DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C
Domingo 4 de
septiembre 2016
LOS PENSAMIENTOS MEZQUINOS
El autor de la carta a la Sabiduría no teme formular un
juicio sumario sobre el proceder de los mortales. Afirma sin matices que
nuestros pensamientos son mezquinos. La mezquindad como escasa generosidad,
hace que uno se pase la vida mirándose al ombligo. En ese sentido el llamado
exigente del Señor Jesús para quienes se disponen a ser sus discípulos, implica
una generosidad y nobleza especiales. Es necesario relativizar los vínculos
familiares, las relaciones ventajosas, la búsqueda de beneficios materiales y
la comodidad. Quien siga a Jesús estará expuesto a maltratos, carencias
materiales y malentendidos aún de parte de la propia familia. Quien se decida a
seguirle, como bien lo asienta Jesús a través de sendas comparaciones, tendrá
que pensarlo bien, calcular las propias fortalezas, antes de que resulte
imposible dar marcha atrás.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate
bondadoso con tu siervo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama
el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te
glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, de quien nos viene la redención y a quien
debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas,
para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la
herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios?
Del libro de la Sabiduría: 9, 13-19
¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios?
¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos
de los mortales son inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse, porque un
cuerpo corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos
entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a
duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá descubrir
lo que hay en el cielo? ¿Quién conocerá tus designios, si tú no le das la
sabiduría, enviando tu santo espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría lograron los hombres ende-rezar sus
caminos y conocer lo que te agrada. Sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor,
los que te agradaron desde el principio.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 R/. Tú eres, Señor,
nuestro refugio.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los
mortales que retornen. Mil años para ti son como un día que ya pasó; como una
breve noche. R/.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la
hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se
seca. R/.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta
cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida
toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras y tu
gloria. R/.
SEGUNDA LECTURA
Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano amadísimo.
De la carta del apóstol san Pablo a Filemón: 9-10. 12-17
Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además,
prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en favor de
Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo aquí, en la cárcel.
Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Yo hubiera querido
retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera, mientras estoy preso por
la causa del Evangelio. Pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento,
para que el favor que me haces no sea como por obligación, sino por tu propia
voluntad.
Tal vez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de
que lo recuperaras para siempre, pero ya no como esclavo, sino como aleo mejor
que un esclavo, como hermano amadísimo. Él ya lo es para mí. ¡Cuánto más habrá
de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo!
Por lo tanto, si me consideras como compañero tuyo, recíbelo como a mí mismo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 135
R/. Aleluya, aleluya.
Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir
tus mandamientos. R/.
EVANGELIO
El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi
discípulo.
Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y
él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: "Si alguno quiere seguirme y
no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus
hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el
que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no
se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No
sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los
que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre comenzó a
construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero
a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que
viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le
enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz. Así pues,
cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi
discípulo".
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DEFE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y
atienda a nuestras peticiones. Digamos: Te rogamos, Señor. R/. Te rogamos,
Señor.
Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda
la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos,
roguemos al Señor.
Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre
las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre
todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al señor.
Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de
todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las
prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al
Señor.
Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el
fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admite en el reino de la
felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Señor, Dios todopoderoso y eterno, que sabes que apenas
conocemos las cosas de la tierra y con trabajo descubrimos el rastro de las del
cielo, escucha nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu Espíritu, para
que, como verdaderos discípulos de tu Hijo, llevemos nuestra cruz de cada día
y, unidos a él, sigamos fielmente tus caminos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz,
concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al
participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de
salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3
Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta,
mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y
vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera
tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su
vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- En una época donde las
lealtades escasean resulta complicado vivir como discípulo congruente de Jesús.
Uno piensa que puede combinar el agua con el aceite, los propios intereses
mezquinos con la benevolencia del Padre; sin embargo, uno se va dando cuenta
que no es posible. Es necesario tomar opciones, que casi siempre son dolorosas,
pero que son necesarias para vivir con la frente en alto, honrando la fe
cristiana y la opción de vivir como discípulo de Jesús. No es posible profesar
el Evangelio y formar parte de procesos de corrupción, de contrabando y trata
de personas y de tantos otros males sociales, que afean y lastiman la dignidad
humana. Las condiciones que Jesús planteó a los discípulos en Galilea, reclaman
atender con especial cuidado los intereses de Dios, que no son otros, que la
atención y la compasión con los más débiles de nuestra sociedad.
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