verificar esta actitud entre algunos católicos hoy. Para contrastar tal actitud, varios pensadores han intentado desarrollar una "teología del cuerpo", pero una visión cristiana y completamente convincente del cuerpo queda como una tarea pendiente.

martes, 2 de enero de 2024

EN COMINIÓN CON LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA 20240107

 


 


«Surge en el cielo y en la tierra la gran alegría de este nacimiento admirable. Se muestra a los Magos un nuevo signo, la estrella del cielo, por el cual se reconoce que ha nacido como rey de los judíos el Señor de cielo y tierra, aquel de quien estaba escrito: saldrá una estrella de Jacob y surgirá un hombre de Israel, para que se conociera, a través de los signos de la estrella y del hombre, la unión de la naturaleza divina y humana en el Hijo de Dios. Por eso también en el Apocalipsis el mismo Señor declara acerca de sí mismo: Yo soy la raíz de Jesé y el descendiente de David y la estrella resplandeciente de la mañana; porque por el amanecer de su nacimiento, expulsada la noche de la ignorancia, brilló como astro fulgurante para la salvación del mundo. El esplendor de esta luz, penetrando incluso los corazones de los magos, los inundó con luz espiritual para que conocieran por el signo de la nueva estrella naciente al rey de los judíos, al creador del cielo. Pues los magos, personajes prominentes de una religión falsa, no podían conocer a Cristo nuestro Señor sino iluminados con la gracia de la condescendencia divina. De nuevo, pues, se desbordó la misericordia de Dios por medio de la venida de Cristo, para que el conocimiento de su verdad se extendiera a todas las razas de los hombres. Esta brilló ante los Magos a fin de que se conociera la piedad manifiesta de Dios, y nadie desesperara de que, si cree, se le puede concederla salvación, porque ya ha visto que ha sido concedida a los Magos. Y por eso fueron los Magos los primeros elegidos entre los gentiles para la salvación, para que a través de ellos se abriera la puerta de la salvación a todos los gentiles» (San Cromacio de Aquilea [c.337-c.40]). Comentario a san Mateo. Tratado IV, 1).

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240107

La Navidad es tradicionalmente una fiesta íntima, celebrada en el seno de cada familia particular. Las lecturas bíblicas reflejan esta particularidad porque hacen hincapié en los específicos acontecimientos que son asociados con el nacimiento histórico de Jesús. La Epifanía, en contraste, es tradicionalmente una fiesta de la Iglesia universal, celebrada de una manera expansiva que enfatiza la apertura y la inclusión. Las lecturas reflejan este movimiento hacia lo universal, especialmente el Evangelio que está iluminado por una estrella universalmente visible y por los magos que provienen de los ángulos más lejanos de la Tierra. Necesitamos ambos lados de nuestra fe. Ya que somos seres humanos, limitados por el espacio y el tiempo, necesitamos lo particular, pero para evitar que nos cerremos en lo particular, y porque el Señor del universo está en medio de nosotros, lo universal es necesario e inevitable.

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR, SOLEMNIDAD Domingo 7 de enero 2024

 



 

LO PARTICULAR Y LO UNIVERSAL
 
Is 60, 1-6; Sal 71; Ef 3, 2-3. 5-6; Mt 2, 1-12
 
Las lecturas bíblicas de esta fiesta pulsan con un movimiento entre lo particular y lo universal. El profeta Trito-Isaías empieza la primera lectura dando órdenes alegres a una ciudad particular, Jerusalén (v.1), pero abre sus horizontes al resplandor de la gloria universal del Señor y a la llegada de una multitud de toda la tierra (v.6). Nuestra lectura de la carta a los Efesios empieza con el ministerio particular de Pablo, "prisionero por Cristo Jesús" (v. 1), y rápidamente afirma que dicho ministerio sirve el proyecto universal de Dios que abraza a todas las naciones. El Evangelio gira en torno a la intimidad de una casa particular, que aloja "al niño con María, su madre" (v. 11), pero esta particularidad está ensanchada por la llegada de los tres magos que representan el universo de los que buscan la sabiduría.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mal 3, 1; 1 Crón 19, 12
 
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La gloria del Señor alborea sobre ti.
 
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
 
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 71, 2. 7-8.10-11.12-13.
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
 
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
 
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
 
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
 
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
 
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.
 
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Hemos venido de Oriente para adorar al rey de los judíos.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
 
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiados, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria:
 
Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
 
Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor.
 
Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero, roguemos al Señor.
 
Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio, roguemos al Señor.
 
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
PREFACIO
 
Cristo, Luz de las Naciones
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación, para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse tu Hijo en nuestra carne mortal, nos has restaurado con la gloria de su inmortalidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2
 
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.