jueves, 7 de mayo de 2015

VI Domingo de Pascua Ciclo B Domingo 10 de mayo 2015



VI Domingo de Pascua Ciclo B
Domingo 10 de mayo 2015

LES HE COMUNICADO TODO

Hech 10,25-26. 34-35. 44-48; 1 Jn 4,7-10; Jn 15,9-17

El apóstol Pedro abrió brecha en la evangelización de los paganos al aceptar la invitación a comer en casa del centurión romano llamado Cornelio. Una vez que aprendió a escuchar la voz del Espíritu de Jesús, pudo desprenderse de sus prejuicios y aprendió a compadecerse de las necesidades de las personas, sin atender a su condición de raza o sus afinidades políticas o ideológicas. Además de ser extranjero, Cornelio formaba parte de un cuerpo militar al servicio del emperador. Ninguno de esos motivos impidió a Pedro coger su invitación. La repentina manifestación del Espíritu confirmó su intuición: Dios no se fija en externalidades, inventadas para preservar la identidad colectiva de cierta cultura. Dios llama a participar de su amistad a toda persona bien dispuesta, sin atender a factores externos.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48, 20

Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.


Se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, concédenos continuar cele-brando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- La conversión de Cornelio  y su familia, que nos narra la primera lectura, representa un momento importante para Pedro, porque toma conciencia del valor universal de la salvación.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 25-26. 34- 35. 44-48

En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: "Ponte de pie, pues soy un hombre como tú". Luego añadió: "Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere".
Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaban escuchando el mensaje. Al oírlos hablar en lenguas desconocidas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes judíos que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los paganos.
Entonces Pedro sacó esta conclusión: "¿Quién puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?" Y los mandó bautizar en el nombre de Jesucristo. Luego le rogaron que se quedara con ellos algunos días.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Salmo responsorial

Del salmo 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 R/. El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad. Aleluya.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.


Segunda lectura

Monición.- En la segunda lectura Juan nos dice que la fuente del amor está en Dios, pero por el pecado perdemos la capacidad de amar; y es Cristo el que nos lleva de regreso al camino del amor.

De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-10

Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Aclamación antes del evangelio

Aclamación Jn 14, 23 R/. Aleluya, aleluya.

El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.


Evangelio

Monición.- En el evangelio Jesús nos insiste en permanecer  en su amor; pues sólo así es posible cumplir el mandamiento del amor y dar fruto y nos exhorta al amor mutuo.


Del santo Evangelio según san Juan: 15, 9-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)

Para que el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.

Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al Señor.

Para que el vencedor de la muestre transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.

Para que el que tiene las llaves de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que has sido el primero en amarnos, enviándonos a tu Hijo, para que vivamos por medio de Él, escucha nuestra oración y haz que, llenos del Espíritu Santo, aprendamos a amarnos los unos a los otros como Cristo nos ha amado. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio I- V de Pascua.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 15-16

Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 595


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-La conexión entre el cuarto Evangelio y el relato de los Hechos de los Apóstoles es evidente. Jesús asocia a sus discípulos como amigos. No son sus empleados ni los trata como si fueran simples ejecutores de órdenes impuestas de manera distante y vertical. El que vive su vocación misionera no es un agente de una enorme compañía internacional asentada en El Vaticano, con su respectivo organigrama de direcciones y departamentos. Aunque cabe admitir que hemos quedado atrapados en ciertos periodos de la historia por una tupida red institucional que termina ahogando la fuerza del Espíritu. La vinculación personal de cada creyente con Jesús es fundamental, de ahí deriva la vocación evangelizadora. Quien haya vivido relaciones de genuina amistad, sabrá comprender que la misión cristiana nace de la íntima relación amorosa del discípulo con su Señor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario