DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 26 de julio 2015
UN SOLO CUERPO
La tradición profética había considerado a Eliseo como un hombre de
Dios, que realizaba señales encaminadas a auxiliar a los israelitas, que
enfrentaban grandes carencias en tiempos de una grave crisis social. Eliseo
animaba a la gente a vivir la solidaridad, desprendiéndose de sus alimentos
para favorecer a los miembros de la comunidad profética congregada en torno de
Eliseo. Tal como dice la carta a los Efesios, solamente teniendo conciencia de
ser un cuerpo es posible vivir los valores de la gratuidad y la solidaridad. El
gesto que el Señor Jesús realizó en el Evangelio, se orienta en la misma
dirección: hace falta aprender a confiar en la bondad de Dios y en la bondad de
las personas. Solamente desde esa actitud es posible vivir de forma permanente
en un clima de caridad y donación de sí mismo y de los propios bienes.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 67, 6. 7. 36
Dios habita en su santuario; Él nos hace habitar juntos en su casa; es
la fuerza y el poder de su pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte,
ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu
dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro
corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Monición.- El profeta Eliseo recibe en primicia veinte panes que da a los
pobres y aunque son cien personas,
alcanzan, porque cuando se da en nombre de Dios, la generosidad se multiplica.
Del segundo libro de los Reyes 4, 42-44
En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el
siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno
en espiga. Entonces Eliseo dijo a su criado: "Dáselos a la gente para que
coman". Pero él le respondió: "¿Cómo voy a repartir estos panes entre
cien hombres?". Eliseo insistió: "Dáselos a la gente para que coman,
porque esto dice el Señor: 'Comerán todos y sobrará'".
El criado repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía
sobró, como había dicho el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 10-11. 15-16. 17-18
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te
bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
R/.
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos y tú los alimentas a su tiempo.
Abres, Señor, tus manos generosas y cuantos viven quedan satisfechos. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas
sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor de
quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Monición.- San Pablo le es fiel a Aquel que lo llamó a evangelizar. Como él, todos los cristianos debemos ser fieles al Señor por la vocación que hemos
recibido.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 4,1-6
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a
que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre
humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también
una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina
sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Lc 7, 16 R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros, Dios ha visitado a su
pueblo. R/.
EVANGELIO
Monición.- El milagro de la multiplicación de los panes. Nos conduce a
Jesús. Él dirá después, “yo soy el pan de vida, el que viene a mí nunca pasará
hambre”.
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o
lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que
hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus
discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que
mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que
coman éstos?". Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien
sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de
pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un
muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para
tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se
siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí;
y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los
fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando
de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a
sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se
desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco
panes llenaron doce canastos. Entonces la gente, al ver el signo que Jesús
había hecho, decía: "Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al
mundo". Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey,
se retiró de nuevo a la montaña, él solo. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Espíritu Santo, para que inspire
nuestras oraciones y ruegue con nosotros por las necesidades del mundo,
respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para los que empiezan a conocer a Cristo y desean la gracia del
bautismo y para que los que preparan el bautismo de sus hijos, pidamos el favor
de Dios todopoderoso. Te rogamos, Señor.
Para nuestra ciudad (nuestro pueblo), para todos los que habitan en
ella (él), y para todos los pueblos y naciones, pidamos al Señor paz y
prosperidad abundantes. Te rogamos, Señor.
Para los que persiguen a la Iglesia y para los pecadores que viven
intranquilos, pidamos la luz del Espíritu y la gracia de la conversión. Te
rogamos, Señor.
Por los que estamos aquí reunidos y por aquellos por los que queremos
rezar, pidamos al Señor que nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino
de su Hijo. Te rogamos, Señor.
Señor, Dios todopoderoso, que cada domingo nos invitas a participar del
pan vivo bajado del cielo, escucha nuestras oraciones y haz que, n el amor de
Cristo, compartamos nuestro pan terreno, para que quede satisfecha toda hambre,
tanto del cuerpo como del Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que por tu generosidad te presentamos, para
que, por el poder de tu gracia, estos sagrados misterios santifiquen toda
nuestra vida y nos conduzcan a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 102, 2
Bendice alma mía al Señor, y no te olvides de tus beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de
la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio con tan
inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Según los entendidos en el rumbo de
la historia, estamos inmersos en medio de una gran transformación que ha
producido el surgimiento de una "sociedad de mercado", donde todo se
mercantiliza. La búsqueda de la ganancia ha invadido a todas las instituciones,
tanto políticas, sociales como religiosas y aún hasta la familia misma. El
clima favorable para vivir relaciones de gratuidad disminuye de prisa. El
cálculo, la búsqueda de ventajas e intereses personales prevalece sobre la
generosidad y la gratuidad. Los relatos evangélicos son una piedra en el zapato
en esta hora de tanta mezquindad. El gran milagro que necesitamos actualizar
dentro de las comunidades cristianas es la vivencia de iniciativas de
cooperación, ayuda mutua y solidaridad de forma permanente, a fin de ofrecer
una alternativa esperanzadora en un mundo donde están prevaleciendo los valores
individuales, en detrimento de los valores comunitarios.
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