viernes, 4 de diciembre de 2015

DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 6 de diciembre 2015



DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C
Domingo 6 de diciembre 2015


EL PROTAGONISMO DE DIOS


El profeta Baruc anuncia el comienzo de la restauración para los israelitas que fueron humillados y deportados en tierra extranjera. Dios aparece como sujeto de las acciones principales que nos refiere el oráculo. Dios devuelve, manda y conduce la victoria para su pueblo. Indudablemente no se tratará de una manifestación sensible de Dios en la historia humana. La lógica de la historia de salvación siempre se construye a través de mediaciones, es decir, a través de hombres y mujeres bien dispuestos, que participan generosamente en la trama de los acontecimientos, y que van realizando los cambios palpables que mejoran la vida de la comunidad. En ese sentido la amplia contextualización histórica que hace san Lucas para presentar el comienzo de la predicación de Juan Bautista, así lo demuestra. La llamada a la conversión atraviesa y afecta las condiciones históricas y sociales impuestas por Roma en medio de Israel.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30

Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su presencia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios mostrará su grandeza.

Del libro del profeta Baruc 5, 1-9:

Jerusalén, despójate de tus vestidos de luto y aflicción, y vístete para siempre con el esplendor de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y adorna tu cabeza con la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: "Paz en la justicia y gloria en la piedad".
Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla a tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del espíritu, gozosos porque Dios se acordó de ellos. Salieron a pie, llevados por los enemigos; pero Dios te los devuelve llenos de gloria, como príncipes reales.
Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas, que se rellenen todos los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. Los bosques y los árboles fragantes le darán sombra por orden de Dios. Porque el Señor guiará a Israel en medio de la alegría y a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su justicia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.

Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!" Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.

Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.


SEGUNDA LECTURA

Manténganse limpios e irreprochables para el día de Cristo.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 4-6. 8-11

Hermanos: Siempre que pido por ustedes, lo hago con gran alegría, porque han colaborado conmigo en la causa del Evangelio, desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de que aquel que comenzó en ustedes esta obra, la irá perfeccionando siempre hasta el día de la venida de Cristo Jesús.
Dios es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el amor entrañable con que los ama Cristo Jesús. Y ésta es mi oración por ustedes: Que su amor siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la justicia, que nos viene de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO  (Cfr. Lc 3, 4. 6)

R/. Aleluya, aleluya.

Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán la salvación de Dios. R/.


EVANGELIO

Todos verán la salvación de Dios.

Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 1-6

En el año décimo quinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanias, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.
Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías:
Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)

Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.

Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor.

Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.

Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor.

Señor Dios, grande en el amor, que llamas a los humildes al esplendor de tu reino, escucha nuestra oración y endereza nuestro camino hacia ti; abaja los montes elevados de nuestra soberbia, para que celebremos con fe ardiente la venida de Jesucristo, tu hijo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO
I de Adviento

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Bar 5, 5; 4, 36)

Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- ¿Cómo aprender a descubrir la presencia de Dios en las condiciones tan difíciles que enfrentamos actualmente en nuestro país? No parece tarea fácil, pero no por eso debemos desentendernos del asunto, a reserva de incurrir en un abandono expreso de nuestro compromiso de creyentes. La serie de problemas que nos agobian no son ajenos a nuestra responsabilidad. De alguna manera son la evidencia de que las estrategias evangelizadoras no han sido adecuadas para sostener de manera congruente la fe de las personas. La denuncia formulada hace medio siglo por el Concilio Vaticano II sigue vigente, es decir, existe una brecha muy honda que separa la fe de la vida. La sociedad necesita de razones para aprender a confiar y a esperar. Los que confesamos que el Mesías Jesús está con nosotros, tenemos una responsabilidad histórica: dar los primeros pasos en dirección a la renovación de las familias y las instituciones.

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