EPIFANÍA DEL SEÑOR
Domingo 4 de enero 2015
Solemnidad Blanco
ANTÍFONA DE ENTRADA cfr. MI 3, 1; 1 Cro 19, 12
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están
el reino y la potestad y el imperio.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a
las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por
la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Monición.- El pueblo de Jerusalén había sufrido la oscuridad
de un largo exilio. Pero Dios viene en su ayuda y lo redime; lo llena de gloria
y lo hace testigo de su luz.
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y
espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en
ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al
resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen
a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces
verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando
se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los
pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de
Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y
proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial
Del salmo 71
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es
hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu
pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras
era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.
R/.
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus
dones. Ante Él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.
R/.
Segunda lectura
Monición.- El apóstol Pablo afirma que los gentiles son
miembros y coherederos de la promesa divina, pues Dios busca salvar a toda la
humanidad y no sólo a un pueblo determinado.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de
Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a
conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros
tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles
y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos
de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma
promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a
adorar al Señor. R/.
Evangelio
Monición.- El evangelio de Mateo nos presenta la adoración
al Niño Dios por parte de los reyes
sabios venidos de Oriente. Reyes que ofrecieron a Jesús los siguientes
obsequios: oro, incienso y mirra.
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes.
Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde
está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y
hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda
Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del
pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:
"En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén,
tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres
de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo,
Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le
precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a
Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño
y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella
que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de
donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa
alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y
postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos:
oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a
Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este
día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a
los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria:
Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres
con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los
que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan
brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos
pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las
comunidades cristianas, roguemos al Señor.
Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el
Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el
camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como
Dios verdadero, roguemos al Señor.
Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la
luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos
con fidelidad las enseñanzas de Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y
haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los
pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar
con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no
consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se
representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. El,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio de la Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN cfr. Mt 2, 2
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos
a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas
partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con
amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 593
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Durante siglos se
justificó con razones pretendidamente religiosas, la dominación de unas
naciones a manos de otras. No faltaron teólogos cristianos que forzaron pasajes
evangélicos para justificar la conquista de los pobladores originarios de este
país, apelando a lecturas descontextualizadas de la parábola de los invitados
al banquete (Lc 14,23). La fiesta de la Epifanía es ocasión de reafirmar que el
mensaje de Jesús impulsa relaciones justas y fraternas entre personas y
sociedades. La luz del Evangelio genera un movimiento de renovación interior y
una dinámica de cambio social en las personas bien dispuestas. El profeta
Isaías presenta una panorámica en claroscuro: algunos pueblos que viven en
tinieblas, mientras en Jerusalén amanece una luz intensa. Sin maniqueísmos
simplistas, es necesario asumir la vocación cristiana, es decir, siendo
portadores de la luz de Jesucristo.
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