viernes, 16 de diciembre de 2016

DOMINGO IV DE ADVIENTO Ciclo A Domingo 18 de diciembre 2016



DOMINGO IV DE ADVIENTO Ciclo A

Domingo 18 de diciembre 2016


ASÍ NACIÓ JESÚS, EL MESÍAS


La certidumbre más profunda que Israel aprendió, permanece registrada en ese hermoso nombre conocido y amado por los cristianos que leían el Evangelio de san Mateo: Emmanuel. Dios está con nosotros, camina a nuestro lado y conoce nuestros afanes más íntimos. Israel aprendió a descubrir las señales de la presencia amorosa de Dios en su historia. Ninguna tan explícita y plena como la de Jesús, hijo de María, que vivió amando a sus hermanos de la misma manera que Dios ama. El relato del nacimiento de Jesús es la confesión de fe de los primeros cristianos acerca de la filiación divina de Jesús. Él es engendrado por la fuerza del Espíritu, en su persona resplandece con total transparencia la humanidad nueva. Jesús, Verbo de Dios es el hombre nuevo: es nuevo porque procede de Dios; es humano porque fue gestado en el vientre de María, la mujer fiel de Nazaret.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8

Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

He aquí que la virgen concebirá.

Del libro del profeta Isaías: 7, 10-14

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 23, 1-2.3-4ab.5-6

R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.

Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.


SEGUNDA LECTURA

Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios, nació del linaje de David.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.
Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre.
Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 1, 23 R/. Aleluya, aleluya.
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. R/.


EVANGELIO

Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David.

Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente: (R/. Ven Señor Jesús.)

Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.

Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.

Para que las fiestas del nacimiento del Señor, alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.

Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.

Señor, Dios, que has mostrado la gratuidad y la fuerza de tu amor eligiendo las entrañas purísimas de María para revestir de carne mortal a tu Hijo, escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente tu Verbo, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

Prefacio de Adviento II

La doble espera de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo señaló después entre los hombres. Él es quien nos concede ahora preparamos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontramos así cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


 ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14

Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos tae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-Un creyente comprende claramente que la dinámica de la fe implica asumir responsabilidades. No es Dios quien debe "comprobar" su existencia, ni documentar de manera autoritaria su voluntad. La relación de fe implica confianza y ésta no es el fruto de un silogismo, sino del libre encuentro de dos personas que se abandonan recíprocamente una en la otra. Acaz no fue capaz de confiar en la amigable presencia de Dios, mientras que María, la madre del Señor Jesús, sí logró acoger el demandante llamado a ser madre del Emmanuel, sin estar viviendo aún con José, su prometido. Como testigos de la fe, no podemos exigir que las personas reciban sin vacilar la palabra de Dios. Nuestro compromiso consiste en ser señales creíbles del amor de Dios. Quien conoce a Dios, ama, escoge y asume los valores y preferencias de Dios.


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