viernes, 11 de diciembre de 2015

DOMINGO III DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 13 de diciembre 2015



DOMINGO III DE ADVIENTO Ciclo C
Domingo 13 de diciembre 2015


La correlación entre el cierre de Sofonías y el comienzo de la predicación profética de Juan Bautista es manifiesta. Sofonías anuncia que el tiempo de la tiranía y la opresión han cesado y que no habrá más opresión ni abusos en Jerusalén. Dios mismo arbitrará en los conflictos entre las personas vulnerables y los dueños del poder. Ese reordenamiento de las relaciones sociales, nacerá de la conciencia colectiva de los israelitas que reconozcan a Dios como el verdadero Señor. Ese mismo tema recurre en el diálogo que sostienen los israelitas inquietos, que se acercan a Juan Bautista, pidiéndole que les instruya acerca de las consecuencias directas del llamado a la conversión. Ya no habrá lugar para el abuso de poder ni para la indiferencia. El autocontrol de los gobernantes y la solidaria y generosa compasión con los necesitados, será la forma concreta de vivir la conversión nacida del corazón.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5

Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor se alegrará en ti.

Del libro del profeta Sofonías 3, 14-18:

Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal.
Aquel día dirán a Jerusalén: "No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6

R/. El Señor es mi Dios y salvador.

El Señor es mi Dios y salvador, con Él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R/.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R/.

Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con ustedes. R/.


SEGUNDA LECTURA

El Señor está cerca.

De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 4-7

Hermanos míos: Alégrense siempre en el Señor; se lo repito: ¡alégrense! Que la benevolencia de ustedes sea conocida por todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18)

R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres: R/.


EVANGELIO

¿Qué debemos hacer?

Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: "¿Qué debemos hacer?" Él contestó: "Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo". También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: "Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?" Él les decía: "No cobren más de lo establecido". Unos soldados le preguntaron: "Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?" Él les dijo: "No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario". Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: "Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue".
Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: (R/. Ven Señor Jesús.)

Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor. R/

Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor. R/

Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor. R/

Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor. R/

Escucha nuestra oración, Señor, Dios todopoderoso, y renuévanos con el fuego de tu Espíritu Santo; haz que, avanzando por las sendas de tus mandatos, anunciemos a todos los hombres la alegre noticia de la venida de tu Hijo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO
I de Adviento

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El final del libro de Sofonías nos comunica una sensación de confianza incomparable. Los sucesos que evoca todavía no se cumplen, sin embargo, la firmeza con que anuncia su futura realización, le permite nombrarlos como si estuviesen cumplidos. La mejor manera de sobreponerse al desánimo social que nos afecta, es imaginando que las cosas serán totalmente distintas; de esa manera se dispone del ánimo para comenzar el proceso de cambio. Cuando un pueblo se cuestiona, acerca de lo que tiene que hacer, como se lo preguntaron prácticamente todos los grupos religiosos en tiempos de Juan Bautista, la sociedad se acerca a la ruta de salida. El ánimo honesto de quien busca salidas al desorden vigente, es más benéfico que la postura autosuficiente de quienes creen tener todas las respuestas en la mano. La humildad y la sensatez también son indispensables para que ciudadanos y gobernantes mejoremos a nuestra sociedad.

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