miércoles, 31 de marzo de 2021

¿Qué se celebra el Jueves Santo?



Después de haber celebrado la entrada de Jesús en Jerusalén en el Domingo de Ramos, y de unos días antes de la Pascua, llega un día clave en la Semana Santa: el Jueves Santo. Es el día que da comienzo al Triduo Pascual y empieza la Pasión de nuestro Señor.
 
Jueves Santo, comienza el Triduo Pascual.
 
El Jueves Santo es el pórtico de entrada de las celebraciones del Triduo Pascual, compuesto por viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección.
 
 
¿Qué celebramos el Jueves Santo?
 
En Jueves Santo se celebra particularmente lo siguiente:
 


La Última Cena.
 
Fue su última celebración de la Pascua judía, pero orientó la celebración hacia la Nueva Pascua, hacia la Eucaristía, celebrada por mandato suyo y en conmemoración suya.
 


El Lavatorio de los pies y el Mandamiento Nuevo del Amor.
 
Con este gesto tan significativo Jesús nos recuerda que el servicio a los hermanos es la mejor manera de servirle y de ser grandes, pues Él no ha venido a ser servido sino a servir, y era Dios hecho hombre. La humildad, el servicio y el amor se entrelazan aquí para mostrarnos el camino efectivo al cielo.
 


La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio.
 
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Para poder celebrar la Eucaristía es necesario el sacramento del Orden, para que in persona Christi el pan y el vino se conviertan por la acción del Espíritu Santo en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jesús les otorga el gran don del sacerdocio a los apóstoles y la potestad de continuarlo por la imposición de manos y la oración.
 
 
La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
 
Tras la Última Cena Jesús va a Getsemaní a orar junto con los 11 (Judas había abandonado el Cenáculo para ir a entregarlo). Allí reza para pedir fuerzas a su Padre del cielo y poder cumplir su voluntad, lo que exigirá su entrega total. Allí ya empieza a sentir el abandono de sus discípulos, que no pueden estar en vela ni una sola hora. Es una costumbre piadosa hacer la visita de los siete monumentos, hacer horas santas de oración ante el monumento, y acompañar a Jesús hasta la celebración del Viernes Santo.
  

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