sábado, 23 de septiembre de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20170924.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

20170924.- Las experiencias de fe no son un asunto comparable a la administración de negocios. Ni Dios es contador, ni los creyentes somos empleados. La parábola de −El Propietario de la viña− es apenas un lenguaje simbólico para ayudarnos a entender algo más profundo. El amor de Dios se despliega de manera misteriosa. No conseguimos entender por qué razón algunas personas reciben tantos beneficios aparentemente, mientras que otras, parecen olvidadas de la mano de Dios. El bienestar económico, la calidad educativa, la protección social y la seguridad jurídica que disfruta una parte de la humanidad, se le regatea sin compasión a la otra. El papa Francisco no comprende que se rescaten los bancos con sumas cuantiosas, mientras que no se realizan los esfuerzos suficientes para rescatar a miles de migrantes que sufren y mueren no sólo en el Mediterráneo, sino también en nuestro país. El cuidado por los últimos no es sólo asunto de Dios, sino que debiera serlo también de aquellos que lo confesamos como Señor. No se puede voltear la cara al dolor de los migrantes y recitar el Padre Nuestro al día siguiente.

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