sábado, 13 de diciembre de 2014

III DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B Domingo 14 de diciembre 2014



III DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo B

Domingo 14 de diciembre 2014

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.

No se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA

Primera lectura

Monición.- El profeta Isaías nos presenta los sentimientos de alegría y de gozo del Señor de Israel, que lo ha ungido para anunciar a los pueblos la buena noticia de la salvación.

Del libro del profeta Isaías: 61, 1-2. 10-11
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas. Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Salmo responsorial

Lucas 1 R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. R/.

A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo. R/.


Segunda lectura

Monición- Pablo anima a la comunidad de Tesalónica a que sea fiel a su llamado, porque Dios está de parte de la humanidad y nos llena de alegría.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5, 16-24

Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.


Evangelio

Monición.- El evangelio de hoy es una confesión de Juan el Bautista sobre Jesús. El Precursor tuvo que aclarar que no era él quien había de venir para salvar la humanidad; él tan sólo se reconoce como la voz que clama en el desierto.

Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8. 19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?" Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías". Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿Por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús, luz y esperanza de la humanidad entera. Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.

Para que toda la Iglesia, todos los cristianos, sepamos renovarnos para recibir al Señor que viene a nosotros. Oremos.

Para que en el mundo crezca la justicia y la riqueza no quede en manos de unos pocos, sino que llegue a todos, como es querido por Dios. Oremos.

Para que los padres y madres sean siempre para sus hijos ejemplo de amor mutuo, de generosidad con los pobres y de fe en Jesús. Oremos.

Para que en todas las circunstancias de la vida, pase lo que pase, no dejemos nunca de confiar en el Señor. Oremos.

Ven, Señor, tú que traes la paz y la alegría al mundo. Ven a salvarnos, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I o III de Adviento.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne.







UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Cuando las cifras del INEGI documentan la desigualdad en el ingreso (el 10 % más próspero gana 31 veces más que el 10% menos favorecido), el incremento en la frecuencia de las extorsiones y los secuestros no parece dar mucho resquicio para echar las campanas al vuelo. Los profetas de Israel deletreaban las señales de esperanza y procuraban mantener activo y comprometido a Israel. En nuestros días, la razón parece orillamos al pesimismo, aunque la voluntad nos incite al optimismo. No podemos resignarnos ni darnos por vencidos por más oscuro que parezca el futuro inmediato. Los creyentes sabemos que no estamos solos. La presencia de Jesús resucitado conduce la historia hacia la plenitud, por más lento que nos parezca. La lentitud no proviene de su desinterés o descuido, sino de la apatía y la indiferencia de sus seguidores, que nos hemos refugiado en nuestros particulares intereses y hemos desatendido nuestro compromiso con la comunidad



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