DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo
B
Domingo 2 de agosto 2015
COMER Y VIVIR EN LIBERTAD
El relato
del Éxodo nos deja conocer las quejas de los israelitas cuando comenzaban a
vivir el aprendizaje de la vida en libertad. De inmediato desfiguran la memoria
histórica de la esclavitud y aducen que aunque no tenían libertad, comían pan
hasta el hartazgo. Una pintura inexacta de la esclavitud. Los relatos sobre las
bandadas de codornices y la recolección del maná confirman una certeza
inconmovible: cuando el pueblo se organiza de manera solidaria para mejorar sus
condiciones de vida, Dios jamás lo desampara. Todo cambio social genuino va
acompañado de la resistencia de los nostálgicos y conservadores que se aferran
al diminuto lado bueno del pasado. El Señor Jesús también desafía a sus
contemporáneos a que vivan en sintonía con el mensaje del Pan de Vida. Los
esfuerzos que Jesús realiza por propagar la vida, se topan con la incrédula
necedad de quienes estaban atados al pasado.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 69, 2. 6
Dios mío,
ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi
salvación; Señor, no tardes.
ORACIÓN COLECTA
Ayuda,
Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se
glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora
y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Voy a hacer que llueva pan del cielo.
Del libro del Éxodo: 16, 2-4. 12-15
En
aquellos días, toda la comunidad de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y
Aarón en el desierto, diciendo: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor
en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan
hasta saciarnos. Ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a
toda esta multitud".
Entonces dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: 'Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios'.
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: "¿Qué es esto?", pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Este es el pan que el Señor les da por alimento". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Entonces dijo el Señor a Moisés: "Voy a hacer que llueva pan del cielo. Que el pueblo salga a recoger cada día lo que necesita, pues quiero probar si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Diles de parte mía: 'Por la tarde comerán carne y por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios'.
Aquella misma tarde, una bandada de codornices cubrió el campamento. A la mañana siguiente había en torno a él una capa de rocío que, al evaporarse, dejó el suelo cubierto con una especie de polvo blanco semejante a la escarcha. Al ver eso, los israelitas se dijeron unos a otros: "¿Qué es esto?", pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Este es el pan que el Señor les da por alimento". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 77, 3.4bc. 23-24. 25.54 R/. El Señor les
dio pan del cielo.
Cuanto
hemos escuchado y conocernos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han
narrado nuestros padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. R/.
A las
nubes mandó desde lo alto que abrieran las compuertas de los cielos; hizo
llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como alimento. R/.
Así el
hombre comió pan de los ángeles; Dios le dio de comer en abundancia y luego los
condujo hasta la tierra y el monte que su diestra conquistara. R/.
SEGUNDA LECTURA
Revístanse del nuevo yo, creado a imagen de
Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4,
17. 20-24
Hermanos:
Declaro y doy testimonio en el Señor, de que no deben ustedes vivir como los
paganos, que proceden conforme a lo vano de sus criterios. Esto no es lo que
ustedes han aprendido de Cristo; han oído hablar de Él y en Él han sido
adoctrinados, conforme a la verdad de Jesús. Él les ha enseñado a abandonar su
antiguo modo de vivir, ese viejo yo, corrompido por deseos de placer. Dejen que
el Espíritu renueve su mente y revístanse del nuevo yo, creado a imagen de
Dios, en la justicia y en la santidad de la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Mt 4, 4 R/. Aleluya, aleluya.
No sólo
de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de
Dios. R/.
EVANGELIO
El que viene a mí no tendrá hambre y el que
cree en mí nunca tendrá sed.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 24-35
En aquel
tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni
sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien Él ha enviado". Entonces la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien Él ha enviado". Entonces la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos,
hermanos, a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle
con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades, digamos confiadamente: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor)
Oremos
por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., por todos los obispos y
sacerdotes, para que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de
sabiduría a fin de que proclamen con rectitud la verdadera palabra. Roguemos
al Señor.
Oremos
por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se
encuentran en peligro, para que el Señor les conceda un ángel que los proteja y
los aleje de todo mal. Roguemos al Señor.
Oremos
por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el
Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la
verdad plena. Roguemos al Señor.
Oremos
por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados,
acoja sus almas junto a él y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de
la paz. Roguemos al Señor.
Dios
nuestro, que has confiado al hombre las riquezas inmensas de la creación,
escucha las oraciones de tu Iglesia y no permitas que falte a ninguno de tus
hijos el pan de cada día, y suscita en nosotros el deseo de tu palabra, para
que podamos saciar aquella hambre de verdad que tú mismo infundes en nuestros
corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica,
Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio
espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio
para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sb 16, 20
Nos has
enviado, Señor, pan del cielo, que encierra en sí toda delicia, y satisface
todos los gustos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña,
Señor, con tu permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a
quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Un sector muy importante de la
sociedad quiere dejar atrás el estado de cosas que aflige al país. Finalmente
son miles los muertos y desaparecidos y en cierta manera, no hemos encontrado
el camino para descubrir el Pan que dará vida a México. Es precisamente el bien
mayor, la vida de las personas débiles, que no disponen de cuerpos de seguridad
como los que cuidan a los gobernantes, la que ha sido violentada de mil
maneras. El pan y la vida no se pueden disociar.
De esos símbolos atinadamente se valió la tradición judía y la tradición fundada por el Señor Jesús, para animar a las personas "a trabajar en lo que Dios quiere". Estamos ciertos que Dios no quiere nada de lo que nos ha lastimado tanto como sociedad y como Iglesia.
La urgencia de trabajar de manera realmente nueva, de forma que la vida de todas las personas esté garantizada, es una exigencia de la verdadera fe eucarística.
De esos símbolos atinadamente se valió la tradición judía y la tradición fundada por el Señor Jesús, para animar a las personas "a trabajar en lo que Dios quiere". Estamos ciertos que Dios no quiere nada de lo que nos ha lastimado tanto como sociedad y como Iglesia.
La urgencia de trabajar de manera realmente nueva, de forma que la vida de todas las personas esté garantizada, es una exigencia de la verdadera fe eucarística.