ESPÍRITU DE COMPUNCIÓN
El profeta Zacarías fue revisado con gran cuidado por los escritores
cristianos, varios de sus anuncios proféticos encajaban con algunas de las
acciones que marcaron la pasión de Jesús. El hombre traspasado por un pueblo
que finalmente se arrepiente de haber provocado esa violencia resulta
significativo. Los cristianos hemos aprendido a entender que, si bien no
participamos en su ejecución, es a causa de nuestra pecaminosidad que Jesús se
entregó. El Señor Jesús anticipa a sus discípulos la existencia de un plan
divino: "el Hijo del Hombre tiene que sufrir mucho". Cuando Jesús
consigue descifrar que el desenlace violento que pondrá fin a su vida no es
resultado de la confabulación de los dirigentes judíos, sino el misterioso
proyecto del Padre, a fin de que irrumpa el reinado de Dios, decide entregarse.
Por eso nos desvela su secreto último: perderla vida, significa ganarla.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido.
Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre,
ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Mirarán al que traspasaron.
Del libro del profeta Zacarías: 12, 10-11; 13, 1
Esto dice el Señor: "Derramaré sobre la descendencia de David y
sobre los habitantes de Jerusalén, un espíritu de piedad y de compasión y ellos
volverán sus ojos hacia mí, a quien traspasaron con la lanza. Harán duelo, como
se hace duelo por el hijo único y llorarán por él amargamente, como se llora
por la muerte del primogénito.
En ese día será grande el llanto en Jerusalén, como el llanto en la
aldea de Hadad-Rimón, en el valle de Meguido". En aquel día brotará una
fuente para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, que los purificará
de sus pecados e inmundicias. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 62, 2abc. 24-4.5-5.8-9
R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu
santuario. Pues mejores tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán
mis labios. R/.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De
lo mejor se saciará mi alma. Te alabaré con jubilosos labios. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 3, 26-29
Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús,
pues, cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han
revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre
esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo
Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la
herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
EVANGELIO
Tú eres el Mesías de Dios — Es necesario que el Hijo del hombre sufra
mucho.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9,18-24
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar
solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy
yo?". Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista;
otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos profetas que ha
resucitado".
Él les dijo: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Respondió
Pedro: "El Mesías de Dios". Él les ordenó severamente que no lo
dijeran a nadie. Después les dijo: "Es necesario que el Hijo del hombre
sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los
escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: "Si alguno quiere
acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga.
Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la
pierda por mi causa, ése la encontrará". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESION DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su
ayuda salvífica respondiendo: Escúchanos, Señor.
Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por
todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor.
Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los
estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.
Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan
en nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que
cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.
Escucha, Padre de misericordia, las oraciones de tu pueblo y haz que
seamos fieles discípulos de aquella sabiduría que reconoce como único maestro a
Cristo elevado sobre la cátedra de la cruz, para que, fieles a sus enseñanzas,
aprendamos a vencer las tentaciones y el miedo que germinan en nosotros y
arraigan en el mundo, y caminemos con paso decidido hacia la vida eterna por el
camino de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y
concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable
afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su
tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa
Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo
recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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