sábado, 27 de diciembre de 2014

FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA



FESTIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA
Domingo 28 de diciembre 2014

DE ISAAC A JESÚS

Gn 15, 1-6, 21,1-3; Hb 11,8.11-12. 17-19; Lc 2,22-40

El nacimiento de Isaac había sido esperado con paciencia y cierto desasosiego por Sara y Abrahán, el tiempo parecía echárseles encima y la posibilidad de un descendiente se esfumaba. Abrahán recibió una visita misteriosa y una promesa de un hijo. A pesar de su avanzada edad creyó y para judíos y cristianos, es el prototipo del creyente. La circuncisión de su hijo Isaac simboliza la participación en las promesas, es el ritual de adhesión a una identidad colectiva: la de los herederos de la promesa abrahámica. En el Evangelio José y María circuncidan a su hijo Jesús —suceso que solamente refiere el evangelista san Lucas— afirmando sin vacilación alguna su pertenencia al pueblo de Israel. Jesús también será partícipe de las promesas. Los ancianos que atestiguan la ceremonia, profetizan la novedad que ese niño producirá en Israel: polémica y división. Su palabra y su obra serán decisivas y habrá que pronunciarse, porque traerá una oferta para cuantos buscan la liberación de Israel.

ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 16

Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en un pesebre.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Monición.- El texto de la promesa hecha por Dios a Abraham, de tener un hijo y una numerosa descendencia, se consuma en un rito de alianza y, a la vez, de comienzo a la larga descendencia israelita de donde nacerá Jesucristo.

Del libro del Génesis: 15, 1-6; 21, 1-3

En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram. Yo soy tu protector y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió: "Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero".
Pero el Señor le dijo: "Ése no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia". Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo.
Poco tiempo después, el Señor tuvo compasión de Sara, como lo había dicho, y le cumplió lo que le había prometido. Ella concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo que le había nacido de Sara. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Del salmo 104 R/. El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.

Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R/.

Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos, descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto. R/.

Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.

Segunda lectura

Monición.- Toda la existencia de Abraham, de Sara y de los demás patriarcas está determinada por su fe. Y esta fe encuentra su fundamento en el hecho de que ellos de consideraron huéspedes y peregrinos sobre la tierra, aspirando sólo a la ciudad que Dios les había preparado.

De la carta a los hebreos: 11, 8. 11-12. 17-19

Hermanos: Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia, numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.
Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Hb 1, 1-2 R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.

Evangelio

Monición.- El evangelista Lucas nos presenta a la Sagrada Familia, cuando José y María llevan al niño Jesús al templo, donde es consagrado al Señor. Esta disposición recuerda que todo pertenece realmente a Dios, puesto que Él lo ha creado todo.

Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-40

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con Él. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos ahora al Señor, que quiso vivir en una familia como la nuestra.

Después de cada petición diremos: Te lo pedimos, Señor.

Por todos los cristianos, para que lleguemos a ser una sola familia. Oremos.

Por las familias en el mundo entero, para que el Señor les conceda paz y concordia. Oremos.

Por las familias que pasan dificultades o viven la desunión o la ruptura, para que el Señor las conforte y las ayude a rehacer el camino de la unidad. Oremos.

Por nuestros familiares y amigos difuntos, especialmente por los que han muerto durante este año, para que el Señor los acoja en su Reino. Oremos.

Por todos nosotros, para que el Espíritu del Señor llene de dulzura, comprensión y caridad nuestra relación con los demás. Oremos.

Señor, escucha nuestras peticiones, y haz que crezcamos en sabiduría y gracia ante ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, y te pedimos humildemente que, por la intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, fortalezcas nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-III de Navidad.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ba 3, 38

Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El sentido de pertenencia a una identidad colectiva permite formar parte de un nosotros que nos sirve como referente. En esta cultura de la globalización las identidades colectivas parecen diluirse, ante la avalancha de una cultura homogénea, impuesta desde los centros de poder del vecino país. Demasiadas culturas padecen un proceso de cambio acelerado que terminará por transformarlas radicalmente. Abrahán y José circuncidan a sus respectivos hijos para integrarlos en una tradición religiosa y en una cultura. Los protagonistas del relato son personas mayores, garantes de una tradición y transmisores de unos valores, que es necesario preservar. Ana y Simeón han mantenido su identidad, han perseverado en la confianza en Dios, han amado con pasión y compromiso las mejores causas de Israel. No se trata de promover el etnocentrismo y cerrarse al diferente, sino de tener arraigo en la fe religiosa y en la cosmovisión propia y estar abierto a los valores característicos de otras culturas y otras identidades colectivas.



sábado, 20 de diciembre de 2014

IV DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B Domingo 21 de diciembre 2014



IV DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B

Domingo 21 de diciembre 2014



La promesa dinástica que Dios comunica por medio del profeta Natán a David ha marcado un salto importante en la reflexión sobre el mesianismo y las instituciones monárquicas en Israel. El rey pretendía erigir un templo al Señor, y luego del oráculo del profeta recibió una mejor noticia: Dios le construiría a él un templo, pero no hecho de piedra, sino una casa reinante, que se consolidaría para siempre. La narración de san Lucas que nos refiere el anuncio del nacimiento de Jesús incluye el cumplimiento de la promesa: el recién nacido restablecerá la dinastía de David. No desenvainará la espada, ni acaudillará ejércitos para adueñarse de Jerusalén. Ejercerá un nuevo modelo de realeza, donde prevalecerá el servicio, la empatía y la comunión con los más necesitados como las actitudes propias de la nueva época.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8

Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra, y germine el Salvador.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- En la primera lectura leeremos la célebre profecía de Natán. Dicha profecía establece que Dios hará surgir un rey ideal que liberará al pueblo elegido.

Del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12. 14. 16

Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?". Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo".
Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: ‘¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Del salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.

Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.

El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré el juramento que le hice". R/.


Segunda lectura

Monición.- Pablo concluye su carta a los romanos con una glorificación a Dios, porque ha revelado su misterio escondido a lo largo de los siglos: “la venida de su Hijo Jesucristo en la carne”

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16, 25-27

Hermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Lc 1, 38 R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. R/.

EVANGELIO

Monición.- El evangelista Lucas nos relata cómo Dios envió al ángel Gabriel a una pequeña población llamada Nazaret para anunciarle a María que sería la madre de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vasa concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad entera. Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.

Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que vivamos la venida de Jesús con un corazón abierto y disponible, como María. Oremos.

Por todos los países del mundo, especialmente por la tierra donde nació Jesús. Que estas fiestas de Navidad sean ocasión de avanzar por los caminos de la paz, la justicia y la libertad. Oremos.

Por los pobres y necesitados. Que la preparación de la Navidad nos estimule a intensificar nuestra solidaridad con ellos. Oremos.

Por las madres y los padres que esperan el nacimiento de un hijo. Que vivan este momento con ilusión y con el compromiso de educarlo según los valores del Evangelio. Oremos.

Por todos nosotros. Que esta celebración nos ayude a prepararnos debidamente para el misterio del nacimiento del Hijo de Dios. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración y ven a salvarnos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu Santo que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio II o IV de Adviento.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14

Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Hablar de promesas resulta cómodo porque los plazos fatales parecen distantes. El que obtiene un crédito o usa su tarjeta, se promete a sí mismo pagar oportunamente, pero los imprevistos y la falta de organización, lo ponen a ratos en la cartera vencida. Cumplirle a los otros y cumplirse a sí mismo es prueba de que se ha interiorizado la lealtad y la fidelidad. Las promesas que Dios ha hecho a su pueblo no son ofrecimientos vanos, sino compromisos que pretenden suscitar la adhesión de los creyentes. Las ofertas de salvación que Dios ha planteado a sus fieles no son acciones unilaterales. La respuesta de las personas es indispensable. El retraso o la anticipación de la salvación son proporcionales al grado de confianza, a la generosidad y decisión que la comunidad creyente muestre ante el designio de Dios.

sábado, 13 de diciembre de 2014

III DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B Domingo 14 de diciembre 2014



III DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B

Domingo 14 de diciembre 2014

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- El profeta Isaías nos presenta los sentimientos de alegría y de gozo del Señor de Israel, que lo ha ungido para anunciar a los pueblos la buena noticia de la salvación.

Del libro del profeta Isaías: 61, 1-2. 10-11
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas. Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Salmo responsorial

Lucas 1 R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. R/.

A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo. R/.


Segunda lectura

Monición- Pablo anima a la comunidad de Tesalónica a que sea fiel a su llamado, porque Dios está de parte de la humanidad y nos llena de alegría.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 16-24

Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.


Evangelio

Monición.- El evangelio de hoy es una confesión de Juan el Bautista sobre Jesús. El Precursor tuvo que aclarar que no era él quien había de venir para salvar la humanidad; él tan sólo se reconoce como la voz que clama en el desierto.

Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8. 19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?" Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías". Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿Por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad entera. Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.

Para que toda la Iglesia, todos los cristianos, sepamos renovarnos para recibir al Señor que viene a nosotros. Oremos.

Para que en el mundo crezca la justicia y la riqueza no quede en manos de unos pocos, sino que llegue a todos, como es querido por Dios. Oremos.

Para que los padres y madres sean siempre para sus hijos ejemplo de amor mutuo, de generosidad con los pobres y de fe en Jesús. Oremos.

Para que en todas las circunstancias de la vida, pase lo que pase, no dejemos nunca de confiar en el Señor. Oremos.

Ven, Señor, tú que traes la paz y la alegría al mundo. Ven a salvarnos, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o III de Adviento.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.







UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando las cifras del INEGI documentan la desigualdad en el ingreso (el 10 % más próspero gana 31 veces más que el 10% menos favorecido), el incremento en la frecuencia de las extorsiones y los secuestros no parece dar mucho resquicio para echar las campanas al vuelo. Los profetas de Israel deletreaban las señales de esperanza y procuraban mantener activo y comprometido a Israel. En nuestros días, la razón parece orillamos al pesimismo, aunque la voluntad nos incite al optimismo. No podemos resignarnos ni darnos por vencidos por más oscuro que parezca el futuro inmediato. Los creyentes sabemos que no estamos solos. La presencia de Jesús resucitado conduce la historia hacia la plenitud, por más lento que nos parezca. La lentitud no proviene de su desinterés o descuido, sino de la apatía y la indiferencia de sus seguidores, que nos hemos refugiado en nuestros particulares intereses y hemos desatendido nuestro compromiso con la comunidad



sábado, 6 de diciembre de 2014

II DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B Domingo 7 de diciembre 2014



II DOMINGO DE ADVIENTO

Domingo 7 de diciembre 2014

UN URGENTE MENSAJE DE CONSUELO

Is 40, 1-5. 9-11; 2 Pe 3,8-14, Mc 1,1-8

Los israelitas llevaban varias décadas sumidos en una dolorosa crisis total, vivían como deportados en Babilonia, sin poder ejercer sus derechos y sin organizar su vida conforme a sus creencias. El tiempo de la espera parecía demasiado largo y no aparecían señales de esperanza en el horizonte inmediato. La debacle de Babilonia y ascenso de Ciro fue leído por el profeta Isaías como el parteaguas que pondría fin al tiempo de la forzosa esclavitud. La vuelta a la tierra de los padres se cumpliría con prontitud. La hora de marchar de regreso a casa había llegado. Indudablemente era una promesa y una palabra apenas, pero no era cualquier palabra, era una promesa salida de parte de Dios. En otro contexto y en otras circunstancias aparece Juan Bautista, animando con un mensaje de consuelo a un pueblo que vive la opresión dentro de su propia tierra. El profeta del Jordán también ha leído la historia y avizora que "alguien más fuerte" vendrá a rescatar a Israel.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30

Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón. No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su presencia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- Dios insiste en consolar a su pueblo que se haya al borde dela desesperación. Dicha consolación consiste en compadecerse del desamparado, en hacer que el gozo y la alegría triunfen sobre la tristeza.

Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11

"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados". Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Del salmo 84 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.

Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.

La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.


Segunda lectura

Monición.-Los primeros miembros del cristianismo se preguntaban: “¿Por qué el Señor tarda en regresar? El apóstol Pedro les explica que el futuro está abierto, que la segunda venida del Señor se producirá con seguridad, pero en un horizonte desconocido.

De la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14

Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la tierra con todo lo que hay en ella.
Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Lc 3, 4. 6 R/. Aleluya, aleluya.

Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán la salvación de Dios. R/.


Evangelio

Monición.- El evangelio de Marcos nos presenta a Juan el Bautista como precursor del Mesías. Este pasaje se puede leer como una invitación a que todo creyente anuncie al mundo que Jesús viene a nosotros.

Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 1-8

Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito:
He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos".
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad. Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.

Por la Iglesia. Que sea portadora de la Buena Noticia del Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro mundo. Oremos.

Por todos los cristianos. Que vivamos nuestra fe con autenticidad, que realmente nuestra vida se corresponda con la esperanza que profesamos. Oremos.

Por todos los pueblos de la tierra. Que podamos avanzar hacia la paz, la justicia y el bienestar para todos. Oremos.

Por todos nosotros. Que vivamos este Tiempo de Adviento con intensidad y con el sincero compromiso de preparar los caminos del Señor en nuestra vida y a nuestro alrededor. Oremos.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y ven a salvarnos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o III de Adviento.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ba 5, 5; 4, 36

Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De las autoridades solo hemos recibido promesas que se han repetido tantas veces que se han desgastado. La dura y cruda realidad las sepulta con toda su carga de violencia y abusos. No es necesario enlistar el rosario de todos los males sociales que padecemos desde hace muchos años. Están ahí en el imaginario colectivo como una herida que no cicatriza. Están tan habituados a darnos "atole con el dedo" y estamos tan acostumbrados a dejarnos engañar, que parece una pantomima del absurdo. Sus palabras como dijera Isaías, son una hierba que se agosta y una flor que se marchita. En cambio, la palabra de Dios se cumple siempre, pero no sin nuestra colaboración. La mejoría que esperamos no se afianzará si nos cruzamos de brazos, mirando los deslucidos espectáculos de futbolistas mediocres o comediantes insulsos. "A Dios rogando y con el mazo dando", como diría el refrán popular, hace falta vivir para que el Reino continúe salvándonos.