jueves, 20 de noviembre de 2025

Evangelio del 21 de noviembre 2025 Lucas 19, 45-48

 


Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones". Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras.

Reflexión

El pasaje nos desafía a examinar qué estamos permitiendo que ocupe el lugar central en nuestros propios "templos" (nuestros corazones, nuestras comunidades, nuestras iglesias). ¿Es un lugar de oración y encuentro con Dios, o se ha convertido, de alguna manera, en un centro de intereses personales, egoísmo o preocupaciones materiales que opacan lo espiritual?

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251123

 

Entre las promesas y los discursos de quienes se presentan como benefactores y servidores del pueblo y las acciones que realizan, suele haber una gran brecha. El Evangelio nos recuerda esta denuncia del Señor Jesús, cuando anima a los discípulos a conseguir los primeros puestos a través del servicio. La ejemplaridad del genuino Rey de Reyes (Apoc 19, 16) radica en que sacrifica su vida y su seguridad a fin de que nadie más siga viviendo como víctima de los abusos que los dirigentes religiosos y los jefes políticos tramaban contra los humildes y los pequeños. La realeza del Señor Jesús excluye el despliegue de la fuerza y la coacción. Jesús nos anima a ejercer formas de autoridad basadas en la congruencia y la ejemplaridad. La autoridad del Rey Jesús brota de la completa identidad entre su mensaje y su vida. Las declaraciones donde se presenta como servidor son sustentadas por su actitud de entrega sin límites a los necesitados.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20251123

 



 

«Pero Cristo ¿es sólo el rey de los judíos o también de las gentes? Más bien, también de las gentes. En efecto, tras haber dicho en una profecía: "Por mi parte, yo fui constituido por él rey sobre Sión", al instante, para que, porque nombra el monte Sión, nadie dijese que había sido constituido rey para sólo los judíos, ha agregado: El Señor me dijo: "Hijo mío eres tú, yo hoy te he engendrado. Pídemelo y te daré como heredad tuya las gentes y como posesión tuya los términos de la tierra! Por ende, también él en persona, al hablar ya por su propia boca entre los judíos, afirma: Tengo otras ovejas... Si, pues, Cristo es también rey de las gentes, ¿por qué queremos que en este letrero en que estaba escrito "El Rey de los judíos" se advierta un gran misterio? Sin duda porque el olivo silvestre fue hecho partícipe de la savia del olivo, pero el olivo no fue hecho partícipe del amargor del silvestre. Efectivamente, porque el letrero "El Rey de los judíos" se escribió verazmente acerca de Cristo, ¿a quiénes ha de considerarse judíos sino a la descendencia de Abraham, los hijos de la promesa, que son también hijos de Dios?, pues Pablo asevera: ¿No son hijos de Dios estos que son los hijos de la carne, sino que se cuenta entre la descendencia a los hijos de la promesa? Además, eran gentiles esos a quienes decía: Ahora bien, si vosotros sois de Cristo, sois, pues, descendencia de Abraham, herederos según la promesa. Cristo, pues, es el rey de los judíos, pero de los judíos por circuncisión del corazón, no por la letra, cuya loa no es de los hombres, sino de Dios, pertenecientes a la Jerusalén libre, nuestra madre eterna en los cielos, Sara espiritual, que de la casa de la libertad echa a la esclava y a los hijos de ella, ya que, precisamente porque el Señor ha dejado dicho lo que ha dicho, Pilato ha dejado escrito lo que ha escrito» (San Agustín [354-430]. Evangelio de Juan. Tratado 117,5).

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO Domingo 23 de Noviembre del 2025

 



 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Ap 5, 12; 1,6)

Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

 

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

 

[Ungieron a David como rey de Israel.]

 

Del segundo libro de Samuel 5, 1-3

 

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía’ “.

Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 121

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz sea contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

 

[Dios nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado.]

 

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 1, 12-20

 

Hermanos: Demos gracias a Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz. Él nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados.

Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él.

Él existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.

Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mc 11, 9. 10)

R. Aleluya, aleluya.

¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

 

[Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí.]

 

Del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43

 

R. Gloria a ti, Señor.

 

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”.

También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo” Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Este es el rey de los judíos”.

Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la tierra. Oremos diciendo:

TODOS: Rey de las naciones, escúchanos.

1.         Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo en reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de Jesucristo a todas las creaturas. Roguemos al Señor.

2.         Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que Cristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Roguemos al Señor.

3.         Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus penas. Roguemos al Señor.

4.         Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz. Roguemos al Señor.

 

Sacerdote: Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, escucha las oraciones de tu pueblo, sácanos del dominio de las tinieblas y fortalece nuestras débiles voluntades, para que sigamos las huellas de tu Hijo y, como Él, demos la propia vida en bien de los demás y compartamos con ellos el reino de Cristo en el paraíso. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. TODOS: Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

PREFACIO

Cristo, Rey del universo.

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sal 28, 10-11)

En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Reflexión 20251123


 

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Evangelio del 20 de noviembre 2025 Lucas 19, 41-44



En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".

 

Reflexión

 

Este pasaje es una advertencia eterna y un llamado a la vigilancia:

Reconocer el tiempo de Dios: Jesús, el Mesías, estaba literalmente visitando a su pueblo, pero ellos estaban demasiado ocupados, cerrados o ciegos a las verdaderas señales.

Nos invita a preguntarnos: ¿Estamos reconociendo la "visita de Dios" en nuestra propia vida? ¿Estamos atentos a las oportunidades de paz y gracia que Él nos ofrece cada día?

Dios ofrece la paz, pero el rechazo a esa oferta tiene consecuencias dolorosas. El llanto de Jesús es el dolor de Dios ante el camino de destrucción que la humanidad elige cuando le da la espalda al amor.

El evangelio es una mezcla poderosa de ternura divina (el llanto de Jesús) y de la seriedad de la elección humana. Nos recuerda que la paz verdadera es una dádiva de Dios que debe ser reconocida y aceptada en el momento oportuno. 

Evangelio del 19 de noviembre 2025 Lucas 19, 11-28

 



En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola: "Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: "Inviertan este dinero mientras regreso". Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: "No queremos que éste sea nuestro rey". Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y le dijo: "Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas". Él le contestó: "Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una pequeña cosa, serás gobernador de diez ciudades". Se presentó el segundo y le dijo: "Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas". Y el Señor le respondió: "Tú serás gobernador de cinco ciudades". Se presentó el tercero y le dijo: "Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado". El señor le contestó: "Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?" Después le dijo a los presentes: "Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez". Le respondieron: "Señor, ya tiene diez monedas". Él les dijo: "Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia"". Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.

 

Reflexión

 

Esta parábola te invita a preguntarte:

¿Qué "mina" me ha sido confiada? (Mi tiempo, mi salud, mis talentos, mi conocimiento de Cristo, mi influencia).

¿La estoy negociando, o la tengo enterrada? ¿Estoy arriesgando mis dones por amor y servicio, o los estoy guardando por miedo o pereza?

¿Cómo veo a mi Señor? Si lo veo como un juez severo y no como el Padre amoroso que me confía sus bienes, mi miedo me llevará a la inacción.

La vida es el tiempo para invertir y fructificar la gracia de Dios. El cristiano debe vivir con la certeza del regreso del Rey y la diligencia de un administrador fiel que busca presentarse con las manos llenas de frutos.

martes, 18 de noviembre de 2025

Evangelio del 18 de noviembre 2025 Mt 14, 22-33



 

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.

Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa, y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: 'es un fantasma!". Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo".

Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?"

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios".

 

Reflexión

 

El texto nos enseña que:

Jesús está presente en nuestras "tormentas", aunque al principio no lo reconozcamos.

La fe nos permite hacer lo imposible, pero la duda y el miedo (enfocarse en el problema en lugar de en Cristo) nos hacen hundir.

Incluso cuando fallamos y dudamos, el clamor sincero a Jesús siempre encuentra su mano extendida para rescatarnos. 


domingo, 16 de noviembre de 2025

Evangelio del 17 de noviembre 2025 Lucas 18, 35-43

 



En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!" Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí! “Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" Él le contestó: "Señor, que vea". Jesús le dijo: "Recobra la vista; tu fe te ha curado”. Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Reflexión

Jesús, en su camino hacia Jerusalén para su Pasión, se detiene ante el grito de un marginado. Esto subraya la misericordia y la prioridad que Jesús da a los necesitados, interrumpiendo su propia marcha.

¿Qué quieres que haga por ti?". Aunque la respuesta parece obvia ("Quiero ver"), la pregunta es fundamental. Jesús quiere que el ciego exprese su deseo y que lo haga con una petición de fe consciente. Nos invita a articular nuestras propias necesidades delante de Dios.

Jesús responde: "Recibe la vista; tu fe te ha salvado". No es un ritual mágico, sino la fe del hombre la que ha activado la gracia de la salvación. La vista física es la manifestación visible de una salvación y sanación más profundas.

El ciego no solo recupera la vista, sino que "lo siguió, glorificando a Dios". Este es el desenlace perfecto de un milagro en el Evangelio: el sanado se convierte en discípulo y se une al camino de Jesús. Ha pasado de estar "al borde del camino" a estar en el camino de la fe.

 

viernes, 14 de noviembre de 2025

Evangelio del 15 de noviembre 2025 Lucas 18, 1-8

 



En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’”. Dicho esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?"

Comentario

La parábola del juez injusto es una de las enseñanzas más claras y directas de Jesús sobre la oración y la justicia

La Clave es la Oración Constante y la Fe.

El Juez Injusto es un hombre que no teme a Dios ni respeta a los hombres. Es la antítesis de un juez justo. Sin embargo, debido a la insistencia inquebrantable de la viuda, él finalmente accede a hacerle justicia, no por bondad, sino para evitar ser molestado y "agotado" por su persistencia.

La enseñanza; es si la persistencia funciona con un ser humano malo, la perseverancia en la oración es fundamental para acercarse a un Dios bueno.

La parábola nos anima a una oración constante y confiada, modelada en la tenacidad de la viuda, con la seguridad de que Dios, a diferencia del juez injusto, es justo, bueno y rápido para atender a sus elegidos.

 

jueves, 13 de noviembre de 2025

Evangelio del 14 de noviembre 2025 Lucas 17, 26-37




En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada”. Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?" Y él les respondió: "Donde hay un cadáver, se juntan los buitres".

Comentario

Este pasaje de Lucas es una enseñanza poderosa ya menudo inquietante de Jesús sobre la venida del Hijo del Hombre (Su segunda venida).

El enfoque principal de este pasaje no es predecir un calendario exacto, sino advertir sobre la actitud de la gente y la necesidad de estar preparados y enfocados ante la inminente llegada del juicio de Dios.

El juicio de Dios viene de forma arrepentida e inesperada, en un momento en que la mayoría de la gente está distraída por las preocupaciones y placeres mundanos, sin prestar atención a las advertencias.

En el día del Señor, la prioridad absoluta debe ser la salvación. No habrá tiempo para ataduras, nostalgia o apego a las posesiones materiales. La fidelidad exige un corazón indiviso.

La venida del Señor será evidente y el juicio se manifestará allí donde la maldad esté lista para ser juzgada.

Conclusión

El mensaje de Lucas es un llamado a la vigilancia constante y a la prioridad radical. Mientras los días continúan "normales", el creyente debe vivir con la conciencia de que el tiempo es limitado, evitando la distracción de los placeres y lazos del mundo, y manteniendo un corazón listo y enfocado en seguir a Jesús. 

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Evangelio del 13 de noviembre 2025 Lucas 17, 20-25

 



En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: "¿Cuándo llegará el Reino de Dios?" Jesús les respondió: "El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allá', porque el Reino de Dios ya está entre ustedes”. Les dijo entonces a sus discípulos: "Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: 'Está aquí' o 'Está allá', pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación".

 

Comentario

 

En este pasaje, Jesús aborda dos temas cruciales y relacionados: la naturaleza del Reino de Dios y el misterio de la Segunda Venida (o Parusía) del Hijo del Hombre.

 

El Reino "Entre Ustedes"

Cuando los fariseos preguntan a Jesús cuándo vendrá el Reino, él aclara que no es un evento político o visible que se pueda señalar en un mapa o calendario.

Esto significa que el Reino no es solo algo futuro, sino que ya se ha iniciado con la presencia y la obra de Jesús. No se trata de un lugar, sino de la presencia de Dios en el mundo y en el corazón de los creyentes.

 

La Venida del Hijo del Hombre.

La venida del Hijo del Hombre será repentina, innegable y universal, como un relámpago que ilumina todo el cielo.

 

Sin embargo, antes de esta manifestación gloriosa, Él debe "padecer mucho y ser rechazado por esta generación” refiriéndose a su Pasión, Muerte y Resurrección. Esta es una condición previa necesaria.

 

En resumen, el pasaje enseña:

 

El Reino de Dios ya está presente de una manera espiritual, a través de Jesús.

La Segunda Venida será un evento claro e inconfundible.

La Pasión y el Sufrimiento de Jesús son esenciales antes de su Glorificación.

martes, 11 de noviembre de 2025

Evangelio del 12 de noviembre 2025 Lucas 17, 11-19

 



En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: "¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!” Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: "¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?" Después le dijo al samaritano: "Levántate y vete. Tu fe te ha salvado".

 

Comentario

 

Los diez hombres, marginados por la sociedad a causa de su enfermedad (la lepra), se mantienen a distancia, como exigía la ley. Su grito, "Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros," es una súplica sincera y desesperada. Este detalle nos enseña:

Necesidad compartida: A pesar de sus posibles diferencias, la miseria de la enfermedad los une en una causa común.

Fe inicial: Demuestran una fe básica al reconocer la autoridad de Jesús para sanarlos.

La Obediencia y la Sanación:

Jesús no los sana instantáneamente con una palabra, sino que les da una instrucción: "Id y presentaos a los sacerdotes." Al ir obedientemente, la sanación ocurre mientras van.

La acción de la fe: La sanación se manifiesta en el acto de la obediencia. La fe no es solo creer, sino también actuar conforme a la palabra de Jesús.

El cumplimiento de la ley: Al pedirles que se presenten ante los sacerdotes, Jesús no solo les da la sanación física, sino que también les devuelve su lugar en la sociedad y la familia, conforme a los requisitos de la Ley de Moisés.

La Ausencia de Gratitud y el Gran Contraste

Lo más impactante del relato es el contraste entre los diez sanados y el uno que regresa.

Solo uno de los diez, y que además era samaritano (un extranjero, un marginado doble), regresa a alabar a Dios en voz alta y a postrarse a los pies de Jesús para darle las gracias.

Sanación vs. Salvación: Los diez fueron limpiados (sanados físicamente), pero solo el samaritano fue salvado (una liberación más profunda y espiritual).

Su acto de gratitud y adoración es la prueba de que su fe era más que una simple creencia en el poder sanador de Jesús; era una relación y un reconocimiento total de quién es Él.

 

Reflexión

 

Este pasaje nos invita a examinar nuestra propia respuesta a las bendiciones de Dios:

¿Somos de los nueve o del uno? ¿Volvemos a dar gracias con la misma urgencia con la que pedimos ayuda?

La gratitud es la culminación de la fe; no es solo un buen modismo, sino la prueba de un corazón transformado.

La salvación está abierta a todos (incluso a los "extranjeros" o marginados, como el samaritano), y se completa cuando la fe se expresa a través del reconocimiento y la alabanza.

lunes, 10 de noviembre de 2025

Evangelio del 10 de noviembre 2025 Lucas 17, 1-6


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo”. Los apóstoles dijeron entonces al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', y los obedecería".

Comentario

Jesús nos advierte que el mal y la tentación serán una realidad constante en el mundo. Advertencia Severa: El foco principal no está en la inevitabilidad de los escándalos, sino en la responsabilidad del que los causa. La imagen de ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello es una hipérbole terrible que subraya la gravedad de hacer que "uno de estos pequeños" (los recién convertidos o los vulnerables) caiga en el pecado o pierda la fe. Un "escándalo" o "tropiezo" es cualquier acto, palabra o circunstancia que lleva a otro a pecar o a alejarse de Dios. Para Jesús, causar daño espiritual a un creyente, especialmente a uno nuevo o débil, es un delito gravísimo. Cuando loa apóstoles piden: "Auméntanos la fe". La respuesta de Jesús: Jesús no les da más fe, sino que les enseña sobre la calidad y el poder de la fe. No se trata de la cantidad, sino de la verdadera fe.

Reflexión

La exigencia del perdón ilimitado es la razón por la que los apóstoles piden fe. Jesús les enseña que la fe, incluso la más pequeña, es el medio divino que nos capacita para cumplir las demandas éticas de su reino que son inalcanzables solo con nuestra propia fuerza. La fe es lo que nos permite trascender nuestra naturaleza herida y perdonar como Dios perdona.

viernes, 7 de noviembre de 2025

Salmo 8


 

Evangelio del 8 de noviembre 2025 Lucas 16, 9-15


 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes? No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”. Al oír todas estas cosas, los fariseos, que son amantes del dinero, se burlaron de Jesús. Pero él les dijo: "Ustedes pretenden pasar por justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones, y lo que es muy estimable para los hombres, es detestable para Dios".

 

Reflexión

 

El núcleo de este pasaje es la correcta administración de los recursos materiales. Jesús no aprueba la deshonestidad del administrador, sino que alaba su astucia y su cumplimiento para asegurar un futuro. La lección para los discípulos es ser igualmente sagaces y previsores, pero para un propósito eterno:

Se anima a los discípulos a usar el dinero y las posesiones de este mundo temporal y fácilmente corrompible para "ganarse amigos" que los reciban en las "moradas eternas". Esto se interpreta comúnmente como usar los bienes materiales en actos de caridad y generosidad que acumulen tesoros en el cielo y aseguren la vida eterna

Jesús advierte: "Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y despreciará al otro. No pueden servir a Dios y al Dinero.

Esta frase exige una elección radical y exclusiva de lealtad. El dinero no es solo un objeto, sino que se personifica como un falso "señor" que exige una devoción que compite directamente con la de Dios. El servicio a uno implica el desprecio del otro.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Evangelio del 7 de noviembre 2025 Lucas 16, 1-8

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: "¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador". Entonces el administrador se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer ahora que me quiten el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan”. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: "¿Cuánto le debes a mi amo?" El hombre respondió: Cien barriles de aceite". El administrador le dijo: "Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta". Luego preguntó al siguiente: "Y tú, ¿Cuánto debes?" Este respondió: "Cien sacos de trigo". El administrador le dijo: "Toma tu recibo y haz otro por ochenta”. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz".

 

Comentario

 

En la parábola del administrador infiel (o astuto) Jesús primera vista, parece alabar una conducta deshonesta, pero el mensaje central no es la alabanza a la injusticia, sino un llamado a la sagacidad y previsión en la vida espiritual.

Jesús anima a sus seguidores, que son los "hijos de la luz", a aplicar una diligencia, seriedad, y previsión similar (o incluso mayor) a la que usan "los hijos de este mundo" para asegurar bienes materiales o favores temporales. Si los mundanos son tan listos para asegurar un futuro terrenal, ¡Cuánto más deben ser los creyentes para asegurar su destino eterno!

La parábola es un llamado a la acción inmediata: usa lo que tienes (dinero, tiempo, talentos, oportunidades) con la misma resolución e ingenio que el administrador infiel, pero con el objetivo de construir tu futuro en el Reino de Dios, es decir, a través de la caridad y la justicia.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Evangelio del 6 de noviembre 2025 Lucas 15, 1-10

 


En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: "Este recibe a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo entonces esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: "Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido". Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: "Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido". Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente".

 

Comentario

 

El pasaje de Lucas 15, 1-10 contiene dos parábolas de Jesús: la de la oveja perdida y la de la moneda perdida. Ambas revelan un mensaje profundo sobre la misericordia y el amor de Dios.

 

Jesús habla a un público que incluye fariseos y escribas, quienes critican que Él se acerque a los pecadores. Con estas parábolas, muestra que Dios no excluye a nadie, sino que busca activamente a quien se ha alejado. Así como el pastor deja las noventa y nueve ovejas para encontrar la que se perdió, o la mujer enciende la lámpara para hallar la moneda extraviada, Dios se alegra inmensamente cuando uno solo de sus hijos se arrepiente y regresa a Él.

 

El mensaje central es la alegría divina del perdón: no se trata de juicio ni de condena, sino de celebración. Lucas subraya que la conversión no es solo un acto humano, sino una experiencia de encuentro con la ternura de Dios, que ama, busca y se regocija por cada persona recuperada.

Reflexión 20251116




 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251116

 

Quienes utilizan la violencia y el poder económico para obtener cuantiosas ganancias se alejan del camino del Señor. El creyente que no secunda ni se subordina ante los delincuentes padece hostigamiento y violencia. Tales dinámicas no solamente ocurrían en los tiempos bíblicos, sino que todavía perduran en nuestro país. La esperanza cristiana que nos comunica el Señor Jesús nos garantiza el auxilio y la asistencia del Espíritu en la hora de la prueba: "todos los odiarán por causa mía". La fidelidad a Jesucristo nunca ha resultado cómoda. Tampoco es producto de nuestro protagonismo heroico. Algo nos corresponde hacer para perseverar en el camino cristiano; sin embargo, conviene recordar siempre que será la presencia del Señor Jesús la que nos mantendrá de pie. La vocación profética y sacerdotal que recibimos en el bautismo se tendrá que traducir en actitudes congruentes. No podemos ser cristianos y participar en las dinámicas de la corrupción y la violencia imperantes.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20251116

 


«Esto quiero decirles, hermanos: el tiempo se ha acortado. En adelante, los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no hubieran adquirido nada; y los que gozan la vida presente, como si no la gozaran. Piensen que todo lo actual está pasando. Yo quisiera verlos libres de preocupaciones. Por lo tanto, ¿qué debe hacer el cristiano? Servirse de este mundo, no servirlo a él. ¿Qué quiere decir esto? Que los que tienen han de vivir como si no tuvieran, según las palabras del Apóstol: "Esto quiero decirles, hermanos: el tiempo se ha acortado. En adelante, los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no hubieran adquirido nada; y los que gozan la vida presente, como si no la gozaran. Piensen que todo lo actual está pasando. Yo quisiera verlos libres de preocupaciones! El que se ve libre de preocupaciones espera seguro la venida de su Señor. En efecto, ¿qué clase de amor a Cristo es el de aquel que teme su venida? ¿No nos da vergüenza, hermanos? Lo amamos y, sin embargo, tememos su venida. ¿De verdad lo amamos? ¿No será más bien que amamos nuestros pecados? Odiemos el pecado, y amemos al que ha de venir a castigar el pecado. El vendrá, lo queramos o no; el hecho de que no venga ahora no significa que no haya de venir más tarde. Vendrá, y no sabemos cuándo; pero, si nos halla preparados, en nada nos perjudica esta ignorancia. Aclamen los árboles del bosque. Vino la primera vez, y vendrá de nuevo a juzgar a la tierra; hallará aclamándolo con gozo, porque ya llega, a los que creyeron en su primera venida» (San Agustín [354-430]. Comentario al Salmo 95, 14.15).

 

DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 16 de noviembre 2025

 



 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Jer 29, 11. 12. 14)

Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se encuentren.

 

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[Brillará para ustedes el sol de justicia.]

Del libro del profeta Malaquías 3, 19-20a

“Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 97

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro Rey. R.

Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R.

 

SEGUNDA LECTURA

[El que no quiera trabajar, que no coma.]

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 3, 7-12

Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”.

Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Lc 21, 28)

R. Aleluya, aleluya.

Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R. Aleluya, aleluya.

 

EVANGELIO

[Si perseveran con paciencia, salvarán sus almas.]

Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.

Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.

Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.

Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

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ORACIÓN DE LOS FIELES:

Pidamos al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones:

1.         Para que el Señor multiplique el número de fieles que –abandonando todas las cosas– se consagren exclusivamente a Él en la vida sacerdotal y religiosa, roguemos al Señor.

2.         Para que Dios conceda a los jefes de las naciones buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.

3.         Para que Dios mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.

4.         Para que el Señor nos dé fuerza para amar incluso a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.

Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, haz que –a través de los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida– mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

Las prendas de la Pascua eterna

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. En quien vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya, en prenda, la vida futura. Porque al poseer las primicias del Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de entre los muertos, esperamos disfrutar eternamente del Misterio Pascual. Por eso, te alabamos con todos los ángeles, y proclamamos tu gloria con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 11, 23-24)

Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán, dice el Señor.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.