DOMINGO VII DEL TIEMPO
ORDINARIO CICLO A
Domingo 19 de febrero 2017
NO SERÁS VENGATIVO
Ni guardarás rencor. Así
introduce el Levítico el mandato fundamental del amor al prójimo. Un mandato y
una prohibición que no envejecen ni pierden su valor como referentes de las
relaciones justas entre las personas. Quien consiga aplacar sus rencores y
resentimientos, dispondrá de la serenidad indispensable para dar un trato
equitativo a su prójimo. El mandato del amor al prójimo guarda un equilibrio
entre el beneficio personal y el bien común. El Evangelio de san Mateo, por su
parte, nos exhorta a superar la mezquindad humana, señalando que quien se deje
atrapar por la venganza y el revanchismo, no conseguirá mejorar su vida. Más
aún, la mejor razón que nos ofrece Jesús para vivir en actitud de misericordia
y generosidad es que esa es la manera como Dios trata a sus criaturas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 12, 6
Confío, Señor, en tu
misericordia. Se alegra mi corazón con tu auxilio; cantaré al Señor por el bien
que me ha hecho.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que la
constante meditación de tus misterios nos impulse a decir y hacer siempre lo
que sea de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.
Del libro del Levítico: 19, 1-2.
17-18
En aquellos días, dijo el Señor a
Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: 'Sean santos,
porque yo, el Señor, soy santo.
No odies a tu hermano ni en lo
secreto de tu corazón. Trata de corregirlo, para que no cargues tú con su
pecado. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu
prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor' ".
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10.
12-13
R/. El Señor es compasivo y
misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que
todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te
olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y
cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de
ternura. R/.
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como
merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre es compasivo con sus
hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R/.
SEGUNDA LECTURA
Todo es de ustedes, ustedes son
de Cristo y Cristo es de Dios.
De la primera carta del apóstol
san Pablo a los corintios: 3, 16-23
Hermanos: ¿No saben ustedes que
son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien
destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios
es santo y ustedes son ese templo.
Que nadie se engañe: si alguno de
ustedes se tiene a sí mismo por sabio según los criterios de este mundo, que se
haga ignorante para llegar a ser verdaderamente sabio. Porque la sabiduría de
este mundo es ignorancia ante Dios, como dice la Escritura: Dios hace que los
sabios caigan en la trampa de su propia astucia. También dice: El Señor conoce
los pensamientos de los sabios y los tiene por vanos.
Así pues, que nadie se gloríe de
pertenecer a ningún hombre, ya que todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo y
Pedro, el mundo, la vida y la muerte, lo presente y lo futuro: todo es de
ustedes; ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1
Jn 2, 5
R/. Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de
Cristo, el amor de Dios ha llegado a su plenitud. R/.
EVANGELIO
Amen a sus enemigos.
Del santo Evangelio según san
Mateo: 5, 38-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: "Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente;
pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea
en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera
demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno
te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te
pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda.
Han oído que se dijo: Ama a tu
prójimo y odia a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos,
hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y
calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol
sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los
injustos.
Porque, si ustedes aman a los que
los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si
saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso
mismo los paganos?
Ustedes, pues, sean perfectos,
como su Padre celestial es perfecto".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, a Dios
todopoderoso con una oración tan pura y humilde, que merezca obtener lo que
pedimos:
R/. Te lo pedimos, Señor.
Por la santa Iglesia, extendida
de Oriente a Occidente: para que el Señor la mantenga firme y confiada en medio
de las contrariedades y tentaciones del mundo, roguemos al Señor.
Por los que tiene autoridad en el
mundo, para que bajo su gobierno podamos vivir en paz y concordia glorificando
a Cristo, nuestra esperanza, roguemos al Señor.
Por los que nos desprecian por
causa de nuestra fe y por los que persiguen a la Iglesia: para que el Señor les
conceda encontrar la verdad, roguemos al Señor.
Por los que estamos aquí reunidos
en el nombre del Señor y por aquellos por los que queremos orar, para que Dios
nos conceda perseverar en la fe y nos reúna un día a todos en su reino,
roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has revelado la
fuerza de tu amor en tu Hijo, burlado y humillado en la cruz, escucha nuestras
oraciones, haz que seamos dóciles a la voz de tu Espíritu, rompe las cadenas de
la violencia y del odio y haz que trabajemos con valentía para que el bien
triunfe sobre el mal dando así testimonio de tu Evangelio de paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar con la debida
reverencia tus misterios, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos en honor
de tu gloria nos sirvan para la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor
nuestro. Quien, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la
Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la muerte eterna y,
resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y
con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre
del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 9,
2-3
Proclamaré todas tus maravillas;
me alegraré y exultaré contigo y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso,
que alcancemos aquel fruto celestial, cuyo adelanto acabamos de recibir
mediante estos sacramentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- Quienes vivimos en una sociedad marcada por una espiral violenta,
podemos incurrir en el pesimismo de quienes suponen que la mejor manera de
conseguir la paz es preparando la guerra y viviendo a la defensiva. Esa
mentalidad solamente nos hunde en la impotencia y en la desesperación. Nadie
puede negar el aumento de homicidios y ejecuciones en nuestro país. Más allá de
la validez de esas estadísticas, hemos de recordar que la violencia siempre es
estéril y que el principio 'esperanza' es lo que puede alentarnos a rehacer
nuestras relaciones injustas. No podemos negar que sea muy duro perdonar a
nuestros verdugos, y que resulte muy exigente interceder sinceramente por ellos
ante Dios. Sin embargo, es la paz con justicia y la compasión, lo que nos
humaniza y no la venganza ni el ajuste de cuentas.
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