lunes, 25 de abril de 2022

Suelta tu carga


 


Quizá cuando estás en problemas acudes a Dios, le pides, le lloras, pero no sueltas tu carga; sigues soportando y sufriendo, en constante afán.


Por el P. Dennis Doren, LC

Todos los hombres llevamos sobre nuestros hombros diversos pesos: el cansancio de los años, un sinnúmero de problemas que nos aquejan y complican, un pasado con muchos errores y decisiones mal tomadas, la presión de una familia, una relación desgastada por los golpes de la vida, unos hijos y un trabajo que tenemos que cuidar, o una enfermedad que no tiene cura y me hace sufrir y desesperarme; tenemos que aprender a cargar con ellas con paciencia, serenidad y alegría, solo en la medida en que Dios está presente y se la compartimos, seremos capaces de ser felices, aún cuando sea demasiado pesada; suelta tu carga y ponla en las manos de Dios.

Un hombre iba con un pesado costal de papas sobre sus espaldas. Caminaba lenta y sufridamente. Dios, que lo veía, le preguntó: “¿Hacia dónde vas con ese costal de papas?”.
El hombre miró hacia el cielo y le respondió insolentemente: “¿Por qué me preguntas si Tú lo sabes todo?”. Y siguió su camino.

En otro lugar, alejado de allí, otro hombre iba con una carga llena de ladrillos. Dios, que lo veía, le preguntó: “¿Hacia dónde vas con esa carretilla?”.
El hombre respondió: “Voy al pueblo”.
Dios le dijo: “¿Quieres que te ayude con esa carga?”.
El hombre le contestó: “Puedo solo”.

En otro lugar, un hombre iba cargando un montón de leña atada con una cuerda. Dios, que lo veía, le dijo: “¿Hacia dónde vas con esa leña?”.
El hombre respondió: “La llevo a mi casa al otro lado de ese cerro”.
Dios le dijo: “¿Quieres que te ayude?”.
El hombre accedió y Dios tomó la cuerda y cargó la leña.
Poco habían caminado, cuando el hombre le quitó la leña a Dios y la volvió a cargar él mismo. Dios siguió caminando a su lado y un kilómetro más adelante el hombre se la volvió a entregar para que Él la cargara.
Pero, más adelante, el hombre se la volvió a quitar y la cargó nuevamente y así siguió a lo largo del camino.

En otro lugar, muy lejos de allí, otro hombre iba por un camino llevando una pesada caja de alimentos. Dios, que lo veía, le dijo: “¿Hacia dónde vas con esa caja?”.
El hombre respondió: “Tengo que llevársela a mi patrón que vive a 5 km. de aquí”.
Le dijo Dios: “¿Quieres que te ayude?”.
El hombre sonrió y le dijo: “¡Oh, sí Señor, yo ya no puedo con esta carga!” y se la entregó.
Siguieron caminando y el hombre le iba contando a Dios alegremente de su vida, de su familia y de su trabajo. Le hacía preguntas, le pedía opiniones, en fin, el hombre y Dios, conversando y conversando, llegaron a destino.
El hombre ya no se había acordado más de su carga. El Señor mismo cumplió la encomienda de entregársela al patrón de aquel hombre. El hombre agradeció mucho la ayuda y el Señor le dijo: “No te dejaré ni te desampararé, siempre que me necesites, estaré contigo”.

¿Con cuál de estos cuatro hombres te identificas? ¿Eres como el primero que cuando tienes problemas, no tomas en cuenta a Dios? o ¿eres como el segundo hombre, orgulloso y soberbio, que no acepta la ayuda de nadie?, ¿eres como el tercer hombre, que entrega su carga a Dios, pero en realidad su fe es escasa y decide volverla a cargar sobre él mismo?, o ¿eres como el cuarto hombre, que mantiene una relación con Dios humilde y alegre que acepta su gracia y se olvida de su carga hasta el final del camino, porque confía en que Él tiene el poder para librarlo de su carga, al punto de que el ya no tiene que preocuparse más por ella?

Quizá cuando estás en problemas acudes a Dios, le pides, le lloras, pero no sueltas tu carga; sigues soportando y sufriendo, en constante afán. Solo cuando voluntariamente le entregues esa carga, Él la tomará y la cargará sobre Sus hombros.

Sigue el ejemplo del cuarto hombre, mantén una buena relación con Dios, deja que Él te ayude con toda tu carga y descansa en Él; porque tu problema está en sus manos. Ya no vas a sentir su peso. ¡Porque ese peso lo está llevando el Señor!

Dogmas de la Iglesia. ¿Sabes qué son y cuáles son los principales?

 



Los dogmas de fe, o dogmas de la Iglesia, son la base inalterable de toda la doctrina católica; todo católico está invitado aceptarlos y creer en ellos.
 
Los dogmas de la Iglesia católica, o dogmas de fe, son verdades doctrinales que han sido reveladas por Dios, transmitidas desde los Apóstoles a través de la Escritura y de la Tradición, y propuestas por la Iglesia para su aceptación a los fieles católicos.
 
Son muchos los dogmas de fe proclamados por la Iglesia Católica, pero los más importantes son 44, los cuales se encuentran subdivididos en 8 categorías. Aunque los dogmas de fe no pueden ser modificados, sí pueden ser reformulados de manera que se entiendan mejor de acuerdo a la época.
 
Verdades que debes saber sobre los dogmas de la Iglesia:
- Los dogmas de fe se basan en la autoridad del Dios que los revela.
- Al definirlos, la Iglesia garantiza que se hallan en la divina revelación.
- Los dogmas son definidos solemnemente por el Papa o por un Concilio.
- Una vez proclamado un dogma solemnemente, no puede ser derogado.
- Los católicos están obligados a aceptar los dogmas de fe y creer en ellos.
- La Iglesia no los impone; son luces de la verdad que iluminan nuestra fe.
 
 
Estos son los 44 más importantes, subdivididos en ocho categorías:
 
DOGMAS SOBRE DIOS
 
1.- La Existencia de Dios. “La idea de Dios no es innata en nosotros, pero tenemos la capacidad para conocerlo con facilidad, y de cierto modo espontáneamente por medio de Su obra”.
 
2.- La Existencia de Dios como Objeto de Fe. “La existencia de Dios no sólo es objeto del conocimiento de la razón natural, sino también objeto de la fe sobrenatural”.
 
3.- La Unidad de Dios. “No existe más que un único Dios”. (Juan 17:3)
 
4.- Dios es Eterno. “Dios no tiene principio ni fin”.  (Salmo 90:2)
 
5.- Santísima Trinidad. “En Dios hay tres personas: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo (1Juan 5:7,8) y cada una de ellas posee la esencia divina que es numéricamente la misma”.
 
 
DOGMAS SOBRE JESUCRISTO
 
6.- Jesucristo es el verdadero Dios (Juan 10:30) e hijo de Dios por esencia. “El dogma dice que Jesucristo posee la infinita naturaleza divina con todas sus infinitas perfecciones, por haber sido engendrado eternamente por Dios”.
 
7.- Jesús posee dos naturalezas que no se transforman ni se mezclan. “Cristo es poseedor de una íntegra naturaleza divina y de una íntegra naturaleza humana: la prueba está en los milagros y en el padecimiento”.
 
8.- Cada una de las naturalezas en Cristo posee su propia voluntad física y su propia operación física. “Existen también dos voluntades físicas y dos operaciones físicas de modo indivisible, de modo inseparable y de modo no confuso”.
 
9.- Jesucristo, además de hombre, es el Hijo natural de Dios. “El Padre celestial cuando llegó a la plenitud, envió a los hombres su Hijo, Jesucristo”.
 
10.- Cristo se sacrificó en la cruz como verdadero y propio sacrificio. “Cristo, por su naturaleza humana, era al mismo tiempo sacerdote y ofrenda, pero por su naturaleza Divina, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, era lo que recibía el sacrificio”.
 
11.- Cristo nos rescató y reconcilió con Dios por medio del sacrificio de su muerte en la cruz. “Jesucristo quiso ofrecerse a sí mismo a Dios Padre, como sacrificio presentado sobre la cruz su muerte, para conseguir para ellos el perdón eterno”.
 
12.- Al tercer día después de su muerte, Cristo resucitó glorioso de entre los muertos. “Al tercer día, resucitado por su propia virtud, se levantó del sepulcro”.
 
13.- Cristo subió en cuerpo y alma a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre (Marcos 16:19; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; y Efesios 4:7-13). “Resucitó de entre los muertos y subió al cielo en Cuerpo y Alma”.
 
 
DOGMAS DE LA IGLESIA SOBRE MARÍA
 
14.- La Inmaculada Concepción de María. “La Santísima Virgen María, desde el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original”. Cfr Bula 8 de diciembre 1854 Pío IX
 
15.- La Perpetua Virginidad de María. “La Santísima Virgen María es virgen antes, durante y después del parto de su Divino hijo, siendo mantenida así por Dios hasta su gloriosa Asunción.” Cfr. Concilio de Constantinopla II 553
 
16.- María, Madre de Dios. “María, como una virgen perpetua, engendró a Cristo según la naturaleza humana, y porque de ella nace como verdadero hijo, el sujeto nacido posee la naturaleza humana, junto con la naturaleza divina del Verbo de Dios. Sin embargo, habiendo en Jesucristo dos naturalezas, no es una persona humana, sino solamente la persona divina, propiamente el Hijo de Dios; De ahí que el Hijo de María es el mismo Verbo que subsiste en la naturaleza humana; entonces María es verdadera Madre de Dios, puesto que el Verbo es Dios. Cristo: Verdadero Dios y Verdadero Hombre.” Cfr. Concilio de Éfeso 431.
 
17.- La Asunción de María. “La Virgen María fue asunta en cuerpo y alma a los cielos inmediatamente después que acabó su vida terrestre; su Cuerpo no sufrió ninguna corrupción como sucederá con todos los hombres que resucitarán hasta el final de los tiempos, pasando por la descomposición.” Cfr. Bula “Dios munificentísimo” 1 de noviembre de 1950 Pío XII
 
 
DOGMAS SOBRE EL PAPA Y LA IGLESIA
 
18.- La Iglesia fue fundada por el Dios y Hombre, Jesucristo. “Cristo fundó la Iglesia, que Él estableció los fundamentos sustanciales de la misma, no tocante a doctrina, culto y constitución.”
 
19.- Cristo nombró al Apóstol San Pedro como primero entre los Apóstoles, (Mateo 16:18) como “cabeza visible” de toda Iglesia, (Hechos 4:8-11) confiriéndole inmediata y personalmente el primado de la jurisdicción. “El Pontífice Romano es el sucesor del bienaventurado Pedro y tiene el primado sobre todo el rebaño.”
 
20.- El Papa posee el pleno y supremo poder de jurisdicción sobre toda Iglesia, no solamente en cosas de fe y costumbres, sino también en la disciplina y gobierno de la Iglesia. “Conforme a esta declaración, el poder del Papa es: de jurisdicción, universal, supremo, pleno, ordinario, episcopal, inmediato.”
 
21.- El Papa es infalible siempre que se pronuncia ‘ex cathedra’: “Para comprender este dogma, conviene tener presente que: sujeto de la infalibilidad papal es todo Papa legítimo, en su calidad de sucesor de Pedro, y en otras personas u organismos a quienes el Papa confiere parte de su autoridad magisterial.”
El objeto de la infalibilidad son las verdades de fe y costumbres, reveladas o en íntima conexión con la revelación divina.
La condición de la infalibilidad es que el Papa pronuncie el dogma ex cátedra y solo cuando se pronuncia “ex cátedra”.
– Que hable como pastor de todos los fieles, haciendo uso de su suprema autoridad.
– Que tenga la intención de definir alguna doctrina de fe o costumbre para que sea creída por todos los fieles. Las encíclicas pontificales no son definiciones ex cátedra, más tampoco pueden estar en contradicción con el Magisterio Ordinario Universal.
La razón de la infalibilidad es la asistencia sobrenatural del Espíritu Santo, que preserva al supremo maestro de la Iglesia de todo error. La consecuencia de la infalibilidad es que las definiciones ex cátedra de los Papas son por sí mismas irreformables, sin posible intervención ulterior de cualquier autoridad.”
 
22.- La Iglesia es infalible cuando hace una definición en materia de fe y costumbres. “Están sujetos a la infalibilidad:
– El Papa, cuando habla ex cátedra.
– El episcopado pleno, con el Papa, que es la cabeza del episcopado, es infalible cuando se reúne en concilio ecuménico y cuando, disperso por el rebaño de la tierra, enseña y promueve una verdad de fe o de costumbres que siempre fue enseñada por la Iglesia.
 
 
DOGMAS SOBRE LA CREACIÓN DEL MUNDO
 
23.- Todo lo que existe fue creado por Dios a partir de la nada (Génesis 1:12). “La creación del mundo de la nada, no solo es una verdad fundamental de la revelación cristiana, sino también que al mismo tiempo llega a alcanzarla la razón con solo sus fuerzas naturales, basándose en los argumentos cosmológicos y sobre todo en el argumento de la contingencia.”
 
24.- Carácter temporal del mundo: “El mundo tuvo principio en el tiempo.”
 
25.- Conservación del mundo: “Dios conserva en la existencia a todas las cosas creadas.”
 
 
DOGMAS DE LA IGLESIA SOBRE EL SER HUMANO
 
26.- El hombre está formado por cuerpo material y alma espiritual. “El humano como común constituido de cuerpo y alma”.
 
27.- El pecado de “Adán y Eva” se propaga a todos sus descendientes por generación, no por imitación. “Pecado, que es la muerte del alma, se propaga de Adán a todos sus descendientes (Romanos 5:12) por generación y no por imitación, y que es inherente a cada individuo”.
 
28.- El hombre caído no puede redimirse a sí mismo. “Solamente un acto libre por parte del amor divino podría restaurar el orden sobrenatural, destruida por el pecado”.
 
 
DOGMAS SOBRE LOS SACRAMENTOS
 
29.- El Bautismo es el verdadero y primer Sacramento instituido por Jesucristo. “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos a todas las personas, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28,19).
 
30.- La Confirmación es verdadero y propio Sacramento. “Este Sacramento concede a los bautizados la fortaleza del Espíritu Santo para que se consoliden interiormente en su vida sobrenatural y confiesen exteriormente con valentía su fe en Jesucristo”.
 
31.- La Iglesia recibió de Cristo el poder de perdonar los pecados cometidos después del Bautismo. “Fue comunicado a los Apóstoles y a sus legítimos sucesores el poder de perdonar y de retener los pecados para reconciliar a los fieles caídos después del Bautismo”.
 
32.- La Confesión Sacramental de los pecados está prescripta por Derecho Divino, necesaria para la salvación. “Basta indicar la culpa de la conciencia a los sacerdotes mediante confesión secreta”.
 
33.- La Eucaristía es un verdadero Sacramento instituido por Cristo. “Aquél que coma Mi Carne y beba Mi Sangre tendrá vida eterna”. (Juan 6:51,59).
 
34.- Cristo está presente en el sacramento del altar por la Transubstanciación de toda la substancia del pan en su cuerpo y toda la substancia del vino en su sangre. “Transubstanciación es una conversión en el sentido pasivo; es el tránsito de una cosa a otra. Cesan las sustancias de Pan y Vino, pues ocupan sus lugares el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Transubstanciación es una conversión milagrosa y singular diferente de las conversiones naturales, porque no sólo la materia prima, sino también la forma sustancial del pan y del vino son convertidas; sólo los accidentes permanecen sin cambiar: continuamos viendo pan y vino, pero sustancialmente ya no lo son, porque ellos vienen a ser realmente el Cuerpo, la Sangre, Alma y Divinidad de Cristo”.
 
35.- La Unción de los enfermos es verdadero y propio Sacramento instituido por Cristo. “¿Existe algún enfermo entre vosotros? Hagamos la unción del mismo en el nombre del Señor”.
 
36.- El Orden sacerdotal es verdadero y propio Sacramento instituido por Cristo. “Existe una jerarquía instituida por ordenación Divina, que consta de Obispos, Presbíteros y Diáconos.”
 
37.- El matrimonio es verdadero y propio Sacramento. “Cristo restauró el matrimonio instituido y bendito por Dios, haciendo que recobrase su primitivo ideal de la unidad e indisolubilidad y elevándolo a la dignidad de Sacramento”.
 
 
DOGMAS DE LA IGLESIA SOBRE LAS ÚLTIMAS COSAS
 
38.- La Muerte y su origen. “La muerte, en el actual orden de salvación, es consecuencia primitiva del pecado”.
 
39.- El Cielo (Paraíso). “Las almas de los justos que en el instante de la muerte se encuentran libres de toda culpa y pena de pecado entran en el cielo”.
 
40.- El Infierno. “El infierno es una posibilidad debido a nuestra libertad. Dios nos hizo libres para amarlo o para rechazarlo. Si el cielo puede ser representado como un gran tamiz donde todos viven en plena comunión entre sí y con Dios, el infierno es visto como soledad, división y ausencia del amor que genera y mantiene la vida. Se debe resaltar que la voluntad de Dios es la vida y no la muerte de quien quiera que sea. Jesús vino para salvar y no para condenar. En el límite, Dios no condena a nadie al infierno. Es nuestra opción fundamental, que va ser formada a lo largo de toda la vida por nuestros pensamientos, actos y omisiones, la que confirma o no el deseo personal de estar con Dios para siempre. De cualquier forma, no se debe usar el infierno para convencer a las personas de creer en Dios o vivir la fe. Eso favorecería la creación de una religiosidad infantil y puramente exterior. Se debe privilegiar el amor y no el temor. Sólo el amor mueve los corazones y nos hace adorar a Dios y amar al prójimo en espíritu y vida”.
 
41.- El Purgatorio. “Las almas de los justos que en el instante de la muerte están cargadas de pecados veniales o por penas temporales debidas al pecado, van al purgatorio, que es un estado de purificación”.
 
42.- El Fin del mundo y la Segunda venida de Cristo. “En el fin del mundo, Cristo, rodeado de majestad, vendrá de nuevo para juzgar los hombres”.
 
43.- La Resurrección de los Muertos en el Último Día. “A los que creen en Jesús y comen de Su cuerpo y beben de Su sangre, Él les promete la resurrección”.
 
44.– El Juicio Universal. “Cristo, después de su regreso, juzgará a todos los hombres.” (Mateo 25:31-34; Hechos 17:31)
 
 

Fuente 

https://desdelafe.mx/noticias/sabias-que/cuales-son-los-dogmas-de-fe-de-la-iglesia-catolica/

Fecha 25 de abril 2022

viernes, 22 de abril de 2022

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA Domingo 24 de abril 2022

 


 

EL SEÑOR JESÚS, FUENTE DE LA VIDA


Hech 5,12-16; Sal 117; Apoc 1,9-11.12-13. 17-19; Jn 20, 19-31
 
En Juan, se destaca una marcada insistencia cristológica. No es así simplemente por el mero hecho de que un evangelio es un género literario que se focaliza en la vida de Jesús. Es así porque Juan escribió su evangelio "para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios y para que, creyendo, tengan vida en su nombre" (v. 31). En otras palabras, no es suficiente que escuchemos que Jesús ha resucitado, como hemos escuchado en casi todos los evangelios en todas las liturgias empezando por el domingo pasado. Tenemos que creer en este Jesús resucitado. Por eso, el Evangelio narra el relato del apóstol Tomás y sus dificultades para creer. Sólo si nos abrimos a Jesús (y tal apertura es la fe) podremos gozar de los beneficios que manan de la fuente de la vida eterna.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
 
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
 
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 117,2-4.22-24. 25-27a.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
 
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la casa de Aarón: "Su misericordia es eterna".
Digan los que temen al Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
 
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
 
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.
 
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 9-11. 12 13.17-19
 
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: "Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia". Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán después". Palabra de Dios. Te alabamos Señor
 
 
SECUENCIA
 
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
               
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
 
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
 
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
 
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
 
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
 
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
 
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
 
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Ocho días después, se les apareció Jesús.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
 
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; ya los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto". Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R. Rey vencedor, escúchanos.
 
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
 
A Cristo que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
 
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
 
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo.
 
Señor, Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu pueblo para que celebre el triunfo de tu Hijo, el primero y el último, el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos, escucha nuestra oración y danos la fuerza de tu Espíritu, para que, destruidas las fuerzas del mal, te ofrezcamos, juntamente con nuestro amor, el obsequio de nuestra obediencia libre. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO I DE PASCUA
 
El Misterio Pascual
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
 
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220424

La fe es como un diamante con muchas facetas distintas y hermosas. Por un lado, es una virtud, una gracia otorgada libremente a las personas por Dios. Por el otro, es también el resultado del trabajo y de las luchas de personas que sinceramente la anhelan y se esfuerzan para conseguirla y preservarla a pesar de duros obstáculos. La fe no es racional, porque no se puede explicar y justificar plenamente, pero es razonable porque cada uno tiene sus razones para creer. Al mismo tiempo, es individual, ya que una persona debe hace su propia decisión de creer, y también es social, ya que es la fe de toda la Iglesia. La fe es una especie de yugo que lleva consigo muchos retos, pero también es una fuente de libertad y alivio. La fe es una joya de gran valor. 

sábado, 16 de abril de 2022

DOMINGO I DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR SOLEMNIDAD Domingo 17 de abril 2022


 

LECCIONES EN LA FE PASCUAL
Hech 10, 34. 37-43; Sal 11; Cor 5, 6-8; Jn 20, 1-9
 
En su narrativa, Juan nos ofrece lecciones en la fe pascual. Por ejemplo, escribe que María Magdalena llega al sepulcro "cuando todavía estaba oscuro (v. l)". El evangelista no está haciendo curiosas observaciones cronológicas. Está explicando desde dónde parte la fe pascual, es decir, desde la oscuridad del desengaño, de la desesperanza y del temor. Desde esta oscuridad, la fe pascual amanece y crece hasta brillar como el sol. Más importante todavía es el detalle que "el otro discípulo" no entra en el sepulcro antes que Pedro (v. 5). Quizá el evangelista quiso dramatizar la importancia del "otro discípulo" (¿Juan?) reconociendo al mismo tiempo la prioridad de Pedro. Sin embargo, también sugiere que debemos llegar a la fe pascual no como individuos aislados, sino con la ayuda de los demás, como el otro discípulo, que espera a que llegue Pedro.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138, 18. 5-6
 
He resucitado y estoy contigo, aleluya: has puesto tu mano sobre mí, aleluya: tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que, por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
 
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
 
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
 
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
 
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
 
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SECUENCIA  
 
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
               
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
 
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
 
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
 
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
 
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
 
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
 
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Cor 5,7-8
R/. Aleluya, aleluya.
 
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Él debía resucitar de entre los muertos.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
 
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
O bien:
 
¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 1-12
 
El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones les dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado. Recuerden que cuando estaba todavía en Galilea les dijo: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado y al tercer día resucite' ". Y ellas recordaron sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, las mujeres anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María (la madre de Santiago) y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían desvaríos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se asomó, pero sólo vio los lienzos y se regresó a su casa, asombrado por lo sucedido. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
O bien, en las misas vespertinas del domingo:
 
Quédate con nosotros, porque ya es tarde.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 13-35
 
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?".
Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Llenos de gozo por la santa Resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen [los frutos de] su victoria y, con el anuncio evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero, pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
 
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu Resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El misterio pascual
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Prefacio I de Pascua: El misterio pascual. (en este día) MR, p.504(500).
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5, 7-8
 
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que, renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
Despedida
 
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado.
 
Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220417

 

En la sociedad moderna, es común hacer mucho sin la ayuda de otras personas. Gracias a la tecnología, podemos comprar comida, pagar cuentas, tomar cursos online y hasta llenar nuestros automóviles con gasolina sin depender de otras personas. Estas conveniencias modernas hacen que la vida sea menos compleja y más suave. No obstante, pueden también producir la soledad y el aislamiento, aún en medio de ciudades con millones de personas. Si estamos experimentando estos problemas, las lecturas y la liturgia de Pascua son un remedio eficaz. No sólo nos recuerdan que no estamos solos; sino que también afirman que estamos íntimamente relacionados con Dios, con la humanidad entera y con todo el universo transformado por la misma resurrección que conocemos. Además, nos ofrecen la oportunidad de experimentar nuestra conectividad con todo lo que existe por medio de signos reales y sacramentales.

sábado, 9 de abril de 2022

DOMINGO DE RAMOS, "DE LA PASIÓN DEL SEÑOR" Domingo 10 de abril 2022

 

 

JESÚS ES EL SIERVO FIEL DE ISAÍAS
Is 50, 4-7; Sal 21 Flp 2, 6-11; Lc 22,14-23, 56
 
En el tercer cántico del profeta Isaías, encontramos al siervo de Yahvé presentado como el discípulo fiel del Señor. Formado en la escucha de la palabra, el siervo entiende que su misión es enseñar y consolar. Su misión no será fácil, ya que tendrá que enfrentar incluso la agresión física; sin embargo, él soportará fielmente, pues espera el triunfo definitivo que Dios mismo le concederá. Es este siervo fiel, que ha inspirado a Lucas en su narrativa de la pasión de Jesús, quien enfrenta su destino con la misma fidelidad y disponibilidad de escuchar al Padre, y con capacidad de enseñar y consolar. Claro que Jesús supera con creces al siervo de Yahvé y cualquier otro elemento inspirado del Deutero-Isaías. No obstante, esta figura del siervo de Yahvé asiste a Lucas para narrar con entendimiento profundo la pasión de Jesús.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 12, 1. 12-13; Sal 23, 9-10
 
Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron los niños a su encuentro llevando en sus manos hojas de palmera y gritando: *Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el Rey de la gloria. Y ¿quién es ese Rey de la gloria? El Señor de los ejércitos es el Rey de la gloria. *Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
Cuando no se puede hacer ni la procesión, ni la entrada solemne, es conveniente hacer una celebración de la palabra de Dios, acerca de la entrada mesiánica y de la Pasión del Señor, ya sea el sábado en la tarde, o bien el domingo, a la hora más oportuna.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. El, que vive y reina contigo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
 
Del libro del profeta Isaías: 50, 4-7
 
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24.
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
 
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R.
 
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R.
 
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R.
 
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 6-11
 
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2,8-9
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R.
 
 
EVANGELIO
 
He deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer
 
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas: 22, 14-23, 56
 
Llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios". Luego tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo: "Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Hagan esto en memoria mía. Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía". Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes".
¡Ay de aquel por quien el Hijo del hombre será entregado!
''Pero miren: la mano del que me va a entregar está conmigo en la mesa. Porque el Hijo del hombre va a morir, según lo decretado; pero ¡ay de aquel hombre por quien será entregado!". Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que lo iba a traicionar.
Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve Después los discípulos se pusieron a discutir sobre cuál de ellos debería ser considerado como el más importante. Jesús les dijo: "Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes actúe como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor. Porque, ¿quién vale más, el que está a la mesa o el que sirve? ¿Verdad que es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre me lo dio a mí, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel".
Tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos. Luego añadió: "Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos". Él le contestó: "Señor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la cárcel y a la muerte". Jesús le replicó: "Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces".
Conviene que se cumpla en mí lo que está escrito.
Después les dijo a todos ellos: "Cuando los envié sin provisiones, sin dinero ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?". Ellos contestaron: "Nada". El añadió: ''Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que se cumpla esto que está escrito de mí: Fue contado entre los malhechores, porque se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a mí", Ellos le dijeron: "Señor, aquí hay dos espadas". Él les contestó: "¡Basta ya!".
 
Lleno de tristeza, se puso a orar de rodillas
Salió Jesús, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompañaron los discípulos. Al llegar a ese sitio, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación". Luego se alejó de ellos a la distancia de un tiro de piedra y se puso a orar de rodillas, diciendo: "Padre, si quieres, aparta de mí esta amarga prueba; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya". Se le apareció entonces un ángel para confortarlo; él, en su angustia mortal, oraba con mayor insistencia, y comenzó a sudar gruesas gotas de sangre, que caían hasta el suelo. Por fin terminó su oración, se levantó, fue hacia sus discípulos y los encontró dormidos por la pena. Entonces les dijo: "¿Por qué están dormidos? Levántense y oren para no caer en la tentación".
 
Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?
Todavía estaba hablando, cuando llegó una turba encabezada por Judas, uno de los Doce, quien se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?".
Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con él dijeron: "Señor, ¿los atacamos con la espada?". Y uno de ellos hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Jesús intervino, diciendo: "¡Dejen! ¡Basta!". Le tocó la oreja y lo curó.
Después Jesús dijo a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "Han venido a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. Todos los días he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero ésta es su hora y la del poder de las tinieblas"
 
Pedro salió de ahí y se soltó a llorar.
Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía desde lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó también con ellos. Al verlo sentado junto a la lumbre, una criada se le quedó mirando y dijo: "Éste también estaba con él". Pero él lo negó diciendo: "No lo conozco, mujer". Poco después lo vio otro y le dijo: "Tú también eres uno de ellos". Pedro replicó: "¡Hombre, no lo soy!". Y como después de una hora, otro insistió: "Sin duda que éste también estaba con él, porque es galileo".
Pedro contestó: "¡Hombre, no sé de qué hablas!". Todavía estaba hablando, cuando cantó un gallo.
El Señor, volviéndose, miró a Pedro. Pedro se acordó entonces de las palabras que el Señor le había dicho: 'Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces', y saliendo de allí se soltó a llorar amargamente.
 
Adivina quién te ha pegado.
Los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, le daban golpes, le tapaban la cara y le preguntaban: "¿Adivina quién te ha pegado?". Y proferían contra él muchos insultos.
 
Lo hicieron comparecer ante el sanedrín.
Al amanecer se reunió el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los escribas. Hicieron comparecer a Jesús ante el sanedrín y le dijeron: "Si tú eres el Mesías, dínoslo". Él les contestó: "Si se lo digo, no lo van a creer, y si les pregunto, no me van a responder. Pero ya desde ahora, el Hijo del hombre está sentado a la derecha de Dios todopoderoso". Dijeron todos: "Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?". Él les contestó: "Ustedes mismos lo han dicho: sí lo soy". Entonces ellos dijeron: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca". El consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús ante Pilato.
 
No encuentro ninguna culpa en este hombre
Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Él le contestó: "Tú lo has dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza, diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días.
 
Herodes, con su escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas, pero él no le contestó ni una palabra.
Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos.
 
Pilato les entregó a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!". A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio. Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!" Él les dijo por tercera vez: "¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré". Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificaran. Como iba creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
 
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días en que se dirá: '¡Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado!'. Entonces dirán a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepúltennos', porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?".
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con él. Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes.
 
Éste es el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Este es el rey de los judíos".
 
Hoy estarás conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso".
 
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!". Y dicho esto, expiró.
 
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa.
 
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permanecían mirando todo aquello.
 
José colocó el cuerpo de Jesús en un sepulcro
Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, que no había estado de acuerdo con la decisión de los judíos ni con sus actos, que era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. Era el día de la Pascua y ya iba a empezar el sábado. Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea acompañaron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Al regresar a su casa, prepararon perfumes y ungüentos, y el sábado guardaron reposo, conforme al mandamiento. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
O bien: Forma breve
 
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas: 23,1-49
 
No encuentro ninguna culpa en este hombre
En aquel tiempo, el consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jesús ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación y oponiéndose a que se pague tributo al César y diciendo que él es el Mesías rey".
Pilato preguntó a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?". Él le contestó: "Tú lo has dicho". Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: "No encuentro ninguna culpa en este hombre". Ellos insistían con más fuerza, diciendo: "Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí". Al oír esto, Pilato preguntó si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes, se lo remitió, ya que Herodes estaba en Jerusalén precisamente por aquellos días.
 
Herodes, con su escolta, lo despreció
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento, porque hacía mucho tiempo que quería verlo, pues había oído hablar mucho de él y esperaba presenciar algún milagro suyo. Le hizo muchas preguntas, pero él no le contestó ni una palabra. Estaban ahí los sumos sacerdotes y los escribas, acusándolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de él, y le mandó poner una vestidura blanca. Después se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos.
 
Pilato les entregó a Jesús
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo: "Me han traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningún delito digno de muerte se ha probado. Así pues, le aplicaré un escarmiento y lo soltaré".
Con ocasión de la fiesta, Pilato tenía que dejarles libre a un preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo: "¡Quita a ése! ¡Suéltanos a Barrabás!". A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra, con la intención de poner en libertad a Jesús; pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!". Él les dijo por tercera vez: "¿Pues qué ha hecho de malo? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte; de modo que le aplicaré un escarmiento y lo soltaré". Pero ellos insistían, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el griterío, Pilato decidió que se cumpliera su petición; soltó al que le pedían, al que había sido encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
 
Hijas de Jerusalén, no lloren por mí
Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrás de Jesús. Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por él. Jesús se volvió hacia las mujeres y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir días en que se dirá: '¡Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirán a los montes: 'Desplómense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepúltennos', porque si así tratan al árbol verde, ¿qué pasará con el seco?".
 
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen
Conducían, además, a dos malhechores, para ajusticiarlos con é1. Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía desde la cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes.
 
Éste es el rey de los judíos
El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido". También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".
 
Hoy estarás conmigo en el paraíso
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso".
 
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: "¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!". Y dicho esto, expiró.
 
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa
El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo: "Verdaderamente este hombre era justo". Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, mirando lo que ocurría, se volvió a su casa dándose golpes de pecho. Los conocidos de Jesús se mantenían a distancia, lo mismo que las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, y permanecían mirando todo aquello.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Imploremos, hermanos, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
 
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
 
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO:
 
La Pasión del Señor.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente condenado por salvar a los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra justificación. Por eso, te alabamos con todos los ángeles y te aclamamos con voces de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo ...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26, 42
 
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.