martes, 7 de febrero de 2017

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 12 febrero 2017



DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo A

Domingo 12 febrero 2017


LAS VIEJAS Y NUEVAS ENSEÑANZAS

Entre los antiguos preceptos dados a Israel por mediación de Moisés y las exhortaciones del Señor Jesús registradas en el Sermón de la Montaña, hay una pedagogía diferente. Los preceptos del decálogo son orientaciones básicas para preservar la vida y la dignidad de las personas. Predominan las prohibiciones: no matarás, no robarás y otras similares. El avance manifiesto en las palabras evangélicas radica en el enfoque analítico. Las malas conductas no son fruto de la casualidad, tienen una raíz que las sustenta y provoca. La falta de confianza en la palabra humana, pretende suplantarse con juramentos que nunca se piensan cumplir, de esa manera nace la desconfianza y las relaciones se degradan. Las miradas lascivas se incuban y tarde o temprano terminan reduciendo a la otra persona en un objeto sexual. Jesús nos recomienda moderarnos y no exaltar nuestras ambiciones egoístas.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios no ha dado a nadie permiso de pecar.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 15, 16-21

Si tú lo quieres, puedes guardar los mandamientos; permanecer fiel a ellos es cosa tuya. El Señor ha puesto delante de ti fuego y agua; extiende la mano a lo que quieras. Delante del hombre están la muerte y la vida; le será dado lo que él escoja.
Es infinita la sabiduría del Señor; es inmenso su poder y él lo ve todo. Los ojos del Señor ven con agrado a quienes lo temen; el Señor conoce todas las obras del hombre. A nadie le ha mandado ser impío y a nadie le ha dado permiso de pecar.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34

R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.

Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.

Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.

Favorece a tu siervo para que viva y observe tus palabras. Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. R/.

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.


SEGUNDA LECTURA

Predicamos una sabiduría misteriosa prevista por Dios antes de los siglos, para conducirnos a la gloria.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2, 6-10

Hermanos: Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni lamente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.


EVANGELIO

Han oído lo que se dijo a los antiguos; pero yo les digo...

Del santo Evangelio según san Mateo: 5,17-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos, Señor.)

Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.

Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.

Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.

Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos has revelado que la plenitud de tu ley se fundamenta en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo y concede a los que hoy nos hemos reunido para ofrecerte el sacrificio perfecto, vivir siempre de acuerdo con las exigencias del Evangelio y ser así para todos los hombres signo de reconciliación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30

El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y quedaron satisfechos.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Algún estudioso de la cultura contemporánea afirma que la principal preocupación de los seres humanos actuales es pasarla bien. Con tal de gozar y disfrutar el momento presente, termina exigiéndose que todo sea divertido y atrayente. Se desliza como único valor, la ley del menor esfuerzo. Esta vida ligera pisotea los valores éticos universales y pasa por encima de la dignidad humana. El sentido de las normas éticas del Decálogo o de los consejos y preceptos evangélicos no es manipulamos ni convertirnos en seres dependientes o sumisos, como no pocos críticos de la religión han señalado. Es otra intención muy distinta: animarnos a respetar la dignidad y la enorme valía de todas las personas. Nadie tiene facultades ni permisos para disfrutar la vida, si para eso, tiene que convertir a los demás en un medio para alcanzar sus propios fines. Dios, como dice el Eclesiástico, "creo al hombre y lo entregó en poder de su albedrío".


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