domingo, 13 de junio de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210613

 

Cuántas cosas grandes que se han hecho para Dios tuvieron inicios pequeños y humildes! Desde congregaciones religiosas que empezaron como grupos minúsculos, como los Jesuitas, con Ignacio de Loyola y sus seis compañeros, hasta la evangelización de México, que inició con pocos frailes y otros misioneros que tuvieron que enfrentar la violencia desenfrenada de los conquistadores y colonizadores, muchas empresas grandes empezaron como semillas humildes que apenas merecieron la atención del mundo. La misma regla se aplica hoy. Cuando queremos contribuir a la construcción de nuestros barrios desordenados o enfrentar el desafío de la injusticia y violencia en nuestra nación o cambiar nuestras vidas, no debemos dejarnos desalentar por la pequeñez y humildad de nuestros esfuerzos. Lo que importa es que, por medio de la oración y el discernimiento, logramos percibir el poder de Dios y trabajar con él.

 

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