EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
El libro de los Proverbios nos regala un hermoso
himno en el que aparece la Sabiduría personificada. Doña sensatez pregona sus
dones, explica su misión y se presenta como auxiliar eficiente de Dios desde el
comienzo del universo: "cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo
estaba junto a él, como aprendiz". Para nosotros los cristianos,
Jesucristo es la Sabiduría del Padre, la Palabra hecha carne que nos revela el
camino de la plena humanización. En este pasaje del Evangelio de san Juan, el Señor
Jesús nos presenta al Espíritu como intérprete de la Verdad, como el maestro
interior que nos guía y nos enseña a discernir. La misión del Espíritu no
implica comunicar contenidos teóricos o nuevas verdades religiosas. El
revelador es Jesús. El Espíritu nos actualiza las implicaciones del mensaje de
Jesucristo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
porque ha tenido misericordia con nosotros.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de
verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio
admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria
de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Antes de que existiera la tierra, la sabiduría ya
había sido engendrada.
Del libro de los Proverbios: 8, 22-31
Esto dice la sabiduría de Dios: "El Señor me
poseía desde el principio, antes que sus obras más antiguas. Quedé establecida
desde la eternidad, desde el principio, antes de que la tierra existiera. Antes
de que existieran los abismos y antes de que brotaran los manantiales de las
aguas, fui concebida.
Antes de que las montañas y las colinas quedaran
asentadas, nací yo. Cuando aún no había hecho el Señor la tierra ni los campos
ni el primer polvo del universo, cuando él afianzaba los cielos, ahí estaba yo.
Cuando ceñía con el horizonte la faz del abismo, cuando colgaba las nubes en lo
alto, cuando hacía brotar las fuentes del océano, cuando fijó al mar sus
límites y mandó a las aguas que no los traspasaran, cuando establecía los
cimientos de la tierra, yo estaba junto a él como arquitecto de sus obras, yo era
su encanto cotidiano; todo el tiempo me recreaba en su presencia jugando con el
orbe de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres-.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 8, 4-5.6-7.8-9
R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la
luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que
de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los
ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras
de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas,
todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que
recorren los caminos de las aguas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Vayamos a Dios por Cristo mediante el amor que nos
ha infundido el Espíritu Santo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5,
1-5
Hermanos: Ya que hemos sido justificados por la fe,
mantengámonos en paz con Dios, por mediación de nuestro Señor Jesucristo. Por
él hemos obtenido, con la fe, la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos
encontramos; por él, podemos gloriarnos de tener la esperanza de participar en
la gloria de Dios.
Más aún, nos gloriamos hasta de los sufrimientos,
pues sabemos que el sufrimiento engendra la paciencia, la paciencia engendra la
virtud sólida, la virtud sólida engendra la esperanza, y la esperanza no
defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del
Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ap 1, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al
Dios que es, que era y que vendrá. R/.
EVANGELIO
Todo lo que tiene el Padre es mío. - El Espíritu
recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.
Del santo Evangelio según san Juan. 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden
comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando
hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que
haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará,
porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho
que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por
Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos
inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima
Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)
Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del
Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella
tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la
felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.
Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo
hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al
suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.
Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al
mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes,
salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
Para que los que conocemos el misterio de la vida
íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes
lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios,
que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Que te glorifique, Dios nuestro, tu iglesia, al
contemplar el misterio de tu sabiduría con la que has creado y configurado el
mundo; tú que, por medio de Jesucristo, nos has justificado y en tu Espíritu
Santo nos has santificado, escucha la oración de tu pueblo y haz que alcancemos
el conocimiento dela verdad plena y te adoremos a ti, que eres amor, verdad y
vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor,
estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua
oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de la Santísima Trinidad
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo
Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la
trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo
revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin
diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y
eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo
ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y
todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en
sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra
profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos
aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario