DOMINGO VI DEL TIEMPO
ORDINARIO Ciclo A
Domingo 12 febrero 2017
LAS VIEJAS Y NUEVAS ENSEÑANZAS
Entre los antiguos preceptos
dados a Israel por mediación de Moisés y las exhortaciones del Señor Jesús
registradas en el Sermón de la Montaña, hay una pedagogía diferente. Los
preceptos del decálogo son orientaciones básicas para preservar la vida y la
dignidad de las personas. Predominan las prohibiciones: no matarás, no robarás
y otras similares. El avance manifiesto en las palabras evangélicas radica en
el enfoque analítico. Las malas conductas no son fruto de la casualidad, tienen
una raíz que las sustenta y provoca. La falta de confianza en la palabra
humana, pretende suplantarse con juramentos que nunca se piensan cumplir, de
esa manera nace la desconfianza y las relaciones se degradan. Las miradas
lascivas se incuban y tarde o temprano terminan reduciendo a la otra persona en
un objeto sexual. Jesús nos recomienda moderarnos y no exaltar nuestras
ambiciones egoístas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de
roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y
guíame.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te
alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor
Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner
tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir
de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios no ha dado a nadie permiso
de pecar.
Del libro del Sirácide
(Eclesiástico): 15, 16-21
Si tú lo quieres, puedes guardar
los mandamientos; permanecer fiel a ellos es cosa tuya. El Señor ha puesto
delante de ti fuego y agua; extiende la mano a lo que quieras. Delante del
hombre están la muerte y la vida; le será dado lo que él escoja.
Es infinita la sabiduría del
Señor; es inmenso su poder y él lo ve todo. Los ojos del Señor ven con agrado a
quienes lo temen; el Señor conoce todas las obras del hombre. A nadie le ha
mandado ser impío y a nadie le ha dado permiso de pecar.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118, 1-2. 4-5. 17-18.
33-34
R/. Dichoso el que cumple la
voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta
intachable, que cumple la ley del Señor. Dichoso el que es fiel a sus
enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos
para que se observen exactamente. Ojalá que mis pasos se encaminen al
cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Favorece a tu siervo para que
viva y observe tus palabras. Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu
voluntad. R/.
Muéstrame, Señor, el camino de
tus leyes y yo lo seguiré con cuidado. Enséñame a cumplir tu voluntad y a
guardarla de todo corazón. R/.
SEGUNDA LECTURA
Predicamos una sabiduría
misteriosa prevista por Dios antes de los siglos, para conducirnos a la gloria.
De la primera carta del apóstol
san Pablo a los corintios: 2, 6-10
Hermanos: Es cierto que a los
adultos en la fe les predicamos la sabiduría, pero no la sabiduría de este
mundo ni la de aquellos que dominan al mundo, los cuales van a quedar aniquilados.
Por el contrario, predicamos una sabiduría divina, misteriosa, que ha
permanecido oculta y que fue prevista por Dios desde antes de los siglos, para
conducirnos a la gloria. Ninguno de los que dominan este mundo la conoció,
porque, de haberla conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos
es, como dice la Escritura, que lo que Dios ha preparado para los que lo aman,
ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha escuchado, ni lamente del hombre pudo
siquiera haberlo imaginado. A nosotros, en cambio, Dios nos lo ha revelado por
el Espíritu que conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del
cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente
sencilla. R/.
EVANGELIO
Han oído lo que se dijo a los
antiguos; pero yo les digo...
Del santo Evangelio según san
Mateo: 5,17-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he
venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se
acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra
o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores
y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el
que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos. Les aseguro
que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente
no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los
antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les
digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el
tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y
el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a
poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene
alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a
reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate
pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te
entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no
saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
También han oído que se dijo a
los antiguos: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que quien mire con malos
deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu
ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque
más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al
lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela
y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no
que todo él sea arrojado al lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se
divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que
el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su
mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los
antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido
con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo,
que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni
por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza,
porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan
simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene
del maligno".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del
cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo
hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y
subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con
gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que
con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de
la misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con
sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la paz de todo el mundo, por
la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres,
roguemos al Señor.
Por nuestros gobernantes, para
que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por la conservación de la
naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo,
roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos
que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el
reposo eterno, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has
revelado que la plenitud de tu ley se fundamenta en el amor, escucha las
oraciones de tu pueblo y concede a los que hoy nos hemos reunido para ofrecerte
el sacrificio perfecto, vivir siempre de acuerdo con las exigencias del
Evangelio y ser así para todos los hombres signo de reconciliación y de paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos
purifique y nos renueve, y se convierta en causa de recompensa eterna para
quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo
de Dios
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor
nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de
llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe
elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que,
trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el
mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre
del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal
77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su
pueblo; no lo defraudó. Comieron y quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar
celestial, te rogamos que nos hagas anhelar siempre este mismo sustento por el
cual verdaderamente vivimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- Algún estudioso de la cultura contemporánea afirma que la principal
preocupación de los seres humanos actuales es pasarla bien. Con tal de gozar y
disfrutar el momento presente, termina exigiéndose que todo sea divertido y
atrayente. Se desliza como único valor, la ley del menor esfuerzo. Esta vida
ligera pisotea los valores éticos universales y pasa por encima de la dignidad
humana. El sentido de las normas éticas del Decálogo o de los consejos y
preceptos evangélicos no es manipulamos ni convertirnos en seres dependientes o
sumisos, como no pocos críticos de la religión han señalado. Es otra intención
muy distinta: animarnos a respetar la dignidad y la enorme valía de todas las
personas. Nadie tiene facultades ni permisos para disfrutar la vida, si para
eso, tiene que convertir a los demás en un medio para alcanzar sus propios
fines. Dios, como dice el Eclesiástico, "creo al hombre y lo entregó en
poder de su albedrío".
No hay comentarios:
Publicar un comentario