En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: "Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios".
Les contestó Jesús: "¿De veras creen? Pues miren que viene la
hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me
dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he
dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán
tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo".
Reflexión
Ser un buen cristiano nunca ha sido fácil, pues la vida cristiana
muchas veces es contraria a la que nos propone el mundo. Muchos de sus
criterios, sobre todo en temas como la justicia y la verdad no tienen mucho que
ver con lo que el Evangelio propone.
Si las cosas en nuestra vida no han salido como lo esperábamos, si
hemos sido perseguidos o rechazados, no nos descorazonemos: mantengamos
presentes en nuestro corazón las palabras de Jesús y pidamos al Espíritu que
venga en nuestra ayuda, nos consuele y nos fortalezca para que, como Jesús y
con él, podamos continuar la construcción del Reino de los Cielos.