Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
jueves, 1 de mayo de 2025
Evangelio del 2 de mayo 2025 Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o
lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales
milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó
allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que
mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: "¿Cómo compraremos pan para que
coman éstos?" Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien
sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Ni doscientos denarios de
pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan". Otro de sus
discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un
muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero ¿qué es eso para
tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se
siente". En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí;
y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los
fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando
de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a
sus discípulos: "Recojan los pedazos sobrantes, para que no se
desperdicien". Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco
panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho,
decía: "Este es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo".
Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de
nuevo a la montaña, él solo.
Reflexión
Quisiera hoy destacar dos pequeños elementos que surgen de nuestro
texto. El primero es la acción de gracias de Jesús. Esto es algo que se ha
perdido mucho en nuestra vida.
Con la mayor naturalidad nos sentamos a comer y nos paramos de la mesa
sin haber agradecido a Dios el don que nos ha dado. Ciertamente es producto de
nuestro trabajo, pero ser agradecidos es don de Dios, pues todos los dones nos
vienen de su generosa mano. El otro elemento en el cual podemos reflexionar es
el de "no ser desperdiciados". Esto parece trivial pero mucha comida
y mucho tiempo se tira a la basura por descuido nuestro. En un mundo en donde
hay miles de gentes que mueren de hambre, o no tienen un trabajo, lo menos que
podemos hacer es no desperdiciar.
Debemos aprender a servirnos lo que vamos a comer y a guardar lo que
sobró para que no se tire. Asimismo no debemos desperdiciar nuestro tiempo, si
verdaderamente lo reconocemos como don de Dios; tirarlo o desaprovecharlo, es
desaprovechar el don de Dios. Esta instrucción de Jesús nos abrirá la puerta no
sólo a la caridad y a la generosidad, sino a valorar lo que tenemos y a usarlo
correctamente.
miércoles, 30 de abril de 2025
Evangelio del 1 de mayo 2025 Juan 3, 31-36
"El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que
viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El
que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto
y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica
que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque
Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en
el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida,
porque la cólera divina perdura en contra de él".
Reflexión
Es interesante el binomio que utiliza San Juan en este pasaje.
Fijémonos que dice: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que
es rebelde al Hijo no verá la vida". De manera que no basta creer, sino
que es necesario obedecer.
Es esencial creer, pero esto es fundamentalmente un don de Dios (pues quién puede creer que un hombre resucitó hace dos mil años y aún está vivo, si no es porque Dios se lo atestigua en el corazón); sin embargo, obedecer es una respuesta libre de nuestra voluntad a la fe en el Resucitado. Jesús nos probó que es Dios resucitando, probémosle que realmente creemos en su resurrección y en él mismo, llevando una vida conforme al Evangelio. Creo que es justo, ¿no?
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250504
«El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus
discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el
único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello,
en cuanto que él sólo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia,
pudo escuchar estas palabras: Te daré las llaves del reino de los cielos.
Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única. De
ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la
universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego,
tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la
Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el
Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Ya
continuación: A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis les quedan retenidos. En este mismo sentido, el Señor,
después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las
apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el
encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de
referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si
se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero
entre los apóstoles. No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde
dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres
veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por
tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.
A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó
el Señor sus ovejas a Pedro» (San Agustín [354-4301 Sermón 295. 1-2.418).
DOMINGO III DE PASCUA Ciclo C Domingo 4 de mayo 2025
LA PESCA MILAGROSA
Hech 5, 27-32. 40-41; Sal 29; Apoc 5. 11-14; Jn 21, 1-19
Juan nos presenta la narración sobre la aparición de Jesús, la cual,
aunque se diferencia de las anteriores por el lugar donde acontece (en Galilea
en vez de Jerusalén), ostenta los mismos rasgos cristológicos. Encontramos la
misma confusión acerca de la identidad de Cristo, el mismo énfasis en la
realidad de su cuerpo resucitado y la misma reacción de alegría al reconocer a
Cristo. Pero aquí se enlazan dichas características cristológicas con otras que
son eclesiológicas (la eclesiología es la parte de la teología cristiana que
estudia el papel de la Iglesia como una comunidad). Entre éstas se destaca la
pesca milagrosa, pues ésta claramente simboliza a la Iglesia que, gracias a la
predicación pascual de los apóstoles, crece de manera
milagrosa. El gran intérprete de la Biblia, San Jerónimo (ca. 342-420),
llegó a sugerir que el número de pescados simboliza la universalidad de la
Iglesia, ya que para la zoología antigua las especies de peces sólo sumaban
ciento cincuenta y tres.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 1-2
Aclama a Dios, tierra entera. Canten todo un himno a su nombre, denle
gracias y alábenlo. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y
rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su
adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo.
Del libro de los Hechos de los apóstoles: 5, 27-32. 40-41
En aquellos días, el sumo sacerdote reprendió a los apóstoles y les
dijo: "Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo,
ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos
responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que obedecer
a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a
quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y
lo ha hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el
perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el
Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen".
Los miembros del sanedrín mandaron azotar a los apóstoles, les
prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron del
sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29,2.4. 5-6. 11-12a. 13b.
R/. Te alabaré, Señor, eternamente. Aleluya.
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos.
Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira
dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la
tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi
duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder y la
riqueza.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 5, 11-14
Yo, Juan, tuve una visión, en la cual oí alrededor del trono de los
vivientes y los ancianos, la voz de millones y millones de ángeles, que
cantaban con voz potente: "Digno es el Cordero, que fue inmolado, de
recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y
la alabanza".
Oí a todas las creaturas que hay en el cielo, en la tierra, debajo de
la tierra y en el mar -todo cuanto existe-, que decían: ''Al que está sentado
en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder, por los
siglos de los siglos".
Y los cuatro vivientes respondían: ''Amén''. Los veinticuatro ancianos
se postraron en tierra y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció de todos los
hombres. R/.
EVANGELIO
Jesús tomó el pan y el pescado y se los dio a los discípulos.
Del santo Evangelio según san Juan: 21, 1-19
En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto
al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón
Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los hijos
de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a
pescar". Ellos le respondieron: 'También nosotros vamos contigo".
Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los
discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿han pescado
algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces él les dijo:
"Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces". Así lo
hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el
Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a
la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros
discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no
distaban de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra vieron unas brasas y sobre ellas un
pescado y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban
de pescar".
Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la
red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres y a pesar de que
eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: "Vengan a
almorzar". y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién
eres?, porque ya sabían que era el Señor.
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado. Ésta fue
la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de
entre los muertos.
Después de almorzar le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo
de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor, tú
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
amas?". Él le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero".
Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me
quieres?". Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por
tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien
sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a
donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y
te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con qué
género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo:
"Sígueme". Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la
muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: Te rogamos, Señor. R/. Te
rogamos, Señor.
Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y
fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba,
donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos
gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos,
roguemos al Señor.
Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda
enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el
hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia
(comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso de las fatigas a los
que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Acrecienta, en nosotros, Padre misericordioso, la luz de la fe, para
que en los signos sacramentales, sepamos reconocer siempre a tu Hijo, que se
manifiesta constantemente a nosotros, sus discípulos, y haz que, llenos del
Espíritu Santo, proclamemos con valentía ante los hombres que Cristo es el
Señor. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y
puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la
felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Restauración universal por el Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo,
nuestra Pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado,
se renueva todo lo que estaba caído y en Cristo se restablece la integridad de
nuestra vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se
desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los
arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 35
Dijo Jesús a sus discípulos: Vengan a comer. Y tomó un pan y lo
repartió entre ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250504
martes, 29 de abril de 2025
Evangelio del 30 de abril 2025 Juan 3, 16-21
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que
todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no
envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por
él. El que crea en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado
por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Reflexión
San Pablo en su carta a los Romanos no sale del asombro en cuanto al
desmedido amor de Dios, pues dice: "Por un hombre bueno alguien estaría
dispuesto a dar su vida, pero Dios probó que nos ama, dando a su Hijo por
nosotros que somos malos".
Su resurrección nos abrió las puertas a la alegría y al gozo, a la
confianza infinita en el amor y el perdón del Padre que nos ha amado, nos ama y
no dejará jamás de amarnos. Y lo mejor es que no puede hacer otra cosa que
amarnos de manera infinita. ¿No sé si te habías dado cuenta del gran amor que
Dios tiene por ti? Te invito a hacerte consciente del gran amor de Dios en tu
vida.
lunes, 28 de abril de 2025
Evangelio del 29 de abril 2025 Juan 3, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "No te extrañes de que te
haya dicho: 'Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y
oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien
ha nacido del Espíritu". Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo puede
ser esto?"
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto?
Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo
que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando
les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las
celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del
cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto,
así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él
tenga vida eterna".
Reflexión
La misma dificultad que encontraba Nicodemo para entender lo que Jesús
le decía es la que encuentran los que, aun siendo bautizados, no tienen una
oración asidua y un trato frecuente con la Escritura.
Tengamos tiempo para Dios, convirtámonos en verdaderos hombres y
mujeres de oración, esto abrirá nuestra inteligencia no sólo al misterio de
Dios, sino a nuestro propio misterio. Si no entiendes muchos de los misterios
de Dios, es quizás porque te está faltando un poco de intimidad con él.
Anímate, el Señor quiere iluminarte y tener un encuentro profundo contigo.
domingo, 27 de abril de 2025
Evangelio del 28 de abril 2025 Juan 3, 1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos,
que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que has venido
de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas
que tú haces, si Dios no está con él".
Jesús le contestó: "Yo te aseguro que quien no renace de lo alto,
no puede ver el Reino de Dios". Nicodemo le pregunto: "¿Cómo puede
nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el
vientre de su madre y volver a nacer?"
Le respondió Jesús: "Yo te aseguro que el que no nace del agua y
del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es
carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya
dicho: 'Tienen que renacer de lo alto'. El viento sopla donde quiere y oyes su
ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido
del Espíritu".
Reflexión
Jesús, dice a Nicodemo, que hay dos maneras de vivir la vida humana:
movido por los impulsos naturales del hombre (vida de acuerdo con la carne), o
movido por la gracia de Dios, por la acción del Espíritu (Vida en el Espíritu).
Para san Pablo esta será la gran novedad del cristianismo.
El hombre ahora puede enfrentar la vida, marcada por el pecado
(personal y social), con la fuerza divina. Mientras el hombre no
"renace" a esta vida, continúa sujeto de sus pasiones, y busca
resolver sus problemas con sus propias fuerzas. El "renacido", es una
nueva creatura en Cristo. Su manera de pensar, de actuar, de dirigir su vida,
está ahora marcada por el poder de Dios, el cual se manifiesta en amor.
Ciertamente, al ser bautizados, esta nueva vida se ha hecho una realidad en
nosotros, pero es necesario que como toda vida: crezca, se desarrolle y dé
fruto.
Abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu. Seamos conscientes
que la muerte no reina más en nosotros y dejemos que el Espíritu Santo crezca y
conduzca nuestra vida.
viernes, 25 de abril de 2025
Evangelio del 26 de abril 2025 Marcos 16, 9-15
Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se
apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios.
Ella fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando
agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo
había visto, no le creyeron.
Después de esto se apareció en otra forma, a dos discípulos, que iban
de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero
tampoco a ellos les creyeron.
Por último se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y
les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían
creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo entonces:
"Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura".
Reflexión
Esta experiencia de los apóstoles continúa siendo la experiencia de
muchos que hoy en día creen en Dios e incluso creen en Jesús, pero no creen que
esté realmente vivo, que sea capaz de cambiar la vida de una persona, que pueda
cambiar nuestra sociedad.
Para ellos, Jesús se ha convertido en una liturgia, en un compromiso de
fin de semana, en un libro, incluso en una oración hecha en los momentos de
dificultad; sin embargo, Jesús es mucho más que eso; es el Señor de la vida.
Realmente para quien acepta su resurrección, su vida se ve transformada de
forma radical. Nuestro Señor nos continúa enviando diferentes mensajeros para
que creamos en su resurrección, en la actualidad de su vida.
Lo grave de esta incredulidad es la apatía para predicar, ya que como
vemos, mientras que los que se habían encontrado con Jesús resucitado no
cesaban de anunciarlo, los apóstoles estaban encerrados lamentándose de la
pérdida. ¡Despierta! Acepta que Jesús está vivo, sal a su encuentro, déjate
llenar por la gracia santificante que brota de su resurrección.
jueves, 24 de abril de 2025
Evangelio del 25 de abril 2025 Juan 21, 1-14
En
aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
(llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los hijos de Zebedeo y
otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le
respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron y
embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba
amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo
reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿han pescado algo?" Ellos
contestaron: "No". Entonces él les dijo: "Echen la red a la
derecha de la barca y encontrarán peces". Así lo hicieron, y luego ya no
podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces
el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el Señor". Tan
pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la
túnica, pues se lo había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos
llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de
tierra más de cien metros.
Tan
pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y
pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban de
pescar": Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla
la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de
que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: "Vengan a
almorzar". Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién
eres?', porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo
dio y también el pescado.
Esta
fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar
de entre los muertos.
Reflexión
Es una
equivocada creencia que a Jesús sólo se le puede encontrar en los templos o en
los momentos de mucha intimidad dentro de la oración. Jesús, hombre de lucha y
de fatiga, se hace presente en nuestros mismos lugares de trabajo.
Aunque
su presencia escapa a nuestra vista, su acción creadora está siempre lista para
ayudarnos en nuestras labores diarias, así, a pesar de que nuestros esfuerzos
no rindieron el fruto esperado, él hará aquello que para nosotros no fue
posible. Sin embargo, debemos estar atentos pues, del mismo modo que dijo a los
discípulos nos dice también a nosotros: tiren de nuevo las redes, pero del modo
que yo les indico.
Cuando
somos capaces de hacer nuestro trabajo de la manera que Jesús nos los indica,
es decir, con generosidad, honradez, esfuerzo, la pesca es siempre abundante, y
no sólo para el pan de nuestras casas, sino para que el mundo crea que Jesús
está vivo ahí, donde todos los días convivimos. Sí, hermanos: Jesús ha
resucitado para estar con nosotros, para actuar en nuestra historia, para
convencer al mundo que el pecado y la muerte han sido vencidos, para
acompañarnos hasta la consumación de los siglos. ¡Aleluya, Aleluya!
miércoles, 23 de abril de 2025
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250427
«¿Qué mejor noticia podemos
dar que ésta: el Salvador ha resucitado? ¿Qué es la Iglesia? El Cuerpo de
Cristo. Añádele la cabeza y tendrás un hombre completo. Cabeza y cuerpo forman
un solo hombre. ¿Quién es la cabeza? Aquel que nació de la Virgen María, que
asumió una carne mortal sin pecado, que fue abofeteado, flagelado, despreciado
y crucificado por los judíos, que fue entregado por nuestros pecados y resucitó
para nuestra justificación. Él es la cabeza de la Iglesia, él es el pan que
procede de aquella tierra. Y, ¿cuál es su cuerpo? Su esposa, esto es, la Iglesia.
Serán los dos una sola carne. Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a
Cristo y a la Iglesia. Así se expresó también el Señor en el Evangelio, cuando
dijo hablando del varón y de la mujer: De modo que ya no son dos, sino una sola
carne. Quiso por tanto que fuesen un solo hombre Dios-Cristo y la Iglesia. Allí
está la cabeza, aquí los miembros. No quiso resucitar con los miembros, sino
antes que ellos, para motivar la esperanza de los miembros. Y si la cabeza
quiso morir, fue para ser el primero en resucitar, el primero en subir a los
cielos, de modo que los demás miembros depositaran la esperanza en su Cabeza, y
aguardaran el cumplimiento en sí mismos de lo que previamente se había
realizado en su cabeza. Pero como se dignó ser la cabeza de la Iglesia, ésta
podría haber desesperado de la propia resurrección, de no haber asistido a la
resurrección de su cabeza. Fue visto primero por las mujeres, quienes se lo
anunciaron a los hombres. Fueron las mujeres las primeras en ver al Señor
resucitado, y el evangelio fue anunciado por las mujeres a los futuros
apóstoles y evangelistas, y por mediación de las mujeres les fue anunciado Cristo....
Evangelio equivale a buena noticia. ¿Qué mejor noticia podemos dar que ésta:
que ha resucitado nuestro Salvador?» (San Agustín [354-430]. Sermón 45 sobre el
Antiguo Testamento).
DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA Ciclo C Domingo 27 de abril 2025
EL SEÑOR JESÚS, FUENTE DE LA VIDA
Hech 5,12-16; Sal 117; Apoc 1,9-11.12-13. 17-19; Jn 20, 19-31
En Juan, se destaca una marcada insistencia cristológica. No es así
simplemente por el mero hecho de que un evangelio es un género literario que se
focaliza en la vida de Jesús. Es así porque Juan escribió su evangelio
"para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios y para
que, creyendo, tengan vida en su nombre" (v. 31). En otras palabras, no es
suficiente que escuchemos que Jesús ha resucitado, como hemos escuchado en casi
todos los evangelios en todas las liturgias empezando por el domingo pasado.
Tenemos que creer en este Jesús resucitado. Por eso, el Evangelio narra el
relato del apóstol Tomás y sus dificultades para creer. Sólo si nos abrimos a
Jesús (y tal apertura es la fe) podremos gozar de los beneficios que manan de
la fuente de la vida eterna.
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 Pe 2, 2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los
haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti
consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en
nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la
excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos
ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor
Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Crecía el número de los creyentes en el Señor.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios en
medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el
pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los
tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de
día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los
enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su
sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los
enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117,2-4.22-24. 25-27a.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la
casa de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al
Señor: "Su misericordia es eterna". R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Éste es el día del
triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre
del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios,
nos ilumine. R/.
SEGUNDA LECTURA
Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 9-11. 12 13.17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino
y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por
haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús. Un domingo
caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que
decía: "Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades
cristianas de Asia". Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi
siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica,
ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí
la mano derecha, me dijo: "No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy
el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los
siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has
visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán
después". Palabra de Dios. Te alabamos Señor
SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin
haberme visto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Ocho días después, se les apareció Jesús.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas
de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se
presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con
ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los
discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús:
"La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los
envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban
el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados;
ya los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al
Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los
clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en
su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y
Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les
dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí
están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no
sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios
mío!". Jesús añadió: "Tú crees porque me has visto; dichosos los que
creen sin haber visto". Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus
discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que
ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo,
tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados
nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos al Señor,
diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección ha vencido la muerte y ha
destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a
las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz
a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida
conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida
verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer
en su triunfo, viven sin esperanza.
A Cristo que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los
pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las
mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los
apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para
celebrar su triunfo.
Señor, Dios nuestro, que cada domingo reúnes a tu pueblo para que
celebre el triunfo de tu Hijo, el primero y el último, el que estaba muerto y
ahora vive por los siglos de los siglos, escucha nuestra oración y danos la
fuerza de tu Espíritu, para que, destruidas las fuerzas del mal, te ofrezcamos,
juntamente con nuestro amor, el obsequio de nuestra obediencia libre. Por
Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados),
para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos
la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo,
nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el
pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la
vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los
clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento
pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.