LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR Ciclo B
Domingo 13 de mayo 2018
PARA SUPERAR EL DESCONCIERTO
El comienzo del libro de los Hechos de los Apóstoles registra la
confusión y el pasmo de los Apóstoles. Están desconcertados, imaginando que la
resurrección de Jesús, desatará una conmoción política, que reavivará el
dominio de Israel sobre el resto de las naciones. Imaginan un nuevo reinado,
semejante al del rey David. Hablan de la restauración del reino de Israel. No
del reino de Dios. Las palabras sí que cuentan, por más que se asemejen. Además
de esta confusión en cuanto a sus expectativas políticas, parecen desentenderse
de sus responsabilidades. Están parados y mirando al cielo. Es necesario
activarse, tendrán que estar alertas para recibir la promesa del Espíritu. En
el cierre del Evangelio de san Marcos, Jesús resucitado enlista una serie de
señales y prodigios, que acompañarán a quienes anuncien el Evangelio. Las
señales que acreditan a los evangelizadores son indispensables.
Misa del Día
ANTÍFONA DE ENTRADA Hch 1, 11
Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo
Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto
marcharse. Aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, rebosar de santa alegría y, gozosos,
elevar a ti fervorosas gracias ya que la ascensión de Cristo, tu Hijo, es
también nuestra victoria, pues a donde llegó él, que es nuestra cabeza,
esperamos llegar también nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 1, 1-11
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que
Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus
instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido.
A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que
estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino
de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de
Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya
les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán
bautizados con el Espíritu Santo".
Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a
restablecer la soberanía de Israel?". Jesús les contestó: "A ustedes
no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su
autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará
de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y
hasta los últimos rincones de la tierra".
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo
ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se
les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
"Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que
los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9
R/. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el
Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su
trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros
cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Hasta que alcancemos en todas sus dimensiones a la plenitud de Cristo
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios. 4,1-13
Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a
que lleven una vida digna del llamamiento que han recibida Sean siempre
humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor;
esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz.
Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es
también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina
sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo
se la ha dado. Por eso dice la Escritura: Subiendo a las alturas, llevó consigo
a los cautivos y dio dones a los hombres.
¿Y qué quiere decir "subió"? Que primero bajó a lo profundo
de la tierra. Y el que bajó es el mismo que subió a lo más alto de los cielos,
para llenarlo todo.
Él fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a
otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para
capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea,
construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la
fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser hombres perfectos,
que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19 20
R/. Aleluya, aleluya.
Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo
estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. R/.
EVANGELIO
Subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16,15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Vayan
por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se
bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los
milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi
nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un
veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos
quedarán sanos". El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y
está sentado ala derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por
todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los
milagros que hacían.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote,
que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las
necesidades de todos los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos,
Señor)
Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su
Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus
fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.
Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la
tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo
conocen, roguemos al Señor
Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne
colocándola cerca de Dios Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades
en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.
Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para
que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejamos cautivar por las
cosas de la tierra, roguemos al Señor.
Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu hijo, y los
has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de
la Iglesia y concédenos lo que, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte Señor, este sacrificio en la gloriosa festividad de la
ascensión, concédenos que por este santo intercambio, nos elevemos también
nosotros a las cosas del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO I DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
El misterio de la Ascensión
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque Jesús, el Señor, el rey de la gloria, vencedor del pecado y de
la muerte, ha ascendido [hoy] ante el asombro de los ángeles a lo más alto del
cielo, como mediador entre Dios y los hombres, como juez de vivos y muertos.
No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido
precedernos como cabeza nuestra para que nosotros, miembros de su Cuerpo,
vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda
de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de
los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia
el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario