miércoles, 16 de mayo de 2012

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas, sígueme.



 
Texto bíblico (Jn, 21 15-19)
Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».
 
Reflexión
La llamada de Jesús a sus discípulos acontece al inicio, cuando los convocó por primera vez a colaborar con Él; pero también al enfrentar las dificultades, en plena misión, en aquellos momentos en los que llegaba la tentación de renunciar ente el peligro. Pedro y Pablo son testimonio de entrega generosa a su vocación de apóstoles, aun a pesar de sus limitaciones humanas.

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