ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 6)
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros
el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que de manera admirable creaste la naturaleza humana y, de
modo aún más admirable, la restauraste, concédenos compartir la divinidad de
aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Él, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios.]
Del libro del profeta Isaías 52, 7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la
paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a
Sión: “Tu Dios es rey”!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados,
porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor
rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a
la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de
nuestro Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 97
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra
y su santo brazo le han dado la victoria.
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su
justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos
los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos
al son de los clarines al Señor, nuestro rey.
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
SEGUNDA LECTURA
[Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.]
De la carta a los hebreos 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a
nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha
hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y
por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser
y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. Él mismo, después de
efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad
de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más
excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he
engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será
para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su
primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan naciones, y adoren al
Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.]
Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-18
R. Gloria a ti, Señor.
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la
Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto
existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en
las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
[Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de
él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.]
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre
que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y,
sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo
recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su
nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por
voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se
hizo hombre y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del
Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: “A éste me refería
cuando dije: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya
existía antes que yo’ “.
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley
fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por
Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el
seno del Padre, es quien lo ha revelado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: En este Santo día en que el Señor da a conocer su salvación,
adoremos al Emmanuel, Dios con nosotros, y pidamos por las necesidades de todos
los hombres. Digamos todos:
«Niño Jesús, concédenos la alegría y la paz»
1 Por la Iglesia, que gozosa contempla en el Pesebre el misterio
anunciado por los profetas, para que proclame hasta los confines de la tierra
el Nacimiento del Salvador. Roguemos al Señor.
2 Por el papa León XIV, apóstol de la alegría, para que su palabra
congregue, oriente y clarifique la respuesta de los creyentes a los planes de
Dios. Roguemos al Señor.
3 Por todos los hombres del mundo, para que descubran en el Niño de
Belén el Dios hecho hombre, luz para alumbrar a las naciones y se dejen
iluminar por Él. Roguemos al Señor.
4 Por los pueblos que sufren violencia y opresión, para que se alegren
porque ha llegado la redención con el Nacimiento del Mesías esperado por todos.
Roguemos al Señor.
5 Por todos nosotros, reunidos hoy aquí para celebrar la Navidad, para
que recibamos la Palabra que se hace carne y escuchándola de verdad, sepamos
vivirla y trasmitirla a los demás.
Roguemos al Señor.
Sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, escucha nuestra oración y haz
que, al vernos envueltos en la luz nueva de tu Palabra hecha carne, hagamos
resplandecer en nuestras obras, la fe que hoy profesamos en la encarnación de
tu Hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que sea aceptable ante ti, Señor, la oblación de la presente
solemnidad, por la que llegó a nosotros tu benevolencia para nuestra perfecta
reconciliación y nos fue concedido participar en plenitud del culto divino. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Cristo es luz
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque gracias al misterio de tu Palabra hecha carne, la luz de tu
gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a
Dios visiblemente, por él seamos impulsados al amor de lo invisible. Por eso,
con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los
coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 97, 3)
Los confines de la tierra han contemplado la salvación que nos viene de
Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el Salvador del mundo, que hoy nos
ha nacido, puesto que es el autor de nuestro nacimiento a la vida, también nos
haga partícipes de su inmortalidad. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.












