lunes, 28 de mayo de 2012

Ya no temo, Señor.




HIMNO*
 
Ya no temo, Señor, la tristeza,
ya no temo. Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
 
Ya no temo, Señor, a la noche,
ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras,
ya no hay noche, tu eres luz.
 
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor en la vida,
tú lo tienes, tu lo das
 
Ya no temo, Señor, los abismos,
ya no temo, Señor, la inmensidad:
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad. Amén
 
*Liturgia de las horas, Vísperas, Lunes IV

Vigilia de Pentecostés 2012 en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús (Costa Azul)




Con motivo de la Festividad de Pentecostés en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, el sábado 26 de mayo a partir de las 19 horas se llevó a cabo la Vigilia de Pentecostés presidida por nuestro párroco Lic Álvaro Sánchez Quevedo.

A partir de la acción del Espíritu Santo en el hombre; los temas a reflexionar fueron:
  • ¿Qué necesito purificar?
  • ¿Qué tipo de pensamientos nocivos debo iluminar con el Espíritu?
  • ¿Qué aspectos de mi vida necesitan motivación, empuje, dinamismo?
  • ¿A qué necesito renunciar?
Para tal efecto de hicieron diferentes grupos según las edades: niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.

Después de una reflexión general, se hizo la bendición con el Santísimo y se dio la oportunidad para que cada asistente pudiera tocar y besar a Jesús Sacramentado.

Se concluyó con un refrigerio para todos los asistentes


Algunas imágenes y vídeos del evento. 

Decoración

Espíritu Santo Ya llegó.  (ambientación)

Nuestro párroco

Presbiterio

Incensación

Adoración individual



sábado, 26 de mayo de 2012

SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO




Ven, Dios Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminarnos.

Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.

Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.

Eres pausa en el trabajo;
brisa, en un clima de fuego;
consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.

Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.

Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.

Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.

viernes, 25 de mayo de 2012

Los siete dones del Espíritu Santo




Estos dones son regalos de Dios y sólo con nuestro esfuerzo no podemos hacer que crezcan o se desarrollen. Necesitan de la acción directa del Espíritu Santo para poder actuar con ellos.

SABIDURÍA: Nos permite entender, experimentar y saborear las cosas divinas, para poder juzgarlas rectamente.
ENTENDIMIENTO: Por él, nuestra inteligencia se hace apta para entender intuitivamente las verdades reveladas y las naturales de acuerdo al fin sobrenatural que tienen. Nos ayuda a entender el por qué de las cosas que nos manda Dios.
CIENCIA: Hace capaz a nuestra inteligencia de juzgar rectamente las cosas creadas de acuerdo con su fin sobrenatural. Nos ayuda a pensar bien y a entender con fe las cosas del mundo.
CONSEJO: Permite que el alma intuya rectamente lo que debe de hacer en una circunstancia determinada. Nos ayuda a ser buenos consejeros de los demás, guiándolos por el camino del bien.
FORTALEZA: Fortalece al alma para practicar toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. Nos ayuda a no caer en las tentaciones que nos ponga el demonio.
PIEDAD: Es un regalo que le da Dios al alma para ayudarle a amar a Dios como Padre y a los hombres como hermanos, ayudándolos y respetándolos.
TEMOR DE DIOS: Le da al alma la docilidad para apartarse del pecado por temor a disgustar a Dios que es su supremo bien. Nos ayuda a respetar a Dios, a darle su lugar como la persona más importante y buena del mundo, a nunca decir nada contra Él.

martes, 22 de mayo de 2012

La paz esté con ustedes



 
Texto bíblico (Jn 20, 19-23)
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
 
Reflexión
Consciente de la fragilidad y la cerrazón de sus discípulos (actitudes  también nuestras), Jesús les dona el Espíritu Santo, que hace que ellos personas completamente diversas. Se lanzan a cumplir la misión que el Resucitado les ha encomendado.
 
Señor Jesús, mándanos al Espíritu Santo, pues tu sabes que ¡lo necesitamos!
 

sábado, 19 de mayo de 2012

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR




            La Ascensión de Jesús expresa su glorificación. El Padre “resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, por encima...” de todo y de todos.

            El que el Hijo de Dios, su verbo eterno, esté “sentado a la derecha” del Padre, nos puede parecer la cosa más debida y natural. Pero el que está “sentado a la derecha del Padre” es Cristo, claro, es el Hijo de Dios, su Verbo eterno, pero es también el Hijo de Dios hecho hombre por nuestro amor, es el Verbo encarnado. Es decir, que en este hermano nuestro glorificado, está glorificada nuestra carne, nuestra humanidad. Es el primero de una nueva raza. Es la culminación de nuestras expectativas.

            Esta fiesta es, pues, no solo la proposición de una realidad maravillosa, para nuestra contemplación maravillada. Es también un aliento a nuestra esperanza pues. “No se fue para alejarse de nuestra pequeñez, sino para que pusiéramos nuestra esperanza en llegar, como miembros suyos, a donde El, nuestra Cabeza y Principio, nos ha precedido”.

            Esta gloria futura, esta resurrección y reinado, Pablo los presenta a la comunidad de Efeso, y nos los presenta a nosotros, no como algo por cumplirse, sino como un hecho ya realizado y ya existente en principio. Dice Pablo: “Y con Él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús” (Ef 2, 6).

“… Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios” (Jn 20, 17)

“Galileos ¿qué hacéis ahí mirando al cielo?. Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá del mismo modo, que le habéis visto subir al cielo.” ( Hech 1,11)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas, sígueme.



 
Texto bíblico (Jn, 21 15-19)
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».
 
Reflexión
La llamada de Jesús a sus discípulos acontece al inicio, cuando los convocó por primera vez a colaborar con Él; pero también al enfrentar las dificultades, en plena misión, en aquellos momentos en los que llegaba la tentación de renunciar ente el peligro. Pedro y Pablo son testimonio de entrega generosa a su vocación de apóstoles, aun a pesar de sus limitaciones humanas.

Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.



 
Texto bíblico (Jn, 16, 23-28)
“Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre”.
 
Reflexión

En nuestra vida de fe, es muy común que recurramos a la intercesión de los santos para recibir de parte del Señor alguna gracia. Sin embargo, a partir de la palabra de Dios, no hay que olvidar que el intercesor más grande que tenemos es el mismo Jesús. Él mejor que nadie, conoce nuestras necesidades y preocupaciones, porque también las experimentó.

jueves, 3 de mayo de 2012

"Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo".




Texto bíblico
Filipenses 2, 5-11

Hermanos: Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús, el cual, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. 

Reflexión
Uno de los más antiguos himnos litúrgicos que la Iglesia ha recogido sobre la persona de Jesucristo es el que nos transmite san Pablo en esta carta, y que pone como modelo para la vida de la comunidad con las palabras: "Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo".
Qué palabras más profundas y qué invitación tan clara a dejar de lado nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra vanidad y autosuficiencia. Este mensaje nos viene muy bien a todos, pero de manera especial a aquellos que estamos acostumbrados a hacer uso de nuestros "privilegios" como sacerdotes, padres de familia, hermanos mayores, jefes, políticos, etc., pues nos hace ver que es precisamente la renuncia a estos "privilegios" la que permite que sea Dios el que nos dé la verdadera honra.
Es una invitación clara a ser servidores de aquellos a los que consideramos "inferiores" a nosotros, y a reconocer que es precisamente en ese servicio en donde se encuentran al mismo tiempo la verdadera gloria y la paz.
Estas palabras de san Pablo nos dan de nuevo la oportunidad de reconocer, que no soy mejor que los demás, y que si Dios me ha concedido alguna "dignidad" o "cargo" en la sociedad o en la familia, esto ha sido para que desde ahí sirva mejor a los que dependen de mí. 


Pbro. Ernesto María Caro