viernes, 10 de marzo de 2017

II DOMINGO DE CUARESMA Ciclo A Domingo 12 de marzo 2017



II DOMINGO DE CUARESMA Ciclo A

Domingo 12 de marzo 2017


LEVÁNTENSE, NO TENGAN MIEDO

Abrahán era un criador de ovejas de edad avanzada, acostumbrado a trasladarse de un sitio a otro detrás de su rebaño. Esa forma de vida sin duda alguna le había permitido aprender a despegarse de sitios y lugares queridos. Cuando Dios le ordena marchar hacia lo desconocido, desligándose de sus seguridades, estaba poniendo en riesgo su vida. Animado por la promesa de conseguir finalmente una tierra donde sentirse seguro y alentado por la promesa de ser el padre de un pueblo; se decide a salir de Jarán y marcha hacia la tierra de Canaán. Los pescadores de Galilea que participaron de la experiencia de la transfiguración de Jesús, también habían hipotecado sus seguridades en pos de otra promesa: la del reinado de Dios, anunciado por Jesús. En algún momento quisieron dar marcha atrás y regresar a su oficio de pescadores, Jesús lo advirtió cuando les anunció su muerte violenta en Jerusalén, se dio cuenta de su miedo y les anticipó su próxima glorificación ante el Padre.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22

Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Vocación de Abraham, padre del pueblo de Dios.

Del libro del Génesis: 12, 1-4

En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra". Abram partió, como se lo había ordenado el Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22

R/. Señor, ten misericordia de nosotros.

Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.

Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.

En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R/.


SEGUNDA LECTURA

Dios nos llama y nos ilumina

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 8-10

Querido hermano: Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a que le consagremos nuestra vida, no porque lo merecieran nuestras buenas obras, sino porque así lo dispuso él gratuitamente.
Este don, que Dios nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde toda la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo Jesús, nuestro Salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 17, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.


EVANGELIO

Su rostro se puso resplandeciente como el sol.

Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo". Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: "Levántense y no teman".
Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)

Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón. Roguemos al Señor.

Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.

Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.

Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, que llamaste a la fe a nuestros padres de Israel, y a nosotros nos has concedido ser iluminados con la luz del Evangelio, escucha nuestras oraciones y abre nuestros oídos, para que, escuchando siempre la voz de tu Hijo y aceptando en nuestra vida el misterio de la cruz, podamos alcanzar la gloria de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO

La transfiguración del Señor.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar; Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, después de anunciar su muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17, 5

Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente desear y alcanzar la gloria que Él manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los emigrantes que cruzan el Mediterráneo o que atraviesan por ciudades violentas desde Chiapas hasta Tamaulipas, no tienen muchas alternativas. Vienen huyendo de la guerra, de la violencia criminal y la falta de oportunidades. En muchas ocasiones ni siquiera buscan el bienestar económico sino solamente quieren escapar de una muerte segura. De alguna manera son personas que siguen el camino de Abrahán. Algo en lo profundo de su conciencia les anima a caminar. Finalmente atraviesan cientos de kilómetros sufriendo maltratos, privaciones y carencias porque están animados por el deseo de conseguir una forma de vida mejor. Quienes estamos llamados a ser personas transfiguradas somos los discípulos de Jesús. Diversas organizaciones y casas de atención a los migrantes, son señal de esperanza en este mundo lleno de indiferencia y superficialidad. En el trabajo solidario de "las patronas", del padre Pantoja y Solalinde, o en el albergue de las Misioneras de la Eucaristía en Nogales, resplandece el rostro compasivo de Jesús resucitado.


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