sábado, 5 de mayo de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180506




UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

En los trágicos sucesos ocurridos el pasado mes de septiembre salió a flote la solidaridad, la gratuidad y la bondad de muchos mexicanos. Sin conocer la identidad de los destinatarios que recibirían los víveres y otras ayudas, la gente se sintió hermanada solidariamente con sus hermanos tocados por la desgracia. Esas expresiones de amor son ejemplares, porque no persiguen ningún interés mezquino. Más aún y desafortunadamente, ocurrió que algunos voluntarios sufrieron maltratos al trasladar los víveres a las poblaciones necesitadas. No obstante, esas lamentables conductas, las situaciones de emergencia continúan; no solamente las directamente derivadas del terremoto, también siguen ahí otras situaciones de emergencia que parecerían normales: la emergencia de la pobreza, la desnutrición y otros efectos de la inequidad social. El amor cristiano no puede ser "flor de un día". El Evangelio nos pide ofrecer frutos duraderos.

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