DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO
Ciclo B
Domingo 16 de agosto 2015
VIVIRÁ PARA SIEMPRE
La personificación de la Sensatez o la Sabiduría como una mujer hermosa
que lanza sus pregones para atraer a los jóvenes inexpertos, aparece en
reiteradas ocasiones en el libro de los Proverbios. Ahí ya se habla de un pan y
un vino simbólicos, que no son nutrimento ni bebida, sino la imagen de un bien
más preciado, a saber, la prudencia y la sensatez. El amplio discurso del Pan
de vida que nos ha venido refiriendo el cuarto Evangelio, recurre
indudablemente al lenguaje simbólico. Sin embargo, desde la tradición de
nuestra fe católica, ese pan bajado del cielo no es un símbolo ambiguo, sino
uno que hace referencia a la vida entregada por el Señor Jesús; entrega que
celebramos y reavivamos en cada comida eucarística que celebramos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-1 1
Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu
casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman,
infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y
sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La primera lectura no dice que la sabiduría de Dios es la maestra de la
humanidad y que sencillo la recibe gratuitamente; quien se acerca a ella,
encuentra el camino de la vida.
Del libro de los Proverbios: 9, 1-6
La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete, ha
mezclado el vino y puesto la mesa. Ha enviado a sus criados para que, desde los
puntos que dominan la ciudad, anuncien esto: "Si alguno es sencillo, que
venga acá".
Y a los faltos de juicio les dice: "Vengan a comer de mi pan y a
beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el
camino de la prudencia".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33, 2-3. 10-11. 12-13. 14-15
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me
siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo
aman. El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta.
R/.
Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor. ¿Quieres vivir
y disfrutar la vida? Guarda del mal tu lengua y aleja de tus labios el engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y ve tras ella. R/.
SEGUNDA LECTURA
San Pablo no invita a la “vigilancia”. Lo que más importa es descubrir
en todas las circunstancias la voluntad de Dios e inclusive procurar sacarle
provecho a los momentos difíciles.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 15-20
Hermanos: Tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como
prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos. No
sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios.
No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del
Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos
espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den
continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Jn 5, 56
R/. Aleluya, aleluya.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice
el Señor. R/.
EVANGELIO
En el evangelio, Jesús se ofrece como alimento, afirmando que su carne
es verdadera comida y su sangre verdadera bebida y quien la come y la bebe
tendrá vida eterna.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que
ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que
yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede
éste darnos a comer su carne?"
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del
hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi
carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne
y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado,
posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron
sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que
atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos. R/ Te lo pedimos, Padre.
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están
el servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a
celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de
la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor. R/
Te lo pedimos, Padre.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia
en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que
hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta
para ellos en premio de vida eterna. R/ Te lo pedimos, Padre.
Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera
de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de
todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y
salvos, a sus hogares. R/ Te lo pedimos, Padre.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga
perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de
Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos
guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. R/ Te lo pedimos,
Padre.
Señor Dios, que cada domingo nos invitas como comensales y amigos a tu
mesa, escucha las oraciones de tu Iglesia y fortalece su fe, para que, con
valentía, proclame al mundo la esperanza en la resurrección final y la confianza
de participar en el banquete festivo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso
intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a
ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7
Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu
misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos
gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Hay presencias ausentes que
alientan nuestra existencia. Nuestros antepasados que han fallecido están en
nuestro ADN y en nuestra memoria más íntima de diferentes maneras. Son los
difuntos que jamás fallecen, sino que trascienden la finitud formando eso que
en la fe llamamos: comunión de los santos. Quienes participamos
sacramentalmente del cuerpo y la sangre de Jesucristo estamos participando de
su muerte y su resurrección. Ya no quedamos arrinconados en la pura caducidad
de la vida terrena. Emerge una comunión espiritual profunda entre el comulgante
y el Señor que se entrega. Desde esa profunda espiritualidad podemos robustecer
nuestra existencia cristiana para asumir con mayor generosidad y decisión, los
compromisos que las mil necesidades de hombres y mujeres urgidos de paz,
consuelo y de oportunidades de vida digna nos plantean.
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