II DOMINGO DE ADVIENTO
Domingo 7 de diciembre 2014
UN URGENTE MENSAJE DE CONSUELO
Is 40, 1-5. 9-11; 2 Pe 3,8-14, Mc 1,1-8
Los israelitas llevaban varias décadas sumidos en una
dolorosa crisis total, vivían como deportados en Babilonia, sin poder ejercer
sus derechos y sin organizar su vida conforme a sus creencias. El tiempo de la
espera parecía demasiado largo y no aparecían señales de esperanza en el
horizonte inmediato. La debacle de Babilonia y ascenso de Ciro fue leído por el
profeta Isaías como el parteaguas que pondría fin al tiempo de la forzosa
esclavitud. La vuelta a la tierra de los padres se cumpliría con prontitud. La
hora de marchar de regreso a casa había llegado. Indudablemente era una promesa
y una palabra apenas, pero no era cualquier palabra, era una promesa salida de
parte de Dios. En otro contexto y en otras circunstancias aparece Juan
Bautista, animando con un mensaje de consuelo a un pueblo que vive la opresión
dentro de su propia tierra. El profeta del Jordán también ha leído la historia
y avizora que "alguien más fuerte" vendrá a rescatar a Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar
a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu
corazón. No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna
ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de
tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a
gozar de su presencia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Monición.- Dios insiste en consolar a su pueblo que se
haya al borde dela desesperación. Dicha consolación consiste en compadecerse
del desamparado, en hacer que el gozo y la alegría triunfen sobre la tristeza.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro
Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el
tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya
ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados". Una
voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el
páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y
colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane.
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán".
Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para
Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén.
Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: "Aquí está su
Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor
apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y
atenderá solícito a sus madres". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial
Del salmo 84 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y
danos al Salvador.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su
pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en
la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y
la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del
cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra
producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus
pisadas. R/.
Segunda lectura
Monición.-Los primeros miembros del cristianismo se
preguntaban: “¿Por qué el Señor tarda en regresar? El apóstol Pedro les explica
que el futuro está abierto, que la segunda venida del Señor se producirá con
seguridad, pero en un horizonte desconocido.
De la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día
es como mil años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como
algunos suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha
paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan. El
día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos desaparecerán con
gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y perecerá la
tierra con todo lo que hay en ella.
Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta
santidad y entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento
del día del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y
se derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y
esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo
tanto, queridos hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en
que el Señor los halle en paz con Él, sin mancha ni reproche. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Lc 3, 4. 6 R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos,
y todos los hombres verán la salvación de Dios. R/.
Evangelio
Monición.- El evangelio de Marcos nos presenta a Juan el Bautista
como precursor del Mesías. Este pasaje se puede leer como una invitación a que
todo creyente anuncie al mundo que Jesús viene a nosotros.
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 1-8
Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de
Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito:
He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a
preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el camino
del Señor, enderecen sus senderos".
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el
Bautista predicando un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A
él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén;
reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan usaba un vestido
de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de
saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya viene detrás de mí uno que
es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para
desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua,
pero Él los bautizará con el Espíritu Santo". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad. Después
de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.
Por la Iglesia. Que sea portadora de la Buena Noticia del
Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro mundo. Oremos.
Por todos los cristianos. Que vivamos nuestra fe con
autenticidad, que realmente nuestra vida se corresponda con la esperanza que
profesamos. Oremos.
Por todos los pueblos de la tierra. Que podamos avanzar
hacia la paz, la justicia y el bienestar para todos. Oremos.
Por todos nosotros. Que vivamos este Tiempo de Adviento
con intensidad y con el sincero compromiso de preparar los caminos del Señor en
nuestra vida y a nuestro alrededor. Oremos.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y ven a salvarnos. Tú,
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas
y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos
el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I o III de Adviento.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ba 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples
la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te
rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes
a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- De las autoridades
solo hemos recibido promesas que se han repetido tantas veces que se han
desgastado. La dura y cruda realidad las sepulta con toda su carga de violencia
y abusos. No es necesario enlistar el rosario de todos los males sociales que
padecemos desde hace muchos años. Están ahí en el imaginario colectivo como una
herida que no cicatriza. Están tan habituados a darnos "atole con el
dedo" y estamos tan acostumbrados a dejarnos engañar, que parece una
pantomima del absurdo. Sus palabras como dijera Isaías, son una hierba que se
agosta y una flor que se marchita. En cambio, la palabra de Dios se cumple
siempre, pero no sin nuestra colaboración. La mejoría que esperamos no se
afianzará si nos cruzamos de brazos, mirando los deslucidos espectáculos de
futbolistas mediocres o comediantes insulsos. "A Dios rogando y con el
mazo dando", como diría el refrán popular, hace falta vivir para que el
Reino continúe salvándonos.
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