viernes, 3 de julio de 2015

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 5 de Julio 2015



DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 5 de Julio 2015


LA GENTE REBELDE CIERRA SUS OÍDOS


El profeta Ezequiel vivió la adversidad del exilio forzado. Los soldados babilonios no le pidieron su opinión, sino que lo condujeron a la fuerza a Babilonia. Allá recibió el encargo de pronunciar las palabras proféticas que anunciaban la desgracia de Israel. No era un mensaje fácil de acoger y sus oyentes prefirieron aducir pretextos infantiles antes que cambiar su mentalidad. Ezequiel necesitaba de una gran fortaleza interior para hablar a los oídos de una generación embotada. La visita del Señor Jesús a Nazaret tampoco concluyó de manera favorable; sus vecinos y parientes lo menospreciaron, alegando sus orígenes modestos. El Maestro lo entendió y así lo acuñó: "nadie es profeta en su tierra". La comunicación debería ser más viable entre los que comparten un horizonte común de vida, sin embargo no es así, las envidias y otras mezquindades se interponen como enormes obstáculos.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 47, 10-11

Meditamos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo reconstruiste el mundo derrumbado, concede a tus fieles una santa alegría, para que, a quienes rescataste de la esclavitud del pecado, nos hagas disfrutar del gozo que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Monición.- El profeta Ezequiel, invadido por el Espíritu, siente la responsabilidad de llevar la Palabra de Dios a su pueblo. El profeta, aunque lo ignoren, deberá cumplir su misión.

Del libro del profeta Ezequiel 2, 2-5

En aquellos días, el espíritu entró en mí, hizo que me pusiera en pie y oí una voz que me decía:
"Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde, que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus padres me han traicionado hasta el día de hoy. También sus hijos son testarudos y obstinados. A ellos te envío para que les comuniques mis palabras. Y ellos, te escuchen o no, porque son una raza rebelde, sabrán que hay un profeta en medio de ellos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 122
R/. Ten piedad de nosotros, ten piedad.

En ti, Señor, que habitas en lo alto, fijos los ojos tengo, como fijan sus ojos en las manos de su señor, los siervos. R/.

Así como la esclava en su, señora tiene fijos los ojos, fijos en el Señor están los nuestros, hasta que Dios se apiade de nosotros. R/.

Ten piedad de nosotros, ten piedad, porque estamos, Señor, hartos de injurias; saturados estamos de desprecios, de insolencias y burlas. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- San Pablo nos habla de algo personal; por la respuesta parece que se refiere a las adversidades que siempre le acompañaron en la obra de evangelización.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 12, 7-10

Hermanos: Para que yo no me llene de soberbia por la sublimidad de las revelaciones que he tenido, llevo una espina clavada en mi carne, un enviado de Satanás, que me abofetea para humillarme. Tres veces le he pedido al Señor que me libre de esto, pero Él me ha respondido: "Te basta mi gracia, porque mi poder se manifiesta en la debilidad".
Así pues, de buena gana prefiero gloriarme de mis debilidades, para que se manifieste en mí el poder de Cristo. Por eso me alegro de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando soy más débil, soy más fuerte. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. Lc 4, 18

R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva. R/.


EVANGELIO

Monición.- Jesús va a Nazaret. El sábado enseña en la sinagoga, pero es rechazado. “Lo conocemos desde pequeño”, dicen los oyentes. Jesús estaba admirado por su falta de fe.

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro:
"¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?". Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: "Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones. Digamos confiadamente: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)

Oremos a Dios por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al Señor.

Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.

Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. Roguemos al Señor.

Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos. Roguemos al Señor.

Escucha, Padre santo, nuestras oraciones e ilumínanos con la luz de tu Espíritu, para que sintiéndonos pobres y débiles, experimentemos la fuerza de Cristo y el poder de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

La oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 33,9

Prueben y vean qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a él.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que nos has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y que nunca dejemos de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- La comunicación entre quienes creen en certezas sólidas y quienes viven al día, en medio de la hojarasca de las informaciones del mercado y las mentiras del poder que degrada, no resulta viable. Cada uno parece vivir en un planeta diferente y manejar un código y unos lentes diferentes para ver la vida. Unos solo saben de ganancia económica para sí mismos y sus socios, otros en cambio, afrontan las cuestiones profundas de la condición humana: el bienestar general, la libertad, el sentido de la vida. Jesús, Ezequiel, nuestros profetas y los analistas lúcidos de la realidad sombría que vivimos, proponen salidas que nos permitirían vivir en libertad y justicia; los dueños de las decisiones, nuestros controladores mientras tanto, enmascaran sus verdaderos intereses (el poder y el dinero) y esquivan la crudeza de las llamadas proféticas y de los reclamos ciudadanos que los urgen al cambio institucional profundo.

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