Domingo XIII del Tiempo Ordinario Ciclo C
Domingo 30 junio 2019
ESTABLECER PRIORIDADES
El clima del fragmento del libro de los Reyes y del Evangelio de san
Lucas es indudablemente vocacional. Tanto Elías como el Señor Jesús transmiten
un encargo y un llamado a un candidato a discípulo. Elías asocia a Eliseo a la
misión profética. El campesino realiza una ruptura, sacrifica sus bueyes y con
ese gesto se pone al servicio del Señor. En el Evangelio encontramos a varios
candidatos a discípulos que anteponen una objeción al momento del llamado. Esos
diálogos nos ayudan a descubrir algunas prioridades. En el ámbito del reinado
de Dios ocupa un lugar primordial el seguimiento de Jesús. Desde ahí se tiene
que relativizar y subordinar el resto de los compromisos. Vínculos afectivos,
relaciones familiares, compromisos laborales, condiciones de bienestar son
necesarios e importantes para vivir dignamente. Sin embargo, cuando estos
entren en conflicto con los valores del reino, será necesario saber elegir lo
primordial.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que
fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las
tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor
de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Eliseo se levantó y siguió a Elías.
Del primer libro de los Reyes: 19, 16.19-21
En aquellos tiempos, el Señor le dijo a Elías: "Unge a Eliseo, el
hijo de Safat, originario de Abel-Mejolá, para que sea profeta en lugar
tuyo". Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba
arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba con la
última. Elías pasó junto a él y le echó encima su manto. Entonces Eliseo
abandonó sus bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: "Déjame dar a mis
padres el beso de despedida y te seguiré". Elías le contestó: "Ve y
vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor contigo".
Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó, asó
la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su
gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su
servicio. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15,1-2a. 5. 74.9-10.11
R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que
Rieres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida
está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás
tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá
tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la
corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de
alegría perpetua junto a ti. R/.
SEGUNDA LECTURA
La vocación de ustedes es la libertad.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 5, 1. 13-18
Hermanos: Cristo nos ha liberado para que seamos libres. Conserven,
pues, la libertad y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Su
vocación, hermanos, es la libertad. Pero cuiden de no tomarla como pretexto
para satisfacer su egoísmo; antes bien, háganse servidores los unos de los
otros por amor. Porque toda la ley se resume en un solo precepto: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Pues si ustedes se muerden y devoran mutuamente,
acabarán por destruirse.
Los exhorto, pues, a que vivan de acuerdo con las exigencias del
Espíritu; así no se dejarán arrastrar por el desorden egoísta del hombre. Este
desorden está en contra del Espíritu de Dios, y el Espíritu está en contra de
ese desorden. Y esta oposición es tan radical, que les impide a ustedes hacer
lo que querrían hacer. Pero si los guía el Espíritu, ya no están ustedes bajo
el dominio de la ley. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Sm 3, 9; Jn 6, 68
R/. Aleluya, aleluya.
Habla, Señor, que tu siervo te escucha. Tú tienes palabras de vida
eterna. R/.
EVANGELIO
Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén. Te seguiré a
dondequiera que vayas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 51-62
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo,
Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió
mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle
alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que
iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron:
"Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con
ellos?". Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se
fueron a otra aldea.
Mientras iban de camino, alguien le dijo a Jesús: "Te seguiré a
dondequiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen
madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde
reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió:
"Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó:
"Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de
Dios".
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme
de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira
hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESION DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que
podamos alegrarnos al recibir su ayuda, respondiendo: Escúchanos, Señor. (R/.
Escúchanos, Señor.)
Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y
por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza
limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que
con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o
de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor
misericordioso.
Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en
sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y
poseemos.
Dios nuestro, que nos has convocado para celebrar tus sacramentos,
escucha nuestras oraciones y mantén nuestra libertad con la fuerza y la
suavidad de tu amor, para que nunca disminuya nuestra fidelidad a Cristo en el
generoso servicio a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos,
concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1
Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir,
nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que
permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.