lunes, 5 de enero de 2015

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 25 de enero 2015



III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B

Domingo 25 de enero 2015

DOS LLAMADOS DECISIVOS

Jon 3, 1-5.10; 1 Co 7, 29-31; Mc 1, 14-20

Dos invitaciones similares en apariencia, pero profundamente diferentes. La proclama de Jonás es una amenaza de destrucción para los ninivitas, sin una invitación explícita a la conversión. Éstos la infieren y actúan en consecuencia, realizando un ayuno general que movió a Dios a cancelar el castigo. La proclama del Señor Jesús en el Evangelio de san Marcos habla de un plazo cumplido: el comienzo inminente del Reinado de Dios. La invitación de Jesús es más profunda, es necesario revisar la propia manera de pensar y replantearla de manera radical. En adelante Dios modificaría la forma de relacionarse con su pueblo: su decisión compasiva cancelaría la forma tradicional de aplicar la justicia; Dios ya no se fijaría en los méritos, a partir de Jesús abrazaría sin condición alguna a todos los desesperanzados, regalándoles una segunda oportunidad. Nadie quedaría excluido de esa amnistía. Quienes se acogieran a la misma, tendrían que ofrecérsela a sus hermanos, en señal de gratitud con Dios.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6

Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- La primera lectura nos presenta el pasaje en el que Dios envía al profeta Jonás a incitar la conversión de los habitantes de Nínive, el pueblo opresor y responsable de la ruina de Israel.

Del libro del profeta Jonás: 3, 1-5. 10

En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar". Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Del salmo 24
Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.

Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.

Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.

Segunda lectura


Monición.- En esta segunda lectura San Pablo nos recuerda que el tiempo de nuestra existencia terrenal es breve. Por ello, cada quien, en su propio estado y condición de vida, debe buscar en todo momento la santidad.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 7, 29-31

Hermanos: Les quiero decir una cosa: el tiempo apremia. Por lo tanto, conviene que los casados vivan como si no lo estuvieran; los que sufren, como si no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no compraran; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran de él; porque este mundo que vemos es pasajero.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN

Mc 1, 15
R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.

Monición.- El evangelio nos presenta a Jesús cuando elige a sus primeros colaboradores. El texto nos advierte la prontitud, la generosidad y el optimismo con que los discípulos siguen al Señor.

Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 14-20

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Credo

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:

Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.

Por los que gobiernan las naciones para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar de sus pueblos, a fin de que reine entre ellos la justicia y la paz, roguemos al Señor.

Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.

Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que en Cristo, el Verbo eterno, nos has dado la plenitud de tu palabra, escucha la oración de la Iglesia y haz que sintamos la urgencia de convertirnos a ti y de adherirnos con toda el alma al Evangelio, para que toda nuestra vida anuncie a los que dudan y viven alejados al único Salvador de los hombres, Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio para los domingos de Tiempo ordinario

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33, 6

Acudan al Señor; quedarán radiantes y sus rostros no se avergonzarán.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Dios todopoderoso, que al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre dichosos por este don tuyo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Acoger las condonaciones de adeudos y las rebajas de intereses moratorios es algo sencillo de aceptar. Como bien dice el proverbio, "a quién le dan pan que llore". La proclamación de la cercanía del reinado de Dios que el Señor Jesús pregonaba tomó a todo mundo de sorpresa: tanto los escrupulosos fariseos como los pragmáticos saduceos se desconcertaron con dicho anuncio. Solamente los pecadores que habían sido estigmatizados por la fuerza de la domesticación y el adoctrinamiento religioso se entusiasmaron con la oferta de compasión lanzada por Jesús. Esta primera etapa de su misión no resulta difícil de acoger. No obstante, conviene recordar que la aceptación de este ofrecimiento implica asumir una responsabilidad: hay que generar una derrama de compasión y solidaridad con aquellos que atraviesan situaciones adversas. Bien lo dice la frase evangélica: "quien ama mucho, es porque se le ha perdonado mucho".

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