viernes, 28 de agosto de 2015

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 30 de agosto 2015



DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo B            
Domingo 30 de agosto 2015


RELIGIÓN PURA Y SIN MANCHA

Existen formas descaradas y sutiles de traicionar la voluntad de Dios. Olvidarse de las exigencias éticas de la alianza con Dios o enterrar los preceptos y valores transmitidos en el Sinaí, es una forma aparentemente discreta de anular la relación de amigable confianza con Dios; por otra parte, interpretar de manera ventajosa las exhortaciones a vivir la compasión con los ancianos y los necesitados, apelando a rebuscadas interpretaciones legalistas, es una burda manipulación de la voluntad de Dios. En este último caso existe un agravante, se conoce el designio de Dios y se le distorsiona, fingiendo cumplirlo. La responsabilidad de quien conoce las entrañas del mensaje cristiano es mucho mayor que quien apenas ha recibido una primera evangelización.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3. 5

Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.


ORACIÓN COLECTA

Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Monición.- Dios le pide a su pueblo que escuche los mandamientos que le va a enseñar. El pueblo se adhiere a la voluntad de Dios expresada en la Ley; porque descubre en ella la presencia divina.

Del libro del Deuteronomio: 4, 1-2. 6-8

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora, Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
No añadirán nada ni quitarán nada a lo que les mando: Cumplan los mandamientos del Señor que yo les enseño, como me ordena el Señor, mi Dios. Guárdenlos y cúmplanlos porque ellos son la sabiduría y la prudencia de ustedes a los ojos de los pueblos. Cuan-do tengan noticias de todos estos preceptos, los pueblos se dirán: 'En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y prudente'.
Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?"
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5

R/. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en sus palabras y con la legua a nadie desprestigia. R/.

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero hora a quienes temen al Altísimo. R/.

Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. R/,


SEGUNDA LECTURA

Monición.- El apóstol Santiago nos pide aceptar la esencia de la vida cristiana: encarnar en la vida la Palabra de Dios que salva y practicarla; de ahí surge el amor al prójimo.

De la carta del apóstol Santiago: 1, 17-18. 21-22. 27

Hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró por medio del Evangelio para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos. Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Sant 1, 18

R/. Aleluya, aleluya.

Por su propia voluntad, el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.


EVANGELIO

Monición.- El evangelio reporta una controversia entre Jesús y los fariseos sobre algunas tradiciones humanas que cumplían al pié de la letra, dejando de lado el mandamiento de Dios.

Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 1-8. 1415. 21-23

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?" (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: "¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos! Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que dé oídos a las súplicas de su pueblo, diciendo: Escúchanos, Señor.
(R/. Escúchanos, Señor.)

Tengamos presente, hermanos, en nuestras oraciones a la Iglesia santa, católica y apostólica, para que el Señor lo haga crecer en la fe, la esperanza y la caridad. Roguemos al Señor.

Oremos también por los pecadores, por los encarcelados, por los enfermos y por los que están lejos de sus hogares, para que el Señor los proteja, los libere, les devuelva la salud y los consuele. Roguemos al Señor.

Oremos también por las almas de todos los difuntos, para que Dios, en su bondad, quiera admitirlos en el coro de los santos y de los elegidos. Roguemos al Señor.

Pidamos también por los que nos disponemos a celebrar la Eucaristía, para que el Señor perdone sus culpas de los que vamos a participar de sus sacramentos, otorgue sus premios a los que ejercerán los diversos ministerios y dé la salvación a todos aquellos por los que ofrecemos nuestro sacrificio. Roguemos al Señor.

Mira, Señor, a tu familia, reunida el domingo para celebrar la resurrección de tu Hijo, y escucha con benevolencia sus súplicas; no permitas que te honremos sólo con los labios, mientras nuestro corazón está lejos de ti, ni que, dejando a un lado el mandamiento de Dios, nos aferremos a la tradición de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 20

Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Una sociedad aficionada al cuidado de la imagen externa, obsesionada por alcanzar la eterna juventud y temerosa del envejecimiento, no sabe apreciar la importancia de la dimensión interna de la persona. El culto a las apariencias y el cuidado de la imagen produce un tipo de persona ligera y sin convicciones. A este propósito cabe recordar que el Señor Jesús enfatiza su propuesta innovadora: es más importante cuidar lo que pasa en el interior que en el exterior. Las acciones fundamentales, las que definen nuestra existencia, brotan de ese centro integrador que es nuestra personalidad. El Evangelio de Jesús es una invitación a renovar permanente ese yo profundo que nos identifica. Tarea exigente, que nunca termina, pero que permite encontrar el sentido pleno de la vida.

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