domingo, 16 de mayo de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210516

 

La sociedad contemporánea exige la perfección. Si uno no ostenta el cuerpo de un modelo, la fuerza de un atleta profesional, el dinero de un grande empresario y las opiniones de moda, es castigado sin piedad en los círculos sociales. Parece que algunos existen únicamente para chismear acerca de las imperfecciones de los demás. Como el Papa Francisco ha lamentado, el chisme cierra nuestros corazones a nuestros semejantes y desgarra la unidad de nuestras comunidades. En contraste con las exigencias contemporáneas, Dios se compadece de la imperfección humana. Evidentemente, prefiere a los seres humanos que no se creen perfectos, que no esconden sus limitaciones, e intentan ser mejores y trabajar junto con Dios. Por eso, Jesús ha escogido como sus apóstoles a esas personas imperfectas, pero abiertas. También por eso, nos ha escogido a nosotros.

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