NATIVIDAD DEL SEÑOR Ciclo C
Viernes 25 de diciembre 2015
MISA DEL DÍA
¡YA REINA TU DIOS!
Quienes confesamos que el nacimiento de Jesús es la
evidencia de que Dios reina en medio de su pueblo, no somos nostálgicos del
régimen monárquico, ni suspirantes de alguna teocracia, ni de otra forma de
dictadura religiosa. En el entendido que el sistema democrático es un antídoto
relativamente eficaz para contener los abusos de los fuertes en contra de los
débiles, celebramos el nacimiento de Jesús como el evento que despierta y
reaviva nuestra disponibilidad para trabajar por otro mundo posible. La esperanza
cristiana no se ha devaluado, lo que está devaluado es el respeto por la vida
humana en todas sus formas: personas que padecen la violencia criminal, la
ineptitud de los gobernantes, la escasez de oportunidades y otros tantos males,
no pueden resignarse. El Dios que reina en medio de su pueblo, nos aguijonea
para que vinculemos la fe con la vida y documentemos que la fe es un
estimulante suficiente para intentar la mejora de nuestra comunidad.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre
sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que de manera admirable creaste la naturaleza
humana y, de modo aún más admirable, la restauraste, concédenos compartir la
divinidad de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. Él, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro
Dios.
Del libro del profeta Isaías 52, 7-10:
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que
anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación,
que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan
alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a
su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de
todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro
Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 1.2-3ab. 3cd-4. 5-6
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las
naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia
Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios.
Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos.
Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.
De la carta a los hebreos 1, 1-6:
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el
pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos,
nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las
cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen
fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. Él
mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la
diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los
ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo,
yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y
él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a
su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones,
y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
EVANGELIO
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre
nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel
que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con
Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó de
cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz
brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste
vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por
medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a
todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido
hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos
los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que
creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la
carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre
nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del
Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de Él, clamando: "A
éste me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene precedencia
sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia.
Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad
vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que
está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra..., todos se
arrodillan.
PROFESIÓN DE FE
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que sea aceptable ante ti, Señor, la oblación de la presente
solemnidad, por la que llegó a nosotros tu benevolencia para nuestra perfecta
reconciliación y nos fue concedido participar en plenitud del culto divino. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio de la Navidad I
Cristo es luz
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu
gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a
Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible. Por eso, con los
ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar
el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 97, 3
Los confines de la tierra han contemplado la salvación que
nos viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, que el Salvador del mundo,
que hoy nos ha nacido, puesto que es el autor de nuestro nacimiento a la vida,
también nos haga partícipes de su inmortalidad. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
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