sábado, 25 de junio de 2022

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20220626

 

En el día de nuestro bautismo el sacerdote nos ungió la coronilla con el óleo del crisma, antigua unción del profeta; luego nos tocó en la boca, abriéndola con la palabra ¡effeta! Estos signos no son meramente elementos que dan un toque de elegancia al rito. Son revelaciones de un aspecto muy importante del sacramento: el bautismo nos llama a ser profetas. Tenemos el deber de anunciar la palabra de Dios a todo el mundo. Se trata de un deber que puede cumplirse de muchas formas, desde la enseñanza a nuestros hijos de la fe cristiana hasta la denuncia de abusos y males en la Iglesia y en el mundo. No hay problema si no sabemos cómo ser profetas o si tenemos miedo o dudas. Sólo tenemos que recordar los ejemplos de profetas que nuestro continente latinoamericano ha suscitado.

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