viernes, 14 de junio de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190616





En esta época de "verdades alternativas" y de "noticias falsas" estamos más que urgidos de dejarnos conducir por el Espíritu de la Verdad La verdad de la que nos habla Jesús y que nos interpreta el Espíritu no es un catálogo de enunciados teóricos sobre la naturaleza o la historia; es algo más significativo. Es el desvelamiento del sentido último de la existencia. Si lo ejemplificamos con el saber aritmético, podemos decir que éste nos facilita la realización de las operaciones básicas (sumas, restas y demás); sin embargo, el Espíritu nos enseñaría la "aritmética de la vida", es decir, cómo vivir las etapas de la existencia, cómo ser adulto, cómo ser joven; cuánto es realmente necesario comprar; qué tanta agua podemos disponer en una gran ciudad, etc. No es que el Espíritu se entrometa en esos asuntos tan domésticos, sino que nos señala rumbos y actitudes para descifrarlo: empatía, solidaridad, trato amigable con la casa común, confianza en el Padre providente.

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