LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO
Domingo 25 de diciembre 2016
Misa del día
EL HERALDO QUE ANUNCIA LA PAZ
El autor del prólogo de san Juan
no anda con medias tintas, no gusta de formular declaraciones diplomáticas ni
de congraciarse con la opinión mayoritaria. Confiesa sus convicciones de forma
contundente y por eso niega que alguien más allá de Jesús haya visto a Dios.
Solamente el Hijo de Dios, Jesús, es quien ha conocido y conoce para siempre la
intimidad del Padre. Solamente Jesús nos puede revelar el rostro de Dios. Jesús
es el verdadero heraldo que anuncia la paz con justicia. Quien atienda y cumpla
la palabra que Jesús nos comunica vivirá como constructor de la paz verdadera.
Quien siga a Jesús, construirá la paz verdadera, aunque en ocasiones lastime
los intereses de los poderosos y perturbe los anhelos de las personas egoístas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 9, 5
Un niño nos ha nacido, un hijo se
nos ha dado; lleva sobre sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran
consejo.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que de manera
admirable creaste la naturaleza humana y, de modo aún más admirable, la
restauraste, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó compartir
nuestra humanidad. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La tierra entera verá la
salvación que viene de nuestro Dios.
Del libro del profeta Isaías: 52,
7-10
¡Qué hermoso es ver correr sobre
los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena
nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la
voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor,
que retorna a Sión. Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén,
porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su
santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la
salvación que viene de nuestro Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 1. 2-3ab. 3cd-4.
5-6
R/. Toda la tierra ha visto al
Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.
R/.
El Señor ha dado a conocer su
victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado
Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con
júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del
arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor,
nuestro rey. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos ha hablado por medio de
su Hijo.
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y de
muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los
profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien
constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la
gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su
palabra poderosa. Él mismo, después de efectuar la purificación de los pecados,
se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más
encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como
herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le
dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios:
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje,
cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles
de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para
nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una
gran luz sobre la tierra. R/.
EVANGELIO
Aquel que es la Palabra se hizo
hombre y habitó entre nosotros.
Del santo Evangelio según san
Juan: 1, 1-18
En el principio ya existía aquel
que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en
el principio Él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por
Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz
de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la
recibieron.
Hubo un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la
luz.
Aquel que es la Palabra era la
luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo
estaba; el mundo había sido hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo
conoció.
Vino a los suyos y los suyos no
lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a
ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la
sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron
de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo
hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le
corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio
de Él, clamando: "A éste me refería cuando dije: 'El que viene después de
mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido
todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras
que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto
jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha
revelado.
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
A las palabras: Y por obra...,
todos se arrodillan.
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que sea aceptable ante ti, Señor,
la oblación de la presente solemnidad, por la que llegó a nosotros tu
benevolencia para nuestra perfecta reconciliación y nos fue concedido
participar en plenitud del culto divino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio de la Navidad I
Cristo es luz
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque gracias al misterio de la
Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo
resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de
lo invisible. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal
97, 3
Los confines de la tierra han
contemplado la salvación que nos viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso,
que el Salvador del mundo, que hoy nos ha nacido, puesto que es el autor de
nuestro nacimiento a la vida, también nos haga partícipes de su inmortalidad.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Puede utilizarse la fórmula de
bendición solemne, p. 592 (599).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- No han faltado los críticos de la religión que han acusado a los
creyentes de vivir en un mundo ilusorio, cargado de falsos mensajes de sumisión
resignada. Probablemente en ocasiones hemos permitido que consuelos vanos, nos
sirvan de excusa para desentendernos del compromiso de cambiar en serio nuestra
vida y de asumir a la vez, el compromiso de ser agentes de cambio social. En
esta sociedad tan lastimada por la brutalidad, la corrupción, la inequidad, el
consumismo y tantos otros males, no podemos resignarnos ni darnos por vencidos.
El nacimiento de Jesús sigue reavivando nuestra confianza en Dios y en la
humanidad. Jesús es hombre como nosotros, todo cuanto ocurre en la esfera
humana le interesa. Por esa solidaria inserción en nuestra humanidad, Jesús nos
anima a asumir nuestras responsabilidades con determinación, sabiendo que Él
está con nosotros para auxiliamos en nuestra misión como servidores de la paz.
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