DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 27 de octubre 2024

Una actitud «compasiva» y
«misericordiosa» …
Las tres lecturas de este domingo
nos presentan la compasión de Dios, su paternidad, su amor que se revela
definitivamente en Jesús… El profeta Jeremías, en pleno desastre nacional –y
mientras el pueblo estaba deportado– anuncia que «El Señor ha salvado a su
pueblo, a los sobrevivientes de Israel» … Sí, el Padre cuida de sus hijos y les
abre una vía accesible, una forma de consolación después de tantas lágrimas y
tantas amarguras. Si el pueblo permanece
fiel, si persevera en buscar a Dios, incluso en una tierra extranjera, Dios
cambiará su cautiverio en libertad, su soledad en comunión: lo que hoy siembra
el pueblo con «lágrimas», mañana lo cosechará, alegremente, entre «cantares»
(Cfr. Salmo Responsorial).
El pasaje de la Carta a los
Hebreos nos ha presentado –con gran realismo– la compasión de Jesús. También Él
mismo «está envuelto en debilidades», se nos dice, para sentir compasión por
quienes yacen en la ignorancia y en el error… Jesús es el Sumo Sacerdote
grande, santo, inocente, pero al mismo tiempo Alguien que ha compartido
nuestras debilidades y ha sido puesto a prueba en todo como nosotros, menos en
el pecado. Por eso es el Mediador de la nueva y definitiva Alianza que nos da
la salvación… El creyente es una persona que ha experimentado la acción
salvífica de Dios en la propia vida. Todos nosotros alguna vez hemos
experimentado vivamente lo que significa alegrarnos por la gracia de una
cosecha que siempre va más allá de nuestras fuerzas y de nuestras capacidades.
El evangelio nos remite
directamente a la primera Lectura: así como el pueblo de Israel fue liberado,
gracias a la paternidad de Dios, también el ciego de nacimiento fue liberado
gracias a la compasión de Jesús, que acababa de salir de Jericó. A pesar de que
apenas había emprendido el camino más importante –el que va hacia Jerusalén– Él
se detiene para responder al grito de Bartimeo. Se deja interpelar por su
petición, se deja implicar en su situación. No se contenta con darle una
limosna, sino que quiere encontrarlo «personalmente» … En efecto, sólo el
encuentro personal con Jesús da al hombre la fuerza suficiente para afrontar
las situaciones más graves. Los discípulos de Jesús estamos llamados a esto,
también hoy, especialmente hoy: a poner al hombre en contacto con la
misericordia compasiva que nos salva. [Sintetizado de: Papa Francisco, Homilía,
25-X-2015].
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que
buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin
descanso.
GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que merezcamos
alcanzar lo que nos prometes, concédenos amar lo que nos mandas. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Vienen a mí llorando, pero yo los
consolaré y los guiaré.
Del libro del profeta Jeremías
31, 7-9
Esto dice el Señor: “Griten de
alegría por Jacob, regocíjense” por el mejor de los pueblos; proclamen, alaben
y digan: ‘El Señor ha salvado a su pueblo, al grupo de los sobrevivientes de
Israel’.
He aquí que yo los hago volver
del país del norte y los congrego desde los confines de la tierra. Entre ellos
vienen el ciego y el cojo, la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.
Retorna una gran multitud; vienen
llorando, pero yo los consolaré y los guiaré; los llevaré a torrentes de agua
por un camino llano en el que no tropezarán. Porque yo soy para Israel un padre
y Efraín es mi primogénito”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 125,
l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. Grandes cosas has hecho por
nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver
del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca ni se
cansaba entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con
asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!” Y estábamos
alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R.
Como cambian los ríos la suerte
del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de
júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R.
Al ir, iban llorando, cargando la
semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R.
SEGUNDA LECTURA
Tú eres sacerdote eterno, como
Melquisedec.
De la carta a los hebreos 5, 1-6
Hermanos: Todo sumo sacerdote es
un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir a favor
de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede
comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en
debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del
pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.
Nadie puede apropiarse ese honor,
sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual manera,
Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó
quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice
otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL
EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1, 10
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha
vencido a la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R.
Aleluya.
EVANGELIO
Maestro, que pueda ver.
Del santo Evangelio según san
Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús
de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado
Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que
el que pasaba era Jesús Nazareno, comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten
compasión de mí!” Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía
gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.
Jesús se detuvo entonces y dijo:
“Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Animo! Levántate, porque él te
llama”. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús.
Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?” El ciego le contestó:
“Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te ha salvado”. Al
momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino. Palabra del Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del
cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Confiados en que la oración de
los pobres llega hasta Dios, elevemos con humildad nuestras peticiones al
Señor:
1. Para que el Señor conceda el
espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad a los pastores de nuestra
Iglesia, roguemos al Señor.
2. Para que los gobiernos de las
naciones edifiquen sus comunidades en la paz, y estén dispuestos a acabar con
toda injusta desigualdad, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor alivie los
dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no
desfallecer ante la tribulación, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor mantenga a
nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad,
roguemos al Señor.
Dios nuestro –luz para los ciegos
y consuelo para los afligidos– que en tu Hijo nos has dado al Sumo Sacerdote,
justo e indulgente, haz que todos los hombres experimenten la intercesión de
Jesús, el Señor, y retornen al camino que conduce a ti. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones que
presentamos a tu majestad, para que lo que hacemos en tu servicio esté siempre
ordenado a tu mayor gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ef 5, 2
Cristo nos amó y se entregó a sí
mismo por nosotros, como ofrenda agradable a Dios.
PREFACIO
La historia de la salvación
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque
naciendo, restauró nuestra naturaleza caída; con su muerte destruyó nuestros
pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos
abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a los coros
angélicos, te aclamamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo…
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tus sacramentos, Señor,
produzcan en nosotros todo lo que significan, para que lo que ahora celebramos
en figura lo alcancemos en su plena realidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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