viernes, 12 de febrero de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200214

 

A veces, por motivos médicos, los enfermos deben estar separados de sus familias. Cuando reciben visitas de sus seres queridos, éstos pueden sentir aprehensión de acercárseles. Efectivamente, hay personas que no tocan a los enfermos por miedo de contagiarse, aun cuando no existe el riesgo de transmisión. Al más extremo, puede sucederle lo que la filósofa francesa, Simone Weil, observó: así como algunos pollos atacan a pollos que han caído en el suelo por un infortunio, algunas personas sanas atacan a los enfermos, insinuando que merecen su enfermedad. En oposición a estas actitudes, tenemos el ejemplo de Jesús. El Señor siempre mostró compasión hacia los enfermos, y aún enojo contra una sociedad que los maltrataba. No los excluyó de contacto físico humano, sino que actuó para ayudarlos. En este mes dedicado de manera especial a los enfermos, debemos hacer lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario