viernes, 27 de abril de 2012

LA CONVERSION DE SAN PABLO, APOSTOL





A partir de la aparición de Cristo resucitado al fariseo Saulo y su conversión total, Saulo es otro totalmente diferente y toma grandes decisiones; abandonó todo por amor a Cristo, abandonó a su familia, renunció a su orgullo de raza, a su carrera profesional, a sus aspiraciones, a su fanatismo farisaico, a sus amigos y parientes judíos. Todo esto, comparado con Jesús, lo consideró como basura.

En cambio ganó todo; una verdadera vida por su incorporación en Cristo, creyendo en El y pidiendo el Bautismo; ganó una absoluta claridad sobre su futuro papel de testigo de Cristo; ganó una nueva visión del Cristo místico que vive en cada uno de los hermanos bautizados.

La conversión radical de San Pablo fue en un solo momento, un fruto de la gracia del Señor, fruto que otros hombres consiguen a lo largo de muchos años.
El “Apóstol de los Gentiles” reconoce que no hay salvación ni justificación por la ley mosaica ni por ninguna otra tradición o institución humana, sino sólo por la nueva vida de Cristo; pero este Señor crucificado y resucitado no sólo debe vivir y reinar dentro de nosotros, sino en la Iglesia, que consecuentemente debe ser misionera y; con celo infatigable, trabajar en la evangelización de todos los hombres y pueblos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario